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Nacemos corriendo, nacemos escapando del futuro incierto, nacemos creciendo con incógnitas del

día a día, pero porque, tratamos de busca respuesta a ello, pero mientras mas crecemos mas
complicado es concretar todas estas ideas divagantes de nuestra mente, es complicando concretar
todo lo que pasa por una mente tan perdida, no se como explicarlo, no se como explicar todas la
voces que pasan mi cabeza, son miles de personalidades queriendo mostrarse, queriendo dar sus
ideas y desarrollarlas, así como existe su contra parte que te menos precia y te pode baje, lo
gracioso es que ese eres tú, tu y solo tú te lastimas, tu y solo tú te cohíbes de tus metas y
continuas corriendo por ese futuro incierto, es cuando nos encontramos aquí, recostado en un
desierto, como aquel soldado que lleva tanto tiempo caminando que ya no recuerda ni su propio
nombre, no recuerda su hogar o su o su familia, no recuerda su felicidad o su tristeza solo
recuerda su soledad, alza la vista y ve un vacío que para cualquiera generaría miedo, un misero tan
fuerte que paraliza el cuerpo; pero el ya se está costumbrando, había perdido el efecto sorpresa,
aquella sensación que ningún ser humanos debería olvidar. Recuesto mi cabeza sobre la arena
aturdido como si a su lado estallara una bomba, mi visión se vuelve doble y se imposibilita la
posibilidad de levantarse por que las piernas no tienen más fuerza, la opción fácil seria dejarme
morir nadie me encontrara en este vacio y yo dejare los vicisitudes de este vacio ser que solo esta
acompañado de momentos deficiles y cortos destrellos de alegría, y cvuekve a mi mente otra vez
“y si lo volvemos a intentar”. Me pongo de pie y doy un paso……

Abro mis ojos y esto recostado, mi cuerpo se siente pesado como apenas llegara de una guerra
interminable, pero con todo ellos me levanto y vuelvo a iniciar.

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