Está en la página 1de 5

PRIMER EXAMEN PARCIAL

La evaluación es individual, la presentación del mismo se realiza en plataforma en el aula


correspondiente. Si existiesen dos o más trabajos idénticos los mismos serán invalidados.
Para la corrección de la evaluación es fundamental que completes estos datos
Numero de documento de identidad: 5.592.500

Nombre y Apellido: Elias Sotelo

Asignatura: Expresión Oral y Escrita Carrera: Ing Informatica

Semestre: 1 Turno: Noche Periodo:

Profesora: Gladys Mendoza Fecha: 14/09/22

Puntos Totales: 50 Puntos Correctos: Porcentaje:

1ºP.: 30 2ºP.: 3ºP.: E.F.: E.E.: proceso total: 20 puntos

Tema 1
Redacta 1 situación comunicativa y extrae de las mismas:

Laura está leyendo el "Don Quijote" de Miguel de Cervantes

El proceso de la comunicación: (6puntos):

Emisor: Miguel de Cervantes

Receptor: Laura

Mensaje: la obra "Don Quijote"

Código - lengua española

Contexto - el mundo de Don Quijote esta entendible para Laura

Canal -comunicación indirecta, contexto: escritura, libro.

Nivel el lenguaje: (1p.):

- Coloquial
Función el lenguaje predominante: (1p.):

- Referencial

Niveles de la Comunicación (1p.):

- Intrapersonal

En la redacción de la situación comunicativa se tendrá en cuenta:

Corrección gramatical. 1p.

Corrección ortográfica1p.

Pertinencia de ideas. 1p.

Precisión de ideas. 1p.

Secuencia lógica de la información. 1p.

Originalidad en el planteamiento de ideas. 1p.

Tema 2
Realiza un texto argumentativo basándote en el tema tratado en el cuento “La noche de
los feos” de Mario Benedetti. El texto debe ser con una extensión 10 líneas.

El cuento “La noche de los feos” por Mario Benedetti es un cuento que habla de amor,
de los defectos o lo feo de las personas, y el aceptarse uno mismo. Aunque este cuento
es sobre los cambios en la personalidad del narrador, cualquier persona puede usar los
consejos o las acciones que pasan como consejos y usarlos en su vida cotidiana. Usando
palabras o poniéndolas en los personajes, el cuento puede hacer que muchas personas
usen estas acciones y poder aceptarse a sí mismo, aunque seas una persona bonita o fea
debes aceptarte cómo eres

El título de este cuento, “La noche de los feos”, significa una noche en donde dos
personas considerados feos por la sociedad y por ellos mismos, por no tener caras
simétricas perfectas comparten lo hermoso de una belleza interior; ruda, pura, sencilla e
interna todo bajo la oscuridad de la noche. Además de lo mencionado también quiero
hacer énfasis en que el título es clasificado literal, debido a que refleja exactamente
loque acontece en el cuento, dándonos una leve introducción a lo que será una historia
que envuelve a personajes de apariencia no muy agraciada.

En la redacción del texto se tendrá en cuenta:

Corrección gramatical. 1p.

Corrección ortográfica.1p.

Pertinencia de ideas. 1p.


Precisión de ideas. 1p.

Amplía las ideas expuestas en el cuento “La noche de los feos” 1p.

Tema 3
Extrae del siguiente cuento:

EL ALMOHADÓN DE PLUMAS HORACIO QUIROGA


Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su
marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces
con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba
una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su
parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer. Durante tres meses —se habían
casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos
severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el
impasible semblante de su marido la contenía siempre. La casa en que vivían influía un
poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y
estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el
brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella
sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en
toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia. En ese
extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar
un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer
pensar en nada hasta que llegaba su marido. No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero
ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía
nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente
a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y
Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente
todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los
sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin
moverse ni decir una palabra. Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día
siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención,
ordenándole calma y descanso absolutos. —No sé —le dijo a Jordán en la puerta de
calle, con la voz todavía baja—. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin
vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida. Al otro día
Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima,
completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la
muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio.
Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala,
también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con
incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio
y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada El
Almohadón De Plumas Y Otros Relatos Horacio Quiroga vez que caminaba en su
dirección. Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al
principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos
desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del
respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la
boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor. — ¡Jordán! ¡Jordán! —
clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra. Jordán corrió al dormitorio, y al
verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror. —¡Soy yo, Alicia, soy yo! Alicia lo miró
con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta
confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido,
acariciándola temblando. Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide,
apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos. Los médicos
volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa,
desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última
consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la
muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor. —Pst... —
Se encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio... poco hay que
hacer... — ¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la
mesa. Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que
remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero
cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le
fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar
desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este
hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le
tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares
avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban
dificultosamente por la colcha. Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró
sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio
y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que
salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán. Alicia murió, por
fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada
el almohadón. —¡Señor! —Llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay
manchas que parecen de sangre. Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez.
Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de
Alicia, se veían manchitas oscuras. —Parecen picaduras —murmuró la sirvienta
después de un rato de inmóvil observación. —Levántelo a la luz —le dijo Jordán. El
Almohadón De Plumas Y Otros Relatos Horacio Quiroga La sirvienta lo levantó, pero
enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por
qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban. —¿Qué hay? —murmuró con la voz
ronca. —Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar. Jordán lo levantó;
pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó
funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito
de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los labios. Sobre el
fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal
monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le
pronunciaba la boca. Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había
aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla,
chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del
almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo
moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a
Alicia. Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en
ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles
particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
Recursos fonéticos. 1p.
- Aliteración: En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia
Recursos semánticos. 1p.
- Metáfora: Su luna de mil fue un largo escalofrío.
Elementos retóricos. 1p.
- Metáfora: En ese extraño nido de amor.
Recursos morfológicos. 1p.
- Epíteto: el brillo glacial del estuco
Recursos sintácticos. 1p.
- Anáfora: desangrándose día a día, hora a hora
Elementos cohesivos. 1p.
- Adversativas: Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero
estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle

Tema 4
Ten en cuenta los ejemplos dados en el libro ¨Los errores nuestros de cada día´´ de
Estela Appleyad de Acuña y realiza el análisis de los siguientes titulares. (4 puntos)
https://www.abc.com.py/internacionales/2022/03/22/las-festividades-de-san-patricio-
disparan-los-casos-de-covid-en-irlanda/

Explicación: Las autoridades sanitarias irlandesas comunicaron este martes de que han
contabilizado casi 64.000 recientes contagios de covid-19, desde el pasado jueves, al comienzo
de un largo fin de semana recalcando por las festividades de San Patricio, patrón de Irlanda
Cómo debería ser: Las festividades de San Patricio aumentan los contagios de covid en Irlanda

https://www.abc.com.py/deportes/futbol/internacional/2022/03/20/0-4-xavi-se-doctora-en-
el-bernabeu-con-un-triunfo-historico/

Explicación: Madrid. La confirmación del Barcelona de Xavi Hernández llegó con


firmeza en el mejor escenario existente, llego el día de su estreno que fue en Santiago
Bernabéu, donde castigó con una autoridad abrumador a un Real Madrid huérfano sin
Karim Benzema, con un doble invento táctico fracasado de Carlos Ancelotti y una falta
de energía por su cómoda posición con una guía que provoca un borrón en su
temporada.
Cómo debería ser: : Xavi se recibió en el Bernabéu con un triunfo histórico

También podría gustarte