Está en la página 1de 1

Opinión Video Política Deportes Mundo Economía Judicial OS

Publicidad

Home Opinión Columnistas

6 ago 2022 - 12:01 a. m.

El programa de gobierno del

Pacto Histórico y los desa os

planetarios

Arturo Escobar

Seguir 35 Guardar

Esta columna inicia una serie de análisis enfocados en el

Programa de Gobierno del Pacto Histórico, 2022-2026. Colombia,

Potencia Mundial de la Vida, situándolo dentro del contexto de

los desa os planetarios. Están animadas por la hipótesis de

que para comprender la propuesta del Pacto Histórico, y por

tanto lo que está en juego, debemos considerar seriamente su

relación con dichos desa os. Mi interés es contribuir a

entender el Programa de forma amplia para así abrir una

conversación crítica pero que evite lecturas estrechas y

reduccionistas. Como lo expresa el Programa, este “está

concebido como el inicio de una transición, que en lo

inmediato hará posible la vida digna.” ¿De qué se trata dicha

transición? ¿Cómo se expresa en los diversos componentes

del Programa?

Entre los desa os planetarios más impactantes se

encuentran la extinción masiva de especies (la “sexta

extinción”); el aumento exponencial del uso de recursos

naturales y energía durante las últimas siete décadas,

causante del colapso climático (la “Gran Aceleración”); y las

obscenas desigualdades a nivel mundial (el 10 % más rico de la

población controla el 85 % de la riqueza del mundo). Para

muchos movimientos sociales y líderes mundiales, esta

problemática social y ecológica sin precedentes es el

resultado de un “patrón civilizatorio” que hace imposible la

reproducción de la vida. Dicho patrón es resultado de varios

siglos de expansión de la cultura occidental moderna, que

produjo una forma particular del ser humano como

“naturalmente” individualista, competitivo y calculador.

Resaltan estos debates las dimensiones antropocéntrica,

capitalista, patriarcal y racista de dicho patrón, enfatizando

que ha llegado a sus límites absolutos en lo ecológico y lo

social, situación para la cual los pueblos indígenas han

acuñado el potente concepto de terricidio.

Estos desa os nos indican que el modelo actual de vida y de

sociedad no es bueno ni para los humanos ni para el planeta,

algo muy evidente en Colombia. Nuestro país es clasi cado

como uno de los más desiguales, corruptos y violentos del

continente (a veces del mundo), con el segundo índice de

desplazados internos más alto del planeta, todo esto re ejado

en la pobreza de la mayoría, la intolerable desigualdad de la

tenencia de la tierra (1 % de los propietarios poseen 80 % de la

tierra cultivable) y la devastación ambiental de los territorios

causada por las operaciones extractivas mineras y agrícolas a

gran escala.

Una crisis civilizatoria ocurre cuando los problemas causados

por dicha civilización no pueden ser resueltos con sus

propias herramientas o paradigmas. Las soluciones a la crisis

planteadas por la ciencia, la tecnología y las políticas

angustian por insu cientes. Por tanto, es ineludible

contemplar seriamente la construcción de nuevas matrices

civilizatorias, haciendo uso de ideas diferentes a las que

estamos acostumbrados. Es imposible predecir cómo serán

esos modelos, pero tienen que estar enfocados en crear

condiciones para que los humanos reaprendamos a coexistir

con los no humanos y con la Tierra de forma mutuamente

enriquecedora, a través de la regeneración del entramado de

relaciones que subyace la vida (“Soy porque Somos”). De este

principio se deriva el concepto aglutinador del Pacto

Histórico: Colombia, Potencial Mundial de la Vida, y su

objetivo de propiciar el Buen vivir o Vivir Sabroso de todas y

todos y la reintegración con la naturaleza. Por esto habla de

“transiciones”.

Hay muchas formas de concebir las transiciones. Los países

ricos ven en ellas un potencial de riqueza corporativa con

base en “economías verdes”, sin renunciar a la ilusión del

crecimiento ilimitado y la acumulación capitalista. Esto

asume continuar con el modelo extractivista, como lo han

hecho hasta ahora todos los gobiernos de derecha y de

izquierda del continente. Pero se trata de cambiar el sistema;

las transiciones tienen que ser integrales, abarcando el

modelo productivo y la reintegración entre el sistema social y

el ecológico. A este objetivo apuntan muchas de las

dimensiones del Programa, tales como sociedad cuidadora,

vivir sabroso, transición energética, soberanía alimentaria,

Derechos de la Naturaleza, economía posextractivista para la

vida, justicia social y ambiental, salud para la vida y no para el

negocio, un nuevo paradigma de política para los cultivos

ilícitos desde los territorios y con las comunidades y la

democratización del conocimiento y la educación. El

Programa hace eco de la transición ecosocial justa e integral

propuesta por el Pacto Ecosocial del Sur, suscrito por miles

de movimientos e intelectuales de todo el continente

(h ps://pactoecosocialdelsur.com/).

Leer el Programa del Pacto Histórico en “clave civilizatoria”

signi ca considerar la hipótesis de que este podría ser un

portal hacia transiciones socioecológicas para Colombia. Que

estas sean genuinamente innovadoras y no meramente

reformistas (así haya que pasar por todo tipo de reformas),

dependerá en parte de cómo se entienda la coyuntura

planetaria. Más allá del cambio climático, esta perspectiva

conlleva poner sobre el tapete las nociones imperantes de la

economía, de lo humano, de la vida y de la Tierra; además de

anquilosadas, son responsables de hacer al mundo cada vez

más desigual y violento. Si el ser humano moderno está

destruyendo las condiciones de la existencia, ¿cómo

responder a este desa o? ¿Estaremos ante el umbral de una

nueva era, la era de la vida y de la Tierra?

El Pacto Histórico reconoce esta apertura planetaria y

propone una conversación nacional sobre otros futuros

posibles, algo que los gobiernos, organismos internacionales,

corporaciones y la academia siguen eludiendo. Entender

dicha conversación a profundidad requiere escudriñar el

trasfondo losó co de la cultura moderna (como

proponemos en estas columnas), entendiendo que a través de

los siglos ha colonizado los espacios de vida de la mayoría de

las sociedades. Quizás descubramos que las ideas que han

dominado el mundo por más de 200 años –el liberalismo, la

democracia representativa, el individuo, la supremacía del

“hombre” sobre la naturaleza– se están desmoronando junto

con los icebergs que el calentamiento global deshiela; esas

ideas hacen sobrevivir un capitalismo cada vez más

destructivo, no apto para la vida. Y quizás nos demos cuenta

de que esta condición planetaria requiere otro tipo de

pensamiento que, incorporando muchos aspectos de la

ciencia y la tecnología occidentales, debe ir más allá de ellas

para resanar sus efectos dañinos y su actual sometimiento al

capitalismo destructivo.

Desmontar paulatinamente dicho modelo requiere de un

pacto histórico con la Tierra y con las y los nadie y una gran

movilización creadora hacia otros modos de habitar el país y

en la Tierra. Dos factores claves para este trayecto serán el

papel de las derechas, por un lado; por el otro, la relación que

el gobierno mantenga con los pueblos y movimientos sociales.

Serán estos quienes mantengan la mayor vigilancia sobre las

acciones del estado, pues en últimas son estos quienes

proponen e impulsan muchas de las ideas y energía para las

transformaciones anheladas.

Estas notas, que con o entregar cada dos semanas, son una

invitación a imaginarse activamente otras Colombias

posibles, a aprender léxicos de vida nuevos y a observar y

pensar sobre lo que va ocurriendo sin reaccionar desde las

convicciones de siempre. Mi propósito no es analizar las

políticas del Programa, sino proponer un marco para su

comprensión desde la perspectiva de las transiciones

socioecológicas. ¿Cómo están hechas la economía, la

alimentación, la salud, la educación, las ciudades? ¿Se

pueden diseñar de otras formas? Todas y todos, no solamente

los expertos, tenemos algo que decir al respecto porque todxs

estamos implicadxs. Todas y todos pensamos, ponderamos y

soñamos. Las transiciones ya están en marcha con muchas de

las acciones de colectivos y movimientos sociales, quienes

nos invitan a construir imaginarios y opciones colectivas al

callejón sin salida de la Colombia actual. Llaman a repensar

lo que estamos acostumbrados a considerar como posible.

(Comentarios y críticas son bienvenidas, especialmente en el

espíritu de la perspectiva del cuidado).

Por Arturo Escobar

Investigador-activista de Cali, Colombia, interesado en las luchas territoriales

contra el extractivismo, las transiciones pospatriarcales, posdesarrollistas y

poscapitalistas y el diseño ontológico. Miembro de la Academia Americana de

Artes y Ciencias.

Seguir

Síguenos en Google Noticias

Temas Relacionados Gobierno Petro Programa del Pacto Histórico

cambio climático conversación nacional Vivir Sabroso Capitalismo

transiciones socioecológicas PremiumEE

Descuentos Suscripciones Programas Cursos El carrito Idiomas

¡Cyber Lunes! -53% 40% de descuento 10% de descuento 10% de descuento

HP tiene las mejores promociones en Aprovecha las promociones de adidas y Obtén 10% de descuento extra utilizando Aprovecha las promociones de LiliPink y

tecnología, redime el cupón y obtén 53% obtén ahora mismo en el catálogo el cupón de YOI para tus compras utilizando el cupón de descuento

de descuento en el Cyber Lunes. seleccionado 40% de descuento. favoritas. obtendrás 10% de descuento extra.

También podría gustarte