La persona infectada puede no presentar síntomas hasta por 10 años es donde
yace el problema, la escasa información de métodos anticonceptivos también sobre las infecciones de transmisión sexual sumado el tabu de dialogar estos temas; ya que una mujer embarazada sin tratamiento puede transmitir la infección a su bebé en alrededor del 25% durante el embarazo y/o parto vaginal, y hasta un 20% si lo alimenta con su leche materna. Existen 3 vias de propagación: el propio embarazo, durante el parto y también la lactancia. En el organismo este virus es capaz de inducir la muerte celular sobre todo las células del sistema de defensa ya que produce alteraciones que afectan profundamente a los linfocitos células del sistema inmune, encargado de la defensa de patógenos por eso la respuesta del sistema inmune contra infecciones es sumamente débil. Por otro lado el VIH tiene la propiedad de integrarse dentro de las células humanas así el organismo es incapaz de reconocerlo como un elemento extraño y por ellos la infección durante toda la vida. El traspaso del VIH de la madre al hijo es lo que se denomina transmisión materno - infantil. Las tasas de transferencia entre madre e hijo, sin tratamiento de por medio es de un 15% a un 45%. Mientras que con una intervención de salud efectiva la tasa de infección es de un 5%. Este es uno de los grandes retos a los cuales se enfrentan las futuras madres con VIH por ello se han hecho grandes avances para obtener barreras inmunológicas y permitir la supervivencia en los neonatos. El tratamiento a las gestantes va enfocado en establecer normas preventivas para que la madre y el bebé no se contaminen. Y si la madre ya tiene la infección, entonces minimizar la probabilidad de que la transmita a su hijo y esta afecte el correcto desarrollo en su vida tanto del sentido de su salud y los prejuicios sociales.