Comprender al individuo:
Es importante conocer a las personas, sus gustos, y tratarlos de acuerdo a ese conocimiento.
Lo que para nosotros puede ser un depósito, puede ser percibido por el otro como un gasto de
energía.
Los pequeños detalles son los que tienen mas importancia. Tenemos que ser cuidadosos con
nuestras acciones, ya que al mínimo error o falta de respeto, puede causar un gran impacto en
la otra persona.
Muchas veces las expectativas son implícitas, por eso es importante dejarlas en claro. Las
personas las utilizarán para empezar a juzgarse recíprocamente, y si sienten que se han violado
sus expectativas básicas, la reserva de confianza disminuirá. Por ello, la clarificación de
expectativas requiere mucho coraje.
Se necesita mucha fuerza de carácter para disculparse con rapidez, de todo corazón y no de
mala gana. Para disculparse auténticamente es necesario ser dueño de uno mismo y tener una
seguridad profunda respecto de los principios y valores fundamentales.
Cuando verdaderamente amamos a los demás sin poner condiciones, sin ataduras, los
ayudamos a sentirse seguros en su identidad e integridad.
Cuando violamos las leyes primordiales del amor en realidad animamos a los otros a violar las
leyes primordiales de la vida. Los colocamos en una situación defensiva. La rebelión es un nudo
del corazón, no de la mente. La clave es efectuar depósitos, depósitos continuos de amor
incondicional.
Al aplicar todos estos hábitos, se crea una interdependencia afectiva. Con el paradigma de la
cuenta bancaria emocional en mente, ya podemos pasar a los hábitos de la victoria pública, del
éxito en el trabajo con otras personas.