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Quijote de Avellaneda

Introducción
Don Quijote de la Mancha​ es una novela escrita por el español Miguel de Cervantes
Saavedra. Publicada su primera parte con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote
de la Mancha a comienzos de 1605, es la obra más destacada de la literatura
española y una de las principales de la literatura universal, además de ser la más leída
después de la Biblia.

Avellaneda y su quijote
En septiembre de 1614, nueve años después de la publicación de la Primera Parte del
Quijote y un año antes de que apareciera la Segunda Parte (la auténtica, la escrita por
Cervantes) apareció un volumen titulado así: "Segundo tomo del ingenioso hidalgo
don Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus
aventuras, compuesta por el Licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, natural de
la villa de Tordesillas". Afirma estar publicada, en Tarragona, por el librero Felipe
Robert.

Según parece, ninguno de esos datos es cierto: no existió ese librero, en Tarragona, ni
se sabe quién fue Avellaneda. De todos modos, parece un caso más de los que, a lo
largo de la historia, han intentado aprovecharse de la popularidad de un gran libro
para escribir y publicar una continuación.

En esta obra, don Quijote toma el nombre de El caballero desamorado, porque ha


renunciado al amor de Dulcinea: para Cervantes y para sus fervorosos lectores, un
pecado imperdonable. También vive una serie de aventuras de tono grotesco y acaba
recluido en una casa de locos.

¿Quién era el que se oculta bajo el seudónimo de Avellaneda?

No lo sabemos. Se han propuesto muchas identificaciones: Salas Barbadillo, Castillo


Solórzano, fray Luis de Aliaga... incluso, Lope de Vega o Quevedo. Últimamente, el
gran erudito Martín de Riquer propuso que se trataría de Jerónimo de Pasamonte, un
soldado aragonés de vida paralela a la de Cervantes, que él satiriza en la Primera
Parte de su gran novela como Ginés de Pasamonte.

En los preliminares del Quijote apócrifo, Avellaneda defendió a Lope de Vega,


respondiendo a las críticas contra el mismo realizadas por Cervantes en la primera
parte del Quijote. Por eso, se ha pensado que el propio Lope y sus allegados podrían
haber escrito el Quijote apócrifo.

¿Fue el dramaturgo quien compuso o impulsó el Quijote apócrifo? ¿Debemos


agradecerle que incitara a Cervantes a componer la verdadera segunda parte?

En la primera parte del Quijote, Cervantes no solo atacó a Lope de Vega, sino también
a Jerónimo de Pasamonte, un soldado aragonés que participó en la batalla de
Lepanto. Pasamonte escribió una autobiografía conocida como Vida y trabajos, y en
ella se atribuyó el comportamiento heroico que había tenido Cervantes en Lepanto. Y
Cervantes lo satirizó, convirtiéndole en el galeote Ginés de Pasamonte.

Por lo tanto, Cervantes atacó a dos personas, pero no indicó el nombre ni el apellido
de Lope de Vega, mientras que el apellido de Ginés sí que era el mismo que el de
Jerónimo.

Avellaneda escribió en su prólogo que Cervantes, en la primera parte del Quijote,


había ofendido a dos personas: a él mismo y a Lope de Vega. Y afirmó que la ofensa
contra su persona se había realizado por medio de “sinónimos voluntarios”.

¿Por qué se escribió esta obra?

No se sabe pero parece claro que Avellaneda sentía, a la vez, admiración y odio por
Cervantes, al que insulta en su Prólogo: le llama envidioso, murmurador, colérico, le
echa en cara su vejez y su herida de Lepanto. Y se siente ofendido por creer que
Cervantes le ha aludido en la Primera Parte.

Cervantes hace varias referencias a la obra de Avellaneda. En la Segunda Parte del


Quijote, varios personajes desmienten la versión que da el apócrifo. Y, en el Prólogo a
esta Parte, alude a Avellaneda: "No osa parecer a campo abierto y al cielo claro,
encubriendo su nombre, fingiendo su patria como si hubiera hecho alguna traición de
lesa majestad..." Además, en la Dedicatoria al Conde de Lemos de sus Ocho comedias
y ocho entremeses, nunca representados, dice que el hidalgo está "quejoso" porque
en Tarragona le han "asendereado y malparado".

Quizá Cervantes sí sabía quién era su anónimo imitador y se vengó no haciendo


público su nombre, para no contribuir a su fama...

Algún valor literario tiene la obra de Avellaneda pero no entiende la trascendencia


moral de don Quijote, reducido a una figura puramente cómica. Además, lo anula la
ruindad moral de su autor, que ha quedado como prototipo de la triste envidia
literaria...

Paradójicamente, su mayor mérito radica en haber contribuido a que Cervantes


acelerara la terminación de la Segunda Parte del Quijote: la más genial, de la que se
ha dicho con razón que supera los límites habituales de la literatura

La influencia sobre Cervantes

La aparición del Quijote apócrifo supuso un gran disgusto para Cervantes en los
últimos años de su vida, pues Avellaneda amenazaba con arrebatarle su único logro
importante.

Por eso, Cervantes se vio obligado a responder a Avellaneda, escribiendo la verdadera


segunda parte de su Quijote, tenida por una obra cumbre de la literatura universal. Sin
la aparición del apócrifo, Cervantes seguramente no la habría compuesto. El mismo
Cervantes denunció que Avellaneda había fingido su nombre, y su verdadera
identidad se ha considerado el mayor misterio de la literatura española.

Al genuino autor de El Quijote, en todo caso, le daban igual las razones o el


currículum de su impostor. Cervantes se sintió herido por el robo de sus personajes.

Desde sus primeras líneas, la verdadera segunda parte de El Quijote se presenta


como una revancha contra Avellaneda. Ya en la dedicatoria, Cervantes subraya que
una de las razones para su nueva entrega es “quitar el mal sabor y la náusea que me
ha causado otro Don Quijote que con el título de Segunda Parte se ha disfrazado y
corrido por el orbe”.

Más adelante, en el prólogo, Cervantes informa al lector de que, aunque le molesta


que Avellaneda lo haya llamado viejo y manco, él no se rebajará a insultarlo: “Tú
querrías que lo tratara de asno, de mentecato y de atrevido, pero no se me pasa por el
pensamiento: castíguele su pecado, con su pan se lo coma y allá él”.

Luego sí lo insulta, pero usando la voz ficticia del Quijote, que en la trama siguiente se
revuelve furioso contra el libro apócrifo. En el capítulo LIX, el Caballero de la Triste
Figura se queja del insultante prólogo de Avellaneda, y le corrige una errata. Sancho
Panza protesta porque el plagiario lo ha retratado como un gordito simplón. Como
castigo al impostor, a quien cree aragonés, el Quijote desiste de viajar a Zaragoza, y
sigue de largo hasta Barcelona.

Cervantes no lo sabe, pero con su respuesta da un paso fascinante hacia la


modernidad literaria: tal juego de cajas chinas entre la realidad y la imaginación, que
postula una ficción “verdadera” y una “falsa”, es algo nunca leído antes, un despliegue
de metalenguaje inédito en el XVII, que siglos después repetirán autores como Borges
o Woody Allen. Su novela ya no sólo se ríe de las novelas de caballería: ahora, El
Quijote mismo es una novela, una invención en competencia con una invención de la
invención.

Se tratase o no de Lope de Vega, el impostor Avellaneda cayó derrotado por el talento


del original. 400 años después, su mayor mérito fue regalarle a Cervantes un motivo
más para que sigamos escribiendo sobre él, y de paso, sin querer, demostrar que la
gran literatura se fabrica con todos los materiales de la vida, incluyendo las
mezquindades, querellas y rencillas.

Diferencias entre las dos segundas partes

➔ El don Quijote:
◆ Cervantes: es un loco-cuerdo, un personaje profundo, idealista y
simbólico
◆ Avellaneda: es un demente sin ninguna visión del mundo, un loco de
atar que acaba encerrado en un manicomio, la Casa del Nuncio de
Toledo.
➔ Sancho:
◆ Cervantes: Escudero humanísimo, que evoluciona junto con su amo,
progresivamente «quijotizado»
◆ Avellaneda: un rústico glotón, borracho y aficionado a los chistes
escatológicos.

➔ Interés amoroso:
◆ Avellaneda: desaparece, de forma que don Quijote pasa a ser el
Caballero Desamorado; por contra, el personaje femenino central es
Bárbara, una prostituta vieja y mondonguera, con la cara atravesada por
una cuchillada.
◆ Cervantes: Dulcinea

➔ Plano del narrador:


◆ Cervantes: se caracteriza —como veremos en próximas entradas— por
su riqueza y complejidad (perspectivismo, presencia de múltiples voces
narrativas y juegos con los planos de la ficción, genial invención de Cide
Hamete Benengeli…).
◆ Avellaneda: quien cuenta la historia es el sabio Alisolán, un
«historiador moderno», pero este aspecto de las fuentes de la narración
apenas si adquiere desarrollo. Avellaneda también incluye dos historias
intercaladas, El rico desesperado y Los felices amantes, como era
habitual en la narrativa de la época, con un propósito esencialmente
didáctico y moralizador.

➔ La visión del mundo:


◆ Cervantes: compleja en el caso cervantino, matizada siempre por la
ironía, y respondiendo a un ideario que se ha relacionado con el
pensamiento erasmista (aunque otros críticos matizan o niegan tal
influjo).
◆ Avellaneda: el espíritu que transmite es claramente contrarreformista,
y el autor se muestra como portavoz del inmovilista estamento nobiliario.
➔ Estilo:
◆ Cervantes: es espontáneo, variado y ameno, fecundo en humor e
inteligente ironía
◆ Avellaneda: se complace exclusivamente en la comicidad de lo
escatológico y el ridículo grotesco y hace gala de una prosa menos rica
y expresiva.

El cierre final de Cervantes

El catedrático de la Universidad de Pensilvania Juan Fernández aseguró hoy que


Miguel de Cervantes "mató" a Don Quijote de la Mancha "para que otros autores no
utilizaran el personaje posteriormente".

En una conferencia ofrecida hoy en la Universidad de Jaén, Fernández disertó sobre el


significado de la muerte del protagonista de la obra más universal de la literatura y
concluyó que con la muerte de Don Quijote, Miguel de Cervantes "evita que otro autor
retome el personaje y lo desarrolle de manera fraudulenta".

"Ese es el principal motivo. En la segunda parte de la obra, Cervantes critica mucho el


que le copiaran el personaje y lo mostraran como él no quería, como Fernández de
Avellaneda, con quien tuvo problemas", agregó al respecto.
El hecho de que Alonso Quijano, Don Quijote, muera en la cama, también es
significativo para el catedrático de la Universidad de Pensilvania. Según éste, Miguel
de Cervantes termina convirtiendo a su personaje en Alonso Quijano, "dejándolo morir
como una persona normal".

"Existen otros antecedentes literarios de personajes que también mueren en la cama.


Cervantes deja que Don Quijote muera como Alonso Quijano, como una persona
buena y decente que ya había alcanzado su propósito, que no era otro que terminar
con los ideales que representaba Don Quijote", puntualizó Fernández.

Webgrafía:
https://theconversation.com/cervantes-y-lope-de-vega-una-rivalidad-de-comedia-11
9966
https://es.wikipedia.org/wiki/Alonso_Fern%C3%A1ndez_de_Avellaneda
https://es.wikipedia.org/wiki/Don_Quijote_de_la_Mancha#Segunda_parte
https://elpais.com/elpais/2015/11/02/opinion/1446481995_528719.html
https://insulabaranaria.com/2013/10/23/diferencias-entre-el-quijote-de-cervantes-y-e
l-de-avellaneda/
https://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2014-05-21/la-triste-historia-de-avella
neda-1276519174/
https://www.abc.es/cultura/libros/abci-cervantes-mato-quijote-para-otros-autores-no
-utilizaran-despues-200503110300-201132087825_noticia.html

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