Está en la página 1de 1

27 Poesías de Julio Zaldumbide Gangotena

A mi corazón lo que va del amor a la mentira...

¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras? Y tú querías con ardor vehemente


¿Por qué los muros de tu cárcel bates? lanzarte al mundo, ciego en el engaño;
Es imposible, corazón.... ¡Deliras! ibas a perecer, pobre inocente,
Infeliz corazón, en vano lates! al filo de su arma, el desengaño...

Siempre contuve tu ímpetu violento ¡No, jamás corazón! Cese tu acento;


desde que pude conocer el mundo; calma tu afán, desecha la esperanza;
siempre fui sordo a tu amoroso acento, ese bien que demanda tu lamento
sin tener compasión de tu ¡ay! profundo. es un bien que en el mundo no se alcanza.

¿Sabes por qué? Tras vanas ilusiones ¡La virtud! ¡La virtud!... Es vano nombre;
(ilusiones no más, bien lo sabía) sonar la oirás en nuestra impura boca,
quisiste ir como otros corazones pero en verdad no la conoce el hombre
a buscar, necio... ¿Qué?, lo que no había. ni responde a su voz cuando la invoca.

A buscar el amor... Amor no se halla; ¡El amor! ¡El amor! Dulce consuelo,
a buscar la virtud... La virtud, menos; supremo goce de la humana vida,
por eso yo te opuse firme valla, única flor que aromatiza el suelo,
y no tuviste días de horror llenos. felicidad del cielo descendida...

Conozco el mundo y sé la red que tiende: Mas, otra vez, oh corazón, suspiras
su mano oculta enherbolada vira y el fuerte muro de tu cárcel bates.
a cuya punta el corazón aprende ¡Es imposible, corazón!... ¡Deliras!
¡Infeliz corazón, en vano lates!

FUNCIÓN: Emotiva o expresiva

También podría gustarte