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DERECHO PRIVADO
CESAR AGUILAR
(Docente)
2016
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
El derecho como sistema regulador de las conductas humanas siempre va a direccionar los actos y
hechos que gobiernan la convivencia dentro de un ente social; esta ordenación se hace por medio
de la legislación y en especial de las llamadas prescripciones o clausulados generales. Dichas
normas legislativas indeterminadas en sus inicios, no fueron consideradas armónicas en el régimen
del ius strictum; no obstante, con el tiempo, se fueron aceptando con la evolución del derecho
romano, incentivadas en gran parte por las figuras de la exceptio doli generalis, bona fides, las
boni mores y en las referencias al ius publicum. Tendencia que se acentuó en el derecho común,
por la necesidad de adaptar los textos romanos a la nueva concepción de la vida, enseñada en los
libros de teología moral y por los canonistas. Más tarde dicha clase de normas sería vista con
recelo o enemistad por la dirección humanista, por la escuela de la exégesis, por algún que otro
pandectista y hasta por aquellos mercantilistas partidarios de la omnipotencia de la autonomía de
la voluntad, discutiendo o no su contenido; pero lo que si no se puede ocultar es que hoy por hoy,
la buena fe se presenta en la actualidad como un concepto vigente y que gobierna sobre todo el
derecho de las obligaciones.
De tal forma que estas prescripciones generales, siempre serán aplicadas, no sólo al acuerdo
contractual, sino también estarán llamadas a gobernar todo el proceso tanto de formación, como
el de perfeccionamiento y ejecución contractual. La buena fe como una norma general por tanto
es una norma integradora y creadora dentro del sistema jurídico, el cual le reconoce su carácter
heterónomo tanto del contrato como de todo el ordenamiento legal. De tal forma que se podría
afirmar que los acuerdos a los que llegan los sujetos contractuales, son reglas si bien autónomas,
son incompletas. Dentro de esta tendencia entonces aparece el principio de la buena fe, como un
horizonte orientador para las operaciones jurídicas en cuanto que a la misma naturaleza del
derecho, la ayuda, la suplen y la corrigen.
Este concepto general del principio de buena fe, presente en todo el ordenamiento jurídico, se
extiende de igual forma en el contenido de eticidad de cada acto que deba examinarse a la luz de
las circunstancias particulares; como toda figura jurídica, la buena fe no es un fin en sí mismo, sino
un medio para encauzar la protección de determinados valores e intereses sociales. La buena fe,
en cuanto principio general del derecho, no puede resultar extraña a la propia conformación de
los usos y al mandato legislativo; se ha de presuponer, por tanto, inserta en ambos o, al menos,
teóricamente inspiradora de los mismos. Pero, al mismo tiempo, su virtualidad de principio
general del derecho comporta por definición que su plasmación no puede reducirse a lo
establecido en la ley o las reglas usuales
Buena fe es tenida en cuenta como una fuente de creación de especiales deberes de conducta
exigibles en cada caso, de acuerdo con la naturaleza de la relación jurídica y con la finalidad
perseguida por las partes a través de ella. Las partes no se deben solo a aquello que ellas mismas
han estipulado o escuetamente aquello que determina el texto legal, sino a todo aquello que en
cada situación impone. Aquí la buena fe debe ser entendida como rectitud y honradez en el trato.
Supone un certero comportamiento o una manera de proceder a la cual las partes deben atenerse
en el desenvolvimiento de las relaciones jurídicas y en la celebración, interpretación y ejecución de
los negocios jurídicos.
El abuso del derecho es el ejercicio de un derecho cuando sea contrario a las exigencias así
como la buena fe o los fines de su reconocimiento o será abusivo cuando tenga por fin
exclusivo daños a terceros el cual debe ser indemnizado. El ejercicio abusivo del derecho,
es considerado como un acto ilícito y en el ambiente jurídico es tratado como un acto ilícito
abusivo que se diferencia del acto ilícito común porque en este se violan las normas legales
Subjetivo:
a. Se identifica el abuso del derecho por el ejercicio efectuado por su titular con la intención
de perjudicar (expuesta por Josserand), pero este criterio es insuficiente porque nunca el
titular ejerce su derecho solo con el objeto de perjudicar al otro, sino que persigue un
interés propio.
b. El abuso consiste en el ejercicio del derecho con culpa del titular. Este criterio amplía
levemente al anterior porque no solo considera abusivo al ejercicio doloso de los derechos,
sino también al ejercicio culpable de los mismos. El titular puede ejercer el derecho de
acuerdo a varias direcciones y es responsable cuando produce un daño a un tercero
mediante su actuación, siempre que ese daño pudiera haber sido evitado. La culpa sujeta a
la gente a la indemnización por los daños causados.
c. El abuso consiste en ejercer el derecho sin interés o utilidad (sugerida por Saleilles y
mantenida por Bonnecase y Ripert). La ausencia del interés al ejercer un derecho, que causa
daño en una persona indica que el titular actúo con intención de provocar ese daño, por lo
tanto no puede ser amparado por la ley. Al faltar interés o utilidad en el titular del derecho,
su conducta involucra una intención dolosa o culposa.
OBJETIVO:
a. El abuso consiste en el ejercicio contrario al fin económico y social del derecho. Esta
posición exagera la función social de los derechos, porque muestra como fin esencial del
derecho un destino económico o social, mostrandoce contrario al fin individual del mismo.
c. Abuso como ejercicio del derecho contrario a la moral y a las buenas costumbres.
Que el ejercicio sea contrario a lo que dice la ley, desde el punto de vista del
pensamiento de la sociedad.
Que el ejercicio sea contrario con la buena fe entre las partes, la moral y las
buenas costumbres.
Que por las desviaciones sé allá producido un daño grave, o se produjera en el
futuro.
No es necesario demostrar la intención o culpa de la persona que ejercicio el abuso
del derecho, sino solamente es suficiente con establecer que se ha transgredido la
buena fe, y que la conducta sea desleal y abusiva.
ENRIQUESIMIENTO SIN CAUSA
El enriquecimiento sin causa como su nombre lo indica es una figura jurídica contemplada
en el código de comercio a través de la cual podemos recuperar algo que una persona
obtiene sin motivo alguno, y que se puede decir que nos pertenece, el código de comercio
establece que nadie podrá enriquecerse sin justa causa a expensas del otro.
Por ejemplo cuando se paga a un acreedor con un titulo valor de contenido crediticio, en
caso de que el acreedor pagado con el titulo valor lo deje caducar o prescribir, de igual
forma se extinguirá la obligación que fue pagada con el título, pero en este caso al acreedor
aun le queda una opción la cual es hacer uso de la acción de enriquecimiento sin causa en
contra de quien se haya enriquecido por la prescripción o la caducidad.
Respecto a este tema la Corte Suprema de Justicia sala de casación civil en sentencia 21 de
mayo de 2002 expediente 7061, se refirió a la acción de enriquecimiento sin causa del
acreedor cuando el titulo valor ha caducado o prescrito, dicha sentencia dice:
Se requiere, para su exitoso ejercicio, de un lado, que el acreedor, ante la pérdida tanto de la
acción cambiaria como de la causal contra los obligados al pago del instrumento, carezca
de otro medio para remediar el daño; del otro, que el responsable por el pago haya obtenido
un provecho ilícito con ocasión de la emisión o de la transferencia del título y, por último,
un empobrecimiento correlativo que, en sentido amplio, corresponde al perjuicio acaecido
al demandante”.
TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN
Esta teoría data de la Edad Media, específicamente se remonta desde el Derecho Canónico,
que siempre ha tratado que exista equidad en las relaciones contractuales. Se enuncia con la
máxima “Rebus sic stantibus”; esto es, que las partes entienden valedero el contrato
siempre que subsistan las condiciones económicas bajo cuyo imperio se pactó.
Desde las primeras décadas del siglo XX se conoce con el rótulo de “Teoría de la
Imprevisión”, en cuanto a la posibilidad de modificar ciertos contratos de tracto sucesivo,
por la evidente lesión económica para el acreedor, debido a las alteraciones de las
circunstancias originales que sufre el contrato por causas ajenas a las partes.
A la legislación positiva fue llevado este principio, en Francia, por la “Ley Falliot”, de 21
de enero de 1918, cuyo texto expresa: “Independientemente de las causas de resolución
derivadas del Derecho Común o de los contratos, las transacciones y contratos celebrados
desde el 1º de agosto de 1914 pueden ser resueltos, a petición de cualquiera de las partes, si
se prueba que, en razón del estado de guerra, el cumplimiento de las obligaciones de uno de
los contratantes traería consigo un gravamen cuya importancia rebasaría, en gran medida,
las previsiones que pudieron hacerse, razonablemente en la época del contrato”.
Esta teoría, que tiene ciertas vinculaciones y semejanzas con el “caso fortuito”,no obstante
de haber diferencias considerables, puede plantearse de la siguiente forma: Este es el caso
cuando por un hecho extraordinario, que no puede imputarse a las partes, el mismo se torna
imposible de cumplir o muy oneroso para una de ellas. Se trata pues, de circunstancias
posteriores a la celebración del contrato, que no se previeron ni pudieron lógicamente
preverse, y que puede crear un estado de cosas que haga el cumplimiento un sacrificio
pecuniariamente desproporcionado para el deudor, o gravemente perjudicial para el
acreedor. Así, una de las partes creyéndose afectada por la contingencia que considera
extraordinariamente imprevisible, plantea la resolución del contrato o reformar sus
cláusulas. Entonces la preguntas es: ¿pueden los tribunales modificar las estipulaciones de
un contrato, cuando el cambio imprevisto e imprevisible de las condiciones vigentes al
tiempo de celebrase crea un serio desequilibrio de las prestaciones de las partes?... Entonces
toma vigencia la “Teoría de la Imprevisión”: “Que atribuye al Derecho una facultad para
demandar la extinción de la obligación y su consiguiente liberación sin responsabilidad de
las partes (o de la que fue afectada)”.
• El caso fortuito trae consigo una imposibilidad absoluta de ejecutar las obligaciones;
mientras que en la imprevisión hay sólo imposibilidad relativa, pues el deudor pude cumplir
su obligación pero hace un sacrificio económico desconsiderado.
CESION DE CONTRATOS
La cesión de contratos es una forma de sustitución, que consiste en un acto jurídico por
medio del cual un contratante (cedente), hace que un tercero (cesionario), ocupe su lugar en
el contrato, transmitiéndose tanto los créditos como las deudas derivadas del mismo, en
todo o en parte.
Requisitos y Efectos
2. La cesión de contrato produce efectos entre el cedente y el cesionario desde que ésta se
celebra, pero respecto del contratante cedido y de terceros solo produce efectos desde la
notificación de la cesión o desde su aceptación por parte del contratante cedido en los
contratos intuitu personae.
3. El cesionario tiene en relación con el contratante cedido las mismas acciones, privilegios
y beneficios que tenía el cedente; y el contratante cedido tiene frente al cesionario todas
aquellas excepciones inherentes a la naturaleza y condiciones del contrato que tenía contra
el cedente.
CESION DE DERECHOS
1. De créditos personales.
2. De derechos de herencia.
3. De derechos litigiosos.
La buena fe, principio general del derecho, La confianza es el soporte de cualquier vínculo
obligacional que pueda regir las conductas humanas; desde los inicios de las mismas
negociaciones de conformidad con el tráfico normal, las partes interactúan y comienzan a
cimentar las bases de un futuro acuerdo basado en los actuares leales y correctos, y justo
en ese estado de la negociación en la cual las partes se entregan confiadamente a la
concreción de unas expectativas legítimas que se puedan tener, en ese mismo instante se
justifica en todo la imposición del deber de lealtad.
CESION DE CONTRATOS.
TEORIA DE LA IMPREVICION
REGIMEN
BIBLIOGRAFIA-