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El bebé zombie

Eliana Terrones Vilcapuma

Hace mucho tiempo, en un pueblito una mujer dio a luz a un extraño bebé. Estaba
pálido y tenía los ojos hundidos, y las espinas se erizaban sobre él.
La madre pronto se dio cuenta de que su bebé no era humano, sino un niño
zombie que no tenía afectos ni emociones, solo un deseo desesperado por
comida.
El bebé zombie producía miedo a su madre, pero a pesar de eso ella lo amaba.
Temiendo lo peor y necesitando protegerlo de los otros aldeanos, lo escondió en
su sótano, para que nadie notara su presencia, ni siquiera ella misma. La madre
siempre le traería comida robada de otras granjas, como un pollo o un cerdo y
se los tiraba al sótano sin más.
Un día, hubo una enfermedad y se produjo una hambruna en el pueblo. Todos
los que vivían ahí se fueron apresuradamente, mientras que la madre se quedó
al darse cuenta de que no podía soportar dejar a su hijo.
Lentamente, los suministros se agotaron y ella se cortó la pierna y luego el brazo
para alimentar a su hijo.
En el último momento, cuando solo le quedaba el torso, se arrastró hacia su hijo
y lo abrazó, dejándolo devorarla por completo.
Finalmente, el niño zombi al sentir la sangre caliente de su madre en la boca,
habló por primera vez en su vida, para decir: “Entonces mamá es bastante cálida
después de todo…”

Moraleja: Muchas veces las personas buscan solo un poco de afecto o calidez
en otra persona. En el caso del bebé zombie, probablemente no fue egoísta
con su mamá, solamente quería sentir calidez al menos de ella luego de estar
escondido y ser rechazado. Debemos ser cuidadosos con lo que hacemos y
decimos porque no sabemos cómo le puede afectar a alguien. No porque
alguien sea diferente debemos rechazarlo o negarle afecto.

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