Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Oraciones para El Corazón de La Mujer, Elizabeth George
Oraciones para El Corazón de La Mujer, Elizabeth George
Dios, antes de poner mis pies en el piso esta mañana, y cada mañana,
quiero dedicar a ti mi día y a mí misma. Hoy me comprometo a bendecir
y servir a mi familia y a otras personas que tú pongas a mi lado. Y
confiando en tu fortaleza, tendré por sumo gozo cuando lleguen pruebas
a mi camino. ¡Alabado sea tu santo nombre!
Amén.
S i hoy es “uno de esos días” que preferirías olvidar, recuerda que Dios
es accesible para ti en cada momento, sin importar lo que enfrentes.
Decide no enfocarte en tus problemas, sino en Dios. Comienza alabándolo
a Él por el regalo de tu salvación. Un mero “Gracias” apenas es una
respuesta suficiente por los regalos de salvación y vida eterna, pero
expresar alabanza continua a Dios recorrerá un largo camino a la hora de
mostrar tu gratitud.
Por lo tanto, ¡alaba al Señor! Alábalo por las maravillas que obra en tu
vida y en las vidas de tus seres queridos. Proclama su alabanza a las
personas que conoces. Alabar a Dios es una manera maravillosa de
testificar de la realidad del Dios vivo. Alábalo por el verdadero gozo que
encuentras en Él y en sus promesas. Pídele gracia, y dale gracias y
alabanza por ello. Pide a Dios que te ayude a recordar que puedes acudir a
Él para obtener su consuelo y dirección en tus momentos de necesidad.
Hasta que estés con el Señor por la eternidad, siempre habrá sufrimiento,
decepción, sueños rotos e incluso menosprecio y persecución. En esos
momentos, quizá no tengas ganas de alabar a Dios, pero deja que tu
sufrimiento te haga ofrecerle un sacrificio de alabanza. Santiago 1:2-3 te
recuerda: “tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. Alaba a Dios y a
su bendito Hijo en cada paso y en cada aliento hoy.
Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
HEBREOS 13:15
¡Ayuda!
Señor, pongo ante ti mis preocupaciones, tristezas, decepciones y
fracasos. Pongo ante ti mi montañosa carga de trabajo. Acudo a ti en
busca de una porción de tu fuerza para hoy y de gozo en mi trabajo. Me
regocijo en ti, Señor, en mi relación contigo, Abba Padre. Me presento
ante ti proponiéndome, por tu gracia, apartar mis pensamientos de
desesperanza e indefensión (y de pánico), y sustituirlos por fe segura y
confianza en tu presencia y tu poder. Al levantarme para abordar las
tareas que tengo por delante, te doy gracias porque recuerdo que “mi
ayuda viene del Señor”.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
¿E xiste tal cosa como un “enojo bueno”? Sí, Jesús nos mostró un enojo
que era una respuesta santa al pecado cuando se enojó con los líderes
religiosos por sus actitudes indiferentes hacia un hombre enfermo (Marcos
3:5). La Biblia nos dice que el tipo correcto de enojo está bien, pero
destaca que es importante manejar nuestro enojo rápidamente y no
permitir que permanezca, porque esto le da al diablo una oportunidad para
que pequemos (Efesios 4:26). Por desdicha, la mayoría de nuestro enojo
no es recto, sino que resulta del orgullo, del egoísmo y de sentimientos
heridos. Cuando no conseguimos lo que queremos, nos enfurecemos y
pecamos expresando nuestro enojo de maneras verbales y físicas que son
dañinas.
El enojo no es nada nuevo. El primer hijo de Adán y Eva, Caín, fue
confrontado por Dios debido a su enojo. ¿Por qué estaba enojado Caín?
Porque Dios no había aceptado su sacrificio, pero sí había aceptado el de
Abel. Dios le dijo a Caín que su enojo era un “pecado” que estaba a la
puerta: “con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él” (ver
Génesis 4:5-7). En lugar de dominar su enojo, Caín lo desató y mató a su
hermano Abel.
¿Cómo podemos dominar el tipo de enojo que es pecado? Entiende que
nadie es inmune al enojo, y que el enojo está siempre agazapado, “a la
puerta”. Comprende que el enojo no puede dominarte si no está ahí. Por
tanto, pídele a Dios su ayuda para no ceder ante el enojo. Y cuando
muestre su fea cabeza, reconócelo ante Dios y confiésalo como pecado.
Sigue el ejemplo de David: “Confesaré mis transgresiones a Jehová”.
Después acepta el perdón de Dios: “Y tú perdonaste la maldad de mi
pecado” (Salmos 32:5).
Si no podemos controlar nuestra irascibilidad, ¿qué ha hecho la gracia
por nosotros?
CHARLES SPURGEON
Contentamiento
Amado Dios de toda mi provisión, debido a ti, ¡no me falta ninguna cosa
buena! Me has provisto de vida física y espiritual. Te reconozco y te
alabo, porque mi vida diaria y mi existencia son un regalo para mí de tu
mano y de tu corazón. Has prometido que todo lo que tengo y todo lo
que necesitaré será provisto por ti en su momento adecuado. Señor, te
doy gracias porque nunca tengo que preocuparme por lo que comeré y
beberé, o dónde reposaré mi cabeza, porque tú también has prometido
que cuando busque tu reino como mi prioridad, proveerás para todas
mis necesidades. Verdaderamente, todo don bueno y perfecto desciende
de ti, y no me faltará nada.
Amén.
“¡N ecesitas ese auto!”. “¡Tienes que tener este dispositivo nuevo!”.
¿Cuántas veces has oído frases de ventas como esas? Nuestra
sociedad es impulsada por el descontento, la codicia y la envidia. Santiago
4:2 describe de este modo nuestra condición: “Codiciáis, y no tenéis;
matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar”. Como nos aconsejó el
apóstol Pablo, deberíamos desarrollar la actitud opuesta: “Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia
como para padecer necesidad” (Filipenses 4:12).
Pablo tuvo que aprender a contentarse, y quizá, solamente quizá,
también tú tengas que hacerlo. Si tienes problemas con tener
contentamiento, ayuda reajustar periódicamente tu perspectiva o reordenar
tus prioridades. También ayuda leer la Palabra de Dios una y otra vez y
confiar en sus promesas y en el poder de Cristo para ayudarte a tener
contentamiento. Dios promete suplir toda tu necesidad, no todo lo que
quieres. ¿Cómo pudo Pablo estar contento? Aquí está la respuesta en sus
propias palabras:
he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy
enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para
tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece.
FILIPENSES 4:11-13
Seguridad
Amado Jesús, en este mundo de incertidumbres diarias, una cosa es
segura: ¡la vida eterna! Hace mucho tiempo, prometiste en tu Palabra
que si creo en ti por la fe como mi Señor y Salvador, me darías vida
eterna. Debido a tu eterno poder como el Hijo de Dios, nada ni nadie
podrá arrebatarme de ti. Gracias, Señor Jesús, porque puedo vivir con
bendita seguridad cada día. Que esa confianza se desarrolle y crezca a
medida que confío en ti en los asuntos de mi vida. Mi alma anhela el día
en que llegue al cielo, donde me gozaré en tu gloria por toda la
eternidad.
Amén.
Amén.
L a Biblia habla del “corazón” y sus actos ¡casi mil veces! Eso indica
que este tema es muy importante para Dios y debería serlo para su
pueblo. Proverbios 4:23 nos advierte encarecidamente que guardemos
nuestro corazón con toda diligencia, porque “de él mana la vida”. La
conducta que mostramos es lo que rebosa de lo que sucede en nuestro
corazón.
Como el corazón es el centro de control de nuestras emociones y
acciones, su cuidado no puede ser algo casual. La palabra “diligencia”
pinta la imagen de un guardia que trabaja constantemente. Nadie excepto
tú puede o debería ser asignado como el guardián de tu corazón. Dios te
pide que tomes plena responsabilidad del cuidado de tu corazón: es decir,
de tus pensamientos y acciones.
Igual que tienes exámenes físicos regulares, también deberías examinar
regularmente tu corazón. ¿Cómo se hace eso? Lee tu Biblia y ora como
rutina. Estas dos disciplinas espirituales te sitúan delante de Dios para que
Él pueda obrar en tu corazón. Permiten que la luz examinadora del
Espíritu saque a la superficie cualquier área en tu vida que necesite ser
cambiada. Usa las palabras del salmista como modelo para tu propia
oración sincera: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y
conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y
guíame en el camino eterno” (Salmos 139:23-24).
Que Dios hable al corazón es una experiencia majestuosa, una
experiencia que las personas pueden perderse si monopolizan la
conversación y nunca pausan para oír las respuestas de Dios.
CHARLES STANLEY
¿Ayuda u obstáculo?
Dios, eres el maestro constructor y el arquitecto jefe de toda la belleza
que veo a mi alrededor. Desde tu punto de vista aventajado, orquestaste
armonía y orden en toda tu creación, y Señor, tú deseas ese mismo orden
y armonía para mí y mi familia. Es muy fácil obstaculizar la atmósfera
en mi hogar y la salud de mis relaciones familiares cuando soy egoísta y
terca. Sé que está mal y quiero tratar esos pecados de egoísmo y
terquedad. Ayúdame a usar mi tiempo, energía y palabras para edificar
a la familia con la que me has bendecido.
Amén.
¿T eayudar?
estás convirtiendo en una esposa que obstaculiza en lugar de
Si esa es la dirección de tu vida, ¡entonces debo relatar mi
historia de la chimenea! Cuando Jim y yo decidimos hacer unas reformas
en nuestra pequeña casa, yo estaba decidida a añadir una chimenea. Sabía
que no lo teníamos en el presupuesto, pero pensaba que teníamos que
hacerlo, así que astutamente hacía comentarios como: “¿No sería esta la
noche perfecta para un fuego en la chimenea… si tuviéramos una?”. O
quizá: “Solo piénsalo, si tuviéramos una chimenea podríamos cenar
delante de una fogata ardiente”. Un día, Jim dijo: “Elizabeth, ¿estás
ayudando u obstaculizando?”. ¡Ay!
Las palabras de Jim me recordaron la historia en Esdras 5–6 acerca de
hombres que intentaron obstaculizar la reconstrucción del templo de Dios,
y cómo el rey Darío los reprendió y les dijo que se mantuvieran al margen
(6:6-7). Desdichadamente, es demasiado fácil obstaculizar el progreso
positivo.
¿Por qué no enfocarte en ser una mujer que ayuda en lugar de
obstaculizar?
Sigue el consejo de Proverbios 14:1: “La mujer sabia edifica su casa”. Y
no caigas en la categoría de la mujer necia que “con sus manos la derriba”.
¡Qué gran diferencia marcarás cuando dejes de incomodar y quejarte, y
comiences a ayudar a tu esposo en hacer lo que él crea que es mejor!
Piensa en la diferencia que marcará en la atmósfera de tu hogar si tu
esposo y tú trabajan como equipo en dirigir a su familia de manera
ordenada. El mundo tomará nota de este tipo de amor, armonía y trabajo
en equipo, y Dios se complacerá.
Abre su boca con sabiduría,Y la ley de clemencia está en su lengua.
PROVERBIOS 31:26
Envidia
Padre eterno, antes del tiempo tú eras, y eres y siempre serás. No tienes
necesidades y eres totalmente suficiente. Necesito tu ayuda para saber
que soy suficiente en tu suficiencia. Sin embargo, admito que en mi
pecado, a menudo codicio lo que otros poseen. Ya sea salud, aspecto,
educación, fama o fortuna, en momentos de debilidad espiritual envidio
a otros. Ayúdame a eliminar la envidia y estar agradecida a ti
constantemente por lo que tengo. Señor, sé que ya me has dado todo lo
necesario para la vida. Estoy bendecida con la mayor posesión de
todas: un conocimiento íntimo de ti y de tu Hijo Jesús, y la vida eterna.
Te alabo porque eres mi pastor, y con tu provisión diaria suficiente,
nada me faltará.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
¿Q uéubicación
harías si Dios te llamara de pronto a una situación diferente, una
diferente, un estilo de vida diferente? Eso les sucedió a
Abraham y a Sara en Génesis 12:1. Dios le dijo a Abraham: “Vete de tu
tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré”. ¿Puedes imaginarlo? Sin ninguna duda, es más fácil seguir la
guía de Dios cuando el camino resulta familiar, las dificultades son pocas,
y tu destino es conocido; pero ¿qué de las veces en que la vida no es tan
fácil o clara, y Dios te pide que sigas su guía? Abraham nos muestra el
camino: “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar
que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”
(Hebreos 11:8).
Esta es una sencilla prueba de tu disposición a seguir el liderazgo de
Dios. En una tarjeta o un cuaderno, escribe estas palabras: “Cualquier
cosa, en cualquier lugar, en cualquier momento, a cualquier costo”.
¿Podrías firmar la tarjeta con toda sinceridad? El papel de Dios es
dirigirte; tu tarea es seguirlo a Él. Por lo tanto, ¿cómo te va? ¿Has mirado
el maravilloso rostro de Dios y has susurrado: “Verdaderamente, amado
Señor, donde tú me guíes, te seguiré”? ¿Expresan esas palabras el deseo
profundo de tu corazón de formar equipo con Dios y seguirlo a Él a
cualquier lugar, en cualquier momento, a cualquier costo, y de hacer lo
que Él te pida?
Junto a aguas de reposo me pastoreará… Me guiará por sendas de
justicia.
SALMOS 23:2-3
Temor
Padre, en medio del caos vengo ante ti con un corazón temeroso. Cada
día, noticias y artículos alimentan mis temores. Temo por mi seguridad y
por la de mis seres queridos. Me siento temerosa por mi propia
mortalidad cuando veo a muchos familiares y amigos enfrentar la
muerte y sucumbir a ella. También vengo ante ti con un corazón
avergonzado, reconociendo esos temores ante ti como falta de confianza
en tu grandeza y tu poder. Mientras oro ahora, recuerdo tu promesa de
que nunca me dejarás ni me abandonarás.
También has prometido estar a mi lado, cuidarme y, al final, llevarme
segura al hogar en el cielo, donde podré gozarme en la seguridad de tu
presencia por toda la eternidad. Gracias porque tu Espíritu Santo que
habita en mí está presente ahora y siempre para acallar mi corazón. Te
alabo porque, incluso en medio de la aterradora agitación, puedo tener
paz en mi corazón y mi mente debido a tu presencia tranquilizadora en
mi vida.
Amén.
Amén.
¿Q uéla soberanía
significa ser piadosa? La piedad es la consciencia respetuosa de
de Dios sobre cada aspecto de la vida. En palabras
prácticas, significa: “Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la
naturaleza pecaminosa” (Gálatas 5:16, NVI). Pero antes de poder caminar
con Dios, debemos conocer sobre Dios, lo cual es el resultado de conocer
las verdades reveladas de Dios que se encuentran en la Biblia. Pablo
escribió sobre “el conocimiento de la verdad que es según la piedad” (Tito
1:1), y Pedro declaró: “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad nos han sido dadas por su divino poder” (2 Pedro 1:3).
Una persona piadosa está comprometida a conocer a Dios leyendo y
obedeciendo su Palabra. Podemos leer versículos de la Biblia, pero ¿los
obedecemos? Los líderes religiosos de la época de Jesús conocían las
Escrituras; de hecho, habían memorizado partes extensas, pero no seguían
esos mandamientos. Jesús dijo: “El que me ama, mi palabra guardará”
(Juan 14:23); no solo conocerla, memorizarla o leerla.
Dios te pide que digas no a la impiedad y a las pasiones del mundo y
digas sí a vivir una vida piadosa, controlada y recta. Dios quiere que sus
hijos e hijas sean santos como Él es santo. Si eres hija de Dios, la piedad
debería ser la meta suprema de tu vida. Y hay una bendición que llega con
este estilo de vida, tanto ahora como en el futuro: “la piedad para todo
aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera”
(1 Timoteo 4:8).
Dios quiere a toda la persona y no descansará hasta tenernos por
completo. No basta con solo una parte del hombre.
A. W. TOZER
Seguridad
Señor Dios, mi Protector, eres mi refugio y la fortaleza para mi alma.
Has prometido que quienes habitan en ti morarán bajo la sombra de tu
poderosa presencia. Eres mi escudo en momentos de problemas. Como
tú cuidas de mí, no debería tener miedo al terror nocturno ni a las
amenazas del día. Aunque otros caigan a mi alrededor, tú me aseguras
que la destrucción no se acercará a mí, tu hija. He puesto mi fe y
confianza en ti, y sé que me liberarás del mal y me mostrarás la senda
hacia la seguridad y el reposo, como prometes en tu Palabra.
Amén.
D ios les dijo a los reyes de Israel que no acumularan carros y caballos.
¿Por qué? Porque Dios sabía que los reyes serían tentados a poner su
seguridad en esas armas de guerra estratégicas. El rey David se tomó en
serio la Palabra de Dios y fue obediente a su advertencia. Disfrutó de gran
éxito como guerrero y líder cuando siguió al Señor y confió totalmente en
Él para recibir dirección y protección. David escribió sobre su
compromiso con Dios en el Salmo 20:7: “Estos confían en carros, y
aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios
tendremos memoria”.
Nuestro mundo moderno nos da una falsa sensación de seguridad.
Confiamos en que nuestra economía nos proporcione abundancia de
comida, ropa y cobijo. Confiamos en que nuestro jefe nos proporcione
dinero suficiente para comprar prácticamente cualquier cosa que
necesitamos. Confiamos en que nuestro gobierno nos mantenga a salvo.
Confiamos en que nuestros sistemas de seguridad nos guarden de
invasiones en casa. Por desdicha, nuestra confianza solamente es tan
viable como los objetos de nuestra confianza. Cualquiera o todas esas
seguridades en las que confiamos son fugaces y podrían fallar. El rey
David tenía la perspectiva correcta, que era recordar el nombre del Señor
nuestro Dios.
Al final, solamente Dios puede proporcionarte verdadera seguridad: la
seguridad de vida eterna por medio de Jesucristo. Jesús dijo que no perdió
ni a una sola persona que el Padre le había dado (Juan 6:39). Ten cuidado
de no caer en la trampa de confiar en ti misma, tu dinero, tu experiencia u
otras personas: los caballos y carros de esta época. Confía en Dios para
obtener verdadera seguridad.
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del
Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;Mi Dios,
en quien confiaré.
SALMOS 91:1-2
Dios, tú eres firme para siempre. Tu reino es una roca eterna que nunca
será destruida. Tu gobierno durará por todas las generaciones. No hay
nadie mejor que tú en quien poner mi confianza. Cuando mi corazón y
mi mente están enfocados en ti, estoy en paz, y los afanes de este mundo
parecen menos amenazantes e importantes. Pero Señor, confieso que a
veces mi corazón y mi mente no son firmes hacia ti, y hago cosas necias
y desagradables ante tus ojos. Al buscar ser más disciplinada, te miraré
a ti y mantendré mi mente fija en ti. Otórgame la paz que prometes a
quienes confían en ti.
Amén.
Amén.
Amén.
A ntes que Jim, yo y nuestras dos hijas fuéramos una familia cristiana,
nuestro enfoque había estado en cosas mundanas… y nuestra cuenta
corriente estaba al límite. Sin embargo, habiendo recibido el mayor regalo
de todos, Jesucristo, sabíamos que necesitábamos seguir sus instrucciones
cuando dijo: “de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8).
Comenzamos el proceso de apartar nuestro enfoque del mundo y situarlo
hacia las cosas de Dios; pero al pasar el tiempo, sabíamos que teníamos
que hacer más.
Recuerdo muy bien el día en que escribí en mi diario de oración: “Orar
para ser más generosa”. Mira, yo era contadora, consideraba cada moneda
que teníamos o gastábamos, pero tras evaluar mi vida espiritual, descubrí
que podía mejorar m-u-c-h-o en esta área del dar; por lo tanto, comencé a
pedir a Dios cada día oportunidades de dar. Oré por ojos abiertos y un
corazón abierto que reconocieran las necesidades de otros.
Los asombrosos resultados de alimentar un corazón generoso son que
personas oyen las buenas nuevas de Jesucristo, personas necesitadas
reciben ayuda, ¡y algunas personas aceptan a Cristo como su Salvador y
disfrutan de vida eterna! No puedo hacer todas esas cosas, pero puedo dar,
patrocinar y orar por organizaciones y personas que sí pueden hacerlo.
Y aquí tenemos otro beneficio añadido a tu espíritu generoso. Tendrás el
gozo de saber que fuiste obediente al mandato de Cristo de “dar de
gracia”. Y sabrás que muchos necesitados habrán recibido ayuda. Por lo
tanto, sé generosa con tu dinero. Dios te bendecirá. Como dice la frase:
“No puedes dar más que Dios”. Pablo lo expresó de este modo:
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús.
FILIPENSES 4:19
Temor de los demás
Señor, tú eres el creador y sustentador de todas las cosas. No hay
ninguna fuerza en la tierra ni en todo el universo que no controles. Por
tu Palabra fueron formados los mundos, y por tu Palabra son
sostenidos. No sucederá nada en mi vida que no sepas y permitas; por lo
tanto, amado pastor de mi alma, ayúdame a confiar en ti y a no temer lo
que otros puedan decir o pensar de mí, o hacerme. Gracias porque por
tu gracia sustentadora, nada ni nadie, “ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni
lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar
del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos
8:38-39).
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
E s fácil pensar que no tienes tiempo para leer la Biblia. Tu horario está
lleno, incluso antes de que te levantes de la cama. Es fácil pensar: Si
no leo mi Biblia, tendré más tiempo para otras cosas. Pero a lo largo del
día, nos preguntamos ¡por qué las cosas salen tan mal! ¿Podría ser porque
seguimos nuestro propio horario y no seguimos el consejo de Jesús de
buscar “primeramente el reino de Dios y su justicia”? También nos
perdemos la bendición que llega al vivir según esta prioridad: ¡“y todas
estas cosas os serán añadidas”! (Mateo 6:33).
Job entendió la importancia de tener comunión con Dios cuando dijo:
“Guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12). Él
prefería no comer a no pasar tiempo con su Dios. El tiempo que pasas en
la Biblia desempeña un papel importante en tu crecimiento espiritual.
Pedro lo expresa de este modo: “desead… la leche espiritual no
adulterada, para que por ella crezcáis” (1 Pedro 2:2).
Dios quiere que crezcas en tu conocimiento de Él, y ese crecimiento
llega a medida que lees la Biblia. Por lo tanto, comienza desde hoy a
desarrollar el hábito de leer la Palabra de Dios cada día. Comienza
programando tu alarma para levantarte unos minutos más temprano de lo
normal. Se ha calculado que si pasas solamente diez minutos al día,
puedes leer la Biblia completa en un año. Eso no parece mucho tiempo,
pero es, sin ninguna duda, suficiente para crecer. Al leer la cita siguiente,
hazte la pregunta: ¿No sería una buena meta para mí “la vida de
crecimiento siempre ascendente”?
Más difícil aún es, aparentemente, la vida de crecimiento siempre
ascendente. La mayoría de los hombres lo intentan por un tiempo, pero
el crecimiento es lento; y la desesperación los alcanza.
HENRY DRUMMOND
La voluntad de Dios
Amado Padre celestial, siempre estás presente y cuidas todas las cosas.
Nada sucede que no sepas ya. Conoces el fin desde el principio. Sabes
qué es mejor para mí. Desde antes de la fundación del mundo, conocías
tu voluntad para mí; pero a veces olvido preguntarte qué deseas para mi
día y para mi vida. Por favor, dame valentía y paciencia cuando leo tu
Palabra y busco entendimiento sobre tu voluntad buena y perfecta para
mi vida. Confío en que me guiarás a tomar decisiones correctas, tus
decisiones, y a poner en práctica tu voluntad. Esta es la oración de mi
corazón: “No sea hecha mi voluntad, sino la tuya”.
Amén.
¿N oconseríamuchos
ideal que la dirección de Dios te fuera revelada como Él hizo
santos del Antiguo Testamento? Dios aparecía en un
sueño, o hablaba personalmente o enviaba un profeta a declarar su
voluntad a su pueblo. Bueno, puedes estar agradecida de que Dios sigue
siendo fiel para mostrarnos su voluntad. En Deuteronomio 10:12-13, es
imposible pasar por alto lo que Dios dice que es su voluntad: “¿qué te pide
el SEÑOR tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus
caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y
que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir,
para que te vaya bien” (NVI).
Este pasaje de la Biblia es uno de muchos que te ayudarán a entender
más la voluntad de Dios para tus días y para tu vida. Leer su Palabra
regularmente y buscar dirección con humildad mediante la oración sincera
son claves importantes para entender la voluntad de Dios. La Palabra fija
los límites de su voluntad; y la oración te ayuda a poner tu voluntad en
línea con la de Dios. Repite este proceso al comenzar cada nuevo día lleno
de programas y responsabilidades. Sigue dependiendo de Dios y
buscándolo a Él para obtener guía y dirección. A medida que lo sigas, Él te
ayudará a permanecer en la senda de su voluntad.
La voluntad de Dios no es algo que añades a tu vida. Es un rumbo que
eliges. O te sitúas en línea con el Hijo de Dios... o te rindes a los
principios que gobiernan al resto del mundo.
ELISABETH ELLIOT
Matrimonio
Señor, tú realizaste el primer matrimonio cuando uniste a Adán y Eva,
mostrando a la humanidad que el matrimonio es sagrado para ti y
debería serlo para mí. Guárdame pura y dedicada totalmente a mi
esposo. Ayúdame a pensar siempre de él como mi mejor amigo, mi más
cercano compañero y confidente: mi amado. Te pido tu ayuda para
cambiar y ajustar mis prioridades para poder estar más disponible para
ayudar, alentar, consolar y mimar a mi esposo. Bendice nuestro
matrimonio, Señor Dios. Une nuestros corazones con amor el uno por el
otro, con tu tipo de amor.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
¡Amén y gracias!
S e describió a Job como el “más grande que todos los orientales” (Job
1:3). Lo tenía todo. Sin embargo, en un período de tiempo muy breve
lo perdió todo: sus hijos e hijas, muchos sirvientes, vastos terrenos,
manadas de ganado ¡y también su propia salud! Mientras Job estaba
sentado y rascándose las dolorosas úlceras, su esposa le dio este consejo
desalentador: “¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete”
(2:9).
Quizá no sufres el mismo tipo de dificultad que enfrentó Job, pero
experimentarás muchos tiempos difíciles en la vida. Cuando eso suceda,
no caigas en la trampa de pensar que Dios ha cometido un error o que te
dio la espalda y se alejó cuando más lo necesitabas. En medio de la
desesperación, pon freno a tus pensamientos y niégate a culpar a Dios o
blasfemar contra Él.
La Biblia describe a Dios como perfecto en sabiduría, y eso incluye su
tiempo. ¿Qué sucede en tu vida en este momento? Si estos son días
difíciles, recuerda reconocer que Dios ha planeado tu vida… incluso si
ahora mismo no lo parece. En Salmos 18:30 leemos: “El camino de Dios
es perfecto; la palabra del SEÑOR es intachable. Escudo es Dios a los que
en él se refugian” (NVI). Estas verdades te ayudarán a pelear la buena
batalla de la fe y te alejarán del enojo, la amargura y el resentimiento; y te
darán esperanza.
Cuando la vida se pone difícil, no dudes de Dios o creas las cosas
negativas que las personas dicen sobre Él. En cambio, confía en Él:
completamente, plenamente y sin dudas. Recuerda que Dios es el autor de
cada momento de tu vida, y que estás en sus poderosas manos.
El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable.
Escudo es Dios a los que en él se refugian.
2 SAMUEL 22:31
Tomar buenas decisiones
Dios grande y mi pastor, igual que guiaste a Israel como un rebaño,
guíame como una de tus ovejas a tomar decisiones correctas y justas.
Señor, intento seguir tu dirección, pero me queda un largo camino por
recorrer. Y Señor, quiero seguir tu dirección. Me emociona seguir
acciones y planes que sean agradables a ti y me hagan avanzar hacia
ser el tipo de persona que deseo ser: una mujer conforme a tu corazón.
Sé que mientras yo sea fiel en leer tu Palabra y orar, tú me darás la guía
clara y perfecta que me situará en tu senda para descubrir tu sabiduría.
Amén.
Amén.
Amén.
L a vida tiene sus altibajos, y a veces parece que hay más bajos que
altos. Es fácil simplemente querer abandonar. ¿Cuál es la solución? Es
la Palabra del Señor. La Palabra de Dios puede alegrarte como ninguna
otra cosa puede hacerlo. Como dijo el profeta Jeremías: “y tu palabra me
fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jeremías 15:16). Si lees el libro
de Jeremías, observarás que él no estaba hablando de la emoción del gozo,
la cual responde a las circunstancias. Jeremías fue odiado, abusado,
perseguido y vio su vida amenazada. No, su gozo estaba basado en su
comprensión de Dios, como está registrado en su Palabra. Él sabía de
dónde venía el gozo verdadero, y también lo sabía el salmista que alabó:
“Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré
con arpa, oh Dios, Dios mío” (Salmos 43:4). Dios es la fuente del
verdadero gozo, y Él quiere darte su gozo. Solamente en Él “[tu] tristeza
se convertirá en gozo” (Juan 16:20).
Por lo tanto, acércate a la Palabra de Dios y lleva contigo todas tus
tristezas, tus problemas y tu desaliento. La paz y la perspectiva de Dios
están a tu disposición en su Palabra, incluso cuando la tristeza y la
melancolía sean parte de tu día. La Biblia te enseñará, corregirá, instruirá
y guiará. Y sí, te alegrará, te producirá gozo y te dará esperanza. Una
mujer conforme al corazón de Dios tiene pasión por su Palabra. Pasa tu
tiempo aprendiendo sobre tu Dios y Salvador. ¡En Él encontrarás gozo
verdadero que te sostendrá en el viaje de tu vida!
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque
esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 TESALONICENSES 5:16-18
Pruebas
Dios poderoso, has dicho en tu Palabra que en este mundo tendré
problemas, y ha sucedido. Señor, he llevado el peso de varios de esos
problemas por demasiado tiempo. También dijiste que puedo acudir a ti
con mis cargas y que me darás descanso para mi alma angustiada.
Gracias por tu fortaleza, tu interés y tu amor al querer compartir mis
cargas, por querer alejarlas… ¡y por poder hacerlo! Hoy me arrodillo
ante ti y pongo en tus manos fuertes y poderosas mis cargas. Te alabo
porque puedes hacer lo que yo no puedo.
Amén.
Amén.
Amén.
¿E stás contenta donde estás ahora? Si es así, ¿es bueno eso? Pablo dijo
que había aprendido a contentarse cuando escribió sobre sus
necesidades y deseos personales (Filipenses 4:11). Pero en Filipenses
3:13-14, el apóstol Pablo nos advirtió como seguidoras de Cristo que no
nos contentemos con nuestra condición espiritual. Él nos instó a
“[proseguir] a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en
Cristo Jesús”. El apóstol Pedro escribió que crezcamos constantemente
“en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”
(2 Pedro 3:18). Puede ser bueno estar cómodas, pero Dios nos insta a
proseguir hacia una meta diferente. Demasiada comodidad nos invita a ver
la carrera en lugar de participar en ella. Pablo nos llama a estar activas, a
meternos en la carrera y extendernos “a lo que está delante” (Filipenses
3:13).
Y solo por si pensar en un nuevo reto te llena de temor, ¡no temas! Pablo
escribió estas palabras de aliento para esas veces en que te sientes
temerosa: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
En las Escrituras, encontrarás la fortaleza y la sabiduría que necesitas
para alcanzar nuevas metas en tu crecimiento espiritual y personal. Por lo
tanto, ¿qué estás esperando? No seas complaciente. No seas perezosa. No
tengas temor. Y no estés satisfecha con tu estado espiritual presente. Haz
caso al consejo de David a su hijo Salomón antes de que comenzara a
construir el templo de Dios:
Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque
Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te
desamparará, hasta que acabes toda la obra.
1 CRÓNICAS 28:20
Amén.
¿T eNuestro
preguntas alguna vez dónde puedes acudir para encontrar paz?
mundo es un lugar frenético, y por desdicha, muchas veces
nosotras somos nuestro peor enemigo. ¿Te resulta familiar esta lista?
– La ocupación está en el número uno de nuestra lista diaria de retos.
Nunca hay tiempo suficiente; y siempre hay “solo una cosa más” que
hacer.
– Responsabilidad es la siguiente, agotándonos y haciendo que nos
preocupemos.
– Tensión está también en la lista. Nos preguntamos cuál será la
siguiente crisis… ¡porque habrá una!
– Y no olvidemos el estrés, la madre de la ansiedad, el temor, los dolores
de cabeza, el insomnio, las úlceras y otros males físicos.
¡Pero hay muy buenas noticias! Salmos 23:2 (NVI) dice que Dios “junto a
tranquilas aguas me conduce”. ¡Aguas tranquilas! ¿Acaso no puedes sentir
que te relajas cuando imaginas descansar junto a aguas frescas, claras y
tranquilas?
El Dios de paz conoce tu necesidad de paz y Él la provee. Él asegura la
restauración y la tranquilidad que necesitas para continuar cumpliendo su
voluntad. Dios hace su parte, pero hay algo que debes hacer tú: buscarlo
con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas tus fuerzas. Este
es precisamente el enfoque de 2 Crónicas 14. Aunque este capítulo relata
batallas y logros militares, el énfasis está en el versículo 7: el pueblo de
Judá recibió descanso y paz porque Asa, su rey, buscó al Señor y declaró:
“Él nos ha dado paz por todas partes”. Cada día, entrega la ansiedad que
los problemas, el estrés y las responsabilidades traen a tu vida. Entrégalos
a Dios en oración y busca refugio en Él. Descansa en su promesa de paz:
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No
se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
JUAN 14:27
Paciencia
Padre de toda gracia, mi corazón sufre hoy al batallar por esperar con
paciencia a que reveles tu voluntad sobre asuntos importantes en mi
vida. No entiendo algunos de los “porqués” de mi situación, pero sé que
debo esperar pacientemente a que reveles tu voluntad buena y
agradable para mí. Mientras espero, por favor, dame la gracia para
soportar, para continuar haciendo lo que debe hacerse, para ocuparme
de mi hogar y mi familia, para ser fiel en mi trabajo, para atender lo
cotidiano. Sobre todo, ayúdame a permanecer fiel a ti en mi caminar
espiritual, a ser una mujer de oración, a no perder la esperanza, a
alabarte a pesar de todo, a seguir teniendo fe en ti, a amarte, a confiar
en ti y a seguirte con todo mi corazón.
Amén.
Amén.
E l famoso rey David del Antiguo Testamento sin duda tuvo un impacto
asombroso sobre Israel y sus países circundantes. Su vida es un
testimonio de las bendiciones que llegan por ser obediente a Dios; sin
embargo, incluso con todos sus logros, un acto singular de pecado (la
aventura amorosa de David con Betsabé, que condujo a otro pecado: su
trama para matar al esposo de Betsabé) manchó su vida, su familia y su
nación durante generaciones. Aquí hay algunos principios para que no
pierdas de vista la importancia de una buena reputación:
Principio 1: entiende que el pecado no puede estar oculto para siempre.
Primera de Timoteo 5:25 nos dice que todo pecado será revelado, ya sea
“claramente evidente” ahora o sea conocido en el juicio final. Examina tu
corazón. ¿Hay áreas de pecado que necesitas confesar y abandonar?
Principio 2: entiende que las buenas obras no estarán ocultas para
siempre. Aunque no siempre son reconocidas de inmediato, las buenas
obras hechas con motivos piadosos y para el Señor finalmente saldrán a la
luz (1 Timoteo 5:25).
Se ha dicho que se necesita toda una vida para desarrollar una buena
reputación, pero puede perderse en un momento. Por eso, es tan vital que
vivas alerta. Está siempre en guardia ante cualquier conducta que pudiera
manchar tu pureza y reputación. Ora regularmente para permanecer fiel a
las instrucciones de Dios en su Palabra y para mostrar una conducta
piadosa.
Como creyente en Cristo, eres su representante. Las personas que
conozcas harán juicios sobre Él basándose en tus acciones. Ora y proponte
ser un ejemplo veraz y digno de su amor y carácter, ¡un anuncio andante!
Si yo me ocupo de mi carácter, mi reputación se ocupará de mí.
DWIGHT L. MOODY
Gratitud
Hoy, Señor, te adoro con las palabras del salmista: “¡Oh Jehová, Señor
nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!” (Salmos 8:1);
“Te alabaré con todo mi corazón” (Salmos 138:1). Hoy, Señor, hablaré
de todas tus maravillas. Solo tú eres digno de alabanza. No lo digo lo
suficiente, pero te estoy eternamente agradecida por mi salvación, mi
familia y por cada nuevo día. Te alabo por tu paz que consuela mi
corazón preocupado. Ayúdame a continuar creciendo en mi caminar
contigo y a orar, alabar, compartir, cantar y vivir con gratitud.
Amén.
Amén.
Amén.
¿T evidas
preguntas si la vida ha pasado por delante de ti? ¿Parece que las
de los demás tienen significado, a excepción de la tuya? Bueno,
tal vez así se sintieron los judíos después de ser enviados a la cautividad.
Cuando miraron sus entornos en Babilonia, el lugar de su cautividad, la
vida se veía lúgubre. Pero Dios no había terminado con su pueblo; tenía un
plan para ellos y los alentó con esta promesa: “Porque yo sé los
pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de
paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y
vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque
me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros”
(Jeremías 29:11-14).
Siempre recuerda: ¡eres hija de Dios! Efesios 2:10 te describe como
“hechura de Dios”. Cobra aliento en que Dios tiene un plan y un propósito
grandiosos para tu vida, aunque a veces las cosas se vean lúgubres.
Enfócate en las promesas de Dios de paz, del futuro y la esperanza que Él
tiene para ti. No te rindas, porque Dios no te ha dado la espalda; y nunca lo
hará.
Para descubrir más sobre los planes que tiene Dios para ti, toma tiempo
para leer las Escrituras, ¡y mientras más, mejor! Sus planes no son un
secreto, de modo que establece una cita diaria y lee tu Biblia con gran
anticipación. Espera aprender más sobre su voluntad en cada página. Serás
llena de gozo cuando descubras y entres en el futuro y la esperanza que
Dios tiene para ti, su hija preciosa.
Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue
dado.
ROMANOS 5:5
Administración del tiempo
Padre del tiempo y la eternidad, tú me has puesto en esta tierra con una
cantidad de tiempo específica. Mis días, meses y años son un regalo muy
valioso de tu parte y un recurso invaluable. Gracias por tu regalo del
tiempo. Sé que me quejo demasiado de no tener horas suficientes en mi
día, sin embargo, sé que tú no me das más de lo que puedo soportar.
Siempre me das el tiempo que necesito para manejar lo que quieres que
haga. El deseo de mi corazón es ser más firme, eficaz y constante en la
administración de mi tiempo. Enséñame a ser una mejor administradora
de los minutos, horas y días que en tu misericordia me has otorgado.
Amén.
Amén.
N o estás sola en tu batalla para vivir una vida piadosa. La vida de todos
está manchada de pecado y lamentos del pasado. Pero ¡cobra ánimo!
La muerte de Jesús en la cruz hizo realidad el perdón de Dios. Él describió
su perdón en esta imagen cuando dijo: “si vuestros pecados fueren como la
grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el
carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
Ten la seguridad de que Dios te ama y cuida de ti. Puedes contar con la
promesa y la realidad de su perdón, y disfrutarlo. Perdón. ¡Solo el sonido
de la palabra produce gozo y alivio al corazón! En Jeremías 31:34, Dios
dice: “Yo les perdonaré su iniquidad”. De hecho, el versículo sigue
diciendo: “y nunca más me acordaré de sus pecados” (NVI). Reclama esa
promesa hoy y cada día.
No le des vueltas a lo que sucedió en el pasado. Cuando hayas hablado
con Dios de una situación y hayas confesado cualquier pecado, puedes
seguir adelante y crecer espiritualmente. Puede que haya consecuencias
por tu pasado que tendrás que enfrentar, pero cuando reconoces tu pecado
ante Dios y recibes su perdón, sigues sirviéndolo a Él y amándolo con todo
el corazón y con gozo renovado. El apóstol Pablo tenía un pasado oscuro y
pudo haberse revolcado en ese pasado con lamentos abrumadores, pero
escucha ahora y recuerda qué decidió hacer en cambio:
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa
hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jesús.
FILIPENSES 3:13-14
Confianza en Dios
Padre del cielo, tu Palabra me dice que confíe en ti y no me apoye en mi
propia inteligencia. Tú prometes que cuando te reconozca, dirigirás mi
senda. A veces no he confiado en ti cuando las circunstancias eran
difíciles y abrumadoras, pero estoy delante de ti ahora para afirmar mi
fe y confianza en tu promesa. Sé que puedo confiar en ti porque siempre
has provisto para mis necesidades. Y siempre me has guiado en tu
camino cuando acudí a ti en busca de dirección. Por lo tanto, una vez
más me moveré con confianza. Gracias por suplir todas mis
necesidades.
Amén.
Amén.
Amén.
A lgunos cristianos piensan que no debemos sufrir, que Dios quiere que
estemos libres de los afanes, las preocupaciones y las dificultades de
esta vida. Sin embargo, lo cierto es lo contrario. Jesús les dijo a sus
discípulos que deberían esperar sufrir. Él dijo: “En este mundo afrontarán
aflicciones”. Y luego compartió la buena noticia: “pero ¡anímense! Yo he
vencido al mundo” (Juan 16:33, nvi). Hemos de esperar el sufrimiento,
pero por su gracia, nuestro Señor Jesús nos sostendrá en lo que
enfrentemos.
Quizá estés pasando hoy por un período de doloroso y difícil
sufrimiento, pero si miras a tu alrededor más detenidamente, descubrirás
que hay muchos que sufren incluso más que tú. Por ejemplo, en Jeremías
52:31-34 aprendemos que el rey Joaquín de Judá fue tomado cautivo, ¡y
encadenado por treinta y siete años! El largo período de sufrimiento del
rey Joaquín llegó a su fin cuando el nuevo rey de Babilonia lo liberó y
suplió para él durante el resto de su vida.
¿Estás en un período de sufrimiento? En todo lo que hagas, sigue
amando al Señor. Sigue orando y cumpliendo sus propósitos, a pesar de
cuán poco claras, indeseables o inesperadas sean tus circunstancias.
Romanos 5:3-5 nos recuerda que el sufrimiento produce crecimiento
espiritual: “también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba,
esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
¡Gloria a Dios por su amor y por la esperanza!
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido,
como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto
sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en
la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
1 PEDRO 4:12-13
Caminar diario
“Quiero andar cerca de ti”. Dios, en este día, mi oración sincera
proviene de este canto que me recuerda la importancia de pasar tiempo
contigo. A veces me alejo de tu lado y voy por la senda de mi propia
voluntad, pero quiero caminar más cerca de ti y conocerte más en
intimidad. Espero hablar contigo diariamente en oración y aprender
más de ti en tu Palabra. Al acercarme a ti, sé que seré bendecida con tu
fuerza y tu guía para todo lo que llegue hoy a mi camino. Mi oración es:
“Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en
tus maravillas” (Salmos 119:27).
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
C ualquier padre o madre te dirá que criar hijos es una de las mayores
alegrías de la vida. También te dirá que es una empresa desafiante y
difícil. Educar hijos de cualquier edad, ya sea un bebé, un adolescente o un
adulto joven, es una responsabilidad inmensa que puede dar miedo y ser
confusa. La buena noticia es que los padres no tienen que hacerlo solos.
Salmos 46:1 proclama: “Dios es nuestro amparo y fortaleza”.
Siéntete consolada. Dios te da dirección, y su Palabra está siempre
disponible para guiarte en cada paso del camino. Moisés dio a los hijos de
Israel instrucciones sobre la educación de los hijos antes que entraran en
la Tierra Prometida. Igual que Moisés, tu tarea principal, y la que tiene
consecuencias eternas, es aprovechar cada oportunidad para impartir las
normas de Dios antes que sean necesarias, “y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7).
Lamentablemente, no puedes impartir lo que no posees. Comprometerte
tú misma y ser obediente a tu Padre celestial te ayudará a criar hijos que
sean obedientes y tengan el conocimiento, y el ejemplo, que necesitan para
caminar por este mundo y vivir según la Palabra de Dios. El apóstol Pablo
dijo de su discípulo Timoteo: “desde la niñez has sabido las Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que
es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15). Y mamás y abuelas, tomen nota. ¡La
mamá y la abuela de Timoteo se habían dedicado a enseñarle las verdades
eternas de Dios!
Tu llamado como madre o abuela es practicar fielmente lo que sabes y
crees delante de tus hijos. Tu enseñanza cuidadosa y repetida pone el
fundamento en el corazón de tus hijos para aceptar a Jesucristo como
Salvador.
Instruye al niño en el camino correcto,y aun en su vejez no lo
abandonará.
PROVERBIOS 22:6 (NVI)
Carácter
Dios, demasiadas veces me mido a mí misma según todo lo que el mundo
promueve. Fácilmente, paso a pensar que no soy nadie cuando me
comparo con otras mujeres. Sé que en Cristo soy una nueva creación,
hecha de manera maravillosa, exactamente del modo en que tú querías
que fuera. Hoy estoy pensando en mi valía en ti, sabiendo que soy
hermosa ante tus ojos. Gracias por las muchas maneras en que alientas
mi crecimiento espiritual y revelas tu amor por mí. Señor, sé que soy
preciosa ante tus ojos, porque tú enviaste a tu Hijo a morir por mis
pecados, ¡y estoy eternamente agradecida!
Amén.
¿H ascomo
tenido días en los que pensaste que debes de ser invisible? ¡Era
si te fundieses con el trasfondo! La mayoría de las mujeres
piensan de este modo en un momento u otro. Es entonces cuando el mundo
diría: “¡Necesitas mejorar tu imagen! Necesitas encontrarte a ti misma o
desarrollar una nueva identidad”. Pero esos comentarios y sugerencias no
son ciertos para una cristiana, en especial cuando entiendes cómo Dios te
ve. Gloria a Dios, Él te dice cómo debes verte a ti misma desde su
perspectiva y la respuesta que debería provocar. “¡Te alabo porque soy una
creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!”
(Salmos 139:14, NVI). Eres cualquier cosa menos invisible o común ante
los ojos de Dios.
Una mujer que busca su identidad en Cristo y lo considera como su
compañero de viaje para toda la vida, destaca. Una mujer piadosa es
especial porque cumple su palabra; honra sus votos; alimenta su carácter y
su belleza interior; muestra una gran fe en el Señor; sigue adelante a pesar
de cualquier obstáculo. ¡Y afecta positivamente su familia, su comunidad
e incluso el mundo!
Anota las cualidades de carácter y las características piadosas que
quieres en tu vida y comienza a perseguirlas activamente. Lee también
Proverbios 31:10-31 para obtener más ideas. ¡Serás bendecida por las
muchas cualidades de esta mujer de excelencia! Luego usa tu lista como tu
lista de oración, ¡y no te sorprendas cuando Dios te pase de lo ordinario a
lo extraordinario!
Engañoso es el encanto y pasajera la belleza;la mujer que teme al
SEÑOR es digna de alabanza.
PROVERBIOS 31:30 (NVI)
Familia
Padre de toda la humanidad, tú formaste la primera familia cuando
creaste a Adán y a Eva. Mi familia es importante para ti y también
debería serlo para mí. Te doy gracias por mis padres que me han guiado
a lo largo de los años, y ahora, Señor, dame la gracia y la fuerza para
estar disponible para ellos. Y gracias también por mi esposo y su
familia. Ayúdame a trabajar en profundizar estas relaciones familiares
tan importantes. También te pido que me ayudes a enseñar a mis hijos la
importancia de la familia y ser ejemplo de ello. Y Padre, te doy gracias
porque soy un miembro de la familia de Dios.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
U na de las primeras cosas que Dios hizo después que los hijos de Israel
terminaron el tabernáculo en el desierto fue enseñar al pueblo cómo
manejar su pecado. Dios dijo: “El hombre o la mujer que cometiere alguno
de todos los pecados con que los hombres prevarican contra Jehová y
delinquen, aquella persona confesará el pecado que cometió” (Números
5:6-7). Además, todo pecado cometido contra otra persona se consideraba
un pecado contra Dios mismo. Por eso David consideró sus pecados de
adulterio y asesinato contra Betsabé y Urías como pecados contra Dios. Él
oró: “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus
ojos” (Salmos 51:4).
¿Cómo manejas tu pecado? ¿Eres obstinada? ¿Orgullosa? ¿Defiendes tu
terreno, incluso cuando estás equivocada? Es difícil admitir el fracaso ¡y
es embarazoso! Pero Dios le dice a su pueblo que confiese y admita sus
pecados, que lo busque a Él en oración y le pida perdón. ¿El resultado? El
estado de tu situación y de tu corazón, e incluso tu estado físico, mejorarán
mucho.
En Salmos 32:4-5, David expresó los increíbles beneficios de confesar el
pecado: “Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió
mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi
iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la
maldad de mi pecado”. Resbalarás una y otra vez, pero recuerda utilizar
cada pecado como una oportunidad de acercarte más a Dios.
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;Conforme a la
multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi
maldad,Y límpiame de mi pecado.
SALMOS 51:1-2
Obediencia
Padre justo, confieso que hay veces en las que quiero hacer lo que yo
quiero y a mi manera, consentirme a mí misma y no escuchar a nadie, ¡a
veces ni siquiera a ti! Señor, tú no solo eres fiel para perdonar mi
desobediencia, sino que también me ofreces tu gracia cuando no estoy a
la altura de tus normas. Quiero ser una mujer conforme a tu corazón,
una mujer que hará toda tu voluntad. Te pido tu perdón… ¡y tu
paciencia y tu amor! Te amo, y quiero ser obediente en hacer lo que dice
tu Palabra, en hacer tu voluntad.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
E s difícil imaginar que el Dios del universo quiere tener una relación
personal con aquellos que aceptan a su Hijo como Señor y Salvador;
pero eso es exactamente lo que Dios ha hecho. Junto con esa relación
personal, Dios te ha dado un conjunto de habilidades personalizado, que se
conocen como “la manifestación del Espíritu” (1 Corintios 12:7).
Esta verdad responde la pregunta: “¿Tengo yo un don o dones
espirituales?”. El pasaje de 1 Corintios 12 describe su función: “Pero a
cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho…” (ver
vv. 4, 7-9).
Sí, como creyente tienes dones espirituales. La actividad o el proceso de
descubrir, desarrollar y usar tu mezcla de dones produce gozo. Por lo
tanto, ¿qué disfrutas hacer por otros? Otro atributo de los dones
espirituales es que tu servicio bendice a otros y también a ti. Tus dones
también crearán oportunidades para el servicio repetido. Dios te ha dado
dones espirituales como una administradora, y la iglesia sufre cuando sus
miembros no desarrollan ni usan sus dones. Por favor, no te pierdas el
gozo de mejorar las vidas de otros en el cuerpo de Cristo por no usar tus
dones espirituales.
Si no estás segura de cómo identificar y usar tus dones espirituales, aquí
tenemos una manera de comenzar. Servir, mostrar misericordia y dar son
tres de los dones espirituales enumerados en Romanos 12:7-8. Sin
embargo, estos tres mismos dones espirituales son requeridos de cada
cristiano y ejemplificados para nosotros por nuestro amado Salvador,
cuyos pasos debemos seguir. Así que comprométete ahora y comienza a
servir, mostrar misericordia y dar; y así cumplir la ley de Dios y alentar a
su pueblo.
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
1 PEDRO 4:10
Actitud
Señor, tu Palabra me dice que me regocije siempre, que sea agradecida
por todo, que sea amable, humilde y una sierva de todos. Vengo ante ti
hoy reconociendo que muchas veces no muestro una actitud que te honra
a ti y le da al mundo una imagen precisa de cómo se ve una vida
transformada. Soy dolorosamente consciente de lo que significa tener
una mala actitud. Con tu ayuda, quiero abrazar una actitud coherente
que te refleje a ti y tu evangelio de amor. Quiero caminar con humildad,
como alguien que ama y sirve a otros.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
L a Biblia deja muy claro que en Jesucristo, Dios “[te] bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).
Estas son bendiciones espirituales que puedes experimentar ahora y
también eternamente. Mientras esperas por las bendiciones eternales que
ya tienes aseguradas, ¿cómo puedes experimentar la bendición de Dios
hoy?
En una sola palabra: obediencia. En el Antiguo Testamento, Dios hizo
que Moisés situara físicamente a la mitad de los israelitas en cada uno de
dos montes opuestos para representar dos decisiones. Quienes eligieran la
obediencia serían bendecidos, pero quienes eligieran la desobediencia
serían maldecidos (Deuteronomio 27:11–28:14). En el Nuevo Testamento,
Jesús definió la obediencia como un acto de amor cuando dijo: “El que
tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me
ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan
14:21).
Igual que quienes desobedecieron a Dios en el Antiguo Testamento no
experimentaron sus bendiciones, tampoco nosotros deberíamos esperar las
bendiciones de Dios cuando desobedecemos. Decidimos que nuestro día y
nuestra vida sean bendecidos por Dios cuando somos obedientes a su
voluntad. ¿Cómo puedes descubrir la voluntad de Dios? En cinco palabras:
lee tu Biblia y ora. Estas dos decisiones te bendecirán y serás una
bendición para otros.
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,Ni estuvo
en camino de pecadores,Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,Y en su ley medita de día y
de noche…Y todo lo que hace, prosperará.
SALMOS 1:1-3
Abre mis ojos
Señor de toda belleza, ¿cómo puedo mirar, pero no ver? Miro la
naturaleza y no veo tu mano creativa. Miro mis circunstancias y no veo
tu mano de bendición. Miro a las personas que me rodean y no veo su
necesidad de un Salvador. Miro mi corazón y no veo mi egoísmo. ¡Estoy
ciega y no me doy cuenta! Por favor, Señor, abre mis ojos para que
pueda ver las maravillas del mundo que me rodea, el mundo que has
creado. Abre mis ojos para que pueda ser iluminada con el
conocimiento de quien tú eres.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
Amén.
S e ha dicho que un hombre puede vivir cuarenta días sin comida, cinco
minutos sin aire, pero ni un minuto sin esperanza. Sin embargo, Dios
nos ha dado el arco iris para ofrecernos esperanza y simbolizar su
promesa, diciendo: “se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me
acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente”
(Génesis 9:14-15). Al enfrentar tu futuro incierto, esperanza es
exactamente lo que necesitas, esperanza que solamente Dios puede dar. Sin
ninguna duda, puedes esperar y contar con la bondad continua de Dios.
Salmos 23:6 rebosa esperanza, afirmando: “Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi vida”. Y ¿qué es ese bien?
Son todos los atributos de Dios juntos.
¿Llevas una gran carga en este momento? Ya sea un hijo enfermo, la
pérdida de empleo, padres ancianos o un adolescente fuera de control,
Dios sabe exactamente dónde estás y qué necesitas. Descansa en esta
maravillosa perspectiva de Salmos 100:5: “Porque Jehová es bueno; para
siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones”. Este
salmo es uno de muchos en la Palabra de Dios que están llenos de
esperanza y pueden alentar y fortalecer tu fe y confianza en Dios.
Solamente Él puede darte fuerzas para hoy y brillante esperanza para
mañana.
Siempre que necesites la fortaleza de Dios para abordar tu día, acude a
Él y a sus promesas. Dios estará ahí. Y las verdades de su Palabra estarán
ahí. Sin importar cuán oscuro se vea tu día o tu futuro, aférrate con fuerza
a la esperanza de la promesa del bien y la misericordia de Dios continuos.
Como declaró el salmista:
Mi escondedero y mi escudo eres tú;En tu palabra he esperado.
SALMOS 119:114
Título del original: Prayers for a Woman’s Heart, © 2018 por Elizabeth George y publicado por Harvest House Publishers,
Eugene, Oregon 97402. Traducido con permiso.
Edición en castellano: Oraciones para el corazón de la mujer, © 2019 por Editorial Portavoz, filial de Kregel Inc., Grand Rapids,
Michigan 49505. Todos los derechos reservados.
Traducción: Belmonte Traductores
Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos, o transmitida en
cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin el permiso escrito
previo de los editores, con la excepción de citas breves o reseñas.
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades
Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una
marca registrada de American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.
El texto bíblico indicado con «NVI» ha sido tomado de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, copyright © 1999 por
Biblica, Inc.® Todos los derechos reservados.
El texto bíblico indicado con «NTV» ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House
Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados
Unidos de América. Todos los derechos reservados.
El texto bíblico indicado con «PDT» ha sido tomado de la versión Palabra de Dios para Todos © 2005, 2008, 2012 Centro
Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012 World Bible Translation Center.
Las cursivas añadidas en el texto bíblico son énfasis de la autora.
Realización ePub: produccioneditorial.com
EDITORIAL PORTAVOZ
2450 Oak Industrial Drive NE
Grand Rapids, MI 49505 USA
Visítenos en: www.portavoz.com
ISBN 978-0-8254-5891-0 (rústica)
ISBN 978-0-8254-6790-5 (Kindle)
ISBN 978-0-8254-7612-9 (epub)
1 2 3 4 5 edición / año 28 27 26 25 24 23 22 21 20 19