Está en la página 1de 7
Los minerales en la mitologia mexica NTT No quiero oro mi quiero pla, 90 toque quiero es romper la pinaia™ no de los aspectos que caracte- rizaron las representaciones del complejo religioso prehispsnico es el de Ia indumentaria 0 ata- Vie do Ine deidades. Al través do los 08 dices, de Ia pintura mural, de I eviden- cia arqueologica 0 de las cronicas Posteriores a la conguista espaota (si deshechar el testimonio elnogrifico) po- ‘demos conocer Ia gran cantdad de moti Vos incuidos dentro del vestido y adoro divinos. Las prendas que cubrieron el cuerpo de ura deidad oacilaron entee lox textles ceremoniales, or ejemplo el hui- pull, et quechquemitl y et pozahuanco para deidades femeninas, o el max! y el tmat! par las masculinas, hasta pren- das fantistias como falas de serpents, de estrellas 0 de jadeita, pasando por las pieles de animales y de hombres. De esta forma loe dioses vistieron, por siglos, muy acordes con las “tendenciss™ dita: das por los hombres, y estos, a su vez, establecieron diferentes simbolismos reli- siosos y poitices alrededor de las formas del vest En cuanto a los adomos, abe desiacar de Tos aderezos en Ia repre- ‘sentacion de un dios nes pede llevar por ‘amines dificles de recorrer. Un tocado fantistico, el ademo en una sandalia 0 ‘cacti, la forma de un pectoral, de una na- riguera o de un bezote, un biculo, un co: Haro bien la pintura facial y en ocasiones ro Rui Lets, una, ja: Facultad de corporal formaron parte de Ia iconografia de los divses, sacerdotes y gobernantes prehispinicos. A esta debemos agrezar los colores, las texturas y por consecuen- cia los materiales que absrcaron este complicado universo simbélieo, mismo en el que los minerales tuvieron un papel No 280CTURRE 192 importante, Para el mundo prehispsnico que intentamos abordar, es eviderte que les adomos de las entidades sobrenatura- les no respondieron a capriches, es decir, ‘no fueron arbittrios. En este sentido, el significado de los adornes tiene origenes remotes y los minerales con sus simbolis- 1s mos dentro del sistema mitico y religioso del mexica no fueron la excepcion, El arte lapidario asi como la orfebreria se desarrollaron desde elapas muy tem- pranas en el tettitorio. mesoamericano. Los testimenios reseatados por la arqueo- Togia corroboran la importancia que desde el horizonte preclisico (1200-200 a.C.) tuvo el arte de trabajar ciertas piedras, asi fcemo Ia asoeiacién que guardaron algu- res minerales con deidades antiguas. Un cco conereto Io encontramoe entre los ‘olmecas, quienes se distinguieton por sus finos e insuperables trabajos en jadeita y serpentina. Con estas piedras repre- sentaron parte de sus ideas reigiosas. Se han encontrado figucillas antropomorfas con rasgos felines y de serpiente. Son co- runes las pequetias hachas en las que se puede observar a nifios con faces ¥ cole rillos, asi come imagenes de lo que po- riamos considerar un primitive dagen cen el que se mezclan elementos de ja- suar-ave-serpiente-hombre, combinacién que se ha querido ver como la repr sentacién de las fuerzas del cielo terra e inframundo, A esto debemos agregar la eeristencia de tumbas elatoradas con blo- ques basilticos y pisos de mosaico verde Formando mésceras-ofrendas con rostree esilizados ée jaguar, cuya relacién con la tierra y la fertilidad es evidente. El trabajo de metiles y piedras surgi sélo cuando las sociedades mesoamerica- ras aleanzaron la diversificacion de sus CIENCIAS a |, actividades econdmicas, la especializacion del trabsjo yuna incipient estaifiscion Socal, condiciones necesarias para. expli cael macimiento de los primetos centres | ceremorilesy In existencs de groper = cerdotales dingenes. Si bien ls sistemas relgioes del preclinico mescamericano dieron priordad a ls ceenciasrelaciona das con Ia feriidad, tambien debemos apreciar que comenzaron a surgi en el petsamisnto mitico otos loses que, con {i paso do lon siglo, oo tanaferaron y feniquecieron al grado de intercambiat tlementos de omato eindumentra, ere estes los mireraes que se aociaron alas canctersticas de dchos nimenes. | Para elhorizonte cultural isco (200- | 900 d:), en et cul se da el paso de fos cerirosceremoniales al urnisme, sirgis Teatuscan como la cia mas importan- te de Mesoamérca. Enclavada en la parte septetriona dela cuenca de Mesico,Teo- tihuacan se caracteri2a, en muchos sent dos, por sus ttabajos de obsidian. A reserva de trata este mineral mis adstant, | es necesari destcar que si bien la obsi- diana yas wilizaba con arteririad para la fabricacion de objetos punzocortantes zadoe en diversas actividades, en Teo- tihvacan es claro que a importarcia de di cho mineral fue llevaa al tereno de la relgién. En esta cultura es aprecate el hecho de quela obsidian se conattuy co- ‘mo un tien sunuario,euyo valor de 20 € inercambio legs hast el drea maya de Xipe Taec vite una piel de hombre (quer). Taloe porta un chal, pectoral de ore y aco} ‘as que simbolizn al chaohituit (Ciice Borgia) 16 centroamérica.A lapar de Teotihuacan, tos zapotecos de Monte Albin desarrollaron el arte de Ia orfebreria. Debemes destacat los hallazgos en tumbas de piezas claboradas. | con oro y que formaron parte de la indu- ‘mentaria de personajes importantes; la cos- tumbre ema acompaflar al difunto con sus objetos preciados, entre ellos sus atavies y sus servidores, tro ejemplo del temprano simt ‘mo que adquitieron los minerales en Me- coamériea lo encontramoe en loe entieros secundarios, en donde el cinabrio, mineral de color rojo, servia para pintar los hue- sos exhumados de personajes importantes. Esto se ha interprelado como una revitali- zacién del muerte al través del rojo cina brio, mismo que le proporcionaria calor fen el mis alla, Debemos agregar también las miscaras con que los difuntos princi pales eran adornados; dichas méscaras, por lb general eran de madera con incrus: taciones de turquesa 0 jadeita, piedras que se relacionaron con ei calor celeste y la humedad terrestee. Ya en el horizonte posclisico (900: 1521 4.C) los toltecas trabajaron muchos rmetales y piedras, Inclusive el gentilicio toltecatl signified “artesano”, concepto ‘que perduré como sinénime de tradicién Y cuitura entre los grupos pesteriores a la ‘caida de Tula. Por otro lado, debemos contemplar que las manifestaciones religiosas y sus simbo- mos no se pueden entender como cor juntos aislados. Existe una realidad que determina la creacién mitolégica de los pueblos, Todas estas erescionas esti suje- tas 0 “casadas” con la ideologia, que pode- mos definir sencillamente como las claboraciones conceptuales y tratamientos de ideas que un grupo en el poder realiza para actuir en un sentido precizo, La roi gin mesoamericana no estari exenta de festa mecinica. En el caso conereto de ta sociedad mexica es claro este manejo ideo- legico, Todas sus creaciones, conductas oficiales y en muchos casos de grupo esta- rin justificadas a partir de la religion. Son ellos quienes de alguna forma resumieron ‘on sue mitoe Ia idea del poder otorgado por los dioses. Al travis de este precepto el ‘mexiea justified su actividad guerrea y do ‘minante, pues se considers como parte pri= ‘mordial en el sostén del cielo y Ia tiera Esto tuvo su reflejoen una sere de cimbo lismos que explicaré mis adelante. Por otro lado, es necesario aclarar que, ‘com en casi todas las sociedades agrico- las, los minerales raros o preciosos fuero~ CIENCIAS para uso exclusive de los grupos gobernan- tes, Esonémicamente el oro, los chalehi- hhites, las turquesas y otfos metales y Piedras fueron impuestes como tributo a regiones conquistadas por parte del estado niltarista tenochea, al igual que diversas plumas presiosas y ciertas prendas de algo din que complementaron los omamentos y Ja indamertaria det grupo en el poder, ya sea como adomos 0 como insignias que ‘wadas de cierta forma ligaban a los hom ‘res con los disses, Es asi que debemos diferenciar el significado econémico que representa hoy en dia el mineral precioso con el simbolismo miticoe ideolpico que tuvo fara los mexicas. En lo que a la oltencion de metales y Piedras preciosas se refiere, debernos pre- cisar que la mineria en Mesoamérica pricticamente fue de superficie. Ademic, | presencia en una zona de piezas traba- jidas con materiales provenientes de leja- nas regiones nos habla de profundss y di nimicas relaciones de intercambio comercial y cultural entre gropos seogra- ficamente apartados. El caso mexica es muy revelador al respecto: los comercisn- tes © pockteca ccuparon un lugar de pri- vilegio en la sociedad. Fueron tratados com la categoria de guerreros, al grado de concebir que todo aquel comerciante rmuerto en expedicién iba a Ia casa del Sol. Las rutas que recomrian atravesaban incluso zonas enemigas al poder teno: chea, Las incursiones mexicas por via éel comercio llegaron hasta Chiapas y el So- conuseo (Xoconochco). En cuanto a los minerales, los pochteca Hevaban como presertes para los seftores y principales de las provineiss lejanas objetos de 070, asi como prendas ricamente labmadas y orejeras de cristal. Sshagin agrega: “También Mevaban para ta gente o- ‘mii orejeras de la piedra negra que se Maman iti, y ovas de cobre, muy Iu cias y polides; también Hevaban navs jas de la piedra negra que se lama ite, para race loe cabellos y pelos, y fotns navajitas de punta para sangna, que Hamabin fuitcauhgui, Tambien Hevaban cascabeles como ellos los usaban, y agujas como las ussban, y ‘grana de tus, y piedra lumbre, y cchomitl..” (p. 550) Au vex los pochteca recibian diver: 08 obsequios, incluidas piedras preciosss. En la provineia de Xicalanco y pueblos de Ia region de Coatsacualeo Borgia) aues daban grandes piedras labradas verdes y otros chalchihuites verdes, Ia- brados, largos, y otros chalchihuites colorador, y ottos que se Haman quet: zalchalehihuit, que son esmeraldas que agora se Haman queralirsli, y otras ezmeraldas que se Haman tiaye: tic quetzalitei, y otras piedras que se aman xivhchimalli; olrss que se Ils: man quetzalichpercili ralayo.."(. 351) Con todo Io anterior, veamos el sim: | bolismo de algunos minerales en los ot- | namentos de loe diowes mexicas. Por rs zones de espacio, he realizado una | seleccisn de las principales deidades asi ‘como de los minerales a tratar Para ello ime he suxiliado de la taxonomia propues- ta por Henry Nicholson, basada en grupos ‘© complejor divinos que respenden 0 $2 ‘organizan de acuerdo a formas cultural. EI primero de ellos os el de Ia creat celeste-paternalismo divino: complejo Oneteatl, complejo Tezcattipoca, comple jo Xiuecubtli. En este caso evitaré hablar de Ome- tcotl “el dics dual”, principio supremo y por lo tanto abstracto, La razén de esto s2 debe a la escasa informacion con que Por otro lado, he relacionado al zi w ‘obsidiana con Tezcatlipoca y al xifuitl 0 turquesa con Xiulitecuhtl Teccalipoca rojo (uguieda) y Tescarlpoca wegro (dersha) Nanqucan vw juego de pelota, Ba sie nts fortan pelois de hule ten en lugar de un pi un espejo de it “obsidian” (Cdice Tezcatlipoca y la obsidiana Tezcatlipoca “espejo humeante” fue una de las deidades mis importantes en el al: tiplano central mesoamericano. Fue tam- bién uno de los cuatro hijos primigenios de Ometeotl. Las disputas entre Tezeatl poca y Quetzaleéat! provocaron el movi tmiento de creacién-destruccién de las ‘cuatro eras 0 soles cosmoginicas previos al Olliionatiu, edad del mundo en la ‘que los nahuas histrieos se ubiearon. So- bre este dios Sahagiin nos dice: s..andaba en todo lugar. cuando an daba en Ia tiewa movia guerras, ene- mistades y diseordias, de donde resul- taban muchas fatigss y desacosievas. Y decian él solo ser el que entendia cn el regimienio del mundo, y que él solo daba las prosperidades y riquezas, y que él solo las quitabs cuando se le antojaba.. Por esto le temian y reve- renciaban..” (p. 38) Se le rindid culto principalmente du- rante el roxcatl “sequedad”, que era el quinto mes del Xuhpohualli, corespon diente a mayo-jurio. En esta fiesta se le ofrendaba un mancebo que representaba al dios y al cual se habia preparada du rants un afio para morir en el sechcatl © piecra de los sacrificios La obsidiana, asociada 2 este dios, es v7 un mineral de apariencia negra, aunque tiene reflejos dorades, plateadas y verdes. Aparte del simbolismo que aéqui- id como espejo, fue ulizado como ori cule. El dios hablaba al través de cue imigenes, una de ellas era el Huey Tla- toart, quien al ser elevido al cargo decta: *..jSeitor nuestto piadosisime! Ya me abdie hecho espaldar de vueetracilla, y Yuestra flaula, sin ningiin meteci mmiento mio. Ya soy vuestra boca y wuestra cara y vuestras orejas y vues- tros dientes y vuestras wias, aunque s2y un pobre hombre... Ins palabras ‘que hablare han de ser tenidas como wuestras mismas palabras.” (p. 335) De igual forma, las principales repre- senlaciones plisticas de Teccatlipoca eran esculturas de obsidiana, al través de las ‘cuales se comunicaba con los hombres sto hace pensar que esta deidad fue el ‘nimen protector de los gobemanies y s0- ‘beranos, quienes uilizaron como parte de su aluendo sandalias de obsidiana, lo que Doris Heyden ha denominsdo *simbolo tezestlipecano de la saberania y ta equi dad”. Otras esculturas del dios hechas de ‘madera eran pintadas con tizne y adoma- das con ojos de obsidiana. De hecho, las representaciones de Teccatlipoca en el Cédice Borgia lo mucsiran con el cuerpo pintado de negro, el color de la obsidiana, ‘que de igual forma y en extersién del simtolismo, s2 convinis en un color vea- do por los sacerdoles para pintarse el ros- to y el cuerpo como proteccion o para adquirir poderes especiales, Por ultimo, no olvidemos que el principal atavio de teste dios fue precieamente un expajo re dondo de obsidian que Hlevaba en lugar de un pie, elemento que le dt nombre co- imo “espejo humeante” y con el cual, se lin diversas fuentes, Tezcatlipoca lograba ser emnividente.! Xiuhtecuhtliy la turquesa Xiultecuhtli “Seftor del ato” © por otto wombre Huchueteed “dios viejo” fue ta deidad del fuego, estrechamente relacio- nada con el Sol. Su presencia en Mesoa- maérica es muy antigua, pues fur repre sentado desde el horizonte preckisico ‘como un anciano eargando un brasero, Suu ‘mineral asociado por excelencia era la turquesa 0 axihuitl. Su indumentaria in: cluia una diadoma de oro inerusiada con esta piedra a fa que se le lamaba xihut 18 CIENCIAS — zolli “corona puntiaguda de turquest” que inclusive era utiizada como lo ha se fialado Ma. Concepcién Obregén, en al- gunas ceremonias relacionadas con a ‘consagracisn de temploe La turquesa también simbolizé el po- er de los huey tlatoque o gobernantes rmexieas, quienes portaban una diadema conocida como xiuitzomili “cabeliera de tarquesa”. Al compartir este elemento con dics del fuego era claro que se leg rmaban en sus acciones, tendientes a con- servat el equilibrio del cosmos, La rela- cidn entre la turquesa, los gobemnantes, el fuego y el Sol queda también manifiesta en objets tales como el tecpatl “peder- ral”, nombre que recibia el cuchills ritual ilizado para abrir el pecho de tos cauti- vor destinados al sscrificio. Este instru- mento podlia tener boja de pedermal 0 de bsidiana, elementor relacionados con la muerte, la guerra, la magia y la ferilided, y su empuihadura, muchas veces antropo- mmorfa, se incrustata con turquesas. Se ppnsaba incluso que este cuchillo adquiria ida propia al momento de ta occision 1 tual, lo que entiquece su simbolismo, pues el Sol y la Tierra nececitaban cor alimentado con el chalchihual! © “liquido Frecicso™, la sangre humana, Muchos dioses relacionados con Ia ‘guerra y Ia nutricién del Sol y Ia Tier ‘compartian elementos propice del atavio de Xivktecuhili, en este caso la turquesa. Por ejemplo Huirzilepocili, deidad tue lar de los mexica tenochsa, quienes bajo su “amparo™ conquistaron gran parte del temritorio mesoamericano. Ademis de set tum deidad guerrera relacionada con el rumbo sur, ha sido equiparada al Sol co- ‘mo una de sus advocaciones. De esta for ima, l atavio de Huirilopochaliincluye el -xiuhcootl “serpiente preciosa” 0 “serpien: te de turquesas", misma que representabs ‘un arma magica con implicaciones sola res, Esio queda claro si interpretamos el mito del nacimiento de Huitzilepocttl, cual narra como Coatlicue “falda de ser plentes" baria como penitencia en Coate ‘pec -esia diasa tenia como hijos a Coyol: zxavlgui “Ia de los cascabeles en la cara” ¥ a los cenzonhuitiahua “los cuatro Cientos del sur" cuando del cielo eaye tuna “pelotilla de pluma” que la diosa gunrdd en su regazo. Con esta accion Coatlicve quedé preiada. Al erterarse del estado de su madre, Coyelxauigui y sus hhermanos decidieron matarla para saldar 4a infamia. Llegaron hasta Coatlcue, y en ‘nacis Huitsilopochtl, quien portaba el ama magica Hamada xiukcoatl “serpiemte de turquesas", misma que util 26 para despedazat a Coyolsauhgui y ma- tar a casi todos los centzonhuiinahua, El ‘mito simbotiza Is lucha cotidiana del na cimiento del Sol (Huitzlopochili) que surge de ta madre tierra (Coatlicue) tras derotar a ls fuerzas de Ia noche repre sentadas por la Luna y las estrellas (Co- yolkauhqui y los centzonhuitznahua). Por otto lado, una de las advocaciones de Xiultecutl fue el dios Ircozauhgui “el eariamarillo”, Xiuitecubtl-Iecozauhqui era honmado en el tiltimo mes del calenda- fio solar, es decir en Izcalii “crecimien- to", que corresponde a febrero. Se hacia tuna ceremonia en la cual la imigen del dios, heehia de pequciis palos, “.Era co imo la describié Sshagin toda labrads de turquesas..” Esta imagen recibié el nom- bre de Milintoc, @ incluia adomos de ja deita, concha y algunas otras piedras, lo cual nos puede setialar Ia vinculaeién del Sol con muchas otras deidades. ‘Tlaloc y la jadita EI segundo grupo taxonomico propuesto por Nicholson es el de Lluvia-humedad- fertilidad agricola: complejo Tlaloc, com: plejo CinteottXoekipill, complejo Ome- tockeli, complejo Teteo'Inran, complejo Xipe Tote, ‘A este grupo quedan relacionados principalmente el chalchifuit! o jadeita ue representa lo precicso y se asocia con To acuitico-vida-fetlidad, y el tepoztli 0 cobre relacionado a las deidades del pu que con asocinciones Iunares y de fel dad, Tan sélo hablaré del primero: ‘Uno de les dioses mas antiguos de Mesoamérica fue Tlaloc, cuyo nombre podemos traducir como “vino de Ia tie ra". Las deidades relacionadas con este dios fueron su pareja 0 coniraparte ferme: nina Chalchivhiliue 9 Chalchiuhcueye “la de la falda de jadeiia” 0 “Ia de la fal dda de piedras preciosas", que era la diosa del agua de los rios © agua corriente. ‘Ademis, Tlalee tuve relacign con Huixto: cihuat!“eehor y diosa de la sal", patrona de los salineree. Por ilima, Tlaloe conta ’ba con los tlaloques, pequetis doses que hhabitaban en los manantisles y en los ios, o bien en ef Tlelocan, paraiso de Taaloe, y que le ayudaban al dies en sus labores acusticas. Vayames por partes Me interest destacar aqui ta relacién del chalchilwitl 0 jadeiia con el complejo repreaentado por este dios, En él podemoe ‘observar como elemento caracteristico unas anteojens y grandes colmillos que lo elacionan con la serpienie. “La asteo: jera de Tliloc es al mismo tiempo et ‘chaichifuit, el jade precioso, que es tam- tuna gota redonda de agua y la ser- piente enrollada”. (Heyden, 1984) Esta re- lacién entre piedra precioes y ee podemos comparat con lo anteriormente ‘dicho sobre la xiukcoat! “serpienie de tur- ‘quesas”, propia de tas deidades solares, es decir, se trata de una serpiente celeste, mientras que en Tlaoc la serpiente como simbolo del chalchihuit! representari lo terest, Io acuitico, lo himedo, el sus- tento y la fertiidad (por lo general se ta tara de una serpiente de caseabel). De es- ta forma, no sélo aparecen los chalchihuites adomando las anteojeras de! ios, sine que ademis pesce en sus repre sentaciones collares de chalchihuites re- ‘matados con pectorales de ore, y escudos incrustados de pedreria verde que simbo- lizan plantas acuatieas como el litio © ne- nifar. Esto se corrobora al revisar los ata vios de Chalchiukilicue, quien sparece staviada por collares formades con cuen: tas de chalchibuites, ropa con decoracio nes que simbolizaban agua y esevdo con flores acuiticas. Es interesante apreciar que este tipo de elementos omamentales se hacian extensivos a ottas deidades ela cionadas con fos mantenimientos, de tal forma que dioses como Xilonen, Chico: ecoatl, Tezcacoac Ayopechtli, Xechipili y otras deidades relacionadac con Ia tra, la agricultura y el agua portaban co- ares de chalckihuil y escudes con flores scustieas Por lo que respecta a los ayudantes del dios del agua, conocides como sale: ‘ques, es patente su relacién con el chal chiwitl, De acuerdo al Cédice Chimalpo- pea, una fuente en donde Ia historia y el mito’ se conjugan (fendmeno comin ex ‘Mesoamérica) una de las causas de Ia cai da de Tula fue una apuesta que hizo Hue- ‘mec, seior de los toiecas contra 10s tla loques en el juego de pelota. Apostaron sus chalchifuites y sus plumas de quetzal. Huemac denot6 a 10s tlaiogues ¥ exigid Ia satisfaccidn de la deuds. Los tlaloques le ofrecieron en pago mazoress, mismas ‘que rechazé Huemae. De esta fora co- bro sus chalchituites y sus plumas de ‘quetzal. Los tlaleques decidieron castigar a Tula con sequias que duraron cuatro aitos, Fosteriormente se le aparecieron 2 Huemac y le pidieron, para acsbar con Is sequia, que sacrificara a la hija de wn no- ble mexicano Hamado Tozcuecuex y que su corazén fuera arrojado al Pantitlan Huemac obedeci6, con lo que virieron anos de abundancia para los mexicanos se consumé la ruina de los toltecas. El foftecimiento de mazoress en lugar de chalehituiter que toe tlaloques hacen 4 Huemac significaba wn canje por la fet: lidad y abundacia que simbolizaban las ras verdss. El chalchihuitl estuvo presente como representacién de vida incluso en oe ritus les funerarios de los setiores principales: Sahagin describe que durante la prepara ‘in de cuerpo de un ser © principal pa ‘su incineracién se le ponia en la boca un chalchihuid, cuya funeién fue dar un core 260 “atificial” al muerto, y que posierior- ‘mente se metia con las cenizas del cremado ‘enna olla que era enferrada; de nuevo ent ‘contramos una fuerte relacién con la feti= lidad y la vida. (p. 221) Un pasaje de Sahagtin, que corbor todos los simbolismos antes expuestos re lacionados con el chalchifuith nos dice: “También hay otra seftal donde se trian piedras preciosas, especialmente Jas que se Maman chalchihuites. En el lugar donde se crian, yerba que esta alli nacida esti siempre verde. Y es porgue estas piedras echan de si unt cexhalacién fresea y hiimeda.."(p. 789) El tercet grupo taxonémico propuesto por Nicholson es el de guerrs-cactificio- ‘nutricisn sanguinaria del Sol y la Tiers (utricion de Ia naturaleza al través de bb guerra y el sactificio). Complejos Tone: tuk, Huitzilopocitli, Mixcoatl, Tlahizcal- pantecuhtli, Miedlantecubth Con este grupo queda relacionado el w Ballon Magtabeci) tecpetl 0 pedemal, piedra de silex asocia da fundamentalmente con la guerra, con deidades estelares como Canaxtle © Tlan- cueitl y con rituales de sacrificio y muer- te. I pedernal fue de hecho el itico mi neral que di6 nombre 4 uno de los dias del calendario mexica, esto es al diecio- chavo. Fue ademés signo del segundo cargidor de aio, es decir, le aes se po- dian lamar acatt, tecpat, calli y tock El primero se relacioné con el oriente y el color tojo; el segunéo al norte, al ne- gro y a le muerte; el tereero al eccidente y al blanco; el cuarto al sur y al azul. En restimen, los cuatro rumbos del univers. El centro era la piedra verde preciosa re- lacionada con el ollironatiuh “sol de mo- vieiento”, La asociacién entre el pedermal y la muerte al través de Ia guerra y Ia occision ritual e¢ evidente. Sin embargo, existen elementos de dualidad en el pedemal. Un {’jemplo de ello lo encontramos en un mi to donde la diosa Citlaicwe “falda de es- trellas” did a luz un pedemal que fue arrojado & la tierra. Este “navajén™ cay en Chicomoztoc “el lugar de las siete cue- vas", y de esta unin o portento nacieron “mil seiscientes dioses y dicsas” (niimero esotérico). El relato sugiere una relacion sexual debido al pedemal que se introdu: ce en la cueva: algunas representaciones. de Chicomoztoc muestran a este sitio co- ‘mo una gran vagins deniada, No debemos olvidar que el frotamiento de pederales 20 CIENCIAS torio acompana de las joa del eiftnto. Se pueden observarcollares can cuentas de ‘halchiil Gadeita) y hut! (arqvesa) asi como colganes de oro y una piel de jaguar. (Cédice ‘ode palos para la oltencin del fuego tu- vo un fuerte simbolismo falico. (Otto mito que posiblemente se relacio- ‘mi con el pedemal se refiere a Quetzal- ‘coat: mientras se limplata, eyacule sobre ‘una pisdra de Ia cual surgié un murciéla- 480 que fue mandado por Tezcatlizoca a rmorder In vulva de Xochiquetzal. El mur cilago le arancé un pedizo de genital a Ia diosa, mismo que se cenvirté en flores dde mal olor, por lo que las mandaron a Mictlantecuhili,seior del inframundo; es- te las lavé y tas convinié en flores de aroma agradable (Barthel, 1958). No se precisa el tipo de piedra sobre la que eya- cvl8 Quetzlesetl, sin embarge, no es te ‘moto pensar que se tratata de pedernal debido a la asociacién que guardaba el ‘murciélago con el inframundo. Ademés, €l relato sugiere de nuevo uns relacion sexual cuyo producto transita de la fet: mo dice el autcr, “La mienla tiene sus his 3. Angel Maia Garibay, Poesia ndbwat: I, 4 21

También podría gustarte