Está en la página 1de 16
cELTRIUNFO DEL CINE MEXICANO? Deno ee eee u ea eat eee Get CO au et ete UE ECR pefiado en difundir la idea de que el cine hecho por mexicanos Pre ect Cn a ene cet e) como nunca antes, peliculas dirigidas por cineastas del pais, han sido premiadas y elogiadas en el extranjero, pero a pocos Tee CEU LER CMe ee ale DU eR CROC at cue ELR Dur Eg entretenimiento. De ahi que los criticos mas serios no hayan sido tan entusiastas con las cintas nominadas a los Globos de OC esas ee aCe ces tico: el trabajo de cinco directores Alfonso Cuarén, Alejan- dro Gonzalez Indrritu, Carlos Reygadas, Juan Carlos Rulfo y Ce tr Mcp arlene ee Te Tent eCel aul ie ca,enfuncidn detos valoresartsticos que sus filmes despliegan, Ate ae ase i) 208, A. Gonzalez Inarritu Laspeliculas de Gonzalez Indrrituhan recogido innumerables premios interna- jonales: ;representan entonces unaporte significativo alcine contempordneo? por Mauricio Montiel Figueiras nrevistado por Silvia Lemus para un programa televisivo dividido en trespartes—lads- Alejandro Gonales Inérrita declaré de buenas primeras queatin no se considera un director decine porque ala fecha s6lo tiene tres peliculas en. suhaber. Paso como ejemplo al rec fille~ cido Robert Altman, queen un lapso de me~ dio siglo construys—dentroyalaves fuera de Hollywood-unaobratanvasta como hetero sgénea, una cuarentena de largometrajes que cengloban todos los géneros filmicos, edemis deun sinniimero de episodios para series de losaioscineuentay sesenta. En bocade un ci= neasta~2podré lamarse de otro modo? que scabarade presentar eu épera prima, ladecla- xacién habria sonado honesta incluso sofa dors; clasunto es quevenia de Gonzalez Ins rita (Mésico DF, 1963), el primer mexicano. nominado al Osear ens. director, yportantosoné misbienaunarran~ quede alsa modestia. Lastrescintasalas que aludi6 como de passdale han dado, mereci~ damentesise quiere, unaenorme proyeccion. internacional: hasta antes dela entrega delos ‘Oscares, Bahl (2006) habia cosechado un total de1greconocimientos, entre otrosel Globo de Oroalamejor pelieula dramaticayel pre~ ‘ioal mejor director enel Festival de Cannes ‘tgrumas (2003) sumé 20, entre otrosel pre mivalmejoractor (Sean Penn) enelFestival de Venecin; Anos peres(2000)llegéa recolectar gtentre otrorel Gran Premiodela Crstieaen. Cannesy diez Arieles, 84 galardones en un lapso de seisaios: una cifra nada despreciable paraeleamworkde un cineasta que dice no serloy que, peses clo, lanzé unyoluminose libro dell editado por Taschen, aque exponeel detrésdelascémarasdel que esapenassu tercer filme, Elquid dela euesti6n no esla impactante recompensa tegoria de mejor anna obratodavi exigua sunque téenicamentelogradasino la grandilocuencia queha rodeado esa obra: tanto Gonzalez Inarritu como Guillermo Arriaga, suguionista de cabecera hhasa Bob, han incurrido en una especie de frenesidiscursi~ vo queloshallevedoaadquirir un aireampuloso—se trata de hacerbuen cineynodehallarlacuracontraelcéncemysobre todo aclvidar que, en efecto, tres pelieulasson s6lo el inicio deuna rutalangay sinuosa recorrida entre otros por Robert ‘Altman, Enmedio detal freness, obvio uibproductodelacelebsi- dadylaceleridad lam Inari dioeneltranceurso de una entrevstaaraidelassite rencién unarespuestaque Gonzaler El cine de Gonzalez liarritu e Crea mea Ga s altamente competitivo en el aspecto formal, aunque abunda en contradicciones y flaquezas. nnominacionesal Oscar obtenidas por Bob: «Noséstelcine mexi- canotengn buenasalud, pero creo quelehacefataum pard ciragias parasalvarlelavida>. Tras estaspalabras es posible ratrearno slo cierto deidén sino na dedatacin deprincpios al igual quecnotras cctsiones, eldirectoranume quesuobraosutrilogiacircanstancia pata ser més precios, inscribe dentro de un ate que traspone fronterss como sielartenehubierscumplidoesafunciénalolango dlelahistoria); por tanto, insists enquesuspeliulas-aexcepeidnde Amorsperor~hancontribuido a generar una nuevaépocadeorode lacinematografianacional equialea deci, siguiendoaotro realize dor, que Held Ruenayes un flmepolao porquelodirigiéRoman Polanski. («Somor braceros de lujor, seals con tino Alfonso Charm alhablarde lormexicanos que han teni- da que emigrarparatrunar en Hollywood elmundo.) Queda claro, pues, que el trabajo de Gonedles iri- tu debe jurgarse de acuerdo con los parimetros de aal- deaglobaldelcineyno.como heredero de una tradicin tna, Lo cual esté muy bien, yaquesetratadeuntrabajo skeamente competitivo en el sspecto formal; ahi esta cldisedio de produccién de Brigitte Broch, eldi- sefiodesonidode Martin Heménder, laedicidnde Stephen Mirrione, Info tografiade Rodrigo Prie- to lamisica de Gustavo Santaolala, Enel fondo, sin embargo, hay ontradiceiones, laque- zasylicenciasargumentalesque cimbrancledifcio entero em Lavision vernécul patente en Amorepemo, sin duda laparte mis entrafiabledeunatrilogiaque-comohaadvertidolacrities Yehudit. Mam-lo esanivelestiitico yo temético, harmutado en unavisién cextranjerao-extranjerizante, ain folelovica, que llega aswcimaen Babe con lahistoriaubicada ena Frontera Mésico-Fstadas Unidos, tras cuyo pintoresquismo sopla un aire de superiorided que slo puede tacharsede hollywoodense. (Una superioridad que refren ddaeldesenlace del filme: novo, Ismense marroquiesomexicanos, scaban condenados por actos absurdos que rozan lo inverosimil mientras el matrimonio WASP interpretado por Brad Pitty Gate Blanchet, trasunto evidente aunque deslucido dela parejabowle- sana de Ecsloprotsor,alcanzalaredencién con unos cuantosrasgu: ‘Rosy sus dos hijos son resatados del desiertocaiforniano. Lo que ‘esis; Susan, elpersonajede Blanchett, nisiquiera perdeelbrazo baleado pese a quese desangra durantevariashoras sin contareon stenci6n especializada.) Elazary el accidente—el choque en Amores oro, elatropellamientoen 21granos el disparoen Bob el entre- ‘ruramiento de destino que remitealaobraaltmaniana, la tempo ralided fracturada, lsoledad humana que hallaemblemasparadé— {Jicos en los instrumentosde comunicacién en Anoraera el rec ‘do quee lito (Emilio Echevarria) grabaenlacontestadorade suhija (Lourdes Echevarria) en 21gomes, el mensaje que Michael (Danny Huston) dejaenel celular desu esposa Gristina (Naomi Watt) justo antesde ser arrollado junto asus dos hija; en Bate, la llamada que Richard Brad Pit) hace desde Marruecosasu familiaen San Die~ 0- son recurios que se uelvenreiterativosyayudan adisimular dleficiencias narvativasy de earacterizaién: gpor qué todos o casi todoslospersonajes delatrilogiaparecen viviral borde de un ataquede nervios, 0 mejor, en un per- petuo elimax melo- dramitico que evoea algunos culebrones telessvos? Porque Amelia (Adriana Bervara) lanana de Babel, logra pasar sin permisoaloshijosde sus patrones cuando Viajade ExtadosUni- dos a Mexico y sélo tiene problemas de regreso? (Larespucs- ‘tsesobvia: porque asi delaxasson lasautori- dadesde nuestro pas, territorio comanche porexcelencia.) Por qué 2igrm 1a ms telenovelesca dela tres cinta, tuvo que apelara una estructura enrevesada para referirun relato con una linea suficientemente trigica? gPor qué entrelos vericuetostemporalesde ese mismo filme hay informacion quese revelade modo tramposo y hasta torpe: por ejemplo, el hecho de aque Paul (Sean Penn) sea un profesor de matemiticas quectaal poeta venezolano Eugenio Montejo, un dato que resulta irrele- vante paralatramaytermina pordiluirsecomo un apricho? Lalista podriasegui, pero setrats node reslizar unaenume~ racién exhaustivasino de indicaralgunosviciosde una flmogra~ fia incipiente que se asume globslizaday ha recibido un recono- cimiento que avecesse antoje desbordado, fruto de una efectiva cstrategia de mereadotecnia yloly empresarial. Se rata también deaplaudir con cautelaloslogros de Alejandro Gonatlez Ina rity, un cineasta que aunque afirma no serlo debe enfrentar, al cabo de cierre desu trilogia incidental, el eto de Jano, el dios bifrontede la mitclogia romans, que implica mirar en un senti- do distintoal que ha mirado hasta ahora. Afin de cuentas, eomo ha mostrado el teatro, el llantoy la risa Ia tragedia yla comedia son dosmascarastnidas por un vinculo irrompible.* 7 Guill ‘del Toro Del Toro hasabido produciruncine personalisimo recurriendo agéneros tan codificados como elterroro la fantasia;la suyaesunaobra extranay auténtica por César Albarrén Torres 8 Tra demoniorojoyterible | taido ala Tierra por el régimen nazi, come cho- colates Baby Ruthyseena- mors de uns adolescente ‘que provaca combustio- zs instentneas. El fantasma de un nifo, blanco yherido, guarda un seereo que po driasahrde a muerte un orfanato ente +0. Unserantiquisimo can cuerpo hoscoroy ambigua moralidad intenta convencerauna pequeta de que emprenda ciertas prucbas fantasticas, mientras el padrastro de esta, honorable en ss sidica sed de persecucion, suturasusmgjillarebanada Todos somos monstrucs, Hermososen autenticidad, temiblesen nuestrasdiferen- cias, Esta esuna de las premisasdel cine de Guillermo del Toro (Guadalajara, 1964). ‘cuerpo de trabajo que podriamos conside raryacomo “obra” y que, yaseaen ellimbo delos fantasmas del franquismo (Elespinxo deldiablo, 2001) o bajo la piel de un demo: nio de historieta (Halley, 2004), encuen- tra ternura cn facciones primitivas, amor ‘en ojos aciagos, redencién en erimenes inconmensurables. Una mirada infantil, sarginads, segistra con atombro limpio de reprochela crucldad adulta, aqui exagerada ensuviolencis, metaforiza tender un puente con el Ambito delas hadasylo eté- eo (espejos, su Ofelia de Ellaberint de auno 2006-0 el mismo Hellboy). Ronder lo sobrenatural ee sisinoyvoca- snque evadir esa etiquetale ha permi- tido desmarcarse de otros cineastashijos del émicylaobsesin genériea como espaol Alexdela ele- sia, quetrasladeshumbranteldadelabeia(r995) ha camina- docon paso dubitstvo,oelpropio Sam Rains, arojado.en Te Bil Dead (1981 yimido en su saga de lhombearaa(2002- 2007), metiéndose en la complejidad humana desus en sgendros. Elde Del Torono escinede terror de f cine, punto. Una galeria alejada del camp, con més tazos de Ihumansidad que de gone ode sobretalios pasajeros. Epreci- samente esa miradainocente,esaluzde esperanza quesecue- Inentre asheridas, lo quelo distingue, Laviolencia extrema desusseeuenciaslo es mésporlapiedad quelecontrapone. Recientemente, Del Toro confess en el programe de radio Frshirwith Try Gros que su abuela, eatéliea donde las haya, lo obligaba a poner corcholatas en sus zapatos para que, camino ala escuela, sangrara en p Ella, escandaliznda por Ia relacién casi intim: GUILLERMO DEL TORO La obra de Guillermo del'Toro se halla alejada del camp, posee mas trazos de humanidad que de gore o de sobresaltos pasajeros. nnieto guardaba con los seres fantésticos ylos monstruos que trazaba en sus eusdernos—asegura que la génesis de Ellaerin- to del Fauno son las visitaciones que él mismo tenia de la best itiea-, intents exoreizarlo en dos ocasiones. El eineasta ha cechado mano de estas obsesiones personales, la mitologia po- pulary el lenguaje del cémie—todo nace en su cusderno de hocetos historiados— para configurar una imagineria en que Inlucha entre el Bien y el Mal encuentra un campo de batalla repleto de insectos, maquinarins de siniestra perfeccion. se- ceretos enterrados, cruces, efigiessacraa y rfos de sangre bau- tismal. Y, sobre todo, lo que sucede debajo de la superficie: cen sotanos expectrales,tineles de metro que son redueto del podredumbre urbana (Mimic, 1997), «l ¢entro de un laberinto ‘bajo tierra, Ine aleantarillas en las que los vampiros luchan por ‘sudestino. Elsubconsciente dela civiliacién, al fin. Una ieo- nografia atipiea para sun “director mexicano”, heredero confeso de Terry Gilliam, Stephen King, GeorgeA. Romero ylos monstruos de Ha~ mmer Films, Frankens~ tein entreellos Reflejo de aquel atro gordo fantistico, Pe- terJackson, Del Toro te inieié en el eine como cespecialista en maqui- lisje, fundando la com- pafiia Necropia en los ochenta. Continué la tradicién inieiada con ‘Tarantino: el director de culto como slfma- deman. Moldeabs ya la epidermis de las bes tias: pronto se meteria en los confines dela naturalezavampirica ‘con Gronas (1993), su 6pera prima, muy alabada en Cannes. En cllanarrala obsesi6n de un millonario moribundo, Dieterdela Guardia, porun esearabajo metiico que inyectavidaasu duet: ‘ensubiiqueda de este improbable rial esayudado porsusobri- no, Angel dela Guardia, interpretado por Ron Perlman, actor fetiche del directory quien, con sualtura descomunaly faeciones cromafioneseat, encarna el entido debelleza del apatio. Nonos engaiemos, sin embargo: hay grietasen la obra delto~ riana. Suvirtud maxima no eta perfecci6n, sino la honestidad. Lecosté caro entrar en Hollywood: emper6 eon el pie izquier- do, abrumado por presupuestos, aplastado por las eucarachas gigantes de Mimicy el nombre de a protagonista, Mira Sorvino. Elmismo define el prayecto como «una eratura muy fillida que pudo haber sido hermosa®, Y la cinta es errénea: un asomo de virtud entre acefones premeditadasyvncias. De ahi comensé con su tiptico sobrela Guerra Civil espatola con Elesinazodel cable, avisoyhermano gemalo delaquees, hastashore, suobramaestra, =llberintodel uno, En la primera sienta as condicionesdesu obra s6lo proyeetas que lo apasionan. Incluso Bladell (2002), fran- ‘quicia adaptada del esmic homénimo con Wesley Snipes como el vampiro cazador de vampiros, tone, apesar delaacciénatrope~ Tada, visos desu ret6rics: convocé a Ron Perlmanysaco de Kris Kristofferson unadesus mejores actuaciones recientes ‘Vietima de la experiencia de Mini, nechazs dirigir Laernica: ‘deNarnia (reslizada por el papé de Shrek, Andrew Adamson) y Hany PoterlpriionerodeAchabin (rodada Finalmente por Alfonso Cuarén) para acometer la personalisima Helby durante aiios se obsesioné con el personaje de Mike Minghola, quest bien no recibié los niimeros experados en taquilla, demostré que, sin en un lienzo salpicado de efectos especiales, puede ento ‘nar su vez particular. Espinal que nos lleva hoy, alos flashazosy ees lasportadas de perio icos por los numero sosy bien merecidos premiosrecogidospor Elloberinto del Fano, des- dela ovacion de pie en Canneshasta los BAF- TAylos Oseares Es sencillo inda- gar el por qué de esa imposible mezcla de boctbusery aliento de auteur: lapatria de Del Taro eselcine. Acontrapelo dellos otros dos vértices de lo que laprensa espaiola, exagerada, lama «La Santisima Trinidad, sus fotogramas no exadan mexicanidad: estan lejos del folelor urbana de las mordidas perrasyla Tijuana chabacana perdida cen laslenguasinconexas de Babel, lejos dels calaveritas en Ines ‘euela de magoso las masturbacionescharolastras.Alejado delos pratagonismos, posce un charm que lo hace hablar interealando groseriaey referencias cinematograficas. Un charm que silea re~ Iueir cuando, como un nifio, ensefa sus eomplejos dibujosei- nematograficos. Eso si, su vision mistica de la muerte, Ia lente catslicay asustadiza con la que mira, en contrapicada, Ia religio~ sidad, esa todas huces hispanica, No se esfuerza en pedir diseul- pas ni justificarse: si su historia fanciona en Estados Unidos 0 Espa no tiene empacho en trasladar sa voluminoso talento. Universal, pues. 19 : C Rey. adas Consentido de Canines, Reygadas es autor dedos peliculas de dnimo transgresor, quese debaten entre lapropuestaradical ylosclichés delllamado “cine deautor”. porTatiana Lipkes arlos Reygadas se ha con- vertido en el tipo de ei- neasta que divide alos es pectadores. Representa la linea delgada que separa al cine “como debe sex” del que intenta valverse otra cosa, es decir, del quese opane directamente ala narra cién tradicional. Lassuyasson peliculas que intentan perforar Ia realidad, mostrar las esenciasdel dolory el deseo humanos. Rey- sgadas (México DF, 1971) descubrelo oeulto, smente revelael seereto aunque no neces terrible que cambiaré nuestrasvidss ‘A mediados de los aos ochenta, Nick Zed en sa manifiesto Cinena.fTrangresion, eseribi6: «no vale la pena ver ninguna pe- Iicula queno escandalice. Todoslosvalozes ddeben ser retados, Nada es sagrado. Todo debe ser cuestionado yexaminsdo paralibe~ raranuestras mentesdelafeen latradici6n. El erecimiento intelectual demand que se tomen riesgosy que ls cambios ocurran en loslineamientos politicos, sexualesy esté- ‘icos sin importar quién los desapruebe> {Transgredir eso mismo hoy que hace 25 108? Qué limites estécruzando el cineas- ta mexicano? La provocacisn no puede ser ‘gratuita, Reygadas filma peliculas acerea de los pobres, los desplazados, los monstruos, perolohaee desde un punto de vstaprivi- legiado, elde un directorde cine que quie~ reenfrentarasu audiencia con la miseriay ‘onvertir asus personajes en martires. La paradojaes, porsupuesto, queen ello reside tambiénelvalordesuscintas. Las vidas de las ereaturas de Reygadas son todo menos heroieas. En su primera cinta, Jan (2002), un hombre desnimo suicida (Alejandro Ferretis) devuelve vida una anciana (Magdalena Fores) paraluego quitérsela. Todosn- dica queen realidad desea reeuperar vida. Yaen a escena iniial ena que, al encontrarse eon unos exzadores, uno de ‘lose preguntaa qué yaaun pueblo desoladoy élcontesta ‘queamorir, lamuerteesbanal. Eleazadorno se inmuta, no Teresultaextrfio que alguien busque un hugerlejano para ‘matarse. Nunea conocemoslosmotivosde esavoluntad sui- ida. EI problema esquelainteneién del personsje es ot Persisteen él una fuerea ital, conserva el deseo sexual. El que propongaala aneiana aeostarse con él, el que laescena sexual sea explicita no es escandaloso; lo es el egossmo del personaje, que hari todo lo posible porno morir. Lacé- pula conAscensién, laanciana, esun fracaso, por supuesto, eTUM OES JEnE;LGEN STUDIOS /vERTREDE: ‘© MANTARRAYA PRODUCCIONES, Pica SIBUENTE: © Enele: rN Re Ace UL) oe cinematografico, el manejo de camara de Reygadas es intachable. Las dudas se encuentran en el plano del discurso. Quiere deci Reygndas que el sexo eslaplsion de vida de unos personajesaquienesno quedaneda? En Batlaeneclo (2005) lads esmésclara. La pelicula abre yylerra con una felacion frontal-eensurada en los cines. No hay pornografianiplacer. Loquenoseonfrontano eslaexplictudde Iatoma sinoel dolor quese expresaenla ligrima quesale del ofo de Ana (Anapole Mushladiz) La exena en laque Marcos (Mar cos Heméndes) hace elamor con su mujer, queseacereaa una Juchade sumo, asemejaclacoplamfentodedos animales salvaje. Encontraporicin, clpasje de opanen el que doseabllosseapa- sean dejade er un imagen documental para convertine en algo natural aceplado. ¥ claro, enelmomento de Batlanddelo que deberisevidencia Ia satisfacci6n del deseo de Marcos, Reygadas optapor no mostrarel placer grfieamente: la cdmarasedirgeal cielo, quesemuestratranqusloydéci Acatolomisobviono cs lo mstransgresor. Me vienealamente wna sce a especifia de Btllaenel cilosenvun psillo del me- ‘20, un hombrepasafren~ tesla cémars, cargando enlamanounasondaque leva su orina. Lamieria celaimposibiided. Igual que en Jobin, donde los campesinos, despucs de demolerlacasde Ascen- sion, piden sunhombre quecante;étenadapue~ deamticular, pero hace sun enorme esers por Suciedad, conflict, ‘enfermedad: estin por todot lador. Sin em- bargo,lasimagenes de opinyBaalaerelclo sons de un cineas- taque conoce suoficio perfecamente, «El raclinges un asunto moral, deci Jacques vette Elcine esa mirada, peronoladel cspectadorsino lade quien filma, Reygadas no tiene dudasacerct de esto: ensus peliculas, la estétieaes frontal, solemae: propo nena visién distorsionada delarealdad. Embellecetodolo que filma, yaseaelaplstante pisajeurbano dela ciudad de Mésico.o unaanciana que no encuentralaarvapara hacer café, Los gu losde 180 gradosse multplcans hay que acerca alos personajes distantesenelespacio, sunque étosparezcan ser un pretexto pa zdemostar talento cinematogrfico. ‘Ninguno de os filmes de Reygadas gira en torno alasperi- pecias de los personajes. Estos son mst bien simbolor que se tcentian ena contraposcion, Elcontrate entre Marcos Ans tsmmayorlogro:ellarumaburguess, se dearrollaenerpacios amplioe, trmguiloseiluminador, se deja llevar por lavida se pprostituyepor placery, seguramente, por aburrimiento~ élessu chofer, aparece en lugares oscurosy opresores, viveen mediode uunaviolenciay un sufrimiento infernal. En "Elesritorargentinoylatradieién'” (Dsewin, 1932), Bor _gescscribié: . Pa- zadéjicamente,ensusfilmesellappendesun recurso constante. Ensu primer largome- tuaje, elaparente contagio de ida de Tomas (Daniel Giménes Cacho) desembocaen un, Intento de suicidio, frustrado por lanoticia de queen realidad nunca sdquiris el virus Iaconfusion termina estableciendo un vin- culo sentimental entre ély Clarisa (Claw dia Ramirez), con quien hace elamor en el mirador de la Torre Latinoamericana dela ciudad de México, Laprinesie (A Lite Princes 1995) finaliza con un tierno abrazo de Sara (Liesel Ma tthews) cuando éstarecuperaasu padre (quien, demanera cextraordinaria, elude a muerte durante a Primers Guerra (Mundial), que de paso propina una leccionala mujer que ceuida ala nia durantesu ausencia, cual madrastra de Lace- nta, En Grandesesperangn (Great Expectations, 998) Cuarén ‘une amorosamente alos protagonistas (encernados por .an Hawkey Gwyneth Paltrow) después de una travesiade desengatios descritos con odoslos clichés del cineromén lamuerte ‘ico. Nifardel hombre muestra en su ikima escen: dethéroe (Clive Owen), luego de que ésteconsiguesuobje- tivo, mantenerconvidaaun recién nacido enun tiempo en ‘quelasmmujereshan quedado estériles. En el mar, en medio de una atmésfera nebulosa, un bareo se acerca para salvar yprotegerl nifoyasu madre, Elnombre del barco, una mala metafora de eperanen, es Tomortw. No hablemos ya del Pha ete Lente) El cine de Alfonso Cuarén goza de una excelente factura, pero en cuanto al contenido sus resultados han sido intrascendentes. final de Hary Pater elprsoner de Aah (Hor Peter andthe Prtonerof Askabon, 2004), evidentemente feliz, Laspretensiones de Cuarén van méslejos. Su ultimo trabajo esun ejemplo claro. La cinta atume el riesgo de perteneceraun {género bisicamente agotado: Ia ciencia-fiecidn. Sélo aleanzan- dol nivel més lto pueden eludirse los lugarescomunes, por que el trevimiento es enorme. Noi del hombre no sélo no revi- taliza el genero en que se inscribe sino que tropieza permanen- temente: nunca ssbemosla causa dela infertilidad humana, el rotagonista elude rafigas de metralleta acrobitica mente (a la Schwarzene ‘es, etc. Elguidninsiste enlosfillos: Theo, elper- maje central, descubre sasualmente” los planes para asesinarlo y, por si fuera poco, se detiene a ‘irar la muerte desuan ciano amigo Jasper (Mi chael Caine), parasnular las indeterminaciones del espectador. (El ci: ademisuna etcena plena deslardes: Theo tiene de los pocos hombres ricos que quedan en Londres en 2027, Ia ‘camara echa un vista- ol lujoso comedor, decorado nada menos que con el Guenio de Picasso; mi ‘observa el cerdo volador de le mities portada de Aninal, de Pink I Floyd. Sabemos quese trata de una manera de mostrarnoselpo- adelante, desdelaventanase i inpedonables, 1992), Alejandro Amendbar en laciencia-fiecion (Alrelosgjs, 1997), M. Night Shyamalan en el suspenso-terror (Stato erto, 1999) 0 Guillermo del Toro en el cine fantastico (1 laberntdelFauno, 2006). Sin embargo, tiene elmérito de haber realizado la mejor partede a saga de Har Ptr. Elproblema es que-ese logro queda disminuido porla ausencia de estrategias propias: ellenguaje de ‘Tim Burton eslaeferencia obvia, sobre todo porque Lubeski fue tambien el fotografo de Lolpendadenesincabem (1999). Convie neacerearse alos parecidos del filme de Cuarén con el universo deBurton. Enos primerasescenas, Harry Potter escapade ca. _— : saybeaunautobisquelollevardala escuela de magia. En cier- fe momento, el transporte frena estrepitosamente site la pori_ bilided de seropellar a unaviejta (como en Barmera, 1993). Mésadelante,elcamisn de oiterseadelgazapars pasar entre dos autobusesquele impiden elpasoy exquvarastlacalisgn (extaver Jnescena proviene del primer Buiman, 1989). Elérbol, yen gene ral el bosque, estomado de losdiseftos de produecién de Heirano mmundodeJack (1993) ode Granpez(2003). No obstante, en esta cinta Cuarén ofrece una slida propuestanareativa, qucobede. ceala paradoje ‘espactotempo- ral que produce Potteraleambiar de dimension, conel proposito de remediar el pando y encon- trara su Doppel- singerparasalear- sede le muerte Aunque en el plano estructural cLrecurto es ciente, no gravi- taen a sustancia deLfilme. Buston utiliza este artifi- cio en Hiploneta de lossimios (2001), peroen lla para doja funciona como un elemento esencial para el desarrollo de Iahistoria (sin ellala pelicula no podria exit), (Guarén essolo un estrategiade entretenimiento. Ywumamstambién (2001) esa obra és personal de Cuaron (a pesar de queha sefalado a Laprinesta como la pelicula en In que Pudo sterrizar de mejor manera sus obsesiones). Setrata de una Propuesta narrativasin pretensiones, que presenta una historia con originalidad. Pero en ella no escasean los problemas: los te ‘mas, lasinquietudes, son adolescentes en el peor sentido. Allo hhay que sumar la eleccién de un narrador ubieuo que propor ciona todo tipo de informacién innecesaria: la cinta trata de dos ‘amigos chaqueteros ~interpretados por Gael Garcia Bernaly Diego Luna, no tenemos por qué padecer las "demuncia flexionessobre a realidad politico-social de México, Elrealizador mexicano ha elaborado hasta el momento una filmografia predecibley pretencioss. La misica pasade estaren correspondencia con lasimagenesa ser utilizadaeomo un recur s0 que garantiza el entusiasmo del espectador (Grandes eperanga sla prucba més contundente al sespecto). Sus personajes estén siemprealborde deladerrota, pero, en el momento final, sere ‘cuperan ylogran vencer la adversidad. En este coneepeién cine ‘matogrifica, slo hay espacio paralaimpostura.+ mientras queen 23 Juan Carlos E1Rulfo cineasta heredé del Rulfo escritor eloido privilegiado:sus documentales construyen un discurso muiltsple, nacido deunconjunto de voces. por Carlos Bonfi 24 nel pueble de San Pedro, Jalisco, unanciano reewer~ da los tiempos porfirianos, la epoca ya difaminada de capatacesy peones («Todos éramos hijo de la hacien- da), youvozse integraalacyocacion coral de otton campesinos que también dibujan ydesdibujan la figura de Juan Nepomu eno Pérez Rulfo, don Cheno, padre del autor de Hl Llano en llanary abuelo de Juan Carlos Rulfo, el cineasta que en 1995 re gistra ensu primer mediometrae, lobuclo Chenayotrashitoras, algunos estimonios de quienes llegaron a conocerlo. Como en los trabajos documentalesreaizados pos- teriormente (Deol al nomeacuerde, 1999; Bello, 2006), el director elige unirdis- cretamentesuvozalasdelosseresque pue- bilan susrelatos entrecruzados:cleselrela~ torsin rostro, unavoxnarrativa de enorme Aelicaders, spsriion fagea que clude vera ‘camarade frente, presencia casi capectral {que guia los espectadores hacia territo- os de nostalgia campirana o los precipita nla confusion polifénica de wn portento Gon sélo tres peliculas yen poco mis de una déeada, su punto de vista esyain- confundible en el cine documental mexi- y siempre eficaces: un montaje notable (de su colaborador fil, Ramon Cervantes): una fotografia muy gi (Federico Barbabo- 42), propensatal veal zebuscamiento pero capsz de aleanar vigorosos momentos de contencién lirics; un oido entrenado paracapturarelha- bla popular, susgiros pintorescos,suexpresion musica, sus improvitaciones ldicas,y finalmentelasensibilidad pictdrica que transitade pasajes dridosy abigarramientos de nubesal detalle de manos agretadas,rostrossurcados porlasarrugasy espaldas encorsadas quel cimara registra ‘medida que se pierden en la distancia territorial en el ‘empo. Eline de Juan Carlos Ruf, al menos el desus dos primera cinta ests hecho de fragmentos, de sccuen- cias deshilvanadas que se presentan al espectador como vivencias poétieas, sin un arreglo preciso, ala manerade revelaciones onvica. Una experiencia sensorial enrique- ida con los textos de Rulfo padre, con los ecuerdosdelos cucritores Juan José Arreola 0 Manuel Casio, con algin fragmento de Pedro Péramo, ode "Luvina”, odeun poe ma de Jaime Ssbines ("Qué costumbretan sale"), Una JUAN CARLOS RULFO Con solo trés peliculas y Boe mas de una década, el trabajo de Rulfo es ya inconfundib! experiencia que retine todo esto, pera también las maltiplesre- flexiones morelesy filosofieas de los campesinos entrevistados, quienes apaciblemente disertan sobrela brevedad yriquezade la vida, como el mondlogo dedon Justo Peralta com el queconeluye Delolieclnomeacuer. ‘Tanbonito eseste mundo porque, de precito, no hay otro igual Sein yo.creoy pienso, que pues no habrs otro. Dien que hay, perayo noo creo, porque pues quién sabe cimo ses laco- sa, pero nose cansa uno de ivr, aunque ex enfermo, aunque est pobre. [.] Yo fu pobre todo el tiempo, nomis que gasté centavos, fui parrandero y-mujerero, come dijo uno, pero todo se acaba, se seabe el humor, se acaba todo, pero ano hay otra vida que sea tan bonita como laprimeraquees tte mundo. Las exploraciones de Juan Carlos Rulfo en eluniverso de su propia familiay delos seres que durante décadas la han. rodeado no se detienen en el reeuento nostilgico nien una linguida contempla- cion delLas raices; ton, en todo momento, el pretexto para elaborar consensibilidady des treza un marco refe~ rencial mucho masam~ plio, queva del espacio privado ala esfera pi- blica, dels evoeacidn personal ala biografia colectiva. Son acer~ camientosa una comunidad ruraly alasbondades inclemen- cias desu geografla, Son relatos que convocan selatosyanéedotas nuevas, que cobran unayitalidad mayor cuando lossncianos re- Iatores ensayan a picardfa ose animan a evivielas canciones de su juventud ya lejana, cuando se alburean unos a otros, con la ‘gracia de aquellos ancianos que tranquilamente velan transcu~ virla vida en La mujerde Benjamin (1991), de Carlos Carrera, olos personajes de esa estupenda saga familiar que es el docmental Tolineapatera (1995), deJore Bul ‘No hayen eleinede Rulfo una sombradesentimentalismoo amargura. Todo eselogio dela palabra festiva transmit generaciéna otra, elogio del humor como barvieada contrala desesperanza, Esta eapacidad de intograr cinematogréficamen- {eel discurso personal con la recreacién de atmésferas es Ia que Peay Peer rar permite definir mejorauna colectividad, integrando lo que el eseritor José Joaquin Blanco denomina «retratos.on paisaje>. e en el cine documental mexicano. yeonella etoms Rulfo unaviejatradici6n del cine dacumentaly del relato etnogrifico. Piénsese en el diptic del francés Geonges Rouquier, Farebigue (1946) y Bigufare (1983), estupendas erd- ‘nicas del mundo rural, o en la notable trlogia del irani Abbas Kiarostami (Déndecsta la casa de mianigo?, Ya cida contin, A tones Uelosoios, entre 1988 y 1994), donde la observacién de la vida infantil y sus ituales cotidianosy el reflejo humoristico frentea ‘una catéstrofe natural on elementos dewna enorme intensidad dramatica. En cintas como Flobuelo Ghenaycirasitoraey Del obi a! romeacuero hay esta observaci6n sensible, pero también la rei- Vindieacién de la tradicion oraly del poder revita- lizador dela memoria, Todos vivimos de re- ‘euerdos®, dice un per sonaje, ¥ entre tentos reewerdos, de repente se cuela también algun swefio, como el de la viuda de Rulfo padre, Clara Aparicio, quien imagina en suetios las segundasnupeias con au espoto desaparecido, El cOnyugeyano tiene pies nitienerostro, y unaver le insingiaa dosia Clara

También podría gustarte