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INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO Y DE LA NIÑA

Actualmente, la adopción es una transacción legal de derecho de familia en cuanto una


persona forma parte del vínculo familiar de otra persona o personas, rompiéndose el lazo
legal que este tenía con la familia anterior, de ahí que su composición este supeditada a una
decisión judicial que pondrá como prioridad el interés del menor; la calificación del
adoptante o adoptantes para ejercer la patria potestad, también se toma en cuenta los
condiciones decretadas en los artículos de nuestro Código Civil.

En toda medida que adopte el Estado y esté relacionado con niños, niñas o adolescentes a
través de sus poderes ejecutivo, legislativo y judicial, el Ministerio Público, las autoridades
regionales, las autoridades locales y demás sus demás órganos, así como en el
funcionamiento de la sociedad, tienen que considerar el Principio del Interés Superior de
los niños y jóvenes y respetar sus derechos. Artículo N° IX CNA.

Posiciones en contra y en favor de la adopción homoparental desde la sociología y la


psicología

En este capítulo se planteará la manera en que la sociología, teniendo en cuenta que es la


ciencia que trata la estructura y funcionamiento de la sociedad humana, analiza las uniones
homoparentales, la adopción entre estas parejas, la forma en que son vistas por la sociedad
estas nuevas formas de familia y las consecuencias que se presentan tanto en estos
matrimonios como en el menor adoptado; Del mismo modo, estas preguntas serán
interpretadas desde un punto de vista psicológico.

Aspectos sociológicos En este tema se expondrán algunas de las diferentes posiciones que
ya existen sobre la unión entre personas del mismo sexo, asimismo hablaremos de los
efectos que tienen en la sociedad este tipo de uniones, en especial; generando una
oportunidad para que estas nuevas familias puedan integrar a un nuevo miembro a su
hogar.
a. La familia homoparental
Un hogar se entiende como la unión de varias personas a través de diferentes tipos de
vínculos: afecto, solidaridad, autoridad, entre otros, conviviendo en un mismo espacio
físico. Mientras que una familia tiene algún grado de unión o parentesco en el que se
satisfacen las necesidades afectivas y sexuales. Existen diferentes clases de familia: la
nuclear, la extensa, la nuclear pologenética, la ampliada, la homoparental, entre otras.

La familia parental se constituye a partir de la unión de dos personas del mismo sexo, es
decir, está conformada por una pareja de padres o madres abiertamente homosexuales, a
diferencia de una pareja heterosexual, que también puede incluir a un solo progenitor con
distintas preferencias sexuales, en el caso de madres o padres solteros. En particular, este
tipo de familia no necesariamente tiene que adoptar un niño para casarse, sino que puede
utilizar muchos métodos diferentes como la inseminación artificial, la gestación subrogada
o el caso en que el niño provenga de una relación heterosexual anterior.

b. La adopción homoparental

Las principales críticas a esta forma de adopción, provenientes de la sociología, se basan


en la discriminación a la que pueden ser sometidos los adoptantes del mismo sexo, pero,
sobre todo, en el hecho de que los menores adoptados, como destaca en su artículo el juez
Lázaro Tenorio, quien menciona que “se está ante un paradigma para evitar la
discriminación, puesto que se estará ante una familia diferente a las convencionalmente
aceptadas por la sociedad”. Teniendo en cuenta lo que dice el magistrado, esta situación
afectará de una manera u otra al menor adoptado, ya que muchas veces al provenir de una
familia diferente este es discriminado, afectando su desarrollo emocional.

Entonces, ante los cuestionamientos existentes la adopción debe ser profundamente


analizada a fin de prevenir daños emocionales irreversibles a los menores producto del
matrimonio o unión entre personas del mismo sexo. Una de las consecuencias de las que
más se habla es el señalamiento del cual puede ser objeto un menor adoptado por ese tipo
de parejas. Por ejemplo

- El niño que crece dentro de un hogar homosexual verá su realidad distorsionada al


observar sus entornos principales, el social y escolar, ya que el 90% de sus
compañeros proviene de familias heterosexuales con figura paterna y materna. Ante
esta situación, los señalamientos hacia el menor no se harán esperar y, por
consiguiente, en el momento menos esperado este sea objeto de escarnios, burlas,
rechazos o insultos, ocasionando así un enorme impacto a su “tranquilidad”.
En consecuencia, el magistrado Lázaro Tenorio toma en cuenta la hipótesis al momento de
levantar el acta de nacimiento del menor, donde se escribe el nombre de los dos padres o
dos madres, lo que podría generar en los menores diversas situaciones conflictivas en su
desarrollo y personalidad al ser expuestos a discriminación. Asimismo, se sustenta que las
parejas del mismo sexo son muy inestables y sus relaciones son pocos duraderas a
comparación de las parejas heterosexuales.

Según el Instituto Mexicano de Orientación Sexual Renacer, este tipo de relaciones son
relativamente cortas, menores a los 18 meses; si tomamos en cuenta las estadísticas, el
índice de divorcios homosexuales de parejas compuestas por dos varones es el 35% más
alta a los matrimonios heterosexuales, y de las parejas mujeres el índice se triplica. Dentro
del mismo artículo se menciona que la razón recae en la forma de pensar que tienen las
parejas homosexuales, en donde existe mucha infidelidad o relaciones poliamorosas, lo que
tarde o temprano trae como consecuencia la ruptura de la misma.

B. Aspectos psicológicos

El objetivo de este subtema es presentar brevemente algunas de las reflexiones e


investigaciones realizadas por entidades internacionales en el campo de la psicología sobre
la familia del mismo sexo, particularmente sobre los mitos y realidades que pueden mostrar
los niños cuando crecen en un ambiente gay o lésbico.

Los niños o adolescentes, al encontrarse en un ambiente ajeno a la realidad social, pueden


experimentar un cambio en su personalidad al notar que sus padres tienen
predisposiciones, costumbres o hábitos que “merece reproducir”, además de que estos
comportamientos desalientan las conductas tradicionales y forma ideal, la familia, que
lleva implícitamente a la procreación.

También existen estudios realizados por la psicóloga, psicoanalista y directora del Instituto
de la Infancia y la Adolescencia de Barcelona, Verónica Bronstein, que advierten que el ser
humano aprende de sus cuidadores a temprana edad a través de la imitación y el
intercambio emocional. Cita un ejemplo en los juegos infantiles basados en secuencias de
información adquiridas desde la infancia, que se puede ver en niños de dos años que juegan
el papel de padre y madre. Se reproducen y repiten sus relaciones con sus padres.
La identidad es un proceso normal y necesario para la construcción de la personalidad de
un ser humano. Para asumir los roles de madre y padre en el futuro, los modelos cultivados
desde la infancia vuelven a ser de vital importancia. Esta imitación se hace a pesar de que
los padres les ordenen que no adopten ciertos comportamientos, porque los menores son
copias fieles de la personalidad de sus padres, aceptan todas las cosas positivas, pero
también adoptan sus manías y defectos.

La principal idea o postura en contra de la adopción homoparental vista desde la ciencia


de la psicología consiste en la imitación que podrían efectuar los adoptados al realizar las
mismas conductas de sus padres o madres, dando por hecho que estos menores optaran por
tener la misma tendencia homosexual. Al respecto, la doctora Maricela Gonzáles Pérez de
Castro precisa lo siguiente: “Las parejas del mismo sexo se caracterizan por ser inestables
y, por lo tanto, no están aptas para proporcionar al niño adoptado un ambiente estable, de
humanización y socialización adecuado, que equilibre las carencias sufridas por el
adoptado durante los primeros meses o años de su vida. La misma Asociación Española de
Pediatría señala que un núcleo familiar homosexual conformado por dos padres o dos
madres es, desde el punto de vista educativo y pediátrico, es claramente perjudicial para el
desarrollo armónico de la personalidad y la adaptación social del menor. Estos argumentos
muestran que incluso algunos sistemas de reconocimiento legal de este tipo de unión,
excluyen expresamente la posibilidad de adoptar niños con fines de adopción.”

Esto también se refleja en el Perú, país muy conservador en lo que se refiere a los
matrimonios homosexuales, razón por la cual, no se ha reconocido el matrimonio entre
personas del mismo sexo y tampoco la adopción de menores por los mismos; ya que, un
amplio sector de la población, fundamentalmente religioso, rechaza estas solicitudes.
Debido a esto, no permite las adopciones entre personas del mismo sexo; Además, hay
muchas opiniones en contra de legalizarlo.

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