No definir suficientemente el sujeto de estudio.
Descuidar la importancia de generar una buena revisión literaria. Hacer de la revisión literaria una mera lista y descripción corta del material consultado. No establecer una hipótesis. Proteger tu hipótesis de críticas honestas y abiertas. Publicar los resultados cuando se tiene un acuerdo de no divulgación. No informar a los coautores de la publicación. Publicar los resultados que te hubiera gustado obtener. Ejemplo del error que cometio Einstein en su carrera.
Los caprichos fortuitos de la imaginación
En el proceso del método científico existe un paso que no es totalmente
objetivo y es el que lleva a la conceptualización de una teoría. Einstein da un ilustre ejemplo del mismo con sus experimentos mentales.
Así afirmó: "La imaginación es más importante que el conocimiento". En
efecto, a partir de observaciones dispares, un físico debe imaginar una ley subyacente. A veces, hay que elegir entre varios modelos teóricos posibles, momento en el que la lógica retoma el control.
Por tanto, el progreso de las ideas se nutre de lo que llamamos intuición. Es
una especie de salto en el conocimiento que sobrepasa la pura racionalidad. La frontera entre lo objetivo y lo subjetivo deja de ser del todo fija.
Los pensamientos nacen en las neuronas bajo el efecto de impulsos
electromagnéticos y, entre ellos, algunos resultan particularmente fecundos, como si provocaran un cortocircuito entre células, obra del azar. Pero estas intuiciones, estas "flores" del espíritu humano, no son iguales para todas las personas.
"La ecuación E=mc² de Albert Einstein le dio forma a todo el siglo
XX": Christophe Galfard, discípulo de Stephen Hawking
Mientras el cerebro de Einstein concibió E=mc² , el de Marcel Proust creó
una metáfora admirable. La intuición se manifiesta de forma aleatoria, pero ese azar está moldeado por la experiencia, la cultura y el conocimiento de cada persona.