Está en la página 1de 3

LA GRAN CARRERA

Érase una vez la pequeña tortuga que vivía en su


linda pradera junto otros animales, aquella
pequeña tortuga siempre había querido ser tan
rápida como sus compañeras liebres ya que ellas
le decían que era muy lenta y no querían jugar
con ella.
La pequeña tortuga entrenaba día y noche para
alcanzar tal nivel de rapidez. Quel mañana
tortuguita iba pasando por aquella plaza y vio a
muchos animales reunidos, se acercó a preguntar
y le dijeron que hay una gran carrera donde
pueden participar todos los animales de la
pradera.

La pequeña tortuga estaba muy emocionada


porque por fin podía competir contra la liebre.
Llegando el día de su carrera aquella tortuga Se
preparo y se fue hacia quel punto de partida
donde vio al contrincante.
Ya estaban preparadas cuando el juez dijo en
sus marcas listos ¡fuera! La liebre salió como una
bala. Mientras que aquella tortuga por más que
hubiese entrenado seguía corriendo muy lento.
Pasado 5 minutos no se veía rostro de liebre y
aquella tortuga al ver esto se desanimó un poco,
pero avanzo poquito y vio a la contrincante con
un frasco de una pasión de rapidez , la pequeña
tortuga llego a línea de meta. le pidió a los demás
animales que por favor no hicieran ruido; quel
tortuga les dijo lo que hizo su amiga había echo y
ellos no lo podían creer y le dijeron a tortuga un
plan para atrapar a la liebre.

La pequeña tortuga se escondió detrás de un


árbol, como ella no rompió la cinta de meta liebre
pensó que ella había ganado ,pero los animales
le mostraron una foto de tortuga pasando la meta
y de ella tomándose su pasión de rapidez.
La liebre no lo podía creer, habían descubierto su
secreto y la tortuga le había ganado ;liebre le dijo
perdón a tortuga por no haberla dejado jugar con
ella la felicito por haber ganado limpiamente la
carrera, y le dijo que ella le podía enseñar unas
técnicas para ser más rápida.
Los animales de la pradera perdonaron a la liebre
por haber hecho trampa y la felicitaron por haber
sido honesta y haber reconocido sus errores.
Desde ese pequeño incidente con la liebre nunca
más se volvió a dejar sin supervisión los
competidores de la gran carrera.

También podría gustarte