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AMPESINADO INDIGENA EN MEXICO, BOLIVIA Y PERU: | de las reformas agrarias a la colonizacién de frontera Fabiola Escarzaga* Se compara la evolucion de este actor, el campesinado indigena, en los tres casos, Se analizan las reformas agrarias y las diferencias en el éxito que aleanzaron en cada pals en SU propésita de transformacion de la identidad y condicién social de este sector con el fin de incorporarlo a los esquemas de desarrollo agrario capitalista delineados en cada uno. Se parte de las peculiaridades regionales de las formaciones sociales prehispanicas, especialmente de sus unidades productivas basicas el calpulli y el ayliu, que marcaron la ‘memoria larga del campesinado indigena y se analiza ia capacidad de las reformas agrarias y los mas recientes procesos de colonizacion de frontera para eliminar 0 reelaborar esa memoria larga. Indian peasants In Mexico, Bolivia and Peru; from agrarian reform to the colonization of the frontier This article compares the evolution of Indian peasant groups in the three countries. It analyzes the agrarian reforms and the different levels of success achieved in each country In order to transtorm their identity and social condition, with the aim of incorporating Indian peasants into the capitalists agrarian development schemes for each country. The analysis begins with a review of the regional peculiarities of prehispanic social formations, especially Of its basic production units: the so called ca/pulli and ayllu, that marked the Jang memory ot the Indian peasants; and analyzes the capacity of the agrarian reforms and the most recent process of frontier colonization in order to eliminate or reconstruct that large memory, * Protesora-investigadora del Departamento de Politica y Cultura de la uaw-. Argumentos 32/33, abrilagosto de 1999 La classe paysanne indigéne au Mexique, en Bolivie et au Pérou. Des réformes agraires a la colonisation de frontlere L’evolution dans ces trols pays de cet acteur qu’est le paysan indigéne est d’abord comparée. Sont analysées les rétormes agraires et les succés inégaux obtenus dans chaque pays en termes de transformations de Videntité et de la condition sociale de ce secteur, afin de l'incorporer aux schémas de dévéloppement agraire capitaliste de chacun d’eux. Sont prises comme bases les particularités régionales des formations sociales préhispaniques, et spécialement de leurs unités productives de base, le ca/pull et le ayilu, qui ont marqué la memoire longue de |a classe paysanne indigéne. Est analysée la capaci des réformes agraires et des proces de colonisation de fruntiére les plus récents d'éliminer ou de réélaborer cette mémoire longue. afios ochenta un proceso de emergencia del campesinado indigena que no tiene precedentes en la regidn per sus alcances y extensién, El campesinado indigena emerge desde los espacios marginales de estos palses y se expresa como sujeto politico crecientemente visibie, superando su tradicional aisiamiento politico y desarticulacién social, plantea demandas que cuestionan a fondo a los gobiernos nacionales y construye formas organizativas cada vez mas eficaces. Adquiere presencia nacional como protagonista de movimientos politicos, armados 0 no, y como eje de propuestas politicas alternativas que involucran a otros sectores de la poblacién. Precisamente cuando otros actores como la clase obrera o los sectores medios han sido desarticulados como sujetos portadores de proyectos alternatives. E\ campesinado indigena en México, Bolivia y Peri se expresé en las dos ultimas décadas en movimientos politicos muy diferentes entre si: el movimiento zapatista mexicano, encabezado por el Ejército Zapatista de Liberacién Nacional (czun) que se levanto en armas el 10 de enero de 1994 en el fronterizo estado de Chiapas, integrado mayoritariamente por indigenas de distintas etnias mayas, desperté ol apoyo de sectores muy variados a lo largo del pais, cuestionando la viabilidad del programa neoliberal asumido por el gobierno. A pesar del cerco tendido por el gobierno el ez persiste hasta hoy en el marco de una tensa paz armada, que gravita significativamente sobre la politica nacional. La derrotada y desestructurada insurgencia del Partido Comunista del Perit conocido ‘como Sendero Luminoso, sin asumirse explicitamente como movimiento étnico incorporé mayoritariamente a la poblaci6n indigena y mestiza de muy diversas regiones del pais durante un periodo prolongado (1980-1992); aplicé una estrategia militar muy sofisticada que considerd el potencial de violencia de los distintos sectores del campesinado indigena y mestizo en las distintas regiones del pais (comunidades indigenas, colonos cocaleros, migrantes, etc.) y los involucraba en la guerra popular a través de tacticas diferenciadas. La insurgencia senderista se alimenté de la violencia que el sistema de exclusion étnica vigente ha acumulado durante siglos y potencié su capacidad destructiva. En el caso boliviano consideramos al movimiento cocalerode los colonos productores de hoja de coca para el narcotrafico en la regién del Chapare, que sin asumir las armas ‘como método de lucha, opone una tenaz resistencia a los programas de erradicacion de cultives de hoja de coca del gobierno boliviano (auspiciado por el gobierno norte- americano); programa que, dada su esencia represiva, genera una dosis ereciente de violencia. Ninguno de los tres casos que tomamos agotan el espectro de! movimiento campesino indigena en sus respectivos paises, pero ellos aparecen como los mas significatives por su eapacidad para incidir sobre la politica nacional y los mas amenazadores del orden neoliberal. Ee 1 los paises latinoamericanos con significativa presencia étnica se manifiesta en los No abordaremos en este trabajo los programas politicos, las formas de lucha o las. fuentes ideoldgica que los nutren. Lo que nos interesa es recuperar la evolucién material y \digena de los tres paises, que nos permita explicar su capacidad Para amenazar con su accion a los gobiernos neoliberales implantados en la region. .Cual es la acumulacién historica, especialmente en las tres Liltimas décadas, que le ha permit llegar a esta posicion? Se elevé desde una situacién inicial de marginalidad y marginacién, independientemente de su presencia cuantitativa, hasta lograr lo que llamariamos la nacionalizacién de los movimientos étnicos (Diaz-Polanco, 1992). Partimos de que la diversidad de la movilizacién de! campesinado indigena en cada pais es expresién de las peculiaridades de cada proceso histérico nacional. Nuestro ‘objetivo es comparar precisamente lo diverso, para establecer los elementos comunes pero, sobre todo, para resaltar sus diferencias y dar luz a cada caso desde los otros. Los movimientos del campesinado indigena expresan la persistencia de formas de vida y proyectos de organizacion social elaborados en el pasado precolombino que sobreviven a la Conquista y a la dominacién colonial y republicana de cada uno, una memoria larga que ha sido sistematicamente negada por los grupos dominantes y aun por una parte de la izquierda durante este siglo, y de la que ellos echan mano hoy para construir una alternativa al capitalismo dependiente y al neoliberalismo. Para comprender la especificidad del campesinado indigena es necesario considerar las estructuras produ arias que sobreviven y se articulan con la nueva estructura de dominacién colonial y la historia reciente en las que esas estructuras son interpeladas; los grandes movimientos sociales en este siglo que se concretaron en sus tespectivas reformas agrarias: México (1936), Bolivia (1953) y Peri (1969). Memoria larga y corta se conjugan de manera compleja en las expresiones politicas asumidas por los movimientos del campesinado indigena durante los afios ochenta y noventa. En su praxis cuestionan de manera radical el deficiente cumplimiento de! programa de modernizacion capitalista, que las élites de origen criollo asumieron desde la constitucién de republicas en nuestros paises; cuestionan también su incapacidad para enfrentar radicalmente a las oligarquias locales y eliminar las relaciones precapitalistas en el campo, y su incapacidad para asumir la defensa de la soberania nacional frente al imperialismo e incorporar al conjunto de la poblacién los beneficios del desarrollo. Indios, campesinos y campesinado indigena En Peri como en Bolivia podemos distinguir claramente dos tipos de poblaciones indigenas que atin hoy conservan sus diferencias. El campesino indio que habita las tierras altas (la sierra en Peri, el Altiplano en Bolivia y los valles interandinos en ambos) y el indlo no campesino que subsistié en la selva amazénica con un minimo de contacto con el blanco hasta hace pocas décadas. Cada uno de estos grupos desarrollo formas muy diferentes de utilizacién de los recursos naturales y de organizacién social que aun persisten. La poblacién indigena de la sierra es heredera de Ia civilizacién inca, que desarrollé una agricultura muy sofisticada a partir de las dificiles condiciones ecolégicas de los Andes y a partir de ella formas complejas de organizacién social y un estado altamente centralizado. El imperio inca logré una sélida integracién econdmica, politica y cultural entre las unidades productivas (comunidades campesinas) y entre regiones distantes y diversas. Una racionalidad productiva que sobrevivid a la Conquista a pesar de la destruccién de su centro aglutinador, y se mantuvo como una dinamica propia paralela a la dinamica de la dominacién colonial y de la repdblica que la subordind. a) El campesino indio en Pert y Bolivia corresponde a los grupos quechua y aymara, que en lo fundamental conservan sus propias formas de produccién y cultura ancestrales y estan incorporados en forma subordinada a la sociedad naciona/ mayor, resultante de la conquista espafiola. Como afirma Favre, para el Peri existen como indios en relacion con la totalidad no india que lo engloba y de la cual es un segmento necesario (Favre, 1991). Rivera afirma, sobre el caso boliviano, que en tanto que las sociedades actuales reproducen las dos republicas establecidas durante la Colonia, la de criollos y la de indios, los campesinos indios son explotados como productores y oprimidos colonialmente como sociedad y como cultura. Por lo que hoy las diferencias étnicas mediatizan los antagonismos de clase y en la confrontacién con los opresores los atributos étnicos oculten los de clase. Rivera caracteriza como campesinos a la poblacién de origen quechua que habita el valle de Cochabamba, productor de maiz para el mercado interno, y que ha sido sujeto de un proceso de mestizaje, fraccionamiento de la propiedad e incorporacién al mercado nacional y en donde las demandas de clase han predominado durante este siglo y las fricciones interétnicas se han borrado. Y a los indios, cuando la identidad étnica no esta asociada con un determinado estatuto ocupacional, como puede ser en la region amazénica 0 Ia poblacién aymara del Altiplano, donde la comunidad, el ayllu, mantiene su funcionamiento. Agrega también como variable la autopercepcién de los actores de su situacion y el sistema de relaciones en que se desenvuelven. 5) Ei Indio no campesino en Pert y Bolivia, el indio amazénico, esta dentro de las fronteras de los respectivos estados sin ser parte de la formacién social correspondiente. No fue nunca conquistado por los espafoles ni colonizado por sus descendientes, vivis por siglos ajeno a las instituciones nacionales. Séio en las Ultimas décadas se ha convertido en victima de la depredacién de su habitat, por la expansién de grandes propietarios criollos y pequefios campesinos indigenas de la sierra, los que amenazan seriamente su sobrevivencia y los obligan a desplazarse mas adentro hacia la Selva Baja (Favre, 1991). Su economia no produce grandes excedentes, viven de la caza, la pesca y la horticultura, han logrado domesticar algunas plantas que cultivan en forma eficiente pero no han aprendido a conservarlas por un tiempo prolongado (yuca, maiz, platano, papaya). La horticultura define sus patrones de asentamiento y sus necesidades territoriales: impone el descanso de las tierras por un periodo de tiempo y la itinerancia de grupos humanos en un 4rea circunscrita. Las aldeas o poblados permanentes se han desarroliado a partir de influencias externas, sobre todo de misioneros catdlicos. Sus asentamientos estan dispersos. Las relaciones interpersonales y de parentesco son la base de su organizacion social. Tienen un concepto de la tierra y del trabajo diferente al de los campesinos indigenas y al de los propietarios criollos. Las Reformas agrarias de Bolivia y Peri no contemplaron en su momento la existencia de estos grupos y no definieron formas de acceso a la propiedad para ellos, de manera que los recientes procesos de colonizacién, que hacen concurrir en el espacio amaz6- nico y oriental a los campesinos indigenas migrantes de la sierra y a los criollos, se han hecho al margen de cualquier consideracién legal respecto a los derechos de estos grupos que son los mas vulnerables. Llamados de distintas maneras: se/vicolas, cumpas, chunchos, etcétera, en Peri son 190 mil individuos conformados por 64 0 67 grupos etnolingUisticos. E] Ashaninka es el mas numeroso de ellos, con unos 45 mil individuos y el Arabela con 180 es el mas reducido (Ossio, 1992). En Bolivia constituyen hoy también unos 190 mil indigenas amazénicos: 31 grupos lingGisticos; el mas numeroso de ellos, el Chiquitano con 40 mil individuos, y el Pacahuara con apenas 11, algunos considerados en este recuento, como el Nahua o el Toromona, no consignan ya individuos vivos (Arango, 1992). Los indios no campesinos no son objeto de nuestro anélisis sino como victimas de ta reciente expansi6n de criollos y de campesinos indigenas sobre su habitat, para el cultivo de hoja de coca y otros productos comerciales. En términos demograficos no representan una gran presién sobre el gobierno central pero como objeto de la preocu- pacién de instituciones ambientalistas y de derechos humanos internacionales ofrecen un buen escaparate para que los gobiernos neoliberales andinos muestren las mejores intenciones de resolver el problema territorial de estos grupos étnicos, incluso modificando la legislacién respectiva, mientras que evaden las demandas econémicas y sociales de los otros grupos indigenas con mayor peso demogratico en su pais. c) En México, los grupos némadas que se asentaron en el norte drido, como los indigenas de la selva amazénica, no desarrollaron la agricultura, no conformaron un estado centralizado ni fueron incorporados al imperio azteca, pero a diferencia de los de la Amazonia no permanecieron en total aislamiento. La Nueva Espafia durante la colonizacion sufrid, al igual que la poblacion originaria, el despojo de sus tierras; pues aunque su agricultura no logré el desarrollo de la mesoamericana, la tierra que ocupaban, y en menor medida su fuerza de trabajo, fue disputada por los espafioles. A medida que los espafioles se expandian en busca de yacimientos mineros fueron desplazando a los grupos indigenas hacia espacios menos accesibles y productivos. Por ello en el caso de México, como plantea Favre, no es relevante la distincién entre indigena y campesino indigena, ya que independientemente de sus diferencias originales todos los grupos indigenas fueron articulados, en mayor 0 menor medida y en forma subordinada, a las estructuras coloniales de dominacién. Mas significativas son las diferencias con el campesino mestizo, del que nos ocuparemos mas adelante. El estado central en Mesoamerica fomenté el aislamiento y la preservacion de las diferencias culturales y lingQisticas intra-étnicas. En el caso del imperio azteca fue mas por omision y durante la Colonia, y en la fase independiente fue una politica estatal deliberada, una manifestacion del miedo al indio por parte de la élite criolla, De ahi que la vineulacién vertical de cada grupo étnico en las estructuras de dominacién nacional resultara mayor que la vinculacién horizontal entre grupos indigenas. El censo de 1990 registré 7.89 por ciento de pablacion indigena. ' Para el Instituto Nacional Indigenista (rw) son 10.70 por ciento de la poblacién. El mismo censo reconocié 92 lenguas indigenas: el néhuatl hablado por més de un millén de personas; el maya peninsular con 700 mil, y en orden decreciente el zapoteco, mixteco, otomi, tzeltal y el tzotzil. La poblacién indigena se localiza mayoritariamente en el centro y en el sur del pais. Los estados con mayor concentracién de poblacién indigenas son Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Puebla, Yucatan, Hidalgo, México y Guerrero, en los que se encuentra 78 por ciento de la poblacién indigena. El 30 por ciento de los 2 403 municipios del pais esta habitado por 30 por ciento y mas de poblacién indigena. Bartolomé (1997) sejiala dos criterios de caracterizacién de la poblacién indigena propuestos por distintos autores: el de la autopercepeién y percepeién por otros (cultural) y el de tipo organizacional (productivo), y se inclina por el primero. En el recuento que hemos hecho encontramos que en el caso mesoamericano el criterio cultural es el que domina, mientras que el criterio productivo predomina en el espacio andino. Cuando se habla de comunidad indigena en México, se hace referencia a un grupo de individuos que se identifican como pertenecientes a una comunidad de individuos, y asi lo caracterizaron autores como Alfonso Caso. En los paises andinos el término comunidad indigena se refiere a una unidad productiva constituida por la familia ampliada y asentada en un territorio bien delimitado, al ayllu. Pero ambos aspectos, el cultural y el organizacional, estan presentes en ambos espacios, s6lo que uno con mayor éntasis que otro. Por ello retomamos la formulacién del pakistani Alavi que propone la combinacion de dos perspectivas para comprender a las sociedades campesinas: las lealtades primordiales, que son las relaciones horizontals que rigen la organizacién de las comunidades campesinas sustentadas en las relaciones de parentesco o en la identidad étnica, y por otro, los intereses de clase que son las relaciones verticales que las comunidades campesinas establecen con la sociedad mayor en la que estan insertas, No se contraponen, son perspectivas complementarias para mirar como totalidad a un sujeto dual (Alavi, 1973). * El criterio empleado por los censos oficiales es el lingQiistico, es decir, el uso de una lengua nativa; este indicador resulta limitado y conduce a minimizar la cantidad de la poblacién indigena existente. Las movilizaciones del campesinado indigena en las dos Ultimas décadas expresan ambas dimensiones en una misma accién, de ahi su fuerza reivindicativa y su capacidad para amenazar el orden neoliberal. La racionalidad andina Desde sus origenes, el discurso de la modernidad ha responsabilizado al campesinado tradicional, particularmente al indigena, de ser el obstaculo a la expansion capitalista por sus formas productivas estéticas y retardatarias. Si analizamos la evoluci6n de tales formas en los paises que nos ocupan esta afirmacién resulta falsa, como intentaremos mostrar. Murra (1989), y a partir de él otros autores subraya el peso de la ecologia en la conformacién de las estructuras econémicas, sociales, politicas y culturales en los paises andinos. La geogratia puede parecer menos decisiva en el analisis de la constituci6n de otros espacios nacionales, pero en el caso andino su predominio se refrenda continuamente y todavia hoy sigue incidiendo en las posibilidades de desarrollo de la regién. En ningin lugar como en los Andes los hombres y las sociedades que han creado han sido esclavos del espacio. A diferencia de Mesoamérica el espacio andino ofrece condiciones naturales muy desfavorables para la agricultura pues reducen la productividad del trabajo. En torno a la cordillera andina se conforma una gran diversidad de pisos altitudinales? los cuales generan muy variadas condiciones climaticas en espacios reducidos que obligan a un extremo fraccionamiento de los terrenos de cultivo. A ello se agregan otros factores adversos: lo accidentado del terreno, que dificulta el uso de herramientas y de traccion animal para la produccién en gran escala,* la pobreza de los suelos propensos a la erosién, hay poca agua, heladas nocturnas y marcadas diferencias de temperatura entre diay noche y entre sol y sombra. El hombre andino compensé esas desventajas mediante un conjunto de estrategias productivas basadas en el control vertical de multiples cultivos: una racionalidad andina (Gélte, 1986), que consiste en el cultivo simultaneo de distintos productos en los diferentes pisos ecolégicos, con demandas estacionales de mano de obra que no coinciden sino que se intercalan. La estrategia de multicultivos andina permite que, a diferencia de la agricultura estacional y monoproductora de Mesoamérica y otras regiones, en que los campesinos 2 Tres macrorregiones componen la regién andina: Sierra, Selva y Costa. La sierra conformada por la cordillera de los Andes y las zonas de transicién aledafias o altiplanicie. Partiendo de sus grandes picos como el Huascaran (6.768 m), se pueden distinguir, hablando sélo de altitud, la Puna Brava entre los 4 500 y 5 000 m, que no es habitable por el hombre; la Alta Puna entre los 4.000 y los 4500; la Puna Media entre los 3500 y los 4.000. Al fondo de cafiones y arietas se encuentran los valles interandinos entre los 2 000 y los 3 000 m. Bajando hacia el oriente se localiza la Selva Amazénica llamada Momtafia por los conquistadores espafioles, que en Peri abarca 65% del territorio; se divide en tres regiones: el bajo monte andino o sierra oriental 0 Ceja de Selva, entre Jos 2 500 y 800 m; la Selva Alta entre los 800 y 400 m; la Seiva Baja entre los 400 y 80 m. La costa al occidente es un érido desierto interrumpido por numerosos valles irrigados por los rios que se originan en os deslaves de los picos de le cordillera andina (Rubio, 1990). El esquema es basica- mente el mismo en Bolivia pero @ diferencia de Pert carece de los territorios costeros que perdio ‘a manos de Chile en la Guerra dei Pacifico en 1789. Por ello en Bolivia, resaltan mas los matices entre el Altiplano que constituye 20% del territorio y los valles interandinos con 25% que son los mas fértiles; la selva cubre 40% del territorio. El maiz s6lo se puede cultivar en el clima mas benigno de los valles interandinos por lo que la dista basica popular se complementa con la papa y otros tubérculos que resisten las heladas de las grandes alturas. 3 En Mesoamérica no hubo antes de la llegada de los espafioles grandes especies que aprovechar, fen los Andes los auquénidos (llamas, alpacas, etc.) estan adaptados a los diversos usos de la poblacién (transporte, lanas y carnes) y no afectan los suelos como ocurre con el ganado Introducido por los espaoles en los fragiles suelos andinos. permanecen improductivos largas temporadas, se utilice la fuerza de trabajo durante un maximo de dias en el afio agricola y se aproveche toda la mano de obra familiar en actividades especificas, de acuerdo con la edad y el género. Tal estrategia convierte la desventaja esencial del suelo andino en ventaj Para atender una serie de ciclos agrarios en terrenos distantes entre si, se elaboraron formas complejas de organizacion que el Estado inca coordiné y sistematiz6. Surgieron formas muy variadas de cooperacién en el trabajo y de posesién colective de la tierra de acuerdo con las combinaciones posibles en el espacio andino (que incluye también las regiones de la costa y la selva). El ayilu 0 comunidad era la unidad productiva basica, el ultimo estabén en la jerarquia inca, ella manejaba directamente algunos ciclos productivos de acuerdo con la disponibilidad de recursos de la regién. Tenia un amplio margen de autonomia y elasticidad en sus decisiones, el trabajo comunal era dirigido por las autoridades locales (curacas). La distribucién de la produccién se resolvia por la asignacién de las chacras (parcelas) a las unidades domésticas, Se llevaba un sistema de contabilidad del trabajo que equilibraba las jornadas por cada unidad doméstica. El ayniera el sistema de cooperacién de varias unidades domésticas en un ciclo agricola, se basaba en /a asignacién de similares extensiones de tierras laborables. La minka era el grupo convocado por un organizador con la capacidad suficiente para asumirla tarea. La unidad local funcionaba a partir del principio de reciprocidad entre sus miembros (Wachtel, 1976). El estado inca resolvia a nivel macro social las necesidades de 'a sociedad andina y funcionaba también como un mecanismo de redistribucién social de los excedentes que beneficiaba al conjunto de los pueblos pertenecientes al imperio y posibilitaba los intercambios de productos entre regiones distantes y complementarias. La funcién coordinadora de tan compleja organizacién social le dio una gran legitimidad al Estado inca frente a las comunidades campesinas que asumian su dominio como una necesidad material objetiva y fuente de beneficios. Los curacas, autoridades intermediarias entre e| Estado y las comunidades y vehiculo para la extraccién del excedente, no eran vistas por ellas como una imposicién. Con la destruccién de Ia jerarquia inca y la utilizacién de sus estructuras como mecanismo de apropiacién del excedente por los conquistadores, la organizacién andina ‘se redujo en forma considerable pero no desaparecié. Las formas productivas en el area mesoamericana no desarrollaron la complejidad de la andina. La geografia no impuso condiciones adversas y el imperio azteca no debis cumplir tareas de coordinacién macro y micro social muy elaboradas. El calpulli, la comunidad campesina en Mesoamérica, se sustentaba como el aylliren la propiedad colectiva del suelo y el aprovechamiento individual de los lotes; era la unidad productiva, administrativa y fiscal, tenia dioses propios y practicaba la endogamia. Pero el calpulli guardaba diferencias significativas con el ayllu, no habia el reparto anual de la tierra de acuerdo con las necesidades de los miembros y el tamafio de la familia. La tierra que poseia cada miembro del calpulli podia ser heredada, su extensién era independiente de la amplitud de la familia de! poseedor, sdlo la falta de cultivo durante tres afios o abandono del calpulli hacia perder la tierra. Estos rasgos favorecieron el desarrollo de desigualdades entre los miembros y la esclavitud (Katz, 1965). En ambas sociedades habia propiedad privada, pero era mas importante en Mesoamérica, donde no sdlo podia heredarse como en Perti, sino también venderse. Entre los incas no existié el comercio a distancia, sélo comercio local entre agricultores. Los productos valorados socialmente: lana, algodén, metales preciosos, etcétera, eran monopolio del Estado que los adquiria y distribuia entre las diferentes regiones como dones del inca. No conocfan el dinero. En México el comercio tuvo un gran desarrollo, los comerciantes eran poderosos y respetados, traficaban con objetos suntuarios entre elvvalle y la meseta. Habia mereancias con funcién de moneda: granos de cacao, mantas, granos de cobre. El Estado inca tenia un estricto control sobre la produccién en todo el imperio. En México, las regiones productoras mas ricas no estaban subordinadas al poder de los aztecas 0 lo estaban muy débilmente. Estos factores muestran una distinta evolucién de fa unidad productiva en cada una de las sociedades, el aylluy el ca/pulll. Y contribuyen @ entender la diferente percepcin de la conquista espafiola por la poblacién originaria en México y en los Andes. La llegada de Cortés a México provocd un levantamiento popular de los pueblos tributarios contra la élite gobernante azteca, lo que no ocurrié en los Andes (Katz, 1997). Las reformas agrarias y la racionalidad capitalista dependiente Avanzado el siglo xx dos racionalidades econémicas estan presentes: la capitalista yla precapitalista, y al interior de esta witima una comunitaria (herencia prehispanica) y otra semifeudal (herencia colonial). Las formas de articulacién entre ellas responden a las di- en los tres casos Ia | versas variables de su evolucién en cada racionalidad capitalista es | Pais. En los tres casos la racionalidad 5 capitalista es dominante pero se trata de dominante pero se trata de | un capitalismo subordinado al capital un capitalismo subordinado | exteme. Novas un ¢apltallsmo progrealva ¥ 7 competitive sino monopélico y depredador al capital externo | de la fuerza de trabajo y de los recursos naturales. La confrontacién entre las dos racionalidades presentes se expresa en forma dramatica en las reformas agrarias aplicadas en cada uno de esos paises, ellas tienen el propésito explicito de eliminar toda racionalidad precapitalista. Las reformas agratias son procesos de transformacién acelerada de la estructura de la propiedad de la tierra que buscan modernizar el conjunto de las estructuras productivas de un pais, Entre los casos elegidos, dos se originan en revoluciones sociales, la mexicana (1910) y la boliviana (1952). Entre las revoluciones hay unas con mayor o menor capacidad transformadora, depende de los sectores que involucre y movilice y de las alianzas que construya (su caracter de clase), pero también de su dimension nacional: a cuantos sectores de la sociedad interpela y qué les ofrece. En términos generales todas las reformas agrarias se proponen los mismos objetivos: eliminar las relaciones de produccion precapitakstas, incorporar al conjunto de la poblacién al mercado de trabajo y al mercado de consumo, y lograr el control nacional de los principales procesos productivos. Pero estos propésitos abstractos se concretan en cada pais de una manera peculiar y con alcances muy variables. Depende de las fuerzas sociales existentes, su historia y el peso especifico en ese momento, depende también de qué fraceién logre ia hegemonia, ella le dara a los propésitos generales enunciados un contenido y un sentido correspondiente con los intereses de su grupo. Los ritmos del proceso y Ia incidencia de las fuerzas externas también haran lo suyo. ‘Cuando confrontamos los programas revolucionarios o los proyectos de las reformas agrarias con los resultados objetivos encontramos necesariamente grandes diferencias: una serie de expectativas no satisfechas, procesos incompletos e incluso efectos adversos a los propésitos enunciados. Generalmente los costos recayeron sobre las mayorias populares y los beneficios se concentran en las élites; suele ocurrir que personajes del antiguo régimen se incorporen al nuevo. A veces los resultados obtenides contradicen la apuesta revolucionaria y generan grandes frustraciones. Es dificil medir los efectos progresistas de una revolucién, Pareciera que los mismos limitados resultados se habrian obtenido pacificamente y con menores costos sociales aunque en un tiempo mas prolongado. Ocurre que grupos dominantes tomen la iniciativa en los procesos de reforma agraria como medio para operar transformaciones de relativa profundidad pero sin arriesgar altos costos sociales. Esa fue la apuesta de los militares peruanos en 1969, La eucesién en el tiempo de las tres reformas estudiadas permite suponer un cierto aprendizale de la observacién de las experiencias precedentes, lo que en este caso no ofrece un balance progresista. Son los grupos dominantes los que aprovechan la experiencia de sus vecinos. Entre las experiencias de México (1936), Bolivia (1953) y Peru (1969) los indicadores son decrecientes: la movilizaciOn y participacion popular; la radicalidad de los proyectos de retorma, |a eficacia de su aplicacién y la transtormacion de las estructuras productivas. Por ello aumenta la participacion de técnicos extranjeros en la determinacién de las medidas reformistas, lo que expresa la creciente pérdida de la soberania nacional. a) México: comunidades o ejidos La revolucién mexicana de 1910 abrié paso a un radical proceso de destruccién de las estructuras precapitalistas existentes en el campo y a {a confrontacién de las fuerzas imperialistas presentes en el pais, y reoriento e intensificd el proceso de industrializacién iniciado en el siglo pasado ahora bajo la direccién de las fuerzas locales y permitié la incor- poracién de los grupos mayoritarios antes excluldos al mercado y a la vida politica del pais Durante la revolucién se delinearon dos proyectos de organizacién de la produccién agricola opuestos que respondian a la emergencia de dos fuerzas politicas revolucio- narias muy diferentes entre si, que expresaban correlaciones de fuerzas regionales diferentes en el pais. El grupo Sonora, representante de los arrendatarios capitalistas del norte, postulaba la modernizacién capitalista del campo. El movimiento zapatista expresaba los intereses del campesino mestizo e indigena sin tierra 0 con una posesion precaria y los de los peones acasillados, y postulaba el reparto de tierras para los que la trabajan y habjan luchado por ellas. ‘Ambas propuestas revolucionarias identificaban a los grandes propietarios como sus adversarios y se aliaron en contra del régimen porfirista. Lograda su derrota comenzaron a enfrentarse entre si también por las armas. Esta confrontaci6n se proiongé durante dos décadas debido al incumplimiento por parte de los gobiernos posrevolucionarios de las demandas campesinas. El descontento campesino amenaz al nuevo orden. Las reformas cardenistas conjuraron la.amenaza campesina mediante el cumplimiento parcial de las demandas campesinas y populares, profundizando sig ficativamente |a reforma agraria iniciada dos décadaé antes, La confrontacion entre los dos proyectos nacionales no se resolvié definitivamente durante el cardenismo, s6lo encontré la manera de negociar pacificamente sus diferencias. Los efectos transformadores de la reforma agraria de Lazaro Cardenas se vieron potenciados por el caracter organico del conjunto de reformas en e| cual se inscribe que modificé la relacién entre el estado y los diferentes campesinados, pero también la relacién del Estado con os grandes capitales agrarios, con el capital extranjero, con los sectores medios, con la clase obrera, etcétera, y redefine las relaciones de los distintos sectores entre si ahora reguladas por el Estado. La reforma cardenista entregé la tierra de los grandes latifundios @ sus antiguos peones acasillados bajo la forma predominante del ejido, que ademas recibié los recursos necesarios para su explotacion: créditos, herramienta, maquinaria, asesoria técnica, caminos para transportar sus productos y condiciones favorables de comercializacién. Se invirtieron radicalmente las prioridades respecto de los gobiernos revolucionarios anteriores colocando al ejido como eje del desarrollo agricola. El esquema suponia también el respeto a la pequea propiedad privada que también fue beneficiada con crédito baraio. En menor proporcidn las comunidades indigenas también recibieron tierras. Cardenas repartié la tierra en cantidades mayores que los gobiernos de Ja revolucion que lo precedieron: 17 mil hectareas frente a las 10 mil que se habian repartido; duplicé el " - . nimero de ejidos, de 7049 a 14526 entre la figura del ejido impuesta | 1935 y 1940; también duplicd el niimero de por la reforma cardenista | ejidatarios, de 898413 a 1834 268 en el eo ape oy * mismo periodo; la superficie ejidal casi se significé una camisa de triplicé, pasando de 11 827707 has a fuerza para las | 27991624 has; 471 de los ejidos eran : oe colectivos, con 340 064 has. La calidad de comunidades indigenas | ja tierra que recibieron los ejidos mejoré: recibieron 32 por ciento de las tierras de riego repartidas y 42 por ciento de las de temporal. E! ingreso de los ejidatarios aumenté 56 por ciento respecto al de los peones locales en el mismo periodo. El ejido cardenista, a diferencia del pegujal, que formaba parte del régimen de la hacienda porfiriana y de la reforma proyectada por el grupo Sonora, no se limitaba a complementar el ingreso del trabajador agricola sino que pretendia liberar al trabajador de la explotacién y de la dependencia como jomalero para recibir el valor integro de su trabajo. El ejido debia ‘Satisfacer las necesidades de los niicleos de poblacion en que estaba insertado y a partir de alli proveer al consumo de la poblacién del pais (Medin, 1983). Los ejidos colectivos fueron el proyecto mas preciado para Cardenas, se organizaron en las grandes haciendas agroexportadoras expropiadas a los latifundistas que tenian buenas tierras y una organizacién de la produccién eficiente y en gran escala que no era conveniente fraccionar: La Laguna, Yucatan, los Valles del Yaqui, Lombardia, Nueva italia y Los Mochis. Los ojidatarios recibian la tierra y la maquinaria como propiedad comin y se organizaban en cooperativas. El sistema implicaba la operacién del crédito en forma colectiva, el trabajo de la tierra en comin, y la utilizacién comunal de la maqui y el equipo agricola. El ingreso se distribuia de acuerdo al trabajo de cada ejidatario para evitar el parasitismo. Este modelo productivo correspondia mas al cooperativismo que a un colectivismo y tenia poco de ejidal. Se buscaba el beneficio de los trabajadores ahora convertidos en ejidatarios copropietarios de una plantacin o hacienda. Esta solucién por sus incon- gruencias generé muchos conflictos y fueron rapidamente reestructurados al término del gobierno cardenista. Cardenas dio la misma salida ejidal a una gama de demandas provenientes de diversos sectores campesinos con distintas problematicas sociales y necesidades productivas, lo que limité la eficacia de tal solucién. En el caso de las comunidades indigenas, ya desde los ros repartos posrevolucionarios se traté de’limitar la practicas autéctonas de explotacién colectiva de Ia tierra. Durante el gobiemo de Cardienas se respetaron las formas productivas propias, pero la economia local, regional y nacional conspiraba contra la estructura comunitaria. La figura del ejido impuesta por la reforma cardenista signiticd una camisa de fuerza para las comunidades indigenas pero al menos sirvid como escudo que permitié la persistencia de la légica comunitaria. Para enfrentar e! crecimiento de la poblacién o el despojo de fuerzas mas poderosas las comunidades recurrieron sistematicamente a la Solicitud de la dotacién o ampliacién ejidal consagrada por la reforma cardenista. El modelo ejidal cardenista impuso a las comunidades indigenas una forma ajena de organizacién que no se adaptaba en forma plena a sus necesidades pero les permitio ‘subsistir en forma precaria. Para las mayorias mestizas de {as distintas regiones (campesinos parcelarios 0 peones) el ejido cardenista significd un proceso de recampesinizacion que viabiliz6 una proletarizacién gradual, menos brutal y traumatica que la iniciada con las reformas. liberales de Benito Juarez, de mediados del siglo xx, continuadas durante el porfiriato y las proyectadas por el grupo Sonora. También garantiz6 la reproduccién a bajo costo del nuevo proletariado y el abastecimiento barato de materias primas a la industria, Sirvi6 también para reformular la relacion paternalista entre el Estado y los campesinos: el ejido fue el mecanismo de incorporacién gradual de los campesinos mestizos de las diferentes regiones a la nacién a través del corporativismo. La Contederacién Nacional Campesina (cnc) se convirtié en uno de los pilares del Partido de la Revolucién Mexicana (Pam) antecedente del pri. El ejido comenzé a ser desnaturalizado desde el final del gobierno catdenista: perdid su caracter protagénico en el desarrollo agrario del pais y con ello el apoyo en crédito e infraestructura que tenia. Mas no fue eliminado, sobrevivié como posibilidad de acceder ala tierra y mantuvo viva la esperanza de los campesinos como instrumento de control Politico, pero al mismo tiempo como bandera de lucha y radicalizacién. El ejido se colocé en el centro del conflicto entre las dos fracciones dominantes (la capitalista modenizadora y la nacional popular), fue parte del compromiso entre ambas, de un prolongado empate de fuerzas que se mantuvo hasta 1991. b) Bolivia: comunidades 0 sindicatos La revolucién de 1952 fue el proceso que definid los alcances de la reforma agraria de 1953. La revolucién se sustenté en dos eventos de masas de gran magnitud que aparecieron en forma desfasada y desarticulada, resultado de la separacién de los actores protagénicos de cada uno y de la diversidad de sus intereses: la rebelién general de 1947 y la guerra civil de 1949 (Rivera, 1986). Las tebeliones campesinas de 1947 lograron una amplia cobertura de contactos urbanos pero se mantuvieron aisladas de} movimiento obrero organizado, especialmente de los mineros, el sector mas importante. La guerra civil de 1949 fue dirigida por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (inn) y sectores disidentes del ejército, y conte con la participacién de mineros, obreros fabriles, ferroviarios y sectores populares urbanos, y en forma marginal con el campesinado indio o mestizo. Rivera caracteriza al wna como una dirigencia jacobina sin burguesia que aproveché en su beneficio la insurreccién popular mas importante de la historia boliviana contemporanea. Logré resultados mayores de los que se proponia inicialmente: ampliacion de! control estatal sobre la economia con la nacionalizacién de las minas, destrucci6n de las relaciones servil-coloniales con la reforma agraria y la incorporacion del campesinado indio en el ambito de ia democracia formal con el voto universal. Con ello lograron desmantelar al Estado oligarquico, destruir su aparato represivo y la capitulacién del viejo orden. El proyecto nacional del smn consistia en crear ung nacién culturalmente homogénea mediante 6! mestizaje, Ja castellanizacién y la ampliacion del mercado interno. La idea de mestizaje propuesta por el wr, que persiste hasta hoy, consiste en la asimilacién por la poblacién indigena de los valores, la lengua y las formas de pensamiento occidentales prevalecientes entre la poblacién criolla, y excluye toda manifestacién de multicul- turalismo © multilingdismo, Las comunidades indigenas, por el contrario, tendian al reforzamiento de las identidades étnicas andinas, sus reivindicaciones no tenian cabida en el proyecto de! twa. La rebeliGn de 1947, al develar las demandas de las comunidades permitié al unr tomar conciencia de las diferencias de intereses y actuar en consecuencia: organiza estructuras de cooptacién y control sindical que le permitiran convertir a las masas rurales en receptoras pasivas de sus medidas. Inicia asi un proceso de campesinizacin del movimiento indio que logra que éste desista temporalmente de sus demandas como comunidades indias. La Reforma agraria fue impulsada desde abajo por el propio campesinado mediante la toma de la tierra y la expulsién violenta de los hacendados. Los campesinos mestizos quechuas de los valles de Cochabamba fueron los mas radicales, tomaron y distribuyeron las tierras y el gobierno debié aceptar las directivas surgidas esponténeamente de los campesinos. En el Altiplano y otras regiones, con predominio indigena aymara, el proceso fue mas lento y con mayor intervencién estatal. En ambos casos la solucién fue la distribucién parcelaria de la tierra que creé la pequena produccién mercantil basada en la gestion familiar vinculada con formas comunitarias de produccién. Tal solucién generalizé la circulacién mercantil y reestructurd los canales de comercializacién rompiendo el monopolio comercial de la hacienda. En los primeros meses se gener un agudo desabastecimiento alimentario que llev6 al establecimiento de nuevas redes de comercializacién que surgieron espontaneamente por iniciativa de los propios campe- sinos a través de los sindicatos preexistentes. La Reforma agraria se apoyo en las comunidades indigenas que tenian un gran arraigo y formas de autoridad autéctonas que funcionaban dentro y fuera del latifundio. Tales formas organizativas derivaban en parte del ayilu o comunidades de parentesco y territorio. El sindicato se desarrollé en cada nucleo de poblacién rural al fusionarse con las formas organizativas prexistentes. En dos afos afilié a mas de medio millon de individuos en cerca de 20 mil sindicatos agrarios. La conversién de comunidades indigenas en sindicatos tiene su antecedente en el decreto de sindicalizacion obligatoria del gobierno de David Toro, en 1936, medida de inspiracion reformista y corporativista que expresaba la intencion de convertir, desde el poder, a los indigenas en campesinos. El ua intentara acelerar este proceso a partir de 1953. El fenémeno de la expansién de la forma sindicato tiene una doble légica: la voluntad del poder de eliminar a las comunidades indigenas percibidas como el obstaculo al desarrollo, y la necesidad de |a poblacién indigena de incorporarse en el proceso de transformacién bajo este mecanismo intermedio que representa una continuidad con sus formas de organizacién originarias, al tiempo que intenta adaptarse a los deseos y necesidades de! nuevo poder central. También convino a la ldgica de los grupos socialistas para quienes la forma sindicato era la Unica aceptable dentro de su perspec- tiva obrerista. En la fase posterior a la revolucion el proceso de subordinacién de! movimiento campesino al estado tiene, no obstante, una presencia activa. El predominio de la poblacién indigena en las milicias y sindicatos resquebrajé considerablemente el viejo racismo y deterioré las barreras de casta. La movilizacion indigena redefinié su papel ‘en una sociedad cerrada para ella. El problema étnico fue eclipsado temporalmente por la actividad sindical y los nuevos derechos adquirides con e! voto universal, pero la primavera duré sélo una década. La segunda fase se caracterizé por la subordinaci6n pasiva del movimiento campesino al estado. Las milicias y e! voto universal se consolidaron como nuevos mecanismos de opresién. La clipula de la Contedetacin Nacional de Trabajaciores Campesinos de Bolivia (cwrce) se separé de la base y el sindicalismo permanecié atomizado en miles de pequerias comunidades rurales que perdieron su capacidad para hacer llegar sus demandas al estado, Se mantuvieron sdio formas simbolicas de aproximacin al estado que desaparecen con el desarme de las milicias rurales y la firma del Pacto militar-campesino en 1966. El Pacto militar-campesino fue la estructura institucional de enlace entre el sindicalismo paraestatal y el ejército, que sustituyé a la articulacién sindicato-partido; ahora el ejército asume el control directo del sindicato campesino. El campesinado quechua de Cochabamba, que ha vivido un proceso de mestizaje mas intenso y prolongado desde la época colonial, 6s el Unico que se incorpora en forma plena a la Revolucién del 52 y se constituye en el eje del aparato sindical paraestatal, en él la memoria colectiva de! poder sindical (memoria corta) eclipsa la memoria larga. La identidad campesina eclipsa y borra las huellas de la identidad india (Rivera, 1986). En el Altiplano Ia incorporacién del campesinado aymara en el proyecto estatal del 52 fue limitada. La fricciones criollos € indios contingan bloqueando el funclonamiento demoeratico de las relaciones entre sindicatos y partidos. La organizacién social en el Altiplano esta atin fuertemente vinculada a la persistencia de !a comunidad andina. Por diversas causas, el triunfo total de un esquema parcelario es imposible en esta region. La memoria cotectiva de fa revolucién de! 52 significa tan s6lo una ruptura parcial con el pasado frente a la evidente continuidad de las practicas de discriminacién racial y subordinacién politica, y frente al ejercicio de la otredad cultural y organizativa de los ‘comunarios aymaras. La identidad india es fundamental en su autopercepeion y sdlo ha podide ser matizada por el hecho revolucionario de 1952. Ella se refuerza por la exclusién, es decir, por la reedicién sutil de las formas de discriminacién sefioriales del pasado previo al 52. Estas practicas sefioriales de origen colonial se reconstruyen a pesar de la revolucién. La continuidad colonial impone et predominio de la memoria larga sobre la memoria corta y @s fuente de identidad politica auténoma que no admite supiantacién (Rivera, 1986). Los efectos econémicos negativos, propios de la via parcelaria, se manifestaron répidamente: la subordinacién del campesino a procesos econémicos que no controla y generan pauperizaci6n, la migracién creciente a fas ciudades y la limitada proleta- rizacién. La formacién de nuevos monopolios comerciales, el crecimiento de una capa. de intermediarios alejados econémica y culturalmente del campesinado indigena. La migracion a las ciudades intensificada por la Reforma agraria confronta a los migrantes con la sociedad criolla cerrada para ellos, que ejerce nuevas formas de discriminacién y opresién oscurecidas por la retérica integracionista del mvv: la educac rural es un instrumento de discriminacién y prolongacién de privilegios; e! servicio militar obligatorio para quienes no pudieran comprar su exencién. La manipulacién sindical prolong6 las formas serviles, excluyentes y antidemocraticas de la politica. El uso faccioso de los sindicatos permitio hacer de la confrontacién de los campesinos con los mineros un eficaz y duradero instrumento de control politico, El propésito reformista de eliminar a las comunidades indigenas via la proletarizacién se expres6 en diversas medidas: la extrema parcelacién de la tierra evité la consolidacion de pequefios propietarios independientes, pues lo pequefio de la propiedad impidié su sobrevi- vencia; y la sindicalizacién forzada de los campesinos que sélo encubri6 la persistencia de formas comunitarias. Pero, por otra parte, no se generaron condiciones propicias para el desarrollo del proceso de proletarizacién: no se amplid el mercado de trabajo asalariado y la resistencia de la sociedad criolla para incorporar a ia poblacién indigena migrante en la ciudad. c) Perti: comunidades 0 cooperativas Elantecedente mas importante de la Reforma agraria de 1969 fueron las revueltas campesinas de 1953, que alcanzaron las regiones mas diversas y distantes del pals. Por su amplitud espacial y por su prolongacién en el tiempo (mas de 10 afios), el movimiento campesino superd a los anteriores en este siglo. Sus formas de lucha fueron la toma de tierras y la organizacién de sindicatos que en algunos casos se convirtieran en verdaderos centros de poder local. Las demandas de las comunidades campesinas de la sierra andina eran la devolucién de las tierras usurpadas por los terratenientes y el acceso a ellas para los colonos. En la costa los jornaleros demandaban una remuneracién salarial, el derecho a la sindicali zacién y el acceso a la educacién para sus hijos. En el sur andino los campesinos asumieron reivindicaciones étnicas contra la dominacién cultural y econémica del blanco 0 del mestizo (Flores-Galindo, 1986). En el valle de La Convencién y Lares, en la provincia de Cuzco, se dieron las movilizaciones mas significativas del periodo. En esta regién, Ceja de selva, de reciente colonizacién, los colons de las haciendas se organizaron en sindicatos para exigir mediante ia toma de haciendas la abolici6n del trabajo gratuite y el reconocimiento de sus sindicatos. En 1962 paralizaron la regién bajo el liderazgo trotskista de Hugo Blanco e intentaron aplicar una reforma agraria disefiada por él. Entre 1959 y 1963 se movilizaron en la region unos 300 mil campesinos que invadieron cerea de 300 haciendas. La movilizacion campesina inspiré tres movimientos guerrilleros en el pais. El del Frente de lzquierda Revolucionaria (ria) de Hugo Blanco, que de promotor de la organizacion sindical de los campesinos se convirtié en préfugo y debi6 pasar a la clandestinidad y, luego, sin un plan preconcebido, pasé a la accién guerrillera. Inspirados en la experiencia de Blanco y de la revolucién cubana, aparecieron las guerrillas del Movimiento de lzquierda Revolucionaria (tA) y el del Ejército de Liberacién Nacional (ev). Los tres grupos intentaron sin éxito orientar en un sentido revolucionario la movilizacién campesina por la tierra. No obstante la radicalidad de las movilizaciones campesinas y urbanas, y la aparicin de las guerrillas, los sectores populares no estaban atin en condiciones de constituirse en una alternativa de poder antioligarquica. Pero su accién alerté a los grupos dominantes sobre el peligro que el descontento popular representaba, especialmente alerté a los militares que combatieron a las guerrillas y eran el Unico sector capaz de ejercer un liderazgo alternativo a la oligarquia. EI 3 de octubre de 1968 fue derrocado Fernando Belaunde Terry, por medio de un golpe de Estado incruento encabezado por el general Juan Velasco Alvarado, quien asumié el poder del autodenominado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (crFa), que representaba el lado reformista del ejército peruano. Su proyecto reformista se sustentaba en la idea de que la seguridad nacional se garantizaba mediante el desarrollo econémico y social de! pais. Para los militares el mAs grande problema nacional y la causa de la subversi6n era la persistencia del precapitalismo en el campo y de la pobreza y el desempleo en las ciudades, condiciones que impedian la integracion nacional. Los militares se propusieron eliminar el enclave extranjero, el area de produccién Precapitalista en el campo, el predominio politico de la oligarquia; buscaban consolidar una burguesia industrial con orientacién nacional, fortalecer la capacidad empresarial del estado y su papel regulador de Ia economia y ampliar el mercado interno que ase- gurara la expansion de esa burguesia industrial. Se trataba de «formar a la nacién desde y a partir del nuevo estado» (Cotler, 1988). Ademas de los sectores agrario, minero y petrolero, hubo nacionalizaciones en la banea, la industria, la pesca, el transporte, el comercio exterior y los medios de ‘comunicacién. En el ambito cultural se aplicé una reforma educativa que buscaba favorecer la integracion nacional, se oficializ6 la lengua quechua y se establecid su ensefanza obligatoria, E! jogro mas visible en este campo fue la ampliacion de la matricula estudiantil en todos los nivetes.¢ La Ley de reforma agraria promulgada el 24 de’junio de 1969, afectaba a todos los predios con una extensidn superior de 150 has en la costa y a 75 has en la sierra. En 1975, los limites de inafectabilidad fueron reducidos a 50 y 30 has respectivamente. No se hicieron excepciones en el caso de los predios tecniticados y capitalizados de ia costa, sino que precisamente prioriz6 el espacio mas desarrollado en la liquidacion de los terratenientes. Las indemnizaciones otorgadas a los propietarios se efectuaban en bonos de la deuda agraria que eran amortizables a muy largo plazo y estaban tasadas en funcién del valor de la tierra declarado al fisco. La mayor y mejor parte de las tierras expropiadas pasaron a manos del capital estatal. El campesinado no accedié a /a tierra distribuida, y el que tuvo acceso a ella no pudo conservarla por falta de apoyo en créditos, semillas, asesoria, pero sobre todo por tener que agar por ella. Entre los sectores explotados el proletariado agricola de la costa fue el grupo mas beneficiado por la reforma, era 25 por ciento de la fuerza de trabajo en esa region. La reforma agraria eliminé al terrateniente tradicional como mediador en la dominacién del capital monopélico imperialista sobre el campesinado; pero no se elimind 4 Entre 1968 y 1975 la matricula universitaria paso de 93 997 a 179 303 alumnos, casi se duplic6. Estadisticas del Peri, p. 426. tal dominacién, sélo cambié su naturaleza. Su lugar lo ocupé el capital estatal con un mecanismo diferente de extraccién del excedente: la reduccién de la renta agraria de la propiedad campesina. La reforma agraria rompié las relaciones de produccién precapitalista establecidas entre haciendas y comuneros, y propicié una mayor integracién de las economias comunales a los mercados de bienes y de fuerza de trabajo y crédito por la via de la reduecién de las tierras a las que el campesino tenia acceso, a través de la aparceria o del alquiler. Con ello i favorecié el proceso de proletarizacién y los COIR erste . los semiproletarizacion del campesinado. Los co- | funcionarios publicos y las merciantes, los funcionarios pubblicos y las coo- . a perativas sustituyeron a los hacendados como cooperativas sustituyeron explotadores de la comunidad. a los hacendados El objetivo fundamental era fortalecer el modelo capitalista agroexportador que ya se | COO explotadores desarrollaba en la costa y generalizarlo a otras, de la comunidad regiones de la sierra que tenian recursos exportables. Para incrementar las expor- taciones se usaron criterios de racionalidad y productividad capitalista ajenos a la dindmica de los espacios andinos. Las regiones que no tenian recursos atractivos a la explotacién capitalista 0 a la exportacién fueron totalmente excluidas de la reforma, en ellas los cambios fueron minimos. La reforma agraria no se planteaba, como objetivo, un desarrollo endégeno, ni resolver las necesidades del mercado interno ni favorecer los intereses de los pequefios productores ni incrementar la produccién de autoconsumo. Mucho menos se planteaba el problema de compatibilizar la racionalidad capitalista y !a andina. El disefio de un proyecto reformista de desarrollo capitalista nacional (en ausencia de las principales fuerzas interesadas: la burguesia como conductora y beneficiaria del mismo y los campesinos como la contraparte que exige la satisfaccién de sus intereses. manifestando su fuerza) hizo de la reforma un ejercicio de especulacién teérica alejado de la realidad con un sesgo autoritario propio de sus promotores: los militares, quienes refrendaron el desconos nto de las clases dominantes sobre la realidad nacional y los intereses de los grupos mayoritarios. E| miedo a los indios !lev6 a los militares a cancelar toda iniciativa popular. La aplicacién vertical de las reformas defini los estrechos limites ‘del proceso. Las transformaciones emprendidas resultaron en ocasiones inviables, o de efectos muy limitados y en muchos casos contraproducentes. Las comunidades indigenas fueron reconocidas y protegidas constitucionalmente, pero como comunidades campesinas y no como comunidades indigenas que eran. Con ello no se resolvié el problema, simplemente se le ignord, pretendiendo que un decreto legal eliminara el conflicto étnico de la sociedad peruana y que, al borrar la palabra indio de la legislacion y del lenguaje cotidiano se borrara la marginacién de la poblacién indigena. Se establecieron cuatro modalidades de propiedad: las Cooperativas Agrarias de Produccién (car), las Sociedades Agrarias de interés Social (sais), Jas Comunidades Campesinas y las Empresas de Propiedad Privada o individual. En total se adjudicaron mas de 7 millones de hectareas entre 300 mil familias campesinas. Las mas importantes por su ubicacién en el sector de exportaci6n fueron las Coope- rativas Agrarias de Produccién, de las que se crearon 886 a partir de los grandes latifun- dios agroindustriales de la costa, productores de azticar y de las plantaciones de té de la sierra sur. Fueron adjudicadas a los trabajadores estables (proletariado agricola) de las. empresas, dejando fuera a una amplia poblacién de trabajadores eventuales (semiprole- tarios). Las drasticas diferencias establecidas entre socios y trabajadores eventuales generaron conflictos entre ellos y entre el Estado y los eventuales. Como el Estado mantuvo el control real del proceso productivo y determiné las con- diciones de trabajo, se generaron también conilictos entre el gobierno y los cooperati- vistas estos fueron excluidos de las decisiones en las empresas que formalmente les pertenecian. Los confictos laborales se controlaron Via la militarizacién de las empresas, y puesto que los cooperativistas eran de filiacién aprista, el enfrentamiento se agudiz6. Para impedir las huelgas se acusé a los dirigentes sindicales de sabotear la reforma agraria, delito procesable bajo el fuero militar (Pasara, 1982). Los grandes latifundios ganaderos de la sierra, que los funcionarios | representaban unas 2789 hectareas, se convirtieron dasiqnadl en 57 Sociedades Agrarias de interés Social. Eran ]ESIGNGCOS | semicooperativas, formadas por los ex trabajadores desde el centro | estables de las haciendas y por algunas comunidades campesinas. La mayor parte de las comunidades no tomaban el lugar | fueron incorporadas a las sais, permanecieron fuera, de los terratenientes | generandose una marcada diferenciacién social y rivalidad entre las comunidades de adentro y las de afuera. Era el gobierno el que determinaba el fun- cionamiento de las empresas mediante funcionarios y tecnicos nombradios desde el centro. También en este caso se reprodujeron viejos conflictos y relaciones de explotacién entre @1 Estado y las comunidades y entre comunidades. Los funcionarios designados desde el centro tomaban el lugar de los terratenientes. Entre 1967 y el 15 de noviembre de 1979, 433 comunidades (aproximadamente 14% del total) fueron formalmente beneficiadas por la Reforma agraria, recibiendo 749 420 hectareas de tierras. Menos que las 833 mil hectareas adjudicadas a los grupos ‘campesinos que eran la mitad del nimero de comunidades. Por la pobreza de sus recursos los miembros de las comunidades no se convirtieron en campesinos independientes, su papel en la economia mercantil continuo siendo marginal: servir como reserva de fuerza de trabajo para otros sectores de la economia y constituir una demanda muy restringida de productos industriales dado su limitado poder de compra; sin ser absorbidos plenamente como fuerza de trabajo asalariada por la economia capitalista ni desaparecer como economias precapitalistas. ‘Antes de la reforma agraria los comuneros gozaban de una posicion superior a la de los colonos de las haciendas. Como campesinos independientes y libres, los comuneros eran propietarios de facto de su tierra, tenian acceso directo al mercado y en general disponian de mayores ingresos y mas elevados niveles de vida que los colonos. Con la reforma agraria, Se invirtieron las posiciones, los antiguos colonos se volvieron socios de caP, sais O ens. La reforma trasladé al seno mismo del campesinado el choque de los intereses agrarios. Para hacer accesibles los productos basicos a la poblacién de las ciudades, limitar las reivindicaciones salariales en el sector industrial y contener la inflacién, se redujeron los precios de los productos agricolas y con ello los margenes de beneficio se redujeron a niveles insignificantes que en ciertos casos ni siquiera cubria el costo de la produccién. Esta politica, aunada a las deficiencias de la reforma precipité la emigracién del campesinado, Al final de los afios setenta, la reforma agraria se agoté: endeudamiento, corrupcion, bajos rendimientos. La crisis agricola se expresd de dos formas, el inicio de la lucha armada bajo la direccion de Sendero Luminoso en 1980 y la conversion espontanea de grupos campesinos (cooperativas) en comunidades. En 1979, segiin datos oficiales, habia casi 3 mil comunidades poseedoras de un total de 18 millones de hectareas de las peores tierras: s6lo 1 por ciento (186 mil has) eran de riego, 9 por ciento (1 millén 600 mil) de temporal; 65 por clento (12 millones) de pastos y bosques y 25 por ciento (4 millones) ias tierras eriazas.> En 1978, la recién creada Federacién Departamental de los Campesinos de Puno (roc) asume la direccién del movimiento que demanda la reestructuracién demoeratica de la 5 Estadisticas del Perd, pp. 117 y s. reforma agraria, que se propone la reconversién de las cooperativas en comunidades. En 1980 el gobierno de Belaunde decreta el fin de la reforma agraria y promete una parcelacion del sector reformado, pero esto no se lleva a cabo. En 1984 las movilizaciones se intensifican y al affo siguiente se inician las recuperaciones de tierra por las comunidades. El presi dente Alan Garcia promete distribuir 1 100 000 hectareas provenientes de las cooperativas. En 1987, 211 comunidades recuperan en dos dias 385 mil hectareas, el gobierno se ve obligado a reformar fa reforma y distribuye entre las comunidades 750 mil has. Para 1987 habia cerca de 5 mil comunidades campesinas en el pais, reconocidas y no reconocidas, que integraban alrededor de 20 por ciento de la poblacién total peruana, y sus jefes de familia representaban 50 por ciento de la poblacién econémicamente activa. Poseian 14 por ciento del territorio nacional, cerca de 19 millones de hectareas de las peores tierras. E! 65 por ciento de ellas eran pastos naturales; 9 por ciento tierras de temporal, y 1 por ciento tierras de riego. La mayor parte se encontraba en la sierra y producia papa y maiz, y ganado auquénido y ovino. La colonizaci6n de frontera E| incremento durante los dltimos 15 afios en el cultivo de la hola de coca® para la produccion de cocaina en Perd y Bolivia, ha representado en ambos paises una tabla de salvacién que contribuyé significativamente a la recuperacién de sus economias, luego de la caida de los precios de los productos mineros y agricolas que los vinculaban con el mercado mundial. Pero los procesos de colonizacién de la region amazénica y de expansién del cultivo de la hoja de coca es anterior al boom cocalero en varias décadas. También lo es la constitucién de un sector de grandes propietarios de tierras dedicados al cultivo de la hoja de coca para el consumo nacional. En Bolivia este proceso se inicio en los Yungas, en el departamento de La Paz, y en Peru en la region de la Convencion, en el departamento del Cuzco, en los afios cincuenta. En ambos paises e! boom cocalero de los ochenta mared también un desplazamiento hacia la selva amaz6nica de los cultivos en mas amplia escala: el Chapare en Bolivia y el Alto Huallaga en Perd. La ampliacién de la frontera agricola para el establecimiento de cultivos tropicales y la explotacién forestal para exportacién encubrieron o justificaron importantes inversiones en construccién de caminos con ayuda extema, que en lo fundamental favorecieron la ampliaci6n de los cultivos de hoja de coca para el narcotrafico. Tales proyectos realizados bajo gobiemos militares favorecieron la consolidacion de una burguesia cocalera. ® La hoja de coca ha sido consumida por ia poblacién indigana de los Andes desde hace siete sigios. Sélo en la regién andina se dan las condiciones climaticas para su produccion y, particularmente, en las laderas crientales, en lo que se deriomina Ceja de seiva, entre los 500 y los 2000 msnm. Grece en terrenos inapropiados para otros cultives y puede dar tres 0 cuatro cosechas al afio, requiere culdados especiales y una gran cantidad de mano de obra para aclimataria a nuevos terrenos y protegerla de las plagas. La masticacién de la hoja de coca chaccheo o acullice tiene efectos narcétices y estimulantes que permiten la realizacion de grandes estuerzas fisicos en condiciones de deficit nutricional Antes de la llegada de os esparoles su uso era fundamentalmente religioso y privativo de la casta godemnante. Cada ayllu o comunidad tena una parcela destinada al cultive de la hoja de coca para 6] uso ceremonial y del inca. Cuando las comunidades estaban asentadas en regiones improplas para su cultivo e} estado les asignaba una parcela en la zona de Ceja de selva a la que los miembros de la comunidad se trasladaban los periodos necesarios para Ja siembra y la cosecha. El consumo de ia hola de coca se generalizd después de Ia Conquista entre la poblacion campesina, tue fomentado por los espanoles durante la Colonia y mas tarde por los terraienientes para obtener el mayor pravecho de la fuerza de trabajo, distorsionando el sentido ritual que originalmente tenia. Mas tarde se impuso el estereotipo de que los indigenas eran viciosos por consumir indiscriminadamente la. hoja de coca. De cualquier manera, los efectos narcoticos del consumo de la hoja de coca por chaccheo son minimos, comparados con jos de! consumo actual de cocaina per la poblacién blanca, o de la pasta bésica de cocaina entre la juventud pobre de las ciudades.

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