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17. Otro hecho objetivo es el borrado de imágenes (ya mencionado líneas arriba).
Si bien no se puede afirmar, con los datos disponibles, que la propia
imputada haya sido quien haya ocasionado ello, debe apreciarse la capacidad
del imputado de acceder por sí o a través de terceros a las fuentes de
investigación o de prueba conforme lo establecido por el Acuerdo Plenario
N.° 1-2019/CIJ-116. En este caso, estimo que la imputada sí está en capacidad
de acceder a fuentes de prueba y disponer de ellas, ya sea por sí o por
terceros por órdenes de miembros de la presunta organización, dado el
poder que detentan.
18. Existe otro aspecto que, si bien no ha sido desarrollado en el pleno
jurisdiccional mencionado en el punto anterior, sí ha sido materia de estudio
en la Casación N.° 626-2013- Moquegua y en la Sentencia del Tribunal
Constitucional Expediente N.° 3629-2005-PHC/TC-Puno, Caso David Aníbal
Jiménez Sardón, y es el relacionado con los valores morales. La Casación
antes indicada señala lo siguiente en su fundamento 42: “La sola presunción
de fuga, no puede sustentar un pedido de prisión preventiva. El informe
dos/noventa y siete de la Comisión Interamericano de Derechos Humanos
indicó que no basta la seriedad de la pena a imponerse, pues la posibilidad
que el procesado eluda la acción de la justicia debe ser analizada
considerando varios elementos, incluyendo los valores morales
(comportamiento en este, en otro proceso, antecedentes, etc.) demostrados
por la persona, su ocupación, bienes que posee, vínculos familiares y otros
que le mantendrían en el país.”. Por otro lado, la Sentencia antes aludida
estableció lo siguiente: “Este Tribunal considera que la existencia o no del
peligro procesal debe determinarse a partir del análisis de una serie de
circunstancias que pueden tener lugar antes o durante el desarrollo del
proceso y que están ligadas, fundamentalmente con los antecedentes del
procesado, su situación profesional, el cargo que detenta, su situación
familiar y social dentro de la comunidad con las actitudes y valores morales
del procesado, su ocupación, sus bienes, sus vínculos familiares y todo otro
factor que permita concluir, con un alto grado de objetividad, que la libertad
del inculpado, previa a la determinación de su eventual responsabilidad,
pone en serio riesgo el correcto desenvolvimiento de la labor de investigación
y la eficacia del proceso..”
19. En el presente caso, en lo que concierne a la capacidad económica de la
imputada, su defensa ha sostenido que ella percibía un sueldo entre el 2020 y
2021 habiendo obtenido una remuneración en la Municipalidad de Anguía
que oscilaba entre mil doscientos y dos mil soles; lo que totalizaba la suma de
sesenta mil soles. Sin embargo, el propio abogado admitió que además de su
sueldo había percibido dos bonos de extrema pobreza, de setecientos
SEGUNDA SALA PENAL
DE APELACIONES NACIONAL
S.
GUILLÉN LEDESMA