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edicion a cargo de pedro scaron traducci6n, advertencia y notas de pedro scaron KARL |EL CAPITAL MARX |critica DE LA ECONOMIA POLITICA el proceso libro |de produccién primero | de capital Ml >» Siglo veintiuno editores Argentina s. a. Siglo veintiuno editores, s.a. de cv. (SeRROOFL AGUA 28 DEL EGA COVOACAN, 410, ENED OF ‘320591 6 Marx, Karl MAR El capital: el proceso de produccisn det capital 1 ed.~ Buenos Aites Sigho XXI Editores Argentina, | 2004 173,456 p.: 21x14 em (Biblioteca del Pensaiento Socialist) “Tradueciin de: Pedro Searon. ISBN 987-1105.07 1 Titulo, ~ 1. Marxismo ‘Titulo original: Das Kapital. Kritik der poltschen Stonomie © 1075, Siglo XXI Editores, S.A. de CY. Tedicidn argentina: 2.000 ejemplares (© 2004, Siglo XXI Editores Argentina S.A. ISBN 987-1105.87.3 Esta edicign se terminé de imprimir en mayo de 2004 en Artes Grafica delSur, Ale. Solier 2450, Avellaneda Hecho el depésito que marca la ley 11.723, Impreso en Argentina~Made in Argentina capfruLo xxi LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACION CAPITALISTA 1. Demanda creciente de fuerza de trabajo, con In ‘acumulacién, manteniéndose igual In composicion del capital * El acrecentamiento del capital implica el incremento de su parte constitutiva variable, o sea de la que se con- vierte en fuerza de trabajo. Una parte del plusvalor trans- formado en pluscapital tiene que reconvertirse siempre en capital variable o fondo suplementario de trabajo. Si supo- fnemos que, a condiciones en lo demas iguales, la composi- ‘cién del capital se mantiene inalterada, esto es, que para poner en movimiento determinada masa de medios de Produccién o capital constante se requiere siempre la mis- Inia masa de fuerza de trabajo, es evidente que Ia demanda de trabajo y el fondo de subsistencia de los obreros crece- fan en proporci6n al capital, y tanto més répidamente Cuanto mas répidamente crezca éste, Como el capital «En Ja 34 4% ediciones pirates, “lavestigamos en este capitulo la influencia que eerce aAeraeee:ctamiento del capital sobre 1a suerte de Ia clase obrera. PL eeGr ans importante en este examen es 1a composiciin del Faplial y los cambios que experimenta la misma en el transcurso fe ‘proceso de acumulacién. Pin ‘composicion del capital debe considerarse en dos se dos. Gon respecto al valor, esa composiciOn se determina por SeSporcién em que el capital se divide en capital constant, @ valor 159 Este lucrative método, como todo lo bueno en este ‘mundo, tiene sus inconvenientes. Con la acumulacién de la renta de la tierra en Irlanda corre parejas Ia acumulacién de Ios ielandeses en América. El irlandés, desplazado por vvacas y ovejas, reaparece allende el océano como feni no. Y frente a la vieja reina de los mares se alza, amenazante y cada vez mds amenazadora, la joven y gigan- tesca repiblica. ‘Acerba fata Romanos agunt Scelusque fraternz necis. [Acerbo destino atormenta a los romanos y el crimen del fratricidio,) "1 idm faglesa explotaron planificadamente la hambruna, asf como las circunstancias originadas por ella, para imponer violentamente Ia revolucién agricola 'y-reducir la" poblacion de Irlanda a na ‘medida que fuera grata al terateniente. En el mismo Togar volveré ‘© ocuparme de. las condiciones a que se. hallan sometidos los Pequefios arrendatarios y los obreros.agricolas, Timhémanos aqut a una cia. Nassau Wiliam Senir, entre tras cosas, dice en su obra. péstuima Journals, Conversations and Essays Relating to Ireland, 2-vols., Londres, 1868, vol. 1, p- 282: “Muy certeramente observaba el doctor G.: tenemos nucstra ley de beneficencia, que es un excelente instrumento para dar Ia vic {oria a los terratenientes, otro es la emigraciéa. [...] Ningin amigo de Trlanda puede desear que la. guerra” (entre los terra tenientes.ingleses* "y los pequetios arrendatarios célticos) "se Drolongue, ni mucho menos que termine con la victoria de los ‘1+ Cuanto més répidamente finalice, cuanto més ‘épidamente se transforme Irlanda en un pals’ de pasturas (@' grazing country) con la poblacién relativamente pequefia que requiere tn pafs de pasturas, tanto mejor para todas las clases" Palabra suprimida en la 4¥ edicion, * Bn Ia 3® y4¥ ediciones se agrega aqul: “Las leyes cerealeras ‘de la libre ocr, Con ls derogscion ela Teyes Serealeas on 1846, a puto Lermino abliamente a exe monopolo, Prescindlendo de todas las dems crcunstancias, exe sola acontcc miemo baslaba para imprimir un poderowo impulso 4 Tu transfor: ‘acién de in tera Iabrantiairlendona em pragerss ara ganado, 2'tn concentracon de la fincas arendadas ¥ 2 i evil de 10s ushos campesinos. Lego de haber exicbrado de 1813" a. 1846, {cYerttidad del suelo fends, decarando vocingleramente que ln aturaleza misma lo habla desinado al eultvo ceealero, repent ‘ents los agrénomos, economies poficosIngleses desc {partir de ese momento, (gue. no seria més. que para prodicir foraje! #1 sehor Léonce ‘Se Lavergne se apres a. fepetiio del ofro lado del, Canal. Es muy propio de-un hombre. serio» le Tavergne ef dejrseatastrar por esas iris” 890 sonoma caPfruto x0av LA LLAMADA ACUMULACION ORIGINARIA 1. EI secreto de Ia acumulacién originaria Hemos visto cémo el dinero se transforma en capital; ‘cémo mediante el capital se produce plusvalor y del plus- valor se obtiene més capital. Con todo, la acumulacién partes dle la. poblacién total inglesa eran, agricolas.” (M: The Mistory’ of Ensland, Londres, 1854, vol. i. Macaitlay porque, ef st! condi nhistoria, procura “podar” Io ms posible hechos de esta naturaleza. over, Los rabjadres bans eon empuados meses pe teeta imprimieron, alta ia agriculture en pequeta ac erecta seg las normas de la Hortcltura, um impulso nna, wisto" “th y 4 tones ln nota xia con iin “Lor peavetos propistarion que cultivaban st propas tetas Loy pean feteaaben de ‘un modesto bienestar-» conaiulan setae arte mucho més importante de ia nacion que 8 canees nn N acme de 160.000 propictrios Je terra, GME tues ramilas debe de haber conaitutde tus de + de fs pobla, ibn total vivian del cullivo. de sus pequeias fincas freehold Sma ientcn propiedad lena libre). "Se estimabe que el reco medio. de estos pequetion trratnientes... era £ 60 seMe "Be calsuls que ci'nimero de personas que euivaban ea titra era mayor que el de. atrendaarios que, tabsjaban Reopens (Macauley, Misory of England, 10" ed, Londtes, 1854, vols pp. 335-334) + Brig BPy°a¥ ediciones dice Ia frase: “Todavia en ol imo tercio del islo"xw las 7s pares de Ta mase del pucblo ingles an agricola Ena 3" y 48 ediciones, “ibidem” en vez de To que va del pacéaens 896 de su salatio se les asignaba tierras de labor con una exten- sign de 4 acres* y mas, y asimismo cottages, Disfrutaban ademas, a la par de los campesinos propiamente dichos, del usuructo de la tierra comunal, sobre la que pacia su ganado y que les proporcionaba a'la vez el combustible: Iefia, turba, etc.'* En todos los paises de Europa la produe- jén feudal se caracteriza por la division de la tierra entre el mayor numero posible de campesinos tributarios. El poder del sefior feudal, como el de todo soberano, no se fundaba en la longitud de su registro de rentas, sino cen el nimero de sus siibditos, y éste dependia de la can- tidad de campesinos que trabajaban para si mismos."" Por eso, aunque después de Ia conquista normanda se dividié el suclo inglés en gigantescas baronias, una sola de las cuales inclufa a menudo 900 de los viejas seftorfos anglosajones, estaba tachonado de pequefias fincas cam- pesinas, interrumpidas s6lo aqui y allé por las. grandes hhaciendas seforiales. Tales condiciones, sumadas al auge coetineo de las ciudades, caracterfstico del siglo XV, per- jeron esa riqueca popular tan elocuentemente descrita por el canciller Fortescue en su Laudibus legum Anglia, pero excluian la riqueza capitalista. EI preludio del trastocamiento que eché las bases del modo de produccién capitalista se produjo en el Ultimo tercio del siglo xv y los primeros decenios del siglo xvt. Una masa de proletarios libres como el aire fue arro- jada al mercado de trabajo pot la disolucién de las mesna~ Nunca debe olvidarse que incluso ef siervo de ta glebs no sélo era propictario aunque tujeto al pago de tributo— de ls parcela comtigua a. su propia casa, sino ademas, copropietari ela tierra comunal. "AK «(en Silesia)» él eampesino es siervo. No obstante, evos serfs [servos] poscian Bienes comunales. “Hasta ahora no 36h vducir Tos sllesianos a la particin de las Comunas, mientras que en In Nueva Marca apenas hay aldea en {que esa particin no se haya efecutado con el mayor de los éxitos.” (Mirsbeau,. De la monarchie prusslenne, Londres, 1788, pp 125, 126), 12 Jopdm, con so organizacién puramente feudal de la pro- pieded de la tierra y su economia desarrollada de agriculturs en Peauelia escala, nos proporciona tna imagen mvcho més fiel de a Bind Media europea que todos nuestros libros de historia, dictados ‘en su mayor parte por prejuicios burgueses. Es demasiado cémodo, fealmente, ser “liberal” a costa de la Edad Media. * 1,66, aproximadamente, das jeudales que, como observ correctamente sir James Steuart, “en todas partes colmaban inttilmente casas y castillos”. #1 Aunque el poder real —é1 mismo un pro- ducto del desarrollo burgués— en su deseo de acceder la soberania absoluta accleré violentamente Ia disolu- cin de esas mesnadas, no constituy6, ni mucho menos, Ia {inica causa de ésta. Por el contrario, el gran sefior feudal, fenazmente opuesto a la realeza yal parlamento, cre6 un proletariado muchisimo mayor al expulsar violenta- mente a los campesinos de la tierra, sobre la que tenfan Jos mismos titulos juridicos feudales que él mismo, y al usurparles las tierras comunales. En Inglaterra, el impulso directo para estas acciones lo dio particularmente el floreci- miento de la manufactura lanera flamenca y el consiguiente aumento en los precios de la lana. Las grandes guerras feu- dales habfan aniquilado a la vieja nobleza feudal; la nueva cera hija de su época, y para ella el dinero era el poder de todos los poderes.'Su consigna, pues, rezaba: transfor- ‘mar la tierra de labor en pasturas de ovejas. En su Descrip- tion of England. Prefixed to Holinshed’s Chronicles, Harrison describe cémo la expropiacién del pequefio campesino significa la ruina de la campafa. “What care our great incroachers?” (,Qué les importa eso a nuestros grandes usurpadores?) Violentamente se arrasaron las viviendas de los campesinos y las cottages de los obreros, © se las dejé libradas a los esiragos del tiempo. “Si se com- pulsan”, dice Harrison, “los més viejos inventarios de cada finca sefforia, [...] se encontraré que han desaparecido innumerables casas y pequefias fincas campesinas [. 1, que el pais sostiene a mucha menos gente {..., que nume- rosas ciudades estén en ruinas, aunque prosperan unas pocas nuevas..." Algo podria contar de las ciudades lorrios destruidos para convertirlos en pasturas para ‘ovejas, y en los que tinicamente se alzan las casas de los sefiores.” Los lamentos de esas viejas crdnicas son inva blemente exagerados, pero reflejan con exactitud la im- resin que produjo en los hombres de esa época la revolucién operada en las condiciones de produccién. Un cotejo entre las obras del canciller Fortescue y las de Tomas Moro muestra de manera patente el abismo que se abre centre el siglo XV y el XVI. La clase trabajadora inglesa, como con acierto afirma Thornton, se precipité directamen- te, sin transicién alguna, de la edad de oro a la de hierro. 898 La legislaci6n se aterroriz6 ante ese trastocamiento. Todavia no habia alcanzado a esas cumbres de la civiliza- cién en las cuales la “wealth of nation” {riqueza de la naci6n, esto es, la formacién de capital y la explotacién y empobrecimiento despiadados de las masas populares son considerados la tltima Thule de toda sabiduria politica. En su historia de Enrique VII dice Bacon: “Por ese en- tonces” (1489) “comenzaron a ser més frecuentes las (quejas sobre la conversi6n de tierras de labor en praderas”” (para cria de ovejas, etc.), “féciles de vigilar con unos pocos pastores; y las fincas arrendadas temporal, vitaicia y anualmente (de las que vivian gran parte de_los ‘yeomen'**) se transformaron en dominios sefioriales. Esto io origen a una decadencia del pueblo, y por consiguiente a una decadencia de las ciudades, iglesias, diezmos .. Fue admirable la sabidurfa demostrada en esa época por el rey y cl parlamento en la cura del mal... Adoptaron medidas contra esas usurpaciones que despoblaban los predios comunales (depopulating inclosures) y contra el despoblador régimen de pasturas (depoptlating pasture) que seguia de cerca a esas usurpaciones”. Una ley de En- rique VIL, 1489, c. 19,* prohibié que se demoliera toda casa campesina a la que correspondieran por lo menos 20 aeres® de terreno. En una ley 25, Enrique VIIL,* se con- firma la disposicién legal anteriormente_mencionada, Se dice all, entre otras cosas, que “muchas fincas arrendadas y grandes rebafios de ganado, especialmente de ovejas, se concentran en pocas manos, con lo cual han aumentado considerablemente las rentas de la tierra y disminuido mucho los cultivos (tillage), se han arrasado iglesias y casas y cantidades asombrosas de hombres han quedado incapacitados de ganarse el sustento para sf y sus familias”. Por eso le ley ordena la reconstruccidn de las casas risticas

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