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Competencia perfecta

En términos económicos la competencia perfecta significa que compradores y


vendedores coexisten y participan en el comercio con pleno conocimiento del
precio del mercado, y cada uno de ellos considera que producto ofrecido es
exactamente equivalente al de cualquier otro competidor.

Es un mercado hipotético donde hay un gran número de vendedores y


compradores. Se vende un producto homogéneo y su precio está determinado por
las fuerzas de la oferta y la demanda.

Este tipo de escenario económico ocurre raramente porque los proveedores


compiten por ser diferentes entre sí, no totalmente equivalentes, y los clientes no
suelen tomarse la molestia de investigar la gama de opciones que disponen.

Además cada negociación está rodeada de otras “transacciones”: la decisión de


dirigirse a un mercado en vez de otro, la agrupación de oportunidades, la
percepción de una marca, etc.

Un buen ejemplo de una situación de competencia perfecta es un mercado de


pescado fresco en un muelle donde visita mucha gente. Cada pescado es
equivalente y no importa a qué vendedor compres.

Todos los vendedores están cerca unos de otros así que saben el precio que tiene
cada puesto de pescado.

Incluso los clientes pueden ver el precio de cada negociante y ellos toman una
decisión en pro a sus necesidades.

¿Qué tan realista es el mercado de la competencia perfecta?

Muy pocos mercados o industrias en el mundo real son perfectamente


competitivos.

Por ejemplo, cuán homogénea es la producción de las empresas, dado que


incluso las empresas más pequeñas que trabajan en la industria manufacturera o
los servicios tratan de diferenciar su producto.

Numerosos experimentos han demostrado que la toma de decisiones a menudo


está muy lejos de lo que podría describirse como perfectamente racional.

La toma de decisiones puede ser sesgada y estar sujeta a una «orientación»


general cuando los consumidores y productores se enfrentan a situaciones
complejas.

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