La Navidad hace que los corazones vibren de amor. La llegada del Niño
Jesús nos recuerda que todos debemos de tener alma de niños para que nuestras vidas estén llenas de felicidad. En este día los rencores son dejados de lado, las tristezas se vuelven pequeñas y el amor y la alegría se transforman en protagonistas, los villancicos inundan la ciudad que se viste de luces, de árboles, de adornos y en el corazón de todos se encienden luces de esperanza, fe y amor. Navidad no es dar o recibir regalos caros, no es tener el mejor banquete en la mesa sino es disfrutar la llegada del niño Jesús y pasar un tiempo conmemoroso en familia,es una fecha especial donde todos estamos reunidos compartiendo anécdotas, como el tío jose nos contaba sobre su incidente con el abuelo. El tiempo pasa para todos y te das cuenta que has crecido cuando a la mesa ya empieza a faltar gente. La filosofía de nuestra familia siempre ha sido seguir celebrándolo como ellos querrían cuando estaban aquí, y así seguiremos. Porque ellos nos lo enseñaron y ellos lo harían así, aunque es duro pensar que ya se han ido. Cuando creces te das cuenta que las cosas tienen que cambiar sí o sí. Es difícil respetar las obligaciones de uno y seguir cumpliendo tradiciones. Sin embargo, hay algo que no ha cambiado con los años: el tiempo de Navidad que pasamos juntos lo sigo disfrutando igual. Puede que en lugar de ser todas las navidades, ahora solo sea una comida y una cena, pero espero con ilusión ese día, el sentarnos a la mesa, el ponernos al día, hablar y reír. Saber disfrutar de esos ratos para mí es uno de los mejores regalos que puede hacerme la Navidad, ¡gracias por seguir regalándomelos! Para terminar, solo les deseo que estean disfrutando este momento de Navidad, apreciemos los detalles que esta dia nos deje, que seguro serán muchos… ¡Y disfrutemos! Porque, al fin y al cabo, la vida y el día a día consiste en eso, ¿no? ¡En disfrutar! Feliz navidad familia.