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Gandhi

Cuando escuchamos o pensamos en Mahatma Gandhi, seguidamente llega a nuestra


mente la imagen de un señor mayor, pobremente vestido, calvo y que caminaba descalzo
por las calles. Pero Mahatma (Alma Grande) Gandhi, antes de ser el representante
supremo de la Paz, recorrió un camino inmenso que no todos conocen y que va más allá
de esta imagen que tenemos de él.

Aunque parezca increíble, provenía de una familia acomodada de la India que le permitió
estudiar leyes en Inglaterra, para luego volver a su país natal en donde se encomienda a la
tarea de defender los derechos de los ciudadanos.

Pero sus estudios no se ajustaban a la realidad que allí se vivía y apremiado por problemas
financieros, acepta un puesto en una empresa hindú en Sudáfrica, en donde se compromete
con la lucha racista.

Fue su madre quien lo sumergió en los valores pacifistas, además de promover su


vegetarianismo. Mahatma Gandhi vuelve a la India en donde encabeza el movimiento de
resistencia pacifista que sólo buscaba justicia y nunca venganza.

En base a estos principios, crea una filosofía llamada “Satyagraha” que predica la “no
violencia”, pero fue encarcelado durante un año, tiempo que aprovechó para leer sobre
otras religiones.
Debido a la presión popular, Gandhi es liberado y en 1913 firma un pacto con el gobierno
que se compromete a abolir las leyes más crueles.

Gandhi inspiró numerosos movimientos de liberación y de derechos cívicos alrededor del


mundo y a muchas otras personalidades como Albert Schweitzer, Martin Luther King,
Steve Biko, el Dalai lama y Aung San Suu Kyi.

Sus críticas hacia el autoritarismo y la opresión, le valieron la reputación de crítico de la


modernidad, cuyas ideas influenciaron a muchos pensadores y políticos.

Pero como todo líder pacifista, Gandhi se había hecho de muchos enemigos y un extremista
hindú que lo acusaba de favorecer a los musulmanes, lo asesinó el 30 de Enero de 1948,
cuando tenía 78 años.
Este hombre increíble que sólo buscaba la Paz y la tolerancia, profesó toda su vida la
resistencia pasiva a la ocupación británica.

Conozcamos las enseñanzas de este ejemplo de la “no violencia” y apliquemos sus consejos
a nuestras vidas para ser mejores personas.

1) Cuando todos te abandonan, Dios se queda contigo.


2) Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.
3) Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.
4) Dicen que soy héroe. Yo digo que soy débil, tímido, casi insignificante, y si siendo como
soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.
5) La verdadera educación consiste en sacar lo mejor de sí mismo. ¿Qué mejor libro puede
existir que el libro de la Humanidad?
6) No escuches a los amigos cuando el amigo interior dice: ¡Haz esto!
7) Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.
8) Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es
una victoria completa.
9) Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también
he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita
ponerles remedio.
10) No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque
algunas de sus gotas estén sucias.
11) La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me
encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada
más que el temor a Dios.
12) En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de
hombre, ninguna tiranía puede dominarle.
13) El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera, jamás se irrita, nunca se venga.
14) La violencia es el miedo a los ideales de los demás.
15) No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores.
¡Quién pudiera alcanzar este grado de madurez en pos de la paz y la no violencia!
Cuando nos sentimos dominados por la ira y el enojo, es buen momento para recordar los
consejos de un hombre que con su palabra y algunos pocos seguidores fieles, logró lo que
muchos quieren imponer con la armas.

Hagamos llegar a muchos más los mensajes de paz de Mahatma Gandhi y por último,
recuerda esta frase suya que seguramente podrás aplicar en tu día a día.

“Ante las injusticias y adversidades de la vida… ¡calma!”

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