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Vision Historica de La Ciencia Contable
Vision Historica de La Ciencia Contable
AUTORES:
LIZARDO YELITZA C.I.: 26.266.205
MARÍA DEL CASTILLO 19.005.327
CONTADURIA PUBLICA SECCION 05
PROFESOR(A):
ROSA GARCIA.
Cuando Luca Pacioli establece los principios que fundamentan la contabilidad, los cuales
actualmente siguen vigentes; definiendo la partida doble como método contable. La
contabilidad
La contabilidad se fue perfeccionando en las distintas etapas históricas y se dice que las
bases del pensamiento contable nacen con la visión mecanicista de Newton y el
positivismo de Augusto Comte. Dichas corrientes explican el funcionamiento del mundo a
través de leyes y principios, lo que servirá de referencia para la fundamentación contable
a partir de los principios de contabilidad generalmente aceptados, que darán sustento,
forma y difusión a la ciencia contable.
Ante esta nueva realidad, la contabilidad como ciencia tiende a transformarse, a través de
la investigación para responder a estos rápidos y profundos cambios.
Bajo esta óptica, la contabilidad da cuenta de los procesos informativos que se presentan
en la interrelación del contexto social y las organizaciones donde, de alguna manera, la
representación de la realidad en la contabilidad, puede asumirse desde una perspectiva
funcionalista, crítica o interpretativa.
Se puede entonces afirmar que la contabilidad es una ciencia social que garantiza el
funcionamiento de una empresa, genera conocimientos conexos entre la economía y las
finanzas, cuantifica el patrimonio público o privado.
Cerboni recibió el nombramiento de Contador General del reino Italiano lo que le permitió
hacer que se aplicara su sistema contable a la Hacienda Pública del país. No obstante,
cuando en 1892 el gran autor toscano dejó el cargo, la contabilidad pública italiana volvió
a sus antiguos cauces.
La obra cumbre de Besta, “La Ragioneria”, no fue editada en su totalidad hasta 1910. No
obstante, los elementos fundamentales de su teoría venían ya esbozándose en multitud
de contribuciones realizadas por Besta en las cuatro décadas anteriores. Puede decirse,
por ello, que la escuela veneciana de contabilidad pertenece al siglo XIX, aun cuando
prolongue sus actividades durante algunos decenios de nuestra centuria.
El patrimonio jurídico de una empresa no tiene por qué coincidir con el patrimonio
económico; y la contabilidad debe ir encaminada a la medición de este último. Besta pone
un ejemplo: si ha prestado una cantidad, ese dinero forma parte de mi patrimonio jurídico,
ya que tengo derecho a que me sea devuelto. Pero; ¿deberá ser tenido en cuenta en mi
patrimonio contable? Sólo interesaría a tal fin, en cuanto haya, al menos, alguna
posibilidad de que tenga efecto tal devolución. Si ello no va a ser posible, debido, por
ejemplo, a la huida del deudor, por mucho mas derechos que me asistían no será
razonable incluir aquella cantidad de dinero en mi patrimonio contable.
En la disyuntiva de “personalizar” o no todas las cuentas, Besta eligió el camino de
considerar sólo el aspecto del “valor” de las cuentas. Toda magnitud material que pueda
ser expresada en valor monetario es objeto de una cuenta.
Besta desarrolló, al igual que sus grandes contemporáneos italianos, una sólida doctrina
organizativa de la administración de empresas. Además, fue un notable historiador y un
estudioso del tema de la contabilidad de la Hacienda Pública.
CONCLUSIÓN
La ciencia contable no tendría futuro sin la investigación. Ésta la enriquece, la renueva, la
dinamiza y le permite cumplir su propósito trascendente en el concierto del saber humano,
enfrentando así los desafíos de lo complejo e incierto del III Milenio, en función de la
felicidad del hombre y del progreso de la Patria. Para concluir, resulta pertinente acotar
que, a lo largo de la historia, el conocimiento se ha construido gracias a los aportes de
todas aquellas personas que, de alguna manera, han sentido ciertas inquietudes y han
estado en una constante búsqueda y se han preocupado en darle explicaciones; es decir,
la historia se ha construido con los esfuerzos e intentos, por parte de grandes
pensadores, para comprender al mundo. En la actualidad urgen cambios en las
estructuras del conocimiento. La sociedad exige un nuevo pensador, una especie de
conductor de orquesta con la suficiente potencialidad para crear una obra maestra.
Las universidades deben abandonar la postura que hasta ahora han mantenido y dar un
vuelco a la manera como se enseña, sobre todo en lo relacionado con la contabilidad. Es
decir, la contabilidad habría que entenderla como una ciencia transdisciplinaria, dinámica,
interpretativa y que se desarrolla en un entorno complejo, por lo que seguir estudiándola y
enseñándola desde el paradigma positivista sería un error; se estaría obviando la relación
inseparable entre ser y pensar, sujeto y objeto, y sujetos-objetos-sujetos. La entrada en
escena de la automatización de los servicios y la digitalización de los datos, ha causado
un gran impacto en la sociedad, generando cambios en las estructuras de mercado y de
poder en que aparecen las potencialidades crecientes de la miniaturización y
compactación de la información.