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feet a [2 risa, remedio infalible Reirse, la mejor medicina Una aktoloda para morirse de risa, de los mejores chistes, citas, anécdotas y caricaturas de la revista Selecciones La rjsa, remedio infalible eo ae Reirse, la mejor medicina Una antologia, para morirse de risa, de los mejores chistes, citas, anécdotas y caricaturas de la revista Selecciones SERaes Buenos Aires + Madrid + México + Nueva York LARISA, REMEDIO INFALIBLE Corporativo Reader's Digest México, S. de RL. de CV. Departamento Editorial Libros rprTores; Arturo Ramos Plumia y Cecilia Chavez Torroella, TirULo oniinat: Laughter the Best Medicine, © 2006 Reader's Digest Association, Inc. Edicién en espanol propiedad de Reader's Digest México, S.A. de CV. preparada con la colaboracién de las siguientes personas: ‘COOROINACION GenenaL: Patricia Elizabeth Wocker y Federico Guzman ‘TRe@ucciON: Federico Guzman, Laura Manriquez, Miguel Quintero, Carlos Ramirez spxptacon: Federico Guzman conRecci0w € esti: Patricia Elizabeth Wocker Lectura oe pruesas: Carlos Ramirez DIseNo ¥ PREPRENSA DiGmaL: Zuemmy Anton Los eréditos de las paginas 303 y 304 forman parte de esta pagina, DR. © 2007 Reader's Digest México, S.A. de CW. A, Prolongacién Paseo de la Reforma No. 1236, piso 10 Col Santa Fe, Delegacién Cuajimaipa GP, 05348, Mexico, OF © 2007 Todos los derechos reservados para la versién argentina. Reader's Digest Argentina SRL. spiro: R.D. Weigandt Revision Y CoRRecciOn: Graciela Battauz SELECCION ¥ ADAPTACION DE CHISTES PARA LA EDICION ARGENTINA: Leonardo Schiano DISERO. MAQUETACION Y PRE:PRESS: Naranja Disefo - wwwnaranjadiseno.com.ar Dorechos rsarvads on todos los paises miombroc do la Convoncién de Buones Aros, ‘ea Convencion Interameneans, dels Convenelon Universal sobre Derechos de Autor. do la'coovencion de Berna y demas corveries ntemacionates aplicables. 'Ninguna part de esto libro puede sor rapreducida,almaconada an alg sistema de recuperation otranemitisa en ninguna forma o por ring medko, sea cleetrénion, ‘lectrosttin,crta magnctica,fetocopiago mecanic, grabacion » eualesquera otros, Sin permiso por eserito Ge los editors. Visite wwwséleecionescom Enuienos sus dudas y comentarios a editorial ibros@readersdigest.com Esta primera eaicin se termino de imprimir el 15 de delembre de 2007 en ls taleres de Leo Paper Products Ui. 7 Kader Buin, 22 Kat Cheung Road, Kowloon Bay. Kowloon. Hong Kong. China La figura del pegaca, la palabra Selecciones, Selecciones det Readers Digest y Reader's Digest son mareas registradas. ISBN 978-968-28-0418-2 Editado en México por Reader's Digest México, S.A. de GW, Impreso en China Printed in China Introduccién Doctor: Le tengo que dar dos noticias: una mala y otra peor: La mala es que le quedan 24 horas de vida, Pacient Esa es la mala? iVayal éY cual es la peor? Doctor: Que lo he estado tratando de localizar desde ayer, ‘Cuando lo publicamos en Selecciones, este chiste provocé la risa de millones de personas. Sin saberlo, al tiempo que sonrefan, nuestros lectores estaban toman- do una pastilla para la salud, pues a decir de médicos y cientificos, la risa reduce el estrés, regula la presin arterial, fortalece el siste- ma inmunolégico, optimiza el funcionamiento del cerebro e, incluso, protege el corazin, Tal vez or todos estos motivos una perso- na promedio se rie 17 veces al dia, Alreflexionar sobre la relacién entre el humor y la salud se llega, inevitablemente, a tres conclusio- nes; tenemos algo asi como un ‘Srgano de la risa, el sentido del humor es contagioso y las carcaja- das se transmiten entre personas conla velocidad de una epidemia. El humor tambign es un reme- dio para sobrellevar los pequefios problemas de todos los dias, como las torpezas que uno comete en y con las computadoras. En este ‘iltimo caso solo existen dos opciones: enfurecerse o reirse de ‘uno mismo, y de pasada, burlarse de la computadora, que parece ser capaz de notificarnos: ERROR: No se encuentra el teclador pulse cualquier tecla para continuar, PULSE cualquier tecla; no, n0, no, ‘ésa not PULSE cualquier tecla para conti- ruar o pulse cualquier tecla para pagar el equipo. ‘Teclee un niimero primo de 11 digitos para continuar. Estrelle la frente en el teclado para continua. El humor es tan dil y préctico que hasta puede ayudar a resolver temas polémicos y escabrosos, como por ejemplo: "Mientras haya exémenes, los estudian- tes de las escuetas seguiran rezando” Y cuando tenemos miedo de algo, lo mejor que podemos hacer es tomarlo con sentido del humor. Supongamos que debe someterse una cirugia. Usted esté asustado, Esté preocupado. No sabe si lo soportard, Consciente de su esta- do de Animo, su mejor amigo lo toma del brazo y le dice que no se Preocupe, a menos que escuche alguna de las siguientes frases durante la operacién: "Mejor no uses ese instramento; fo ‘vamos a necesitar para la autopsia’ “zAdénde vas? éPor qué te vas con sus rifiones?” “iNo puecle ser! Se me acaba cle caer ini reloj adentro dle su estémag’ No entiendo nada! Si eso es su pancreas, éentonces qué es esto?" Reader's Digest siempre ha crefdo en el poder del humor. ‘Nuestra ya célebre seccién“La risa, remedio infalible” ha apare- cido en la revista Selecciones durante mas de medio siglo. A lo largo de este tiempo hemos publi- cado mas de 100 mil chistes, citas y anéedotas gracias a las mas de 20 millones de personas que nos Jas han enviado, Cada mes recibi mos més de 35 mil propuestas y hemos desembolsado mas de 25 millones de délares para remunerar a nuestros sonrientes colaboradores. Nunca fue nuestra intencién entrar al campo de la medicina, pero la ciencia insiste en colocarnos en él, y, para ser sinceros, la idea nos encanta. Los EDITORES (Contenido Los tiempos modernos La vida de hoy, con todas sus ironias, sus sinsentidos y sus maravillas nos desconcierta, nos intriga ¥,en ocasiones, nos sobrepasa. En el trabajo 29 Ponga a un grupo de adultos juntos y pidales que lleven a cabo una tarea Atti y con cierto sentido; ya verd que, durante el proceso o al obtener el resultado, se levara una gran sorpresa, El mundo de los nifios 53 Son inocentes, serios e involuntaria- ‘mente cémicos: lo que dicen no tiene precio, lo que hacen siempre resulta inesperado y las preguntas que formullan siempre nos desconciertan. De torpes y torpezas 9. La gente comete tonterias, y entre ‘ms tontas sean, mas graciosas resultan. Aqui encontrar fos malen- tendidos lingifsticos, las metidas de pata sociales y las torpezas mecéni- cas de los cue todos nos reimos, siempre y cuando, por supuesto, no seamos los protagonistas. Envejecer con (in )dignidad 105 iAcéptelo! Los afios no le sientan biena nadie, y cuanto antes o acepte, y tome cartas en el asunto, ‘mejor para usted, La guerra de los sexos 131 Dicen que sise mezcla el amor con la risa y la guerra lo que se obtiene es el matrimonio. A pesar de que lo han intentado durante milenios, el hombre y la mujer atin no acaban de conocerse, pero, al menos, intentarlo resulta muy divertido. Una dosis de humor E! humor es la mejor medicina, y, dems, ino provaca efectos secun- darios! Nada tan saludable como relrse de los doctores, de nuestros ctierpos y sus padecimientos y de ‘nuestros intentos desesperados por cconservar la salu. fa forma. En el Arca de Noé Los perros, los gatos y muichos otros animales se haan convertido en nuestros compafieros de todos los. dias. Y como buenos compatieros, ‘mas de una vez nos hacen sonret. Las leyes de la risa 205 Laley siempre est de su lado, salvo que usted esté en contra de ella... Los enredos de los abogados y policfas mas de una vez concluyen en una sentencia inapelable: la risa. Amén Un sefior se estaba confesando y entonces le dice el cura. Lo que viene después puede acabar siendo un chiste, asi que, siempre con respeto, ia refrse ha dicho! Juegos de palabras 257 El lenguaje sirve para comunicarnos yd ver en cuando, también para confundirnos. ¥ para reirnos. Y para burlarnos de nosotros mismos. ¥ para decir mucho mas de nuestra esencia de lo que podemos creer. Punto final 275 Para cerrar con broche de oro, algunos chistes ue hard sorelr hasta el rostro mas frio y algunas de las frases célebres mas divertidas de la historia. EI empleado que lo v saber exactamente en qué va ‘a consistir su trabi podria F qué es lo que ha estado haciendo aqu durante todes estos anos? ES de tumo como médico en una sala de urgencias cuan- do llegé un hombre con su hijo; el chico se habia metido una de las ruedas de su camién de juguete en la nariz. El hombre estaba muy avergonzado, pero yo le aseguré que esto era algo que los nifios solfan hacer Rapidamente retiré el objeto de la nariz del pequefio y ambos se ‘marcharon. Unos minutos des- pués, el hombre regresé ala sala y Pidié hablar conmigo en privado. Desconcertado, lo conduje hasta una sala de auscultacién, —Cuando fbamos de regreso a casa —empez6 a contarme— estaba mirando esa ruedita y pre- gunténdome eémo le habia hecho mi hijo para hacer que tal objeto se le atorara en la nariz y.. ‘S6lo me toms unos cuantos segundos sacar la rueda de la nariz del hombre. Unmaene de obras que tiene a su mando a 10 albailes holgazanes decide un dia ponerlos a trabajar. —Tengo una tarea muy facil para el mas perezoso de ustedes —les anuncia—, Levante la mano el mas haragén. ‘Nueve alzaron la mano. ~¥ tii,épor qué no la levantaste? Porque me cuesta demasiado trabajo. Igunos de mis compaiteros de trabajo y yo decidimos retirar el pequefio buzén de sugerencias de nuestra oficina porque easi nadie dejaba mensajes. Pusimos el buzén arriba de un estante metéli- co de dos metros de alto y muy pronto nos olvidamos de él. Meses después, cuando movieron el buz6n de ahi durante un trabajo de remodelacién, encontramos un pedazo de papel dentro. La suge- rencia decfa: “iBajen el buzdn!” sz disléxico y por eso asisti ‘con un amigo a una conferen- cia sobre este trastorno. Los ora- dores nos pidieron que compar- tiéramos con el grupo alguna experiencia personal. Les dije que el estrés agrava mi problema, y esto hace que invierta palabras y letras si estoy muy tenso, Cuando terminé de hablar, mi amigo se acereé a mfy me murmuré al ido: —Ahora sé por qué le pusiste ‘Ana tu hija Un conocido mio fue contratado como asistente de investigacién ten el Departamento de Fisica de una universidad de la costa este; su misién era indagar las propiedades termodinamicas de la madera. Dos semanas des- pués de empezar a trabajar, reci- bic la visita de un vendedor de enciclopedias que le explicé que la adguisicién de una de estas obras le daba derecho al com: prador a recibir respuesta a tres. preguntas especiales. Para aho- rrarse un montén de trabajo, el investigador compré la enciclo- Pedia y estipulé que, para su pri- ‘mera pregunta gratuita, le envia- ran una disertacién completa sobre las propiedades termodi- némicas de la madera, Tres semanas después, el jefe del departamento mandé llamar a su asistente y le dijo: —Tenemos la peticién de una compania de enciclopedias. Uno de sus clientes ha pedido tun informe completo sobre las propiedades termadinamicas de la madera. Por favor, prepara el informe para ellos. En la parte inferior de una factura que cubria los. servicios de un funeral decia lo siguiente: s. Vuelva cuando quiera”. ~ CARMELA A. HENRIQUEZ 32 dio la idea de que me metan ‘cuchillo, asf que me preocu- pé terriblemente cuando el doctor me dijo que debia extraerme las amigdalas. Més tarde, la enfermera yy yo estabamos lenando un formu lario para el hospital. Estaba tan nervioso que no podia ni hablar. La enfermera dejé a un lado el cuestionario, tomé mis manos centre las suyas y dijo: —No se preacupe. Su operacién es muy sencilla. —Tiene usted razén, soy un tonto —dije, sintigndome alivia- do—. Siga por favor. —Bien, Ahora digame usted —continué la enfermera—éya preparé su testamento ? Mi esposo y yo trabaja- mos en una empresa que funciona en Internet, pero él vive, come y res- pira computadoras. Me di cuenta de su obsesién un dia que le estaba ras- cando la espald: —No, ahi no —trataba de dirigirme—. Baja el ratén un poco mas. 1 mi trabajo como agente de reservaciones de una aeroli- nea, un dfa recibf una llamada de un tipo que querfa dos asientos para un vuelo, pero que no estaba satisfecho con el precio de 59 délares por boleto. —Quiero la tarifa de 49 délares que vi anunciada —insistié, y luego dijo que aceptarfa un vuelo a cualquier hora del dia. Logré ‘encontrar dos asientos en un ‘vuelo de las 6 de la mafiana. Lo tomaré —acepté, pero tenfa temor de que a su esposa le sustara que el vuelo fuera tan temprano, Le advertf que habia una penalizacién de 25 délares por persona si cambiaba la reservacion. —Ah, €80 no es ningtin proble- ‘ma —me dijo con desdén—. 2Qué son 50 délares? Ee de visita en la cam- ppifa irlandesa con un grupo de escritores de viajes, cuando pasamos por un inmaculado cementerio con cientos de mara- villosas lépidas sembradas en un campo de un césped verde esme- ralda. Todos tomaron sus cémaras cuando el gufa del viaje dijo que el inventor de los crucigramas estaba sepultado ahi. Sefialé la ubicacién dando las coordenadas: —Ires vertical, cuatro horizontal. ‘na de mis amigas, mésica de profesién, siempre ha sido optimista. Nada la deprime. Sin embargo, cuando desarrollé tini- tus, una enfermedad auditiva que hace escuchar un zumbido en los fds, me preocupé que eso la abru- ‘mara, Cuando le pregunté si su en- fermedad era especialmente mo- que como ella se ala misica, movie la cabeza: —En realidad no —dijo alegre—. El zumbido que escucho est en Si bemol, asi que lo uso para afi- nar mi violonchelo medio tono mas abajo. Enelt Te familia suelen seguian insatisfechos. rigs inereibles tomados de regis- enojarse mucho cuando sus Cuando pude irme, corrf ala _tros hospitalarios, hijos no ingresan al colegio de su puerta y sali disparado para mi “El paciente se neg6 ala eleccién, Como orientador en otro trabajo, Al llegar, un mozo —_autopsia.” materia de admisiones para una __me entreg6 de inmediato la pri- “La paciente no tiene una universidad, recibi la llamada de mera orden, historia previa de suicidios.” una airada mujer que queria saber —Asegiirate de que estas papas __ “No ha tenido escalofrios con por qué su hija habia sido recha- con cebollaesténcalientes—me _fiebre alta ni sudor frio; sin zada, Evité mencionar que en su dijo—, porque los clientes acaban embargo, sut esposo reporta que expediente académico abundaban de salir del restaurante de la otra___ la sintid muy caliente la noche las calificaciones mediocres y calle diciendo que todo el tiempo anterior.” sélo le explique que su hija no erase las sirvieron firfas. 'Esté entumecida de los dedos lo suficientemente “competitiva’, sue sercouisr — de los pies para abajo.” ‘en comparacién con los chicos “La paciente tiene dos que habjan sido admitidos. iempre me he preguntado qué __adolescentes, pero no reporta Por qué no prueba a meterla tipo de personal médico gara- ninguna otra anormalidad.” enotra escuela durante este afio? —_batea unas palabras en esos suje- _—“Estatus del alta: vivo pero sin Yael siguiente puede solicitar la _tapapeles que se dejan al pie dela mi autorizacién.” transferencia —Ie sugert. cama de los enfermos. Los wituaw 0.2. wuRPy —IOtra escuela! —exclamé la __siguientes son algunos comenta-~ sefiora—, éHa visto usted sus calificaciones? ‘urante una época trabajé ‘como cocinero en dos restaurantes de comida rapida que estaban en el mismo barrio muy cerea uno de otro. Un sabado por la noche estaba por terminar mi turno vespertino en uno de esos restaurantes y me daba prisa para irme al otro. Pero me retrasé porque una mesa devolvia una y otra vez. una orden de papas y cebollas doradas a la sartén, insistiendo en que estaban demasiado frias. Las reemplacé varias veces, pero los clientes —Hatfner, hay un trabajo importante del {que me gustaria que se ocupara: el suyo. 34 Mi padre es un contador piiblico calificado, pero no es muy bueno promovigndose, asi que cuando un vendedor de publi- cidad le ofrecié poner un anuncio de su despacho en los cartitos del supermercado, acepté de inme- diato, Pas6 un afio entero antes de que alguien le hablara en relacién ccon el anunci —cContador piblico Richard Larson? —pregunté la persona que llamaba, Asi es —respondié—. éLe puedo ayudar en algo? —Si —dijo la voz—. Uno de sus carritos de supermercado esté en mi patio y quiero que venga a recogerlo. Uw sacerdote catélico al que conocia fie un dia al hospital avisitar a los pacientes. Se detuvo en el puesto de enfermeras; exa- mind cuidadosamente la lista de los pacientes y anoté los mimeros de los cuartos de todos los que tenfan la marca “Cat” escrito en una tinta lamativa junto a su nombre. Me dijo que ése habia sido un gran error. Cuando le pregunté por qué, me respondié: —Sélo después de que hice el recorrido me percaté de que a todos esos pacientes se les habia puesto un catéter. staba a la mitad de una reunidn con un vendedor de fotocopiadoras, cuando de repen- te se puso a hablar de su esposa y de sus hijos, y de lo feliz que era con ellos, Me quedé muy sorpren- dida, pero lo dejé continuar. Slo cuando me asomé debajo de la ‘mesa entends por qué me transmi: formacién personal. La pata de la mesa contra la cual me habia estado rascando una come- z6n en el pie ino era para nada la pata de la mesa! oy oficial de policia y de vez SS cintendtestctond apenic lla en éreas residenciales en espera de quienes rebasan los limites de velocidad. Un domingo en la ‘maiiana, estaba de vigilancia en una calle, frente a una entrada, cuando vi que un perro enorme trotaba hasta mi auto, Se detuvo y se senté a unos pasos de mi ven~ tanilla. Por mas que traté de que se marchara dndole palmaditas en la cabeza, se rehusé a moverse de ahi. Después de un rato decidi inme a otro sitio. Me alejé de la entrada, miré por el retrovisor y entendi la razén por la cual el perro se obstinaba en quedarse en ese sitio, Rapidamente recogié el diario sobre el cual habia estacio- nado la patrulla y diligentemente Como obstetra, a veces veo raros tatuajes cuan- do trabajo en la sala de partos. Una vez me encontré con una paciente que tenia un tipo de pez tatuado en el abdomen. —Qué bonita ballena —le comenté. Con una sonrisa me respondié: —Antes era un delfin. i padre empezé a dar clases de administracién en la pri- sin local por intermediacién de una universidad de la comunidad, En su primera sesién nocturna, abrié con el tema de los bancos. Durante el curso de su clase, salié a relucir el tema de los cajeros automaticos y él dijo que, en promedio, la mayoria de esas méquinas no egaban a contener mas de 20 mil pesos. Justo entonces uno de los tipos de las filas de atrés alz6 la mano. No quiero parecer irrespetuo- so —Ie dijo a mi padre—, pero el cajero que robé tenfa como 100 mil pesos adentro. eee ee ae ee ee a eee er sete 36 turante los iltimos, [meses de mi embarazo, Hevé una almohadilla al trabajo para que la silla me resultara mas cémoda. Una tarde volvi de ‘comer y encontré que habjan empujado mi silla hasta la parte mas, alejada de la oficina, —Parece que alguien se ha sentado en mi silla “le comenté a una de mis compafieras. Con la vista en mi vientre, ellaaiadié: —También parece que alguien ha estado durmiendo en tu cama. xtractos de evaluaciones laborales reales. Espero que ninguna les suene conocida ¢ Trabaja bien bajo supervisin constante y arrinconado como una rata en una trampa. © Sus subalternos lo seguirian adonde sea, pero sélo por curiosidad y morbo. © No rebuzna, porque no aleanza el tono, © No tiene iiloeras, pero las provoca. * Si ves a dos personas hablando yuna de ellas parece aburrida, seguro que él es la otra persona, nmi trabajo de operador del 911 suelo hablar con gente en diversos estados de pinico, Un dia llam6 una mujer diciendo que un pariente suyo habia sufrido una caida y que necesitaba ayuda. —ZSabe usted qué causé la caida? —le pregun No —respondié nerviosa la smujer—, ¢Qué fue? ‘abajo en un centro de com- Tome donde cada noche, a la hora de cerrar, uno de nuestros representantes de servicios al cliente usa los altavoces para recordarles alos consumidores que nos visitan que deben con- cluir sus compras. Cierta noche, una mujer que hasta muy recien- temente habia estado trabajando en Carrefour inicié el anuneio diciendo: —Atencién, clientes de Carrefour. Rapidamente se dio cuenta del error y con gran agilidad salié del problema afiadiendo: —..estan en el centro de compras equivoca- do. ‘—Tendremos que prescindir de sus servicios, ppero confio en que caerd bien parado. Ne fotocopiadora se estroped, asi que pegué un aviso sobre ella “Ya se lam6 al servicio de reparacién”. Cuando el técnico me dijo que tenia que ordenar algunas refac~ ciones, afadf un segundo aviso: “Ya se pidieron las refacciones”, Durante los siguientes cinco dias, mientras tuvimos que usar una copiadora més antigua y mas lenta al otro lado del edificio, alguien pegé un tercer letrero en nuestra maquina: “Ya hemos ele- vado oraciones”. ‘tipo llega tarde a su trabajo. El jefe le grita: —iTenfas que haber estado aqui alas ocho y media de la maftanal El sujeto responde: —éor qué? éPues qué pasé a las ‘ocho y media? Enelt Cada vez que las empresas se fusionan, los empleados se preocupan por los despidos. Cuando vendieron la compaiiia donde trabajo, no fui la excepcién. Mis temores parecieron justificados cuando en el sitio web de la firma aparecié una foto del nuevo personal luego de la fusion. Al pie de la pagina se lefa: “Se actualiza diariamente”. L tienda de peces donde traba- tiene mas de 20 afios. Un domingo Ilamé un cliente que ‘queria comprar una pecera grande. A propésito, he gastado mucho dinero en ese negocio en Jos titimos afios —dijo el hom- bre—, creo que merezco un des- cuento, —Lo siento, sefior, s6lo el propietario puede autorizar des- ‘cuentos —le expliqué— y 61 no viene hasta mafiana. Cuando el cliente dijo que iria al dia siguiente, le pregunté si habia algo més en que pudiera ayudarlo. —Si—me dijo—. Donde se ubiea la tienda? Cc ‘muevo paciente que viene la clinica donde trabajo tiene que llenar un cuestionario con preguntas bisicas sobre su salud e historia personal. Una pregunta a la que inevitablemente responden “No” es ésta: —iUsa usted actualmente o ha usado alguna vez férmacos con fines de esparcimiento 0 para sen- tir placer? No estibamos preparados para __metros conduefa al afio. Me dijo la respuesta de una joven recién que no sabia, casada que escribié: —Bien, émanejard usted unos —St: pastillas anticonceptivas. 10 mil kilémetros al afio? —pre- —rtances owen — gunté—, 0 tal ver cinco mil? Dijo que eso le parecta mucho. aagencia de seguros para la —iEn qué mes estamos —pre- cual trabajo tiene tratos con _gunt6. Le dije que en julio. una asociacién donde viven —Tal vez esto le ayude — afia- exclusivamente jubilados. Una dié—. La tiltima vez que lené el vez, cuando Hlenaba una solicitud _tanque de nafta fue en el mes de para el seguro deun autodeun —_ febrero. cliente, le pregunté cudntos kil6- ~ evn aenee —Desde que el estilo en mi oficina cambié a atuendos informales, he estado ‘suftiendo esta crisis de identidad. Mi duda es éseré todavia un traje? 38 Quiero ensayar algo, ‘estuvi ierto dia, el director de la Jorquesta en la que toco se mostré muy molesto con el desempefio de uno de los percu- sionistas. Varios intentos por hacer que el tambor sonara mejor fracasaron. Finalmente, frente a toda la orquesta, el director dijo con un tono de frustracién: —Cuando un miisico no sabe tocar un instrumento, se lo quitan, le dan dos baquetas iy lo convier- ten en tamborilero! De repente se escuché un mur- mullo que provenia de la seccién de percusiones: ~Y si no sabe tocar el tambor, Je quitan una de las baquetas y lo convierten en director de orquesta, Quincy wona jonzélez; acérquese y haga como si me ra pidiendo un aumento de sueldo. suando mi esposo, inspector ide caminos de la provincia, fue en su vehiculo a una clinica por un dolor en la pierna, deci usar el servicio de valet parking, ya que asf no tendria que caminar mucho. Viendo el auto, uno de los jévenes choferes del valet le pre- gunté a mi esposo siera un vebi- culo oficial —Por supuesto que si—respon- di6 mi esposo, sorprendido por la pregunta—. De hecho es una patrulla sin los logotipos. —iGuau! —dijo el joven, desli- zandose para tomar el volante—. Esta es la primera ver en toda mi vida que me toca ir en el asiento delantero. 1 vendedor de un gran super~ mercado slo hizo una venta ese dia, pero fue por la friolera de un millén y medio de pesos. Estupefacto por tal cantidad, el gerente le pidié que le explicara e6mo lo habia hecho. —Primero le vendi un anzuelo dijo el vendedor—, Luego le vendf una cafa de pescar y un carrete. Cuando descubri que estaba pensando en irse a pescar ala costa, le sugerf que tal vez necesitarfa una embarcacién. Luego lo Hevé al departamento de automotores y le vend la camio- neta todoterreno mas grande que tenemos para remolcar el bote. —iLe vendi6 usted todo eso a un tipo que vino por un anzuelo? —pregunté el jefe —En realidad —dijo el vende- dor—, él vino a comprar un fras- co de aspirinas para la migrafia de su esposa. Yo le dije: “Uy, ya se estropeé su fin de semana. Mejor vayase de pesca”, (ope ;sentirian muy enojadas sila empresa donde trabajan fuera vendida y los nuevos propietarios trajeran a sus propios trabajado- res para reemplazarlos. No es el caso de nuestro vecino Andy. Ya sabemos qué sucede —dijo en tono filoséfico—. Cada circo trae consigo a sus propios payasos. Minne pequefio restaurante donde a menudo bautizamos las espe dades con el nombre de nuestros empleados. Tenemos, por ejemplo, platillos como “Pollo Tony”, pues la receta nosla dio el hombre que trabaja lavando los platos; “Costillas Rod”, por un mesero que tenia su estilo personal de hacer la barbacoa. Una noche, después de volver a revisar el ment, rompi la tradici6n y cambié la descripcién del especial al que habfamos bauti- zado como nuestra chef. ‘A pesar de su talento y excelente reputacién, pensé que una entrada Mlamada “Salmén Ela” no tendria mucho éxito con nuestros clientes. ‘na mujer, cansada de que su matido Hegue todas las noches borracho asucasa, decide darte un susto para que escarmiente. Una noche, cuando el esposo todavia no regresa de la juerga, se disfraza de diablo y lo espera en silencio en la oscuridad. Apenas escucha girar la lave de la puerta, la esposa se prepara y en cuanto el hombre aleoholizado entra, la esposa lo mira fijo y le grit: —iHe venido a llevarte! El hombre mira con tranquilidad y responde: —Me da lo mismo... Hace veinte afios que vivo con tu hermanal hombre que hacia todo tipo de trabajos en casa de Hal no era el ms rapido del mundo; pero cobraba barato, ¥ como a Hal le encantaba pagar poco, lo contraté para pintar su porche por 80 pesos. —Eres un agarrado —Ie dijo su esposa—. iNuestro porche abarca a mitad de la casa! Estaré aqui trabajando durante dfas —Hal simplemente sonrié, Una hora més tarde, alguien am a la puerta. EL hombre ya habia terminado. —2Cémo pudo hacerlo tan répi- do? le pregunté Hal. —Fue muy facil —respondié el trabajador—. Ab, por cierto, es un Ferrari, no un Porsche. Mize’ y yo legamos ala agencia de autombviles a Tecoger nuestro auto nuevo, pero nos recibieron con la noticia de que se les habia quedado cerrado con las Haves adentro. Fuimos al departamento de servicio, donde un mecénico estaba tratando de abrir la puerta del lado del con- ductor, Instintivamente me dirigé ala puerta del copiloto y, voila, estaba abierta. —Oiga —le grité al mecdnico— Ista abiertal Ya lo sé —me contests él—. Ya la habia abierto, ahora estoy tratando con ésta, Enelt Humor eterno de ios ‘QD Uno de los relatos favorites entre los que procesan pelicu- las a color es el del negativo de ‘un caniche que una mujer evo ‘aun laboratorio ce revelado. ‘Cuando la foto se imprimié, el perro salié verde. Imaginando ‘que tenia que haber alsin error en la distribucién de los ccolores, un problema comtin en los procesadores de color, el laboratorio repitié el proceso tuna y otra vez, hasta que con- siguieron que el perro saliera ‘en un tono come bronceado. La mujer que habia manda- do el negativo se puso furiosa ‘cuando vio la foto del perro bronceado, pues, segtin infor ‘m6 al laboratorio, le habia tefido el pelo de verde, Dittaeetn lesarrollo personal y profe- jonal y una mafiana, cuando un cliente potencial llamé para pedir una cita, le pregunté qué queria ‘obtener exactamente con las —Claridad —me respondié con gran aplomo. —2¥ en qué aspectos estd usted buscando obtener claridad? —traté de explorar. —Bien —me dijo en un tono ‘menos seguro que al principio—, en realidad no lo sé. CITAS CITABLES La pieza que rechina puede ser la que lleve mas aceite, pero también es la primera que hay que reemplazar. famoso si mi El césped puede ser mas verde del otro madre no lo lado, pero es igualmente dificil ge corte conoce. Jay Ueno Un pavo real que no despliega sus plumas no es mas que un pavo. Cuando trabajaba como repartidor de periédicos, siempre intentaba no darle a Cuando la gente los arbustos pero s/atinarle al porche. Fue Pregunta si yo ahi cuando aprendi por primera vez la mismo filmo mis importancia de la precisién en el periodismo. escenas peligrosas, CHARLES OSGOOD. Detencing Aaltimare Against Ensmy Attack (Hyperian) siempre respondo: | “No lo hago a Tienes que ser original, porque si propésito”. eres como cualquier otra persona, BILLY BoB THORNTON cpara qué te necesitarian? Si alcanzas a ver el tren, es que es muy tarde para que te subas en él. ‘0s médicos estamos acostum- bbrados a recibir lamadas a cualquier hora. Una noche, un hombre al que conocia llamé y me desperts. —Lamento molestarlo a estas horas —dijo—, pero creo que mi esposa tiene apendicitis. ‘Todavia medio dormido, le recordé que le habia extirpado el apéndice inflamado a su esposa un par de afios atrés. —éla escuchado de alguien que tenga un segundo apéndice? —pre- gunté, —Tal vez no haya usted escucha- do nunca de un caso de segundo apéndice —respor pero seguramente si habré ofdo hablar de casos de una segunda esposa. aminando por los pasillos de a secundaria donde trabajo, via un nuevo profesor interino parado fuera de su salén de clases conla frente apoyada en uno de Jos casilleros. Lo of murmurar compungido: —2Cémo te metiste en esto? A sabiendas de que le habfan asignado un grupo dificil, traté de darle apoyo moral —iistd usted bien? —le pregun- té—. éLe puedo ayudar en algo? Alz6 la cabeza y respondié: —Estaré bien en cuanto logre sacar a este nifio de su casillero. ‘uestro sobrino se cas6 con la hija de un médico. En la recepcién, el padre de la novia se levanté para brindar y leer unas palabras que habia garabateado en una hoja de papel. Varias veces durante su discurso hizo algunas pausas, supuse que abrumado por un momento de profunda emo- cidn, Pero después de un silencio particularmente prolongado, el hombre explics: —Lo siento, parece que no logro entender lo que escribi. ‘Alzé la vista para mirar al piibli- 0 y dijo: —Disculpen ustedes, zhay entre Ja concurrencia alguien que traba- je en una farmacia? Enelt ‘na cajera en el banco donde trabajo se percat6 de que un cliente estaba escribiendo algo en uno de los documentos que iba a depositar en la canastilla de tran- sacciones. Cuando mir6 el conte- nido de la canastilla, ella aleanz alleer “Esto es un robo". La cajera entré en pénico, alz6 Ja mirada para ver al hombre y le Pregunt6 con voz titubeante: —2Qué quiere? El cliente se dio cuenta del miedo de la cajera y de inmediato se disculpé. —Disciilpeme, lo siento mucho; ‘ese mensaje no es para usted, sino para la compafiia de luz. —Tenemos que concentrarnos en la diversidad. Su objetivo, seforita, sera contratar a gente que se vea diferente pero que piense como yo. uando una mujer que estaba ‘en la fila Mez6 a la caja que ido en el Wal-Mart, sus com- ras ascendfan a 200 pesos. —Es lo que tenfa en la mano. jene usted que ser psiquica —bromes. —Lo soy —le dije rigndome—, Sabja exactamente cudnto queria usted gastar. El siguiente cliente se detuvo y, miréndome burlonamente, sacé ‘una moneda de 1 peso. Mi andabamos de vaca- cciones, mi esposa y yo nos detuvimos a comer. Nos sentamos en la barra, exactamente junto a la cocina. El cocinero era un joven que estaba muy ocupado hacien- do panqueques. De cuando en cuando se detenia y golpeaba la hornalla con el mango de la espé- éCuantos quiropracticos se nece- sitan para cambiar una lampara? Sdlo uno, pero hay que verlo varias sesiones. tula, Terminé preguntén- dole en un tono burlén: —Con ese golpeteo émejora el sabor de los panqueques? —No —respondié— Pero evita que se zafe el mango de la espétula, E° el primer trabajo de nuestra entusiasta y nueva recepcio- nista, y esto se notaba en su forma de vestir: su atuendo atrevido decia a gritos “escuela” més que ficina”, De la manera mas diplo- matica que encontr6, nuestro jefe la llamé a su oficina, le pidid que se sentara y le dijo que tendria que vestirse de un modo mas apropiado. Por qué? —pregunté ella. éMe va a invitar a comer? no funciona.) ‘njugador del equipo de fit bol de la universidad conocia mejor los vestidores que la biblioteca. Ast que cuando una compafiera de mi esposo encon- tr6 ala estrella deportiva dando vueltas por las estanterias con un aspecto confuso, le pregunté si podia ayudarlo. Tengo que leer una obra de Shakespeare —dijo él. —8Cudl? “Ie pregunté ella. William —respondié, luego de dar un vistazo por los estantes. Ue Jamentaba con otro: —A mi me encarcelaron por un error de juventud, —Pero isi tt no eres nada joven! —le dice su compaiero de celda. —Yo no, pero mi abogado sf. ine 24 afios. i Visto en la puerta de un taller de reparaciones: REPARAMOS TODO TIPO DE COSAS. (Por favor toque a la puerta; el timbre sens pidié trabajo ‘como vendedor de seguros. la solicitud de empleo se reque- ria que anotara su “experiencia previa’, y 61 escribi6 “salvavidas”. Es0 fue todo lo que puso. —Fstamos buscando a alguien que no solamente venda seguros, sino que sea capaz de venderse 4 mismo —le dijo el gerente de Recursos Humanos—. De qué forma dirfa usted que el tra bajo de salvavidas pertenece al rea de ventas? No sabia nadar —respondié mi camarada. Le dieron el empleo. E™ haciendo una inspeccién a la infraestructura de comuni- caciones en Alaska, Como tengo poca experiencia volando en aviones pequefios, me puse nervioso cuando nos acercamos a ‘una pista de aterrizaje en un drea cubierta de nieve. EI piloto descendié a unos (60 metros, luego acelersé los dos motores, ascendié y dio la vuelta, Mi corazén latia con fuerza, mien- tras que el pasajero de mi lado se vefa tranquil. —Me pregunto por qué el pilo- to no aterrizé —dije. —Sélo verifi- caba que la pista efectivamente estuviera despejada —respondié el hombre. Cuando hicimos un segundo acereamiento, me asomé por la ventana. —Parece que esté limpia — dije. —No —respondié mi vecino de asiento—, Nadie la ha limpiado desde hace algiin tiempo. —aémo lo sabe? —le pregunté. —Porque —me informé el hom- bre— yo soy el encargado de ‘manejar el vehfculo quitanieves. 0s directores corporativos son siempre una buena fuente de citas memorables. He aqui algu- nos ejemplos de la mediocridad que alcanza la cima, cA pwer— Enelt A partir de mafiana, los emplea- dos s6lo podrén ingresar al edi- ficio usando tarjetas de seguri- dad individuales. El préximo miércoles se tomarén las foto- grafias y las tarjetas se les entregardn en dos semanas. * El correo electrénico no se utilizaré para pasar informacion ni datos, Sélo se usara para asuntos de la compafia. + Este proyecto es tan importante que no podemos permitir que otras cosas importantes inter~ fieran con él. ‘* Sabemos que la comunieacién es un problema, pero la empre- sano va a discutir esto con los empleados. ientras revisaba simbologia matematica con mis alum- nos de segundo grado, dibujé un signo mayor que ) y un signo menor que («) en la pizarra y pregunté: —iSabe alguien qué significan estos signos? ‘Nadie contestaba hasta que un nifio muy seguro de sf mismo levanté la mano: —Uno significa avanzar —excla- mé— yel otro es —éUsted quiere un Salario ° beneficios sociales? un vendedor de una tienda de Nueva York le dolian constantemente los pies. —Son todos esos afios de estar de pie —le dijo el médico—. Necesita usted unas vacaciones. ‘Viyase a Miami, reméjese los pies enel océano y pronto se sentiré mejor. ‘Cuando el hombre lleg6 a Florida, fue a una ferreteria, com- pr dos baldes grandes y luego se fue ala playa. —éCudnto quiere por dos bal- des de agua de mar? le pregunté al salvavidas. —Un délar por balde Ie res- pondis el tipo con cara seria EL vendedor le pag6, llen6 sus baldes y se fue a su hotel; en su cuarto se remojé los pies. Se sin- tid mucho mejor, asi que decidi6 repetir el tratamiento por la tarde. De nuevo le dio dos délares al sal- vavidas, El hombre tomé el dinero y le dijo “sirvase”. Bl vendedor se dirigié hacia el agua, y abi se detuvo sorprendido, La marea habfa bajado y el agua se habia retirado: —iGuau! —grits y se volvié hacia el salvavidas—: IQué nego- cio el suyo! wuando trabajaba como editor de anuncios para un diario, me tocé ver uno que promovia un ‘campamento para niflos con asma, Después de estar horas al teléfono con un cliente que tenia dificultades con un programa de computadora, un técnico de soporte de la empresa de cémputo de mi madre escribié en su informe: “El problema se sittia entre el teclado y la silla”. Nicole Milligan Enelt demas de todas las maravillosas actividades de las que los nifios podian disfrutar —como canotaje, natacién, artesanias—, prometia que su ubicacién frente aun lago oftecia algo que los chicos probablemente jamés esperarian: “paisajes que les quitardn la respiracién’. ‘ace unos dias, una clienta evé a sus dos gatos ala veterinaria de mi esposo para su revisién anual. Uno era un rollizo yy atigrado, mientras que el otro era un largo gato negro de pelo muy brillante. Ella puso mucha atencién cuando coloqué a cada uno de ellos en la balanza, —Pesan casi lo mismo —Ie difje. Eso prueba todo! —excla- mé—. El negro te hace lucir mas delgado; y las rayas te hacen ver mas gordo. ‘n el concurrido consultorio dental donde trabajo, un aciente siempre llegaba tarde. Una vez, cuando lo lamé para confirmar una cita, me dijo: —Llegaré unos 15 minutos tarde. No hay problema, Zo si? —No, ninguno —e respondi— Slo que no nos dard tiempo de onerle la anestesia. Ese dia legé temprano, 46 —Otra vez voy a necesitar el serrucho, sefior. yee secretaria en un aeropuerto internacional y tiene una oficina adyacente al cuarto donde los agentes de seguridad detienen temporalmente a los sospechosos. Un dia, los oficiales estaban inte- rrogando aun hombre cuando de repente los llamaron a atender otro asunto, Para horror de mi hermana y sus compafieras, el hombre se quedé solo en el cuar~ tosin llave. Después de unos ‘minutos, la puerta se abrié y é salié caminando. Armindose de valor, una de las, secretarias espet6: —iRegrese de inmediato a ese cuarto y no salga de ahi El hombre volvi6 sobre sus pasos, se metié y de un portazo cerré la puerta. Cuando los agen- tes de seguridad volvieron, las mujeres les informaron lo que habia sucedido, Sin decir palabra, uno de los oficiales entré caminando al cuarto y liberd aun muy asustado técnico de telefonia, Uz cuando daba un sermén, of a dos jovenci- tas al fondo de la iglesia ata- cadas de risa y distrayendo alos feligreses. Interrumpé mi sermon yanuncié en tono severo: —Hay dos de ustedes aqui que no han escuchado una sola pala- bra de lo que he dicho, Cuando el servicio terminé, fui a saludar a la gente en el portal de la iglesia, Tres adultos se dis- culparon por haberse dormido durante el servicio y me prome- tieron que no volveria a suceder. ‘ntre los alumnos de mi clase de francés para adultos habia varios que trabajaban en el sector salud. Durante una sesién, tosia yo tanto que uno de ellos que era médico alz6 la mano. —Si quiere, le doy una receta para un medicamento para la tos. Otra mano se levanté. —Yo podiria vendérselo, si le pa- rece —dijo un asistente de farmacia. Para no quedarse atrés, un cho- fer de ambulancia afiadié: =Y si quiere, yo la puedo Hevar a buscar el medicamento. 1 mal tiempo hizo que me que- dara varado una noche en el aeropuerto O'Hare de Chicago. Junto con el hospedaje, a cada pasajero le dieron un vale de 10 délares. Esa noche, después de cenar, presenté mi cupén al cajero. —ilisto vale 10 délares? Nervioso, el cajero respon —Lo siento, sefior, étan malo le parecié lo que le sirvieron? En la puerta de la oficina postal de un pueblo de Nueva York: TIRE. Si esto no funciona, EMPUJE. Si esto tampoco funciona, la oficina esta cerrada. Venga en otro momento. CITAS CITABLES. eResponsable?, gquién quiere ser responsable? Cada vez que ocurre algo malo, la pregunta siempre es: gquién es el responsable de esto? Nunca se nos an tae permite pisar a otros para avanzar, pero podemos pasar por encima de ellos siseinterponenen —_¢1 a clave del éxito? Trabajar mucho, Si una idea vale la pena una vez, vale la pena dos veces. nuestro camino. plantearse metas y casarse con una -sun eam Kennedy. Siel hombre puede manejar el mundo, épor qué . no puede dejar de usar corbatas? Hasta qué El dinero ho punto es inteligente empezar el dia atindose habla, insulta. un pequefio nudo alrededor del cuello? 308 DYLAN, "is Ag at or Muchos optimistas se han hecho ricos comprandole barata su parte a un pesimista. Cuando escucho acerca de gente que amasa fortunas sin hacer ningtin trabajo productivo o algtin tipo de contribuci6n a la sociedad, mi reaccion es écémo puedo yo hacer lo mismo? Yoy M1 bocota DP POR TERRY BRADSHAW CON LA COLABORACION uando mi carrera como jugador de fiitbol ame~ ricano profesional ter- miné, no tenia idea de ‘emo pasaria el resto de mi vida. Para mi fortuna, en Estados Unidos si eres un atleta 0 un actor famoso, la gente quiere comer lo mismo que ti, beber la misma cer- vera, usar la misma ropa, en fin. ‘Asi fue como me involucré en la promocién del peor producto que pude haber encontrado. Soy calvo y acepté ser el “portavoz” de una ‘empresa que fabricaba peluguines. Fl concepto de la campaiia era que si aun jugador de fiitbol america- ‘no como ‘Terry Bradshaw no le da vergtienza usar un peluquin, a nadie mas le daria, Para mostrar a los clientes potenciales lo bien que ‘me veia con el pelo, la compait distribuyé a todas las peluquerias DE DAVID FISHER del pais una réplica de mi cabeza en plistico, a la cual le pegaron un peluquin y luego acomodaron en los mostradores. Para tomarme el molde de la cabeza, me acostaron en una cama, ‘me colocaron unas pajillas en las, fosas nasales para poder respirar, y ‘me cubrieron la cabeza con yeso. A cellos les costé trabajo quitérme- lo y a mi, respirar. Existen muchas formas feas de morir, pero morir asfixiado para “vender” un pelu- quin ocupa uno de los primeros lugares en la lista. Por fin produ- jeron la réplica de mi cabeza en cantidades industriales y, si, se veta como si fuera yo. Los de las pelucas estaban tan orgullosos del producto, que decidieron enviarle ‘uno a mi padre. El problema fue que no le avisé que se lo iban a ‘mandar. Una tarde lleg6 la cajota a su casa, y cuando la abrié se quedé simplemente horrorizado al verme mirindolo a la cara. Novis —le grité ami madre—, ivent Nos acaban de mandar la cabeza de Terry en una caja. Esto molest6 tanto a mi madre, que volvieron a poner mi cabeza en la caja y la guardaron en el alti- lo, Como otra parte del trato, filmé varios comerciales usando el peluquin. En uno de ellos, nadaba con un peluguin puesto mientras un locutor decia: “Usted tambign puede tener una vida plena y vigo- rosa con nuestro peluquin, Mire qué natural se ve", Luego salia yo del agua con lo que parecfa un ani- ‘mal aplastado en la cabeza. Quiz la peor parte del trato era que habfa aceptado usar un pelu- quin cada vez.que apareciera en piblico, Una tarde muy calurosa Asi busc6 su camino al éxito Terry Bradshaw. me encontraba jugando en un tor- neo de golf. El sudor me corria por la frente y chorreaba por debajo de latal peluca. Llegé un momento en que ya no la aguanté; me escon- Yoy mi bocota En los primeros juegos me senti mas nervioso que en cualquier otro momento durante toda mi carrera como jugador profesio- nal. Siempre Ilevaba conmigo dos camisas limpias, porque sabia que iba a empapar de sudor una de ellas. juegos me senti més nervioso que ‘en cualquier otro momento de toda mi carrera como jugador pro- fesional. Siempre llevaba conmigo dos camisas limpias, porque sabia que iba a empapar de sudor una de ellas. Me ponfa nervioso por- ‘que queria hacerlo bien. Trabajé mucho. Querfa ser bueno, agradar allos televidentes. ¥ necesitaba Con la ayuda de ‘Verne, supongo que terming haciéndolo bien porque la CBS a la larga me ofreci6 otro trabajo como cotitular del programa La NEL hoy, con Greg Gumbel. Ahi yo ibaa ser el analista. Antes de la primera emisién me sentia extremadamente ansioso. Luego, unos minutos antes de que entréramos al aire, un pesado micr6fono tipo jirafa me peed tan duro en la cabeza que casi me hizo perder el conocimiento, Me sentt mareado, tenia ganas de vomitar y mis ofdos sangraron. De una manera extratia, ese golpe en la cabeza me relaj6, Estar en el estu- dio era algo nuevo para mf, pero podfa relacionar la experiencia con un dolor en la cabeza, Durante mi carrera de jugador, hubo muchas veces en que tuve que jugar lasti- ‘mado, pero, como escribié un reportero, ésta era la primera vez que tenfa que hablar lastimado. Por fortuna todo salié bien. ‘Tiempo después me cambié de CBS a Fox, y he logrado hacer la transicién de jugador a comenta- rista de fitbol americano. Mi papel en la televisién no tiene que ser serio; cuando hablo de fiitbol, ala gente no le gusta escucharme decir cosas como: “Ese es el viejo 66, una bendis campo de juego”, Esperan, més bien, que diga cosas como: “Los Gigantes tienen problemas con su ofensiva hoy, y tienen que hacer algunos cambios, Es como cuando fui de pesca con mi padre la semana pasada; primero atrapdba- ‘mos un montén de peces y de repente ya no pescabamos ni barro. Luego mi papa me dijo: ‘Hijo, o estos peces se han vuelto realmente inteligentes o ya no les gustan estos anzuelos, Tenemos que cambiar de carnada. Cuando Ja defensiva no esté apabullando al contrario, tienes que cambiar la ofensiva al medio tiempo. Tienes que cambiar los anzuelos. Para un hombre que alguna vez, pens6 que su mejor talento era lanzar muy lejos un ovoide inflado, reconozco que he sido muy afor- tunado en mi carrera, Al final des- cubri mi verdadero talento: sim- plemente ser yo mismo, & En la parte posterior de un camién de limpieza de pozos sépticos: Satisfacci6n garantizada, o le devolvemos su mercaderia sin ningdn problema. 52 Como yo era el supervisor de la oficina, tuve que llamarle la atencién a una nueva empleada, pues nunca llegaba temprano. Le expliqué que sus retrasos ya eran inaceptables y que los demas empleados todos los dias la veian llegar tarde. Tras escuchar mis reclamos, acepté que era un problema, y hasta propuso una solucion: —Podria entrar por otra puerta. E la tarde en que se celebraba el dia de la secretaria, mi cole- gay yo tuvimos un ratito para ira compratles regalos a nuestras asis- tentes. Mientras estdbamos en la tienda, él se dio cuenta de la decep- cién que me produjo descubrir que en ese almacén no ofrecian el ser- vicio de envoltura de regalos. Un alumno de primer grado llegé al consulto- rio de oftalmologia donde yo trabajo para que se le practicara un examen de la vista. Se senté y apagué las luces. Luego encendi un pro- yector que presentaba las letras F, Z y Ben una pantalla. Le pregunté al chico qué vefa. Sin dudarlo un segun- do, me respondié: —Consonantes. —2Qué sucede? —me pregunté. _necesitaba un par de aros de dia- Aquino nos envolveran los —_-mantes. Le mostré diferentes ‘regalos —le respondi. modelos, y él répidamente eligié No hay problema —me dijo un par. répidamente—. Le pediré a mi Cuando le pregunté si queria secretaria que lo haga. ue se los envolviera pata regalo, = wenoa wa me dij —Estarfa muy bien siempre y Te ‘mafiana, tan pronto como cuando no tarde; me olvidé de se abrieron las puertas dela que hoy es mi aniversario y mi joyerfa donde trabajo, legé un esposa cree que slo sali a tirar la hombre corriendo a toda prisa al basura, mostrador de la joyeria. Dijo que ~ anone Favson Sanders, acabo de vender su alma. No la usaba, éverdad? Precaucion: iEste libro puede ser beneficioso “sa para su salud! z. 2 ot Bi Si, como dicen, la risa es la Mejor medicina, . entonces este libro resulta mas efectivo ae que cualquier receta médica, Aqui usted encontrard mas de Clos mil chistes, anécdotas, caricaturas, citas y relatos de una fuente de humor garantizada, la revista Selecciones, que lo hard estallar a carcajadas. Params infec y productos de Beavers Digest, vite ara: ‘renuseleccicnessom olrevenzioney

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