LABORATORIO RAFFO FALLO

La contribución que impacta sobre el comercio, la industria y las empresas de servicios, exigida
por una municipalidad en concepto de actividades como controlar, salubridad, higiene y
asistencia social, es una tasa, debido a que se trata de una actividad estatal que importa al
obligado y que desde el momento en que aquel ejerce la organización( del servicio) y lo pone al
alcance del particular, este no puede negarse a pagar aunque no utilice el servicio o carezca de
interés en el, esto es debido a que el servicio tiene en mira el interés general.

La pretensión fiscal relativa a la percepción de la contribución que incide sobre el comercio, la

industria y las empresas de servicios es contraria a un requisito insoslayable respecto de las
tasas, como ser que el cobro del tributo en cuestión debe corresponder siempre la concreta,
efectiva e individualizada prestación de un servicio relativo a un bien o acto en cabeza del
contribuyente, motivo por el cual corresponde revocar la sentencia apelada.

La corte suprema confirma la doctrina asentada en su precedente compañía química ( también

esta en el canal), esto quiere decir que a los efectos de desentrañar la validez de un tributo,
debe tenerse en cuenta su naturaleza jurídica. Los tributos tienen distintos presupuestos de
hecho, cuya verificación condicionada en cada caso particular la procedencia de su pago.

La corte suprema concluyó que la argumentación municipal, en el sentido de justificar el cobro

del tributo por la prestación de un conjunto de servicios de carácter general, no cumplia con el
requisito fundamental aplicable a las tasas, debido a que su cobro debe corresponder sin
excepciones a la concreta e individualizada prestación de un servicio, exigencia que a criterio de
la Corte encuentra respaldo en el articulo 17 de la CN. Luego replica la doctrina de cerámica san
Lorenzo, en virtud de la cual los tribunales inferiores para apartarse de las decisiones de la
Corte, deben aportar nuevos argumentos que justifiquen modificar la posición sentada por el
máximo tribunal.