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LA DIVINIDAD DE JESUS
PARTE 4
Gen.15:7 vayomer elav ani YHWH asher hotsetikha meur kasdim latet lekha et-
haarets hazot lerishta:
«7 Entonces le dijo: “Yo soy YHWH, que te saqué de Ur de los kasditas para
asignarte esta tierra como posesión”.» VIN
Siempre dice ani (yo soy), no Ehyeh (ser). Y siempre está acompañado el “ani “por
su Nombre. Otras veces se encuentra una palabra que da más énfasis a Elohim
identificado por su Nombre, la cual es anokhi(anojí), como en el siguiente pasaje
de Shemot/Ex.4:11
Ex.4:11 vayomer YHWH elav mi sam peh laadam o mi-yasum ilem o jeresh o
fiqeaj o iuer haloanokhi YHH:
«11 Y YHWH le dijo: “¿Quién le da el habla al hombre? ¿Quién lo hace mudo o
sordo, vidente o ciego? ¿No soy yo, YHWH?»
Entonces, podemos ver que la palabra ehyeh tiene otro significado mucho más
profundo que decir “Yo soy” o “Yo seré”
Nombre en el idioma hebreo se dice Shem y cuya percepción por un hijo de Israel
no es limitado a una identidad civil como sucede en occidente sino a una esencia
del ser a quien se refiere (la esencia su personalidad su yo). Por ejemplo, notemos
que cuando Moshe le pregunta por Su nombre, Él responde: “ehyéh asher ehyéh”
(“Seré El Que Seré “) y eso fue todo lo que El respondió en cuanto a Su nombre.
“Seré el que Seré” puede querer decir “No tengo nombre, porque ningún nombre
podría abarcar lo que realmente soy “. También se puede interpretar: “No importa
cómo Me llames, porque lleno todos los nombres (todas las palabras, todas las
cosas, todos los tiempos, y todos los lugares), y cualquier nombre que pretenda
describirme Me será realmente un título que exalte Mi Esencia “. El Midrash
explica que esta expresión significa: “Yo no soy llamado por ningún nombre
permanente; Mi Nombre varía de acuerdo con el modo en que Mis acciones son
percibidas por el hombre… El nombre Ehiyé asher ehiyé significa que al igual que
Yo estoy con ellos en este exilio; así estaré con ellos en sus futuros exilios.”
La palabra “Ehyêh” ()אֶ הְ י ֶה, viene de la raíz primaria “hayâh” ( )הָ י ָהque es un
pasado en hebreo que se conoce como conjugación “qatâl”, en la que “hayâh”
significa, “el que fue, o ha sido” Por tanto, al ser “Ehyêh” un futuro en primera
persona se entiende como “Yo seré”.
Cuando Moisés le pregunto a Dios que decirles a los israelitas si le preguntaba
quien lo había enviado, Dios respondió, “Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY
me envió a ustedes” (Éxodo 3:14).
La palabra hebrea traducida “Yo Soy” realmente es el verbo “hayah” que significa
“ser, o existir.” Esto ha llegado a entenderse como “el que es, el que fue, y el que
será” (Apocalipsis 4:8), o “El Eterno”.
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que pelear en vez de volar, el ángel le informó: “Ya no será tu nombre Yaakov,
sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido”
(Génesis 32:29). Un cambio drástico de estilo de vida trae consigo una nueva
descripción personal.
• Cuando los hijos de Israel fueron redimidos de Egipto, el Midrash dice que
fue en mérito de tres cosas que Dios notó su sufrimiento y decidió intervenir para
asegurar la continuidad del pueblo. Los judíos podían no ser perfectos en muchos
aspectos, pero por sobre sus pecados estaba el hecho de que ellos “no cambiaron
sus nombres, su lenguaje ni sus vestimentas”. Primero y, ante todo, ellos
mantuvieron una conexión con sus identidades verdaderas al no cambiar sus
nombres.
Por lo expuesto anteriormente Dios dio a conocer su nombre en el sentido más
íntimo no solo un término para referirse a algo o identificar algo si no para que el
fuese conocido
Al revelarse a sus siervos y a otros en los tiempos precristianos, Dios utilizó
predominantemente, aunque no de forma exclusiva, el nombre representado en el
Tetragrámaton (YHWH). Pero la revelación de su ―nombre en el sentido veraz,
crucial y vital llegó a través de Su revelación a ellos como Persona suprema,
todopoderosa, santa, justa, misericordiosa, compasiva, veraz, con propósito, que
cumple sus promesas. Y, sin embargo, la revelación efectuada en ese tiempo fue
menor comparada con la que habría de venir.
Es con la venida del Mesías, el Hijo de Dios, que la revelación majestuosa del
―nombre de Dios llega en sentido completo. Como lo dice el apóstol Juan:
Nadie ha visto jamás a Dios; su Hijo único, que vive en íntima comunión con el
Padre, es el que nos lo ha dado a conocer.
A través de su Hijo, Dios se revela a sí mismo—Su realeza y personalidad—como
nunca antes. Por medio de esta revelación Él también nos abre el camino para
que entremos en una relación singularmente íntima con Él, la de hijos con un
padre, no sólo hijos de Dios, sino herederos, coherederos con su Hijo unigénito.
Así, Juan dice también de los que ponen fe en el Mesías de Dios, Jesucristo: ―No
obstante, a cuantos sí lo recibieron, a ellos dio autoridad de llegar a ser hijos de
Dios, porque ejercieron fe en su nombre. He puesto tu nombre de manifiesto a los
hombres que me diste del mundo…vigílalos por causa de tu propio nombre que
me has dado…Y yo les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer Juan
17:6, 11,26.
Después de preguntar de qué forma dio Jesús a conocer el nombre de Dios ‘a sus
apóstoles, se citó el siguiente comentario efectuado por Albert Barnes en Notes,
Explanatory and Practical, on the Gospels (1846):
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La palabra nombre [en Juan 17] incluye los atributos, o carácter de Dios. Jesús
había dado a conocer su carácter, su ley, su voluntad, su plan de misericordia. O,
en otras palabras, les había revelado Dios a ellos. La palabra nombre se usa a
menudo para designar a la persona.
Sobre esta base, sería apropiado decir que el nombre representado en el
Tetragrámaton (Yahvé o Jehová), con el énfasis en los propósitos de Dios para su
pueblo, encuentra su cumplimiento verdadero en y a través del Hijo de Dios. El
mismo nombre ―Jesús‖ (en hebreo Yeshua) significa ―Yah [o Jah] salva. En él y
a través de él todos los propósitos de Dios para la humanidad encuentran su
realización completa. Todas las profecías señalan finalmente a este Hijo
Mesiánico, convirtiéndolo en su punto focal. En Revelación 19:10, el ángel le dice
a Juan que ―el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. El cumplimiento
de esas profecías emana de él. Así pues, el apóstol puede decir:
Porque no importa cuántas sean las promesas de Dios, han llegado a ser Sí
mediante él. Por eso también mediante él [se dice] el ―Amén a Dios, para gloria
por medio de nosotros.
La culminación de todas las promesas de Dios y de sus propósitos redentores en y
a través de Jesucristo puede, entonces, dar una explicación adicional sobre el
cambio que es evidente en las Escrituras Cristianas, en comparación con las
Escrituras Hebreas, en cuanto a su modo de referirse a Dios. Esto explicaría por
qué Dios hace intencionadamente que la atención se centre abundantemente en el
nombre de su Hijo, y por qué su espíritu Santo inspiró a los escritores cristianos de
la Biblia a hacerlo así. Ese Hijo es ―el Amén, la ―Palabra de Dios, Aquel que
puede decir ―Yo he venido en el nombre de mi Padre, en el sentido pleno y más
importante de la palabra ―nombre.
Atrás en el tiempo en que los israelitas estaban viajando hacia Canaán, Dios
afirmó que enviaría su ángel delante de ellos para guiarles. Él dijo que debían
obedecer esa guía angelical: ―Porque mi nombre está dentro de él. (Éxo 23:21).
En un sentido mucho más grande, Dios causó que su ―nombre estuviese en
Jesucristo durante su vida terrenal. Así pues, algunos textos de las Escrituras
Hebreas que contienen afirmaciones relativas a Dios fueron aplicados en las
Escrituras Cristianas al Hijo, siendo evidentemente la base para hacer eso el
hecho que el Padre lo había investido con pleno poder y autoridad para hablar y
actuar en Su nombre, porque este Hijo dio una revelación de la personalidad y el
propósito del Padre en todas las formas, y porque el Hijo es el Heredero real y
justo de su Padre. (Compare Hebreos 1:10-12 con Salmos 102:1, 25-27; Romanos
10:13 con Joel 2:32. Vea Mateo 23:29; Juan 1:14, 18; 5:43; 10:25; 16:27; 17:1-4;
Colosenses1:15; Hebreos 1:1-3. No es que Jesús llegara a ser o fuera El Dios
todo poderoso, pues Cristo mismo citó textos de las Escrituras Hebreas en los que
ese nombre aplica claramente al Padre, como cuando aplicó Isaías 61:1, 2 y
Salmo 110:1. (Vea Lucas 4:16-21; Mateo 22:41-45) Si Cristo fuera YHWH,
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4:16; 7:1, y los jueces de Israel son también llamados Elohim, cf. Éxodo 21:6;
22:8-9.
El hecho de que la palabra Elohim esté en forma plural, no significa
necesariamente que se trate de varias personas o un conjunto de personalidades.
Esto vemos en el caso de Moshé que no fue más que una persona, pero obtuvo el
cargo de ser Elohim ante el rey de Egipto. El término Elohim tiene que ver con
autoridad en abundancia y un conjunto de poderes para poder afirmar su voluntad.
Elohim reúne en sí todas las fuerzas infinitas y eternas. Con otras palabras,
Elohim podría ser traducido como “máximo gobernante” y “juez supremo”. Por lo
tanto, el atributo Elohim está íntimamente conectado con la justicia.
Aunque el texto de Bereshit dice que Elohim, en plural, creó los cielos y la tierra, el
verbo no está en forma plural “crearon”, sino singular, “creó”. Esto nos enseña que
Elohim no debe ser entendido como varios dioses o un conjunto de personas o
una unidad de personalidades, sino como uno sólo. Esta es también la confesión
principal que cada judío practicante hace dos veces por día, al proclamar: Shemá
Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad, “Oye Israel, el Señor es nuestro Elohim, el
Señor es uno.”, cf. Deuteronomio 6:4.”
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palabra-elohim/
Como Hemos visto, aunque Jesús antes de venir a la tierra era o existía en forma
de Dios por ser divino, y aunque es un Dios, Nunca quiso dar a entender cuando
hablaba que era el Dios todopoderoso, jamás paso por su mente hacerse Dios
(Elohim)Todopoderoso o YHWH.