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 Reducir: La finalidad es 

disminuir el gasto en materias primas, energía,


agua y bienes de consumo. Esto se puede conseguir si reducimos el
consumo de materiales destinados a uso único, ponemos lavadoras y
lavavajillas llenos y no a media carga, arreglamos fugas de agua o
eliminamos el modo descanso de los aparatos electrónicos,
disminuimos el uso de plásticos o aplicamos criterios de proximidad a
la hora de comprar productos.
 Reutilizar: Al darle una segunda vida a un producto,
bien reparándolos para su mismo uso o bien dándole un uso
diferente, disminuye el volumen de basura y residuos y se reduce su
impacto en el medio ambiente (y también ayuda a nuestro bolsillo).
Reutilizar significa usar el papel por las dos caras, utilizar el agua que
usamos para lavar frutas y verduras para regar, darle una nueva vida a
los botes de cristal, donar libros, ropa o muebles…
 Reciclar: Es la más conocida de las ‘3R’, debido a las campañas de
concienciación que se han llevado a cabo. Consiste en realizar
una correcta gestión de residuos que permita obtener nuevos
productos. Así se evita el daño medioambiental que supone su
eliminación y se reduce el consumo de nuevas materias primas. Hoy
en día se puede reciclar prácticamente todo, desde restos de comida
a papel y cartón, vidrio, metales o plásticos. Con ello se consigue
un menor impacto en el medio ambiente y un ahorro no solo de
energía, agua y materias primas, sino también de esfuerzo, tiempo
y dinero.

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