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Vattimo

Vattimo ve en Nietzsche y en Heidegger los precursores del significado del pos- en el


concepto de la posmodernidad. Los motivos principales por los cuales Nietzsche y Heidegger
podrían ser considerados como precursores de la posmodernidad serían los siguientes:

1. En ambos desaparece la idea de fundamento, que ha sido esencial en la tradición


filosófica occidental. No sólo desaparecen los fundamentos indicados
tradicionalmente, sino que se elimina todo fundamento.
2. Ambos se mueven en el horizonte del nihilismo, relacionado sobre todo con la
ausencia de fundamento.
3. Ambos rechazan la idea de subjetividad, esencial en la historia de la metafísica, sobre
todo moderna.
4. En uno y otro se disuelve la idea de una historia como proceso unitario. De esta
manera Nietzsche y Heidegger echaron las bases para construir una imagen de la
existencia en las condiciones de la posmodernidad.

El pensamiento débil
El pensamiento débil se sitúa dentro de la idea más general de posmodernidad. Ésta se
contrapone, en general, al pensamiento metafísico. Según esto, la posmodernidad habría que
verla como contrapuesta al pensamiento metafísico. Éste se caracteriza por ser un
pensamiento de fundamentos absolutos. Desde ellos se pueden dar visiones globales acerca de
la realidad o de la historia. La ausencia de tales fundamentos o de realidades superiores
estables es uno de los rasgos fundamentales de la posmodernidad.

Para Nietzsche y Heidegger la modernidad se puede caracterizar como un fenómeno


dominado por la idea de historia. La modernidad es la época de la historia; historia del
pensamiento como una progresiva iluminación que se desarrolla en un proceso cada vez más
pleno.

La posmodernidad se caracteriza por señalar el fin de la historia como proceso unitario. La


idea de proceso unitario, o simplemente de historia, va unida a la idea de realización
progresiva de una humanidad auténtica. Esta visión de la historia implicaba la existencia de
un centro, alrededor del cual se reunieran y ordenaran los acontecimientos.

La historia como proceso unitario ha sido entendida también como historia de progreso
ordenada a un fin.

Además, las ideas de unidad de la historia, de progreso y de fin estaban estrechamente


relacionadas con el ideal del hombre europeo, sobre todo en la modernidad. El despertar de
los llamados pueblos primitivos y la reclamación de los derechos de sus respectivas culturas
han contribuido en gran parte a romper esas ideas de unidad y progreso. Hoy día se aceptan
múltiples versiones del mundo y una diversidad de racionalidades.

Otras características de la posmodernidad, que muestran nuevos caminos de la misma serían:

1. Vuelta al pasado y recuperación de los transmitido, inspirada en la idea heideggeriana


de recuerdo o recuperación de la tradición.

1
2. Aplicar la hermenéutica al saber contemporáneo, desde la ciencia y la técnica a las
artes y al “saber” que se expresa en los mass-media, para reproducirlos de nuevo en
una unidad. Ésta no tendría nada que ver con la unidad de un sistema dogmático, ni
con los caracteres fuertes del pensamiento metafísico.
3. Hay que ver las posibilidades u oportunidades ultrametafísicas o posmetafísicas de la
tecnología mundial. Esto sería una especie de ontología débil, como único camino
para salir de la metafísica y llegar a un comienzo nuevo.

En este contexto de la posmodernidad se daría el pensamiento débil, el cual pretende llegar


hasta el fondo de la experiencia heideggeriana del olvido del ser o de la experiencia
nietzscheana de la muerte de Dios. Los caracteres de este pensamiento débil son:

1. Tomar en serio la idea nietzscheana y tal vez marxiana del nexo entre evidencia
metafísica y relaciones de dominio dentro y fuera del sujeto.
2. Echar una mirada amiga y sin angustias metafísicas al mundo de las apariencias, de los
procedimientos discursivos y de las formas simbólicas, viéndolos como el lugar de una
posible experiencia del ser.
3. Entender la identificación de ser y lenguaje, que la hermenéutica toma de Heidegger,
no como un modo de reencontrar el ser originario y verdadero de la metafísica, sino
como vía para encontrar de nuevo el ser como huella, recuerdo o ser debilitado.

En el pensamiento débil la racionalidad debe [...] ceder terreno, no debe tener temor de
retroceder hacia la supuesta zona de sombra [...] pensamiento débil es entonces una metáfora
y en cierto modo una paradoja. En cualquier caso no podrá convertirse en la sigla de una
nueva filosofía. Es un modo de hablar provisional, tal vez también contradictorio. Pero
muestra una ruta, indica un sentido para recorrerla

Desde el punto de vista de la ontología, el pensamiento débil se caracteriza por una


debilitación del ser; por una liberación del ser del carácter de estabilidad y presencia, de la
sustancia. Estos caracteres eran propios del ser de la metafísica. El ser debilitado, en cambio,
es evento, es acaecer. El ser debilitado es darse explícito de su esencia temporal, es efímero,
nacimiento-muerte, transmisión que ha perdido su aspecto original.

El pensamiento débil se caracteriza sobre todo por la ausencia de fundamento, propio de la


metafísica de cualquier tipo. El nihilismo nietzscheano y heideggeriano estaría ligado sobre
todo a la negación de realidades absolutas y de fundamento. Vattimo ve la hermenéutica
heideggeriana como un nihilismo, ya que en ella el fundamento se ha convertido en abismo.

La ontología débil u ontología del declinar no tiene nada que ver con una sensibilidad
pesimista o decadente, ni con un ocaso de occidente o con cosas semejantes. Es un discurso
que concierne al modo de darse del ser en nuestra experiencia.

La ontología del declinar alude, más que describirla, a una concepción del ser que se modela
no sobre la objetividad inmóvil de los objetos de la ciencia [...], sino sobre la vida, que es
juego de interpretación, crecimiento y moralidad histórica (sin ninguna confusión con
dogmatismo historicistas). Tal concepción del ser, viviente-declinante (es decir, mortal) es
más adecuada, además, para captar el significado de la experiencia en un mundo que, como el
nuestro, no ofrece ya [...] el contraste entre el aparecer y el ser, sino sólo el juego de las
apariencias, entidades que no tienen ya nada de la substancialidad de la metafísica tradicional
[...] El ser pensado así nos libera, nos deja libres de la imposición de las evidencias y de los
valores, de todas las plenitudes soñadas por la metafísica tradicional que siempre han cubierto
2
y justificado autoritarismo de todo tipo (Mas allá del sujeto, p. 22)

A pesar de todo, la concepción débil del ser puede ayudarnos a pensar de manera no sólo
negativa, no sólo de devastación de lo humano [...] la experiencia de la civilización de masas.

Con esta noción de ser se quiere proponer una lectura ontológica, y no sólo sociológica,
psicológica, histórico-cultural de la existencia humana en la condición tardomoderna,
posmoderna, tecnológica (ibid., pp. 9-10)

Vattimo presenta también el pensamiento débil como prácticas, juegos o técnicas localmente
válidas; como diferentes lenguajes de la razón. La verdad se alcanza a través de modos de
proceder, la verdad tiene este modo de acaecer.

Según Vattimo
No tiene sentido [...] negar pura y simplemente la “realidad unitaria” del mundo si con ello se
quisiera reproponer cualquier forma ingenua de idealismo empírico.

Pero sí tendría sentido

Reconocer que eso que llamamos “la realidad del mundo” es algo que se constituye como
“contexto” de las múltiples fabulaciones (La sociedad transparente, pp. 107-108)

El autor quisiera de esta manera liquidar el mito de la transparencia. Pero

No ya a favor de un escepticismo totalmente relativista, sino a favor de una disposición menos


ideológica de cara a la experiencia del mundo, el cual, más que objeto de saberes
tendencialmente [...] “objetivos”, es el lugar de producción de sistemas simbólicos, que se
distinguen de los mitos precisamente porque son “históricos”, esto es, narraciones que se
sitúan a distancia crítica, se ubican en sistemas de coordenadas y se saber y presentan
explícitamente como “transformaciones”, no pretendiendo nunca ser “naturaleza” (ibid, p.
109)

La verdad se va consolidando en varios lenguajes; no se impone mediante un fundamento


ontológico de estos lenguajes, ni en nombre de la posibilidad de reconducir tales modos de
proceder a una estructura normativa de base. Las reglas de los juegos no se imponen ni en
nombre de una demostrada funcionalidad de las mismas, ni porque se funden en alguna meta-
regla de tipo trascendental, que sea el “funcionamiento natural” de la razón. Se imponen
únicamente en nombre de un respecto irreducible por los monumentos. Este respeto es una
pietas, o varias pietates históricamente diferentes. Precisamente este respeto es apertura y
diálogo con estos modos de proceder. En este diálogo respetuoso se van consolidando la
verdad en los diferentes lenguajes.

La filosofía es recuerdo y es diálogo con el pasado: con la historia, con la tradición, con el
lenguaje, como cristalización de actos de palabra y de modos de experiencia. El lenguaje es,
en el fondo,

La fuente de las pocas reglas que nos pueden ayudar a movernos de modo no caótico y
desordenado en la existencia, aun sabiendo que no nos dirigimos a ninguna parte. Las
experiencias nuevas que hacemos tienen sentido sólo en cuanto prosiguen el diálogo con
cuanto el cofre de la muerte –la historia, la tradición, el lenguaje– nos ha transmitido (Más
3
allá del sujeto, p. 12)

Al pensamiento débil se le plantea el problema de la praxis social y política. Vattimo dice a


este respecto que el pensamiento

No podrá seguir reivindicando la postura de soberanía que le ha atribuido la metafísica [...], en


relación con la política y con la praxis social. Un pensamiento débil, que es tal ante todo y
principalmente a causa de sus contenidos ontológicos, de su modo de concebir el ser y la
verdad, es también un pensamiento que, por consiguiente, no tiene ya razones para reivindicar
la soberanía que reivindicaba el pensamiento metafísico, en relación con la praxis (El
pensamiento débil)

El volverse al pasado sin poder llegara establecer un fundamento implicaría que tampoco se
puede fundamentar una transformación práctica.

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