La estabilidad laboral no consiste en permanecer por tiempo indeterminado
desempeñando un puesto de trabajo en una empresa, sino en respetar este derecho a
los trabajadores, brindándoles un salario justo, oportunidades de crecimiento laboral, condiciones aceptables para que lleven a cabo el desempeño de sus funciones, permitir que asocien libremente, así como otorgar y respetar las prestaciones mínimas que la misma ley establece para tener una vida digna.
El Estado tiene el deber de otorgar protección y estabilidad laboral a todos los
trabajadores; adoptando medidas adecuadas para la debida regulación y cumplimiento de dicho derecho, protegiendo a los trabajadores a través de sus respectivos órganos competentes, en caso de haber despido injustificado; debe disponer de mecanismos efectivos con el fin de garantizar el acceso a la justicia y la tutela judicial efectiva de tales derechos, para resolver dicha situación a través de la reinstalación o la indemnización y demás prestaciones que establece la ley.