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136 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero

m u estreo no probabilísim o. Muestreo en el que no se puede determinar cuál es la probabilidad de qu


un elemento de la población form e parte de la muestra,
CAPÍTULO
m u estre o p o r conglom erado s. Técnica en la que lo que se m uestrea son conjuntos de elementos
— conglom erados— en vez de los elem entos mismos. Se utiliza cuando las poblaciones son müf^
numerosas. i
\V

m u estre o p o r conglo m e rad os y etapas. A l m uestreo por conglom erados se le añade un posterior^
m uestreo de conglom erados menores dentro de los iniciales, hasta llegar a la unidad muestral
^ *n *
METODOLOGÍAS CUALITATIVAS
p re g u n ta a b ie rta . Pregunta a la que el sujeto puede contestar lo que le parezca,
p reg u n ta c erra d a . Pregunta a la que el sujeto sólo puede contestar eligiendo una de las opciones que
se le presentan.
p retest. Proceso en el que se pone a prueba el cuestionario antes de realizar la encuesta,
rep rcse ntativid ad (en encuestas). Propiedad atribuible a una m uestra cuando está configurada por
las mismas variables de la población a la que pertenece. Cuando una m uestra es representativa, las 138
IN T R O D U C C IO N ....................................................................................................
características observadas en la m uestra se pueden generalizar a la población,
r u ta ale ato ria. Camino, en el que interviene el azar, que debe seguir el entrevistador para localizar * -r rrrA rrT T T A T TXT A 'CTTrYT T P T A POT TSEM IC A
140
>
M E TO D O L O G ÍA C U A4 L IT A T IV A , U N A E l I Q U h 1A r u L D L i v i i L n ...............
cada unidad muestral.
sesgo. Error que se produce al hacer inferencias desde una m uestra que no es representativa, 141
E T N O G R A r 1A
sesgo del en tre vistado r. M odificación de la información dada por el sujeto debida a los intereses y,, 141
valores del entrevistador. O rígenes y c a ra c te rís tic a s...........................................................................
sesgo d e resp u esta. Influencia, en las respuestas a un cuestionario, debida al orden en que se contes-,, E l plan d e inv e stig ac ió n e n l a E t n o g r a n a .............................. ............. 147
ta. Se produce cuando no hay entrevistador y el sujeto, antes de contestar, lee las preguntas que E tn og rafía, P sic o lo g ía y E d u c a c ió n
están a continuación. 149
tra b a jo de cam po. Parte del proceso de la encuesta en la que se lleva a cabo la localización de los ele-
mentos de la muestra, se realizan las preguntas y se registran las respuestas, 149
u n id ad m u estra l.E s el elemento base de la encuesta. Puede ser un individuo, una familia o un grupo P re se n ta ció n ....................... *
E l p lan d e inv es tig a ció n en el e s tu d io d e c a s o s
determinado.
155

............. 156
El p roce so e n esp iral de la in v e stig ac ión a c c i ó n 161
Inv estig ac ió n-a cció n p a rt ic ip a tiv a .................................................................
165
TÉ C N IC A S C U A L IT A T IV A S D E R E C O G ID A DC, U A I u o ..............................
............. 165
T écn icas m e d ia n te
T écn icas m e d ia n te e n tre v is ta .............................................................................. 170

T écn icas s u b je tiv a s ....................................................................................


170
A N Á LIS IS C U A L IT A T IV O D E D A l U t> ...................................................................................
172
G estió n d e lo s d a to s r e c o g id o s ............................................................................... 172

A nálisis d e los d a t o s ..............................................................................................


176
G L O S A R IO
5. Metodologías cualitativas 139
138 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero

INTRODUCCION segando
¿Hay en caso,
dich a¿ se puedeoevaluar
cultura -
tro tío o w mo!,vac,<5« que n o t,enp . . . . . .
h:
académ ico? ¿Cuáles serian ?ac¡P ^ m °tív a cio n es o mpf íla d ició n en la cuitnr.
Sube a nacer conmigo, herm ano. las viejas lám paras, los látigos pegados
m U a í l e s e l m ejor “ d o d i ,C a,eSorf* * i * ' P « a “ ^ ‘J ‘m a r á ?
Dam e la m ano desde la profunda a través de los siglos en las llagas K'l

ta r a m o s a c o P ™ s o es[„ ¿
zona de tu dolor diseminado. y las hachas de brillo ensangrentado.
No volverás del fondo de las rocas. Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta, tas características j resP ™ « ta ta th , h"b ie-
forma individual y m , , a s A feren tes m étodo!,. - a s ^',e n° s Perm itirán
No volverás del tiem po subterráneo. A través de la tierra jun tad todos
No volverán tus ojos taladrados. los silenciosos labios derramados curiosidad, e„ el ' fJ !ada ® ^'■»bsigo *® ‘aa O l i v a s ®
definen la coltora tanos o r a d o T n Por si it„Sm * ha<WI° “e
M íram e desde el fondo de la tierra, y desde el fondo habladm e toda esta larga noche
española. P or c c m ™ d eu Z P ™ 0 res“ '" ® d e „ T p ,cad » ®
labrador, tejedor, pastor callado; com o si yo estuviera con vosotros anclado,
dom ador de guanacos tutelares; contadm e todo, cadena a cadena,
v
albañil del andam io desafiado; eslabón a eslabón, y paso a paso,
aguador de las lágrim as andinas; afilad los cuchillos que guardasteis,
joyero de los dedos m achacados; ponedlos en mi pecho y en m i mano,
agricultor tem blando en la semilla; com o un río de rayos amarillos, ALGO DE HISTORIA: EL IMPERIO INCA Y LA CULTORA AYMARA
alfarero de tu greda derram ado; com o un río de tigres enterrados,
n
traed a la copa de esta nueva vida y dejadm e llorar horas, días, años, . . . mi nr1ln t perú el imperio inca abarcaba desde Quito hasta el no M aulé, al
vuestros viejos dolores enterrados. edades ciegas, siglos estelares. g u a n d o P.a«rro mvad_cl actúaEPm , P ^ ^ comprendiendo gran parte de ,
M ostradm e vuestra sangre y vuestro surco, D adm e el silencio, el agua, la esperanza. $Vur de Santiago de Chile, con m. s d ^ y„ del noroesle de Argentina y norte de ;
decidme: aquí fui castigado, D adm e la lucha, el hierro, los volcanes.
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiem po la piedra o el grano;
Apegadm e los cuerpos com o imanes.
A cudid a m is venas y a mi boca.
^ r S S S S S S X S S S S ^ *■*>» HadaJ438- ¡
señaladm e la piedra en que caísteis H ablad por mis palabras y m i sangre. f , l w Pachacútec Inca inicia la 3 a g u L civil entre dos her- |
y la m adera en que os crucificaron,
encendedm e los viejos pedernales, (Neruda, 1950, pp. 140-141),

* J o el poder. Pensó que Huáscar había Inca. La sen tencia!


Muchos kilómetros al sur de donde se hallan las ruinas que inspiraron estos versos al poeta
(Alturas del Macchu Picchu, XII; Canto general), precisamente donde comienza el territorio " i g r í d " 1 U j o que haM a d m , a la « J *
de su país, la República de Chile, se desarrolla la acción que nos permite introducir al lector en ■M

un nuevo modo de plantear la investigación. Emilio Fernández Canque, profesor en la Facul- * >

tad de Educación y Humanidades de la Universidad de Tarapacá, en Arica, atraviesa el árido M ue ejecutado el 29 de agosto de 1 V i to c a , a partir del núcleo de Tiwanaku, antig
territorio de la pampa de Camarones para dirigirse a Pachica, un pequeño pueblo a medio ’f La cultura aymará se origino a orillas del lago tca c a , i ^ ^ c0D80Üdación de e s t |
camino de la cordillera en el que viven unas sesenta familias y que tiene la peculiaridad de tv, guo asentamiento del que se consei van algún . • * dom inaron a otros pueblo®
poseer un altísimo porcentaje de población de origen aymará. El trayecto le lleva más de tres
j,,¿de la zona, fueron conquistados poi los n a.. . P agricultores y ganaderos adapf
horas de viaje. La otra gran ciudad, capital de la región, Iquique, se encuentra a unos 115 kiló- árales de sustento y organización social, os ay ‘• 1 e de ldtud. En ese hábitat deáS.»
metros al sudeste del poblado sin que las comunicaciones sean mucho mejores por ese lado. ti lados a la dura vida de la puna cebada, entre offiai
Sea por lo inhóspito de su ubicación, sea por las deficientes comunicaciones, Pachica es uno de
los poblados de la zona que mejor ha conservado su pasado indígena. Eso permitió que se Í * ollaron S emaS af 9188)aSS desmol aron un sistema peculiar de ganadería de llamas g
1 especies (Mamant, 198b). TaxnbicnO s . de movimientos estaciónale»
d e n t ) .0

beneficiara del proceso de recuperación de los valores culturales aymarás promovidos por la alpacas (Palacios, 1988). Ambos sistem s ® nronia el iaaui aru (lengua humanaj|
Ley Indígena que promulgó el Gobierno chileno en 1993, proceso que se concreta en un dise- ?’ - entre los valles y el altiplano. Desarro a » ° a u n a han transm itido un buen núm ero #
ño de. educación intercultural bilingüe (EIB). En el pueblo, el E1B se está implantando en la . que hoy se conoce simplemente como aym«u^ ‘ 992 ) c otras lenguas de | i rrAV
Escuela Rural G-94 y en el Instituto Agrícola «Kusayapu» (Buena Cosecha). El director del i - versos, canciones, rituales e incluso ^ " ^ ^ ^ ^ ^ L r i g i n a r i a m e n t e sin cseg¡
Instituto es Gabriel, hermano de Emilio. La madre de ambos era indígena aymará. t?

surgida <6
Emilio tiene previsto hacer un estudio con algunos de los niños de la escuela y, a ser posi-
medios para la memoria y la comunicad . 1 utilizado para la contabilidad^^
ble, con alguno de sus padres y abuelos. Está interesado en investigar los aparentes déficit de cuerdas de diferentes longitudes, colmes y ¿up ¡t ■ ^ medio de hablantes
motivación de logro de los estudiantes aymarás. Aunque su acercamiento inicial estaba . censo de los grupos ^ to e s. Aetualrneme^de t a t o un ^ J ^
orientado a la evaluación de la cantidad de motivación de logro de esos estudiantes, al tiem- lengua aymará, la mayoría en Bolivia (1.200.000). El resto, repa ' -- ^
po que buscaba bibliografía relevante para sus objetivos, le surgía una pregunta previa: ¿es la ‘ Chile (unos miles) (Albo, 1988). '
motivación de logro un proceso motivacional básico o culturalmente construido? En este
140 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. M etodologías cualitativas 141

METODOLOGÍA CUALITATIVA, UNA ETIQUETA POLISÉMICA denominando, en plural, metodologías o métodos). También haremos referencia, de forma
, breve, a las técnicas de recogida y análisis de los datosk
El ejemplo con el que hemos comenzado lo hemos presentado como prototípico para lle-
%

Supongamos que —como usted— el profesor Fernández Canque, además de saber buscar
información sobre investigaciones previas y tener conocimiento sobre diferentes modos de var a cabo un plan de investigación que se llama Etnografía. Además, en este capítulo
registrar aspectos relevantes para responder a sus preguntas, ha estudiado con detenimiento vamos a presentar los Estudios de casos y la Investigación-acción. En otros trabajos (por
las propuestas que se hacen en los capítulos sobre «Observación» y «Encuestas». ¿Qué creé * pío, Creswell, 1998; Colás, 1998a; Denzin y Lincoln, 1998) puede usted encontrar
que le resultará más atractivo para describir esas posibles motivaciones propias de la cultura erupaciones diferentes, pero nos hemos decidido por ésta porque pensamos que es sencilla
aymará? Veamos. Podría plantearse la selección de una muestra representativa de indígenas a en cualquier caso, no tenemos la pretensión de polemizar sobre la clasificación de las dife-
la que pasar algún cuestionario de motivación de logro para comprobar si, como sospecha, los rentes metodologías cualitativas.
valores son muy bajos, prácticamente nulos...
Aunque encontrara esos resultados —valores muy bajos o casi nulos en motivación de
logro— , habría hecho un grandísimo esfuerzo para conseguir un dato no necesariamente ETNOGRAFIA
incompatible con el objetivo que ha ido surgiendo sobre la marcha: constatar si la cultura
aymará ha generado motivaciones y metas diferentes a las de logro. Quizá sería más apro- Orígenes y características
piado plantearse hacer un conjunto de entrevistas no estructuradas, ya que la finalidad ha
cambiado y no sabemos acotar las características de esas posibles motivaciones aymarás. Pero Es una idea compartida por los especialistas el que la Etnografía nace a partir de dos tradi-
¿cómo vamos a preguntar sobre algo que no conocemos todavía? No podemos, sin más, dejar ciones diferentes en las Ciencias Sociales del siglo xx. Por un lado, está la Antropología
caer un ¿cuáles son las motivaciones más habituales en su cultura? Cultural, de origen británico, que tiene su mejor exponente en obras tales como Los argo-
No tratamos de ridiculizar a semejante entrevistador. Simplemente queremos que usted nautas del Pacífico occidental, de Malinowski (1922), o Los nativos de las islas Andaman,
caiga en la cuenta de que ni la persona que entrevista ni la que es entrevistada pueden tener de Radcliffe-Brown (1922). En ellas, sus autores hacen el propósito de abordar el estudio
las categorías verbales —el conocimiento necesario— para analizar una temática que todavía antropológico de esas sociedades después de haber convivido largamente con sus nativos, es
nadie ha descrito. Cualquier intento de abordarla desde fuera podría suponer un sesgo. decir, después de haberse convertido en miembros de ellas. Ello les hace tomar conciencia
Habría que describirla desde dentro... ¡Claro! ¡Una observación participante.,A de que están utilizando un nuevo modo de estudio científico que Malinowski denomina tra-
Pero es muy difícil hacer accesible a la observación — sea del tipo que sea— procesos bajo de campo etnográfico iethnographic fieldwork; véase McDonald, 2001). En el Cua-
que tienen un alto contenido cognitivo. Incluso aunque partiéramos de la sencilla definición dro 5.2 encontrará algo más de información si le interesa el apasionante campo de la
de Atkinson (1964) de que la motivación de logro es «la capacidad de experimentar orgullo Antropología.
ante el éxito», necesitaríamos saber si la emoción de orgullo entra dentro del repertorio Por otro lado, se hace referencia a la escuela de Chicago de Sociología. En la Universidad
aymará, si tener éxito es un valor significativo en su cultura y, en caso afirmativo, para qué de Chicago, dos profesores —Park y Burgess— promueven la realización de un conjunto de
cosas es relevante tenerlo. Tendríamos que hacer estas preguntas primero para poder empezar trabajos de investigación —la mayor parte, tesis doctorales— con una impronta teórica y
a plantear categorías relevantes de observación y estaríamos otra vez como al principio. metodológica que tuvo la peculiaridad de generar escuela. Los estudios —hoy considerados
Esta suerte de acertijo metodológico se resuelve, como bien habrá usted sospechado, etnográficos— consisten en detalladas descripciones de ámbitos sociales —casi siempre
presentando un nuevo modo de hacer investigación. En el caso que nos ocupa necesitamos urbanos— en los que un grupo de individuos, dentro de un contexto social particular, com-
una estrategia que nos permita acercamos a una cultura desconocida. Una estrategia que parte unos patrones de pensamiento e interacción mediante las cuales se pretende explicar su
sirva a la vez para observar y preguntar, pero tratando de alejamos al máximo — dejar en comportamiento en determinados momentos de su vida (véase Deegan, 2001).
suspenso— de las categorías propias de nuestra cultura, ya que nuestro objetivo es, preci- Podemos decir, por tanto, que este modo de investigar denominado etnografía ha cele-
samente, encontrar las de «los otros». Además, necesitamos encontrar la vía de comunica- brado su octogésimo aniversario y goza de excelente salud. Aquí vamos a presentar una defi-
ción que nos permita acceder a quienes las poseen y las utilizan de forma significativa. A nición reciente, definición que completaremos con los comentarios de algunos autores que
todo ese modo de investigar se le conoce como Etnografía y se cataloga como un tipo de pensamos pueden ser útiles para presentar una primera aproximación.
metodología cualitativa. Tanto Creswell (1998) como Wolcott (1997) definen los estudios etnográficos como
Una de las cosas que más llama la atención cuando se hace un análisis del contenido del aquellos que tienen como objeto la descripción de un grupo que comparte una determinada
adjetivo «cualitativo/a» en el contexto de la metodología de investigación es que puede cultura en función de su significado simbólico para la comprensión de los procesos psicoso-1
implicar cosas muy diferentes según a qué esté calificando. Así, se podrá usted encontrar
expresiones tales como «investigación cualitativa», «metodología cualitativa (método cua-
1 Una reflexión con más detenimiento de lo que implica concebir toda la investigación co m o^m b re^nd lca lo
litativo)», «técnica cualitativa», «análisis cualitativo de datos» o «nivel de medida cualita- senta en el apéndice titulado «Controversias metodológicas» (Apéndice A). gaí reke-
tivo», En realidad, cada uno de estos adjetivos adquiere un significado propio porque califi- hemos colocado al final del libro, ya que pensamos que es el mejor momento a «mtí-
ca diferentes aspectos de la actividad de investigar. En este capítulo nos vamos a centrar fun- xión. Si usted no lo es, o simplemente está muy interesado por este tipo de metodologías, lea el apendtce
dam entalm ente en lo que se refiere al diseño del plan de investigación (que estamos nuación de este capítulo.
5. Metodologías cualitativas 143
142 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero

Esta aproximación general podría dar la sensación de que la Etnografía es un plan de


CUADRO 5.2. ARGONAUTA DE LA ANTROPOLOGÍA U; estigación exclusivamente descriptivo. Aunque la estemos presentando dentro de una
oí 111 ión dedicada a ese tipo de métodos, no tiene por qué ser siempre así.
Esta palabra tan rara —y a nuestro parecer tan bonita— que Malinowski utiliza para referirse-.^ Sfi En el Cuadro 5.3 le presentamos un diagrama que sirve para identificar de modo prácti-
los nativos de la zona occidental de Nueva Guinea es de origen griego y era el nombre que tse¿ lo que caracteriza a un estudio o un proyecto de cara a poder caracterizarlo como Etno-
daba a unos personajes de la mitología, navegantes (nautas) a la búsqueda del vellocino de oro, j C° fía Léalo pensando en que tiene que ayudar al profesor Fernández Canque a justificar su
Argos era el nombre del barco, que significa blanco y brillante. El autor polaco-británico asocia, g metodológica. Aunque todavía no se lo hemos contado, nuestro colega chileno
los personajes de la mitología con la actividad de la navegación comercial inserta en un sistemé está terminando la primera fase de su formación dentro de un programa de doctorado. En
denominado «el Rula», cuya minuciosa descripción constituye el objetivo de su famoso libreé dicha fase tiene que diseñar, justificar y llevar a cabo un trabajo de investigación que le sirva
Nosotros le hemos copiado la idea para aplicarla a su afán por la búsqueda de un nuevo modo dé^ de rodaje para la realización de su tesis doctoral. Así que tómese la tarea en serio.
hacer Antropología.
Entre agosto de 1914 y octubre de 1918, Bronislaw Malinowski realiza tres expediciones a;
Ja zona mencionada, en la que, fundamentalmente, se instala en la isla llamada Kirhvina, per-í El plan de investigación en la Etnografía
teneciente al archipiélago de las Trobriand. Pronto cae en la cuenta de que es necesario no vivir
como un blanco. Por el contrario, hay que tratar de convertirse en uno más de los nativos. En Ahora que estamos más seguros de que investigar la posible presencia de procesos motiva-
propias palabras: «La meta es, en resumen, llegar a captar el punto de vista del indígena, su posi-¿ cionales propios de la cultura aymará podría llevarse a cabo mediante la realización de un
ción ante la vida, comprender su visión de su mundo» (Malinowski, 1922, p. 41, énfasis origi-
nal). Para que usted se haga una idea de cuál era el punto de vista más extendido en la sociedad
inglesa de la época, le citamos unas palabras tomadas por el propio autor de un texto de la Lon-;
don Missionary Society titulado La vida salvaje en Nueva Guinea, en el que su autor —el reve- > CUADRO 5.3. PARA SABER SI ESTAMOS ANTE UN ESTUDIO ETNOGRÁFICO
rendo C. W. Abel— señala: «Enseñarnos a estos hombres sin ley a que sean obedientes, a - K>v
estos hombres inhumanos a amar, a estos hombres salvajes a civilizarse.» También afirma: - - í- v *
V

«Nada guía su conducta más que los instintos y las apetencias y están gobernados por sus pasto-f Estudio de actividades humanas
*<j¡
nes descontroladas.» V'V ¡p
¿Cómo vio Malinowski más allá de semejante concepción de Ja «vida salvaje»? Siguiendo ... Y ...

tres principios metodológicos: el ya expuesto de vivir entre los indígenas —lo considera requi-
••.I'
--•V -

sito previo-^,- el conocimiento de las teorías antropológicas para que guíen un propósito eien^ PISTO
♦\*>v**-
tífico y el uso de técnicas activas de recogida de información. Para él, estas deben seguir tres, v
-, 1 /-
• *
• • ■%

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,

vías. La primera es la vía del estudio de la organización y anatomía del grupo. En segundo lugar,
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la vía de describir mediante minuciosas observaciones la vida cotidiana y Jos comportamientos;':


prototípicos. Por ..último, la recopilación de materiales narrados, tales como historias caracte- >, 7
x a

¥ * ,
i -

rísticas* expresiones típicas, fórmulas mágicas, etc., ya que considera que son exponentes de la
mentalidad indígena. ¿Observación sin acotar previamente?
♦ sV ' ^ •
~ . * 4 4 .• . .♦ 4.

Verá a lo largo de las páginas que siguen que sus propuestas resultan todavía de rabiosa ■*2**-» y."1
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actualidad. y
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No -'í. i . A
. '.: « » • ■

4
cíales y culturales humanos. Se entiende por cultura un conjunto de patrones de la vida dia-
ria en los que se entrelaza lo que se hace, lo que se dice y los instrumentos (o artefactos) que fetí
se utilizan. El producto final de un estudio etnográfico debe ser una visión holística, es ¿Fundamentados en un contexto
decir, una visión que no pierda la perspectiva del conjunto integrando tanto los puntos de específico (cultural, histórico, etc.)?

vista de los miembros del grupo (la mirada desde dentro) como los que se derivan de la inter- Í.Y*
pretación del investigador (la mirada desde fuera).
-

-V ‘V *

No Sí
Sobre el modo de llevar a cabo los estudios etnográficos, Atkinson, Coffey, Delamont, t?*’
«•

Lofland y Lofland (2001), en la introducción a su editado Manual de Etnografía señalan que,


* *<*•»*** *'*1
L
H+*. » ‘ -
Estudios formales Etnografía
las diferentes tradiciones etnográficas «se apoyan en una preocupación por la experiencia y tr

{análisis conversacional
_ * » ,

• .:4 7

exploración de primera mano de un ámbito social o cultural sobre la base (aunque no de : cognición situada, etc.)
forma exclusiva) de la observación participante» (p. 4). Y añaden: «La observación partici- 3*
pante sola podría resultar una extraña conducta en la que el observador no hablara con sus Adaptado de Baszangery Dodier (1997, p. ' )
anfitriones; así que aquél convierte a éstos en informantes o coinvestigadores» (p. 5).
144 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. Metodologías cualitativas 145

estudio de tipo etnográfico, necesitamos concretar un poco más. En este apartado vamos
presentar los diferentes hitos por los que pasa el etnógrafo. Siguiendo a Creswell 3 . E l acceso a l ám bito de investigación
hemos desglosado el plan de investigación en los siguientes pasos: Si la observación y las encuestas nued
sonas o situaciones seleccionada L 60 generar Problemas a te
1) El diseño del proyecto. tico es conseguir que un grupo acepte Pf Clpar en ]a in vestig a ció n &las per~
2) La determinación de las técnicas. como para que deje de serlo en e l m á x im f 2 ^ ° d e un m(*¡o lo problem á-
3) El acceso al ámbito de investigación.
4) La selección de los informantes. desea investigar es una d e la s c W f Pr° CeS° de a^ c a m ie n S al2 * eXtraño « i g a .
se inicia m ediante algún contacto in ir ? mvestlSaci°n etnográñca Mf P° ,° SltUadón qu e se
5) La recogida de datos y la determinación de la duración de la estancia.
6) El procesamiento de la información recogida. m
está siem pre en que e l tipo ^ * * ° * £ S ^ ^ d p*>ceso
7) La elaboración del informe. naturaleza tal que com prom etan la j l í m anlenga unas re la cio n e, grUpa EJ riesg °
tn o sle - introductor m antieneZ í f f f L ^ * * « & * * ' E s o 0 ^ 1 2 * f ^ de ^
Vamos a verlos con detenimiento uno a uno para que usted se haga una idea cabal de W alguna situación d e conflicto con eJacion Jerárquica con el r « i ndo el — llam é-
peculiaridades que poseen dentro de este tipo de investigación. * bable dependiendo de los ob jetivos v deJ Sm po. Esto p u e d f^ C° mprom^ d o en
siempre el acercamiento prídenTe v de d investigación I * * *** ° menos P « -
1 . El diseño del estudio etnográfico
mediante d ie n te s «as c„nvcrge„t¿ aproxim a “ f a'
Quizá la mejor manera de caracterizar el diseño de un estudio etnográfico es decir que éste
debe quedar reducido al mínimo. O dicho de otro modo, cuanto menos diseño previo, mejor. 4. La selección de los informantes
No se trata de poner el mundo al revés, sino de mantener la máxima flexibilidad ante lo que
Si se le ha pasado por la cabeza pensar que esto es lo mismo que la selección de la muestra en
el etnógrafo pueda ir encontrando. Cuando el plan de investigación es muy cerrado —razonan
las encuestas o el muestreo de los diferentes elementos del plan de observación sistemática,
los etnógrafos— , se constriñe la capacidad de atender a lo inesperado, y la experiencia dice
ha acertado usted. Pero esperamos que, al mismo tiempo, le haya llamado la atención el
que lo peculiar del funcionamiento de un grupo culturalmente ajeno al investigador siempre
hecho de que se denomine a la misma tarea de un modo diferente. Es un modo de subrayar
discurre en el terreno de lo sorprendente. ¡Ay del etnógrafo que no sea sorprendido por su
las peculiaridades que tiene el proceso dentro del ámbito de la investigación etnográfica.
investigación! ¿Quiere esto decir que para ser un buen etnógrafo hay que improvisar cons-
Independientemente de los distintos tipos de técnicas por los que nos pudiéramos decantar
tantemente? Rotundamente, no. Lo que hace falta es partir de una buena pregunta, o pre-
—recuerde: mirar, preguntar o examinar— , la selección de las personas que van a ser obser-
guntas, y elegir bien el ámbito de la investigación. A partir de ahí, la constante revisión y aná-
vadas, las personas a las que se va interrogar o los objetos que se desea examinar se hace a
lisis de la información recogida se convierte en la mejor guía para la investigación. Eso impli-
propósito. Es decir, se selecciona a aquellas o aquellos que más y mejor información nos pue-
ca que, en Etnografía, las diferentes fases de la investigación no están tan claramente
dan reportar para nuestros objetivos. A partir de nuestros contactos iniciales para poder
separadas como en otro tipo de metodologías. Tampoco quedan claramente separados los
acceder al ámbito de la investigación, empezaremos a tener criterios de decisión sobre qué
posibles objetivos (descriptivo, analítico, interpretativo).
personas, situaciones u objetos son los más idóneos. ¿Cómo saber que no nos hemos equi-
vocado en nuestras apreciaciones iniciales? Volvemos a recordarle el carácter recursivo de
2. La determinación de las técnicas para recoger evidencia empírica
todo el proceso y la necesidad de diversificación de las fuentes.
La técnica por excelencia de la Etnografía ha sido y es la observación participante. Tenga en
cuenta, sin embargo, que ya en la visión que dan Atkinson et al. (2001) se advierte sobre la 5. La recogida de datos y la determinación de la duración de la estancia
simplificación que implica pensar que ésa es la única técnica de recogida de información Si el diseño de un estudio etnográfico debía estar abierto, también lo estará su final. Es difí-
con la que cuenta el etnógrafo. Lo lógico es que, además de observarles, se hable con los cil determinar previamente cuándo ha llegado el momento en el que se sabe lo suficiente
informantes. El cómo se establezcan esas conversaciones dará lugar a diferentes variantes de como para entender — describir, analizar, interpretar— los fenómenos desde dentro. Por
entrevistas: estructurada, informal, en profundidad, etc. Pero además, y como bien señala eso, en el caso de este plan de investigación, se presentan juntos los procedimientos de
Wolcott (1997), el etnógrafo, además de mirar y preguntar, examina. Es decir, analiza con recogida de datos con las decisiones de finalización del trabajo de campo. Es más, cabría
detenimiento las características de determinados productos culturales que se muestran espe- decir que para llevar a cabo ese proceso de decisión hay que avanzar algo en el análisis de los
cialmente cargados de significado. El análisis de documentos escritos, en el caso de que los datos recogidos. En realidad, en este tipo de estudios es muy difícil separar las diferentes tare-
haya, suele ser una técnica muy habitual en la Etnografía. Más adelante hablaremos más deta- as del investigador en una secuencia de fases que se suceden unas a otras. Más bien tienden
lladamente de las técnicas de recogida de datos en la investigación cualitativa. Baste aquí a desarrollarse de forma simultánea y recursiva. En resumen, si usted no avanza el procesa-
subrayar que, en consonancia con lo que decíamos para el diseño, un estudio etnográfico miento de la información que recoge —sea ésta de la naturaleza que sea—, no podrá tomar la
puede arrancar pensando en que va a fundamentarse de un modo especial en una o dos técni- decisión de que ha llegado al final del camino. Cuando lo haga será el momento de empezar
cas particulares, pero la propia dinámica de la investigación puede llevar a buscar nuevas infor- a procesar la información como conjunto acabado —por lo menos, en primera instancia—, ya
maciones a las que haya que acceder con técnicas diferentes a las inicialmente utilizadas. que nada impide que el etnógrafo decida que necesita volver para recabar más información.
146 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. Metodologías cualitativas 147

6. El procesamiento de la información recogida ' -*«*r¡


launa otra. ¿Cómo acceder a esos niños? En el caso que nos ocupa, parece que la vía
con es utilizar a su hermano como introductor en el ámbito de la investigación. Su her-
Al contrarío que en el caso de la investigación mediante observación y encuestas, los da¿
máS va a poner en contacto con la escuela donde podrá preguntar qué estudiantes cum-
recogidos mediante metodologías cualitativas —Etnografía incluida— no utilizan la lógi¿j
7 - s requisitos en los que él está interesado. Es decir, procederá a la elección de sus infor-
estadística para hacer transformaciones numéricas a partir de las cuales cubrir los objetivó:
P en Los datos de las entrevistas serán transcritos. Del mismo modo, si se decide a ana-
descriptivos de la investigación. Se parte del supuesto de que el mejor modo de no disto!
r a” algunos documentos escolares, tratará de examinarlos a la luz de las mismas preguntas
sionar la información recogida es mantener su análisis en el mismo código en el que se rec¡¿
^ u tiliz a en las entrevistas. Probablemente necesite llevar a cabo un proceso de observación.
bó, es decir, el lenguaje natural de la cultura bajo estudio. Aunque profundizaremos en ello
cMo hace, tendrá que decidir qué observar, a quién, dónde y durante cuánto tiempo. Para
un último epígrafe de este capítulo, podemos avanzarle que, por lo general, el etnógrafo lleva
bi tonces su cabeza empezará a estar llena de las respuestas que sus informantes le hayan
a cabo un análisis del contenido de los productos verbales recogidos mediante el que trata de
- en ias entrevistas. Sus registros narrativos se añadirán a las transcripciones y a los docu-
detectar temáticas o categorías de análisis comunes. Una vez identificadas estas categorías?
entos recabados. ¿Qué hacer con toda esa información? Una lectura reposada le permitirá
analiza sus variaciones en función de las personas y las situaciones implicadas en el ámbit^
estudiado. m pezar a detectar elementos comunes en las respuestas. Procurará buscar esos mismos ele-
. < i *4-'
mentos dentro de la información recogida mediante el registro narrativo de sus observaciones
.A-r'
 rj' mientras participaba en las diferentes actividades de la comunidad de Pachica. Lo mismo hará
7. La elaboración del informe
i .!il
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con la información contenida en los documentos. Una vez empiecen a estar claras las cate-
Podríamos decir que, en última instancia, el etnógrafo se convierte en la voz del grupo en ¿1 gorías para el análisis de los tres conjuntos de información — que no tendrán que ser idénti-
*
que se sumerge. Recuerde la poesía inicial, especialmente los últimos versos: cas entre ellos— , estudiará su variación en función de las características de las personas, las
r
actividades y las situaciones, Dado que está inmerso en un proceso de formación en investi-
«Acudid a mis venas y a mi boca.
gación, su informe no sólo deberá resultar interesante para la comunidad estudiada, sino que
Hablad por mis palabras y mi sangre.»
también deberá regirse por las normas de evaluación de la comunidad de investigadores a la
r
Desde esta perspectiva, el tipo de informe que en este libro se recomienda, el que sigue el, que quiere sumarse.
modelo de la Asociación Americana de Psicología —estadounidense, deberíamos tradu-
cir— , no parece el más adecuado para comunicar los resultados de un estudio etnográfico. Etnografía, Psicología y Educación
Sin embargo, si el investigador hace un relato secuencial empezando por las razones que le
animaron a llevar a cabo su estudio —incluidas las que se derivan de la lectura de investiga- Presentamos en este apartado final algunos trabajos realizados con esta metodología en Psi-
ciones previas, sean del tipo que sean— y siguiendo por las preguntas iniciales, el proceso de cología y Educación. En el Cuadro 5.4 encontrará un ejemplo en el campo de la sanidad. En
acceso, selección de técnicas y participantes, el modo de procesar la información, un resumen el manual de Atkinson et al. (2001) se dedican sendos capítulos, además de a los ya men-
de la que considera más relevante y las conclusiones a las que llega, se dará usted cuenta que, cionados campos sanitario, educativo y psicológico, a la marginación, al ámbito laboral, a la
quizá con diferente aroma, el resultado final será muy parecido. En cualquier caso, el objetivo actividad científica y a la comunicación. Sírvale saberlo como exponente de las potenciali-
de este párrafo es el de que usted, investigador novel, entienda que haya investigaciones que dades de la Etnografía como modo de investigación.
podrían informarse sin seguir el modelo APA, y eso también podría estar metodológicamente Elegir dentro de la Psicología algún ámbito en el que la Etnografía se haya manifestado
fundamentado. Una investigación etnográfica podría ser una de ellas. como una metodología fructífera para el investigador siempre implica un sesgo personal.
Si volvemos a la investigación que planea el profesor chileno acerca de la motivación de Los autores de este libro también lo tienen. Así que no piense que los ejemplos a los que
los estudiantes aymarás, podemos reconocer el inicio de algunos de los pasos que hemos vamos a hacer referencia son los mejores o los más didácticos, simplemente son los que más
sugerido para la realización de un plan de investigación etnográfica. En primer lugar, tiene un nos gustan.
problema de investigación formulado en forma de pregunta: ¿la motivación de logro de los Michael Colé, en la actualidad catedrático en los Departamentos de Psicología y Comu-
niños aymarás es un problema de cantidad o de cualidad (tienen muy baja motivación de nicaciones en la Universidad de California, en San Diego, se graduó en Psicología como
logro frente a tienen otro tipo de motivación)? La respuesta —y la historia personal del inves- especialista en modelos matemáticos del aprendizaje. Recuerda que le sorprendió la pro-
tigador— lleva asociada un proyecto poco concreto todavía de acercamiento sistemático a un puesta de incorporarse como psicólogo a un grupo de expertos que habían sido reclutados por
lugar en el que la cultura aymará se ha preservado: el poblado de Pachica. Allí habrá que una escuela episcopaliana en Liberia, Africa. Corría el año 1963 y se empezaban a recoger
recoger información preguntando, observando, examinando. ¿Qué preguntar? ¿En qué fijar- los frutos de la primera oleada de intervenciones de la UNESCO, enfocadas a mejorar la
se? ¿Qué tipo de objetos (documentos) examinar? Hasta donde sabemos, nuestro investigador escolarización de los países en vías de desarrollo. En dicha escuela, ubicada en territorio de
protagonista ha elaborado un guión de entrevista en el que incluye un primer conjunto de pre- la tribu de los kpelle, habían detectado una especial dificultad para el aprendizaje de las Mate-
guntas abiertas mediante el que comenzar a entrevistar a los niños y niñas de últimos grados máticas. De Mike se esperaba que ayudara a desentrañar tan misteriosa dificultad. Su propia
de la escuela primaria del poblado. También quiere entrevistar a miembros de sus familias de percepción de la tarea es elocuente: «Me enviaron a Liberia dos semanas después de avisar-
generaciones anteriores —padres y abuelos— por si pudiera captar cambios recientes en el me, tiempo apenas suficiente para hacer más que ponerme las vacunas necesarias y localizar
grupo. Tiene un proyecto, ha empezado a elaborar una técnica, probablemente la complete Liberia en el mapa» (Colé, 1998, p. 78). Relata que en seguida le dieron la larga lista de difi-
148 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero
5. Metodologías cualitativas 149

CUADRO 5.4. LA ETN O GR A FÍA Y LA SANIDAD


¿Cómo terminó la historia? Le recomendamos que lea el libro Psicología cultural. Una *
disciplina del pasado y del futuro. Allí conocerá cómo fue posible mostrar que el conoci-
miento etnográfico era la clave para desentrañar la supuesta incapacidad cognitiva y encon-
B,r Presenta el siguiente ejemplo para enfatizar la utilidad de la investigación etaó-1 trará todos los argumentos mediante los cuales el profesor Colé trata de mostrar cómo la cul-
gráfica dentio del contexto de política sanitaria. Dice textualmente: «Tomemos, por ejemplo í M tura es algo más que una variable contextual sobre la qué determinar nuestra capacidad de
cuestión de si los páctenles moribundos deben ser cuidados siempre en residencias o si este lip o l generalización de las leyes de la Psicología. Su propuesta es colocar la cultura en el centro de
e pacientes debe sei adecuadamente acomodado en plantas hospitalarias. Se llevó a cabo e n ll
la Psicología (cfr. Rosa, 2000).
Los argumentos, modos de razonar y metodología utilizados en este tipo de estudios,
denominados en su día Psicología transcultural, han servido durante las últimas décadas para
abordar no sólo problemas teóricos de la Psicología cognitiva, sino también los modos en los

que los sistemas educativos occidentales se ajustan a contextos culturalmente minoritarios
luados y calidad de la vida diaria) el cuidado en residencias fue mejor que en los hospitales (véase Molí, 2000). En Estados Unidos llevan años de experiencia en la ilustración de que los
algunos casos fue peor). Solo en una medida, “satisfacción del paciente”, el cuidado en reS- í supuestos bajos rendimientos escolares de minorías, tales como afroamericanos y latinos, res-
encía supero a la planta hospitalaria. Incluso los parientes que cuidaban al paciente mostraron ponden en un grado considerable a una alta saturación de los curricula en valores y conte-
nidos culturales ajenos a tales grupos. Asimismo, estas perspectivas se utilizan para abordar
cautela a la hora de proponer costosos cuidados en residencias cuando los beneficios se el problema de la educación de las personas con necesidades especiales. En nuestro país, el
Mbaii tan pequeños. Sin embargo, un estudio etnográfico canadiense que también comparabas! 1 problema de la integración en el sistema escolar de los grupos minoritarios de otras culturas
cuidado de eníeimos terminales en residencias y hospitales, en el cual el i i » X X ^ h S / í
no ha hecho más que empezar a emerger. Su rápido crecimiento ha desbordado cualquier pre-
pasai poi enfermo (Buckinghain, Lack, Mount, MacLean y Collíns, 1976), fue capaz de ilustrar I
visión y amenaza con afectar a la política ya avanzada de integración de alumnos con nece-
mmfcde satisfacción de los pacientes, en concreto de satisfacción con la residL ia e insati|F i sidades educativas especiales.
facción con el hospital. Por ejemplo, en la residencia, el personal podía hablar largamente con J No es nuestro objetivo el resolver problemas de tamaña envergadura. Solamente quere-
mos hacerle tomar conciencia de que investigar acerca de ellos se puede beneficiar de meto-
•éitosmSnt SUn° fntadosenlacamadcéste:enClhospítal>Iosmódicos'sóloháblábaffl!
con los pacientes durante sus rondas dc pie al lado de la cama y rodeados de más personal v M
" 0
dologías como la Etnografía.
aunque las enfermeras si que tenían la disposición para interactuar individualmente con k l -I
pacientes las demandas de los sofisticados aparatos de la planta hacían que “ fitas V i -
amas de los pacientes fueran rápidas y superficiales. Mediante su búsqueda de la perspectiva í ESTUDIO DE C ASOS
paciente, Buckingham y sus colegas fueron capaces de dilucidar lo que caracterizaba la 'i
Presentación
medTaiítéun t s h n T T residencia’ la cual ^ inadecuadamente abordada
mediante una sunple medida resumen de la “satisfacción del paciente” en el experimento ante-
Chicago. Una noche de septiembre a finales de los años veinte. Tony Recco invita a Marga-
noi. el estudio etnográfico canadiense nos lleva a poner en duda las conclusiones del experi- 1
mcntoapesarclesu “mejor” metodología» (pp. 179-180). ? ^ á ret Milfords, de veintiún años de edad, a dar un vuelta en su auto. Se conocen desde la escue-
la. Después de un breve recorrido, paran e inician una conversación que se alarga durante, al
menos, media hora. Al cabo de ese rato, dos chavales de unos dieciséis años se acercan a
pedir un cigarrillo. Tras la negativa, se alejan del auto. Pero no tardan en volver. Esta vez, uno
cultades de los nativos kpelle; dificultades para distinguir entre diferentes formas geométri- por cada lado y pistola en mano. Obligan a abandonar el coche a Tony y violan a Margaret.
cas, no sabían clasificar y cuando tenían que memorizar recurrían al recuerdo repetitivo. Sin Los dos, Sydney Blotzman y George Gerard, fueron arrestados y condenados a veinte años de
embargo, su observación de las actividades cotidianas de los adultos indígenas le mostraron prisión.
otro panorama. En el mercado, la gente comerciaba con espectacular facilidad con todo ¿Qué puede hacer que un chaval de dieciséis años cometa un delito como ése? Esa es la
 

tipo de mercancías. El propio investigador se asombró de la facilidad para establecer regates pregunta que trató de responder el sociólogo Clifford R. Shaw en su libro La historia natural
favorables al conductor cuando había que negociar el precio del trayecto en bus-taxi. Los de una carrera de delincuente, en la que utiliza el método del estudio de casos aplicado a la
argumentos combinaban distancia, calidad de la carretera, estado de los neumáticos del vida de Sydney Blotzman. El editor y comentarista del trabajo fue el profesor Burgess,
vehículo, número de pasajeros y tiempo sin ningún tipo de problema. miembro del Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago, al que ya hemos
El profesor Colé, a medida que se vio inmerso en la cultura kpelle, se dio cuenta de que mencionado al explicar los orígenes de la Etnografía.
«si queríamos comprender por qué los niños kpelle tienen dificultad con el tipo de tareas de El objetivo de trabajos como este clásico de Shaw (1931) es el de estudiar a fondo un único
resolución de problemas que considerábamos pertinente para las matemáticas, necesitábamos caso para que sirva de ilustración prototípica de un determinado problema que, de otro modo,
examinar las circunstancias en las que ios kpelle encontraban algo que sea reconocible para no podría ser estudiado tan en profundidad. El estudio de casos es una metodología que se ha
nosotros como matemáticas. Es decir, necesitábamos estudiar las actividades cotidianas de las utilizado ampliamente en Ciencias Sociales, de la Salud y de la Educación. Presentamos en el
personas que implicaran medir, estimar, contar, calcular, etc.» (ibtd., p. 79). Cuadro 5.5 uno de los casos más antiguos en el ámbito de la Psicología del Desarrollo.
Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero
5, Metodologías cualitativas 151

CUADRO 5.5. EL NIÑO SALVAJE DE L’AVEYRON 1 ) Selección y definición del caso.


2) Elaboración de una lista de preguntas.
3) L ocalización de las fu en tes de datos.
v «w i«i.i.L.uS o iu u m . ue ui^us ((lio conocen denno de la Psicología del Da*i
4) A nálisis e interpretación.
L;s el ^ ' T pn‘ el/ '° : ' t01' Iurd I-te mcdKo tram es tuso connciin.auo de
l m s il iil u do mi mno do unos dio/ años oiicontriulo en estado salvuie cerca de la Ioeali 5) Elaboración del informe.
'■ AY l l"n hl d,1\ U;1 llard cn ^ u)d-‘ ^ c h ó L|L,c los rotiasos educam os de] niño m
sor debidos a una lailu de cncullurauon. El (hiedo, dol ca u to para niños so.dos, en &a Como ya hem os hecho en ocasion es anteriores, pasam os a describir con detenim iento
mno luc iinoinado en un p.mcipio manten,a. po. el ouiurano. que los .otrasos que se ob cada uno de estos cin co pasos.
, 11 cu el niuo estañan producidos poique cía deiicieníe m ental. Pura tratai de dem ostrar
hipótesis el dooiur Itaid .sol.oito al gchiein.i una ajuda paia trasladar > atender al niño en 1 Selección y definición d el caso

I n ol procoso de educas ,oti dol mño, al quo llamó \ k Io i . el módico Lances tm o ocasión d, Lo primero que hay que decir es que no siempre es el investigador el que elige — seleccio-
u,corma, .espnosia a muchas de las picmintas que se le planteaban Una cuestión basita como' na— el caso. Cuando el caso viene dado, cuando el investigador se encuentra con él (el
c,a m leu» ten a cap.ic,dad Je asocia, ion, luc fácilmente explorada mediante ]u icsolución de* paciente busca al médico, el educador llama al asesor, el problema busca solución), se dice
í" " ’8 7 nS,S' L',,k' "",oulenai un ?'«!*' ^ objetos en función de su.s correspondientes d i b t ’ que el estudio del caso es de tipo intrínseco. Los casos recogidos en los Cuadros 5.5 y 5.6
71 T S°' í mr MC 'Ul),/Ji‘ U"a esÜJtegÍU as° üM,iVa P-® ^>seña. a Víctor a Icer- serían de este tipo.
Nubo que empezar po, lamihaii/.ulc con el aliaba., j haba,.,, mucho la intencional,Jad u,„u, ’ Cuando el investigador selecciona un caso es que está buscando un objetivo más allá del
propio caso. Si ésa es la situación, el estudio de casos se denomina instrumental. Se convierte
ALunas de las pii.gum.is que so plumeo luid losultuiían sojpréndenlos en ol contexto odn
en herramienta —instrumento— para ilustrar un problema, una temática o un argumento. La
oativo actúa . Po, e,emplo. quonondo sabor m el mno poseía juicio rnotal, capacidad que le dis
nnguiiia do los anímalos el médtco francés decid,,, oas„,ar imusramontJ id mño í .í s e n u í i historia de Sydney Blotzman sería un caso de tipo instrumental. El autor pretende ilustrar el
is acuon. La ptotosta do Víctor lúe u n vehemente, que convenció a su tutor sobre su capacidad ' problema general de cómo los aspectos sociológicos y contextúales influyen en el desarrollo
| 7 7 '" ' f "lI hmnamdad lodos esto, aspes los de la Insto,u do Victo, de de la delincuencia juvenil. Cualquier otro caso le habría sido igualmente útil para su propó-
sito. En términos de lo que le enseñamos en el capítulo anterior de este libro, la selección de
p,,,el ili,eci°',Va,tós--
va f;iikv,d°-i>jn^ « la muestra en un estudio de casos instrumental es a propósito.
Hay otras situaciones, también consideradas como investigación mediante estudio de
casos, en las que el investigador elige varios casos de forma que ilustren situaciones extremas
de un contexto bajo estudio. De ese modo, al maximizar sus diferencias, se hace que afloren las
Tnsfn r bert Cat.edrático de Educación y director del Centro de Investigación sobre dimensiones del problema de forma clara. Este tipo de selección se denomina múltiple. Fíjese
S n r ey„ U A anTch “ f" ” * “ Sm ^ ^ “ ta Universidad que no se trata de acumular casos similares para aumentar la relevancia de posibles resultados.
in ill Uibana-Champatgn, famoso por su defensa y enseñanza de la metodología de Se trata de buscar casos lo más diferentes posible en las dimensiones de análisis que, al
c a líS c aT t ^ r T Í0/ e CaS° S’ SCñala qUC 6Ste tip° de metodol°gías>Por sus propias menos en un primer momento, se consideran potencialmente relevantes. Por ejemplo, Jean
Anyon (1981) seleccionó cinco escuelas primarias estadounidenses que consideró prototípicas
de cuatro tipos de clase social. Su objetivo era estudiar cómo cada una de ellas generaba
íalectura daJ° CrítÍC0 de cole§as ? ases° re l Puede ser de ayuda diferentes expectativas en los profesores y conducía a diferentes tipos de materiales escolares,
y producía diferentes tipos de demandas en las familias. En las dos de clase trabajadora cons-
p S Sxer S í 7 í n l per° la exp“ ia se adquiere s° t e
tató un continuo enfrentamiento con las demandas del sistema educativo; en la de clase media,
una gran preocupación por las oportunidades de promoción; en la de clase profesional, un alto
nivel de narcisismo, y en la de la elite económica, una cierta obsesión por la excelencia.
Además de seleccionar el caso, el investigador también tiene que definirlo. Esto signifi-
El plan de investigación en el estudio de casos ca que tiene que acotar los ámbitos en los que es relevante su estudio y las fronteras que deli-
mitan sus objetivos de investigación. Nuevamente hay que insistir en que eso se hace al ini-
Aunque, como ya hemos señalado, resulta difícil establecer una secuencia de pasos clara- cio de la investigación, pero sin que ello sea óbice para que se modifique en el transcurso de
S e r S ~ My“ P ta * *.<■*> previamente, creemos que se la misma.
pmfeor^Stake ( l » 8i ^ T T T S<S‘° *“ fi" eS 'Jidácticos- En este sentido, al
2. Elaboración de una lista de preguntas
ZZ LT L T “•lasdeCresw'"(1998)'
7 » s *X Independientemente del tipo de selección realizada y de los objetivos, en el estudio de casos
es importante empezar con un buen conjunto de preguntas que guíen la atención del investi-
152 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. Metodologías cualitativas 153

gador en un primer momento. Deben guiarla, pero no en exceso. Una predeterminación


^ nueve, esto ya dura un año. Siempre fuiste tan m oderada en tus sentim ientos... ¡Y ahora esta
excesiva de las preguntas se considera contraproducente dentro de una perspectiva cualitati-
^extravagancia! Eres una m ujer vieja, casi al final de la vida. ¿Qué podría justificar una euforia
va, ya que constriñe la capacidad de captación de lo más peculiar.
-" rep e n tin a como ésta?” Y en cuanto pensé en euforia, las cosas adquirieron un nuevo aspecto...
Habitualmente, el investigador tiene una primera gran pregunta, un gran problema que i* '-«Estás enferma, querida”, m e dije. “ ¡Te sientes dem asiado bien, tienes que estar m ala!”
resolver. ¿Qué le pasa a usted, qué enfermedad tiene? ¿Qué hace que un joven se convierta en ¡fv. __¿M ala emotivamente? ¿M ala mentalmente?
delincuente? ¿Cómo influye la clase social en la práctica educativa? Los expertos reco- [r> ■ ^-NoVem otivam ente, no... M ala físicamente. E ra algo de mi cuerpo, de mi cerebro, lo que
miendan desglosarla en un conjunto más amplio y variado que, tras los primeros contactos me ponía tan eufórica. Y entonces pensé... ¡M aldita sea, esto es la enferm edad de Cupido!
con el caso, se reducirá a un grupo de dos o tres. Estas últimas serán las que empezarán — ¿La enfermedad de Cupido? — repetí sin comprender. Era la primera vez que oía aquello.
■ un
guiando la recogida de datos. Le animamos a que, con papel y lápiz, trate de elaborar un con- k't Sí, la enferm edad de Cupido... La sífilis, com prende. Es que yo estuve en un burdel en
i Salónica hace casi setenta años, Cogí la sífilis... M uchas de las chicas la tenían... Le llamábamos
junto amplio de preguntas que desglosen las tres con las que hemos empezado este párrafo y
luego trate de buscar en la información que dispone de cada uno de ios tres casos a los que se & la enfermedad de Cupido. M i marido me salvó, me sacó de allí, hizo que m e la trataran. Eso fue
refieren si los investigadores también las tomaron en consideración. ^'•'feúchos años antes de la penicilina, claro. ¿No es posible que haya seguido conm igo durante
1 todos estos años?
!> puede haber un inm enso periodo de latencia éntre la infección prim aria y la aparición de la
3. Localización de las fuentes de datos
Y neuTosífilis, sobre todo si la infección prim aria ha sido contenida, no erradicada... Pero no me
Puede parecer innecesario hablar de fuentes de datos en el estudio de casos cuando : 'había encontrado nunca con un intervalo de setenta años.., ni con un autodiagnóstico de sífilis
la mayoría de las veces sólo hay una. Pero fíjese que, incluso en el más sencillo, el de la cerebral expuesto con aquella tranquilidad y claridad.
Tenía razón; el fluido espinal dio positivo, tenía neurosífilis, eran realmente las espiroquetas =
paciente del doctor Sacks (Cuadro 5.6), hay dos fuentes diferentes de información: la más
las que.estirrmlaban su córtex cerebral antiguo. Se planteó entonces la cuestión del tratamiento.:
obvia es Natasha, pero también su cuerpo es fuente de información —determinante esta
Pero surgía aquí otro dilem a que planteó, con su agudeza característica, la propia señora K.
vez— para la resolución del problema. En el caso del delincuente juvenil, se aportan da- — No sé si quiero curarlo — dijo— . Ya sé que es una enferm edad, pero me ha hecho sentir-
tos de los servicios sociales, de los juzgados de menores, de los relatos del propio Syd- me bien. He disfrutado de ella. Aún sigo disfrutando, no voy a negarlo. Hacía veinte años que no
ney, etc. me sentía tan viva, tan animada. Ha sido divertido. Pero sé muy bien cuándo una cosa buena va
demasiado lejos y deja de ser buena. He tenido ideas, he tenido im pulsos, no le contaré que
son..., bueno, embarazosos y estúpidos. Era como estar un poco ida, un poco achispada, al prin-
CUADRO 5.6. LA ENFERM EDAD DE CUPIDO cipio, pero si la cosa va más lejos...
Rem edó a un dem ente espasm ódico y babeante. Luego continuó:
—Pensé que lo que tenía era la enfermedad de Cupido, por eso acudí a ustedes. N o quiero
Oliver Sacks, neurólogo británico, lam oso narrador de casos clínicos, tiene, a nuestro juicio, la - que la cosa se ponga peor, eso sería horroroso; pero no quiero que me cure..., eso sería igual-
virtud de conjugar en sus análisis las dos miradas de la investigación: la m irada desde fuera, la mente m alo. Hasta que me asaltó esto yo no m e sentía plenam ente viva. ¿Cree usted que,
d e l médico, y la m irada desde dentro, la del paciente. El caso que titula este cuadro recoge de ¿ .podría mantenerla exactamente como está?' , _
una form a breve, clara y muy tierna un ejemplo ilustrativo de esa rara habilidad. Lo reproduci- Lo.pensam os un rato y nuestra vía de actuación, alortunadam ente, estaba clara. L e hemos^
mos literalm ente. adm inistrado penicilina que ha m atado las espiroquetas, pero que nada puede hacer para eli-
«Natasha K., una mujer inteligente de noventa años, acudió recientemente a nuestra clínica. minar los cam bios cerebrales, las desinhibiciones, que las espiroquetas han causado. Y ahorU
Explicó que poco después de cum plir los ochenta y ocho años advirtió "un cam bio’'. la señora K. tiene am bas cosas, disfruta de una dcsinhibición suave, una liberación del pen-
■—¿Qué clase de ca m b io ? — le preguntam os. ’ sarmentó y el im pulso sin que nada am enace su control de sí m ism a y sin el peligro de una
-^•¡Delicioso! — exclam ó— . Era muy agradable. M e sentía con mucha más energía, más m ayor lesión del córtex. Alberga la esperanza de vivir, reanim ada así, rejuvenecida, hasta los
viva:.. Me sentía joven otra vez. Em pezaron a interesarm e los hombres jóvenes. Em pecé a . aS

cien.
sentirme, digamos, "retozona” ...; sí, retozona. — Es curioso — me dice^— . Ha conseguido usted ju g ársela a C upido» (S acks, 1987,
-^ ¿ Y eso era un problem a? pp.. 138*140, énfasis originales).
— No; al principio, no. Me sentía bien, extremadamente bien... ¿Por qué iba a pensar yo que
pudiese haber problem as?
— ¿Y después?
— M is am istades em pezaron a preocuparse. Al principio decían: “Estás radiante... [Parece Un aspecto importante es que, en principio, las fuentes de datos que se le puedan ocurrir
que has rejuvenecido!” Pero luego empezaron a pensar que aquello no era del todo... razonable. »SHi al investigador están mediatizadas por su propia perspectiva (la mirada desde fuera). Algunos
“Tu eras siempre tan tím ida y ahora eres una frívola. Andas siempre riéndote, cuentas chistes... autores la denominan perspectiva ética. Sin embargo, la dinámica de la investigación
¿Tú crees que está bien eso a tu edad?”
puede llevar a la localización de fuentes de datos que tengan que ver con la perspectiva del
— ¿Y cóm o se sentía usted?
caso (la mirada desde dentro). Esos mismos autores denominan esta perspectiva como
Yo estaba desconcertada. M e había dejado llevar y no se m e había ocurrido poner en
entredicho lo que estaba pasando. Pero entonces lo hice. M e dije: “Natasha, tienes ochenta y perspectiva étnica. Señala Stake al respecto: «Como no existe una experiencia previa..., [los
primeros en indagarse] serán temas éticos que el investigador aporta desde el exterior... Los

5. Metodologías cualitativas 155


154 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero

temas evolucionan. Y surgen los temas émicos. Son los temas de los actores, de las personas Hphe dar oportunidad al lector de tener una experiencia de tipo vicario. Es decir,
informe, aeo aprender «presenciando» lo mismo que él. Por tanto, las explicaciones
que pertenecen al caso» (1998, p. 29). En el caso recogido en el Cuadro 5.6 se reflejan muy
debe p an» ■ ^ personaies. Para ello, un esquema narrativo de informe será mucho más
bien la combinación de ambas perspectivas —temas, en palabras de esta última cita— y su
qUe se de" “ itiv0 Contar la historia de un modo cronológico, con descripciones minu-
aparición y combinación a lo largo de la evolución del caso.
Útíl qUa T s eventos y los lugares más relevantes ayudará a que el lector se forme su propia
ciosas de 10; ás habrá e hacer expiícitas las reglas que guían el análisis, las cuales se
4. Análisis e interpretación
Ímuren derivado de unas reglas -ta m b ié n ex p lícita s- usadas en la recogida de datos a par-
Dependiendo del enfoque, se pueden utilizar los procedimientos analíticos tradicionales o el h de una^uentes a las que se llega por un proceso de elaboración de las preguntas, todos
análisis cualitativo de datos. En el caso de un enfoque cualitativo, las fuentes de datos acaban Ü,r, „ i l íc it o s , accesibles para el lector. , _ , , „
generando información que se recoge mirando, preguntando y examinando. Para llevar a cabo 6 °i tente descubrir qué tipo de generalizaciones le invitamos a hacer dentro del Cuadro 5.7.
los análisis, ya hemos hecho referencia a la búsqueda de contenidos que se repiten y que per- Verá que usted también llega a las mismas conclusiones que nosotros, los autores.
miten establecer unos ejes temáticos que después se ponen en correspondencia con aspectos
tales como personajes, situaciones, tareas, etc.
Bien; además de este repaso a lo que ya habíamos comentado al hilo de la presentación LA i n v e s t i g a c i ó n -a c c i ó n
del plan de investigación etnográfico, queremos sacar a colación el tema de la generalización
en el estudio de casos, teniendo en cuenta que, en última instancia, la generalización es un „ a G óm ez R ubio trabaia en e l departam ento d e o rientació n (DO) de un in stitu to de
Gema G óm ez k u d i u n «H e. finales de los
componente importante de la interpretación. Es decir, una vez establecidas las correspon- j v

dencias entre dimensiones de contenido y los diferentes aspectos del análisis, dentro del caso,
cabe plantearse su generalización —su exportación— a otros casos.
Nuevamente es Stake el que nos aporta luz sobre este asunto. Primero hace una distinción
CUADRO 5.7. CASOS DE DELINCUENCIA, ¿SIEMPRE LOS MISMOS?
entre dos tipos de generalizaciones. De un lado, están las generalizaciones proposicionales.
Usted ya las conoce. Son las que clásicamente se utilizan en el proceso inductivo: las rela-
ciones entre los elementos observados en el caso analizado se formulan como válidas para
todos los casos similares. Es decir, se formulan en forma de ley —-proposición— general. Un
ejemplo sería: «Subyaciendo a nuestra interpretación tentativa de este caso, está la asunción
de que los rasgos comportamentales tienen una evolución natural en la vida del individuo
desarrollada en el proceso de interacción entre el individuo y las sucesivas situaciones socia-
les en las que vive» (Shaw, 1931, p. 224).
El otro tipo lo constituyen las generalizaciones naturalistas. Estas son de índole personal.
Consisten en que el propio lector pueda experimentar personalmente las implicaciones del
caso que está leyendo, es decir, pueda reproducir el proceso mental del investigador. Podría-
mos decir que el primer tipo de generalizaciones está al servicio de la mirada desde fuera l6#'élbiWde':1te-'detocuttiQi^> (Shav^493Lp^píte>
(establecer una ley general objetiva), mientras que el segundo es propio de la mirada desde
dentro (compartir una experiencia subjetiva).
Después de presentar esta distinción, señala Stake: «Esto es importante para los investi-
gadores de casos porque tenemos que decidir hasta qué punto debemos organizar nuestros
análisis e interpretaciones para producir las generalizaciones proposicionales del investigador
o para ofrecer elementos para las generalizaciones naturalistas del lector» (1998, p. 79),
La solución pasa por encontrar un punto de equilibrio entre ambos tipos de generaliza-
ción. Pero no cabe duda de que no dará igual decantarse más por uno que por otro o empezar
por un tipo u otro. En cualquier caso, es algo que se reflejará en el informe. Veamos este
importante paso final de la investigación mediante estudio de casos.
p ia » ii£ s s ¡ s a , m m °
5. Elaboración del informe
4

Casi todo lo dicho para el caso del informe de un estudio etnográfico podría ser repetido aquí. madre, que ojalá
Le vamos a ahorrar al lector la reiteración. Sólo queremos añadir algo que abunda en el tema *'•

de la generalización naturalista. Para que ésta se vea facilitada, el investigador, al redactar el


5, Metodologías cualitativas 157
156 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero

noventa participa en un grupo de trabajo surgido dentro de lo que, administrativamente, cot^ tanto, procede en espiral de forma que cada paso se compone de un ciclo de planificación,
pone la Subdirección Territorial de Madrid-Centro, de la Comunidad de Madrid. Ese grupj ^cción y recogida de datos sobre el resultado de la acción (1985, p. 233). Un modo de
de trabajo produjo un documento titulado «El departamento de orientación en los institutos 3 nresar gráficamente este proceso en espiral está recogido en la Figura 5.1. La representa-
educación secundaria y centros de adultos. Análisis, valoración y propuestas de mejora dej e f gráfica está adaptada a partir de la que presenta John Elliott. Este autor inglés, especia-
modelo actual de organización y funcionamiento» (STMC, 1999) con el que, de algú¿ lista en investigación educativa, recoge las ideas de Lewin y posteriores desarrollos en un
modo, se pretendía influir en el estado de cosas en el que se halla la práctica profesional den^ libro denominado enfáticamente El cambio educativo desde la investigación-acción (Elliott,
tro de esos departamentos. * j 993). En este libro postula que cada proceso de evaluación no afecta únicamente ai paso de
Durante este curso (2001-2002) ha ido madurando la idea de que hay que pasar a l^S
^X
la acción recién implantado, sino a todo el proceso, incluida la formulación de la idea gene-
acción sin esperar a que la administración decida hacerse cargo de sus reivindicaciones / ral Nosotros hemos tratado de reflejar ambas aportaciones dibujando la idea de Lewin en
Gema cree que hay que tomar iniciativas que permitan, a ella y a sus compañeros, tener sen- forma de flechas de trazo continuo y algo más grueso. Las matizaciones de Elliott las reco-
sación de control, tener la sensación de que las cosas mejoran a través de su esfuerzo. En 1^ gemos en forma de flechas discontinuas y en trazo ligeramente más fino. Veamos en detalle
próxima reunión del grupo va a hacer una propuesta de trabajo que implique la coordinación en qué consiste cada uno de los pasos del proceso.
de esfuerzos. Su idea está fundamentada en la propia filosofía del diseño curricular base, pro-
puesto en su día por el MEC (1989). Dentro de las medidas de apoyo al sistema educativo se 1 Identificación y aclaración de la idea general
incluía el fomento de la investigación educativa como herramienta para la innovación y la Dentro de esta perspectiva, la idea general seria semejante al problema de investigación, pero
reflexión sobre la propia práctica. Se decía literalmente que «no siempre es nítida la fronte- con una salvedad: el problema aquí no se refiere al conocimiento dentro de una disciplina,
ra que las separa [a la investigación y a la innovación], como demuestra la importancia cre- sino a un estado de cosas en un contexto social real. Podríamos decir que la idea general reco-
ciente de modelos de investigación-acción y de metodologías de investigación cualitativa» ge un estado de cosas que se desea conocer para modificar.
(MEC, 1989, p. 63). Eso es lo que va a proponer a sus colegas, embarcarse juntos en un pro-
ceso de investigación-acción para la mejora de su práctica profesional.
FIGURA 5.1. MODELO DE LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN SEGÚN ELLIOTT (1993)

El proceso en espiral de la investigación-acción

El término de investigación-acción {action research) fue acuñado por el psicólogo alemán


Kurt Lewin en un artículo titulado Action research and minority problems (La investigación-
acción y los problemas de las minorías), publicado en 1946, poco antes de su muerte, acae-
cida al año siguiente. Este autor, al que cabría considerar como el psicólogo social de la
escuela de la Gestalt alemana, en su exilio estadounidense, se plantea la necesidad de que la
Psicología Social resulte útil en la solución de los grandes problemas de la cultura occidental.
Con la Segunda Guerra Mundial recién terminada, Lewin vislumbra la posibiüdad de que la
investigación social repercuta en la vida de los ciudadanos. En sus propias palabras: «La
mejor caracterización de la investigación necesaria para la práctica social es la de investiga-
ción para la gestión social o la ingeniería social. Es un tipo de investigación-acción, una
investigación comparativa sobre las condiciones y los efectos de diversas formas de acción
social y una investigación que conduce a la acción social. La investigación que no produce
más que libros no es suficiente» (Lewin, 1985, p. 230).
¿Cómo llevar a cabo este tipo de investigación? El autor alemán, dentro del artículo cita-
do, apunta un modelo en varios pasos:
1) Identificación y aclaración de la idea general.
2) Recogida de datos y revisión.
3) Estructuración del plan general y secuencia de pasos.
4) Implantación del primer paso.
5) Evaluación y revisión.
6) Desarrollo de más ciclos (cada paso, un ciclo).
Etc.
En esa secuencia de implantación, evaluación y revisión, se consigue que la teoría y la
práctica se retroalimenten mutuamente. Como señala Lewin, «la gestión social racional,
15 8 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero
5. Metodologías cualitativas 159
1

Algunos autores son radicales en este punto. Llegan a afirmar que antes de definir uní
idea general hay que tener claro no sólo que es susceptible de convertirse en acción, sin! el de los equipos educativos 2 en los planes de acción tutorial; b) implicación de los
dC flo res de FOL y de los tutores en el proceso de orientación profesional; c) creación de un
que los investigadores podrán llevarla a cabo. Dicho de otro modo, no se puede convertí!
en idea inicial para un proceso de investigación-acción aquello que —aun deseando P o de información actualizada para la orientación profesional, y d) mejorar el modelo de
ban ción continua de los miembros de los DO de los IES y de los centros de educación de
modificar— el investigador considera que no está en su mano llevar a cabo las accioné'^
necesarias para ello. Elliott (1993) es menos radical. Sostiene que, en muchos casos, es ^Mtos (CEA). Lo que motivó la elección fue su percepción de que se podrían introducir pla-
ags de acción para su mejora de forma independiente de las medidas administrativas.
muy difícil determinar a priori si el investigador podrá o no modificar la situación de par-!
tida para la investigación-acción. Sostiene, además, que el propio curso de la investigación
2 Recogida de datos y revisión
puede llevar a cambiar una percepción inicial. Pone el ejemplo del profesor convencido de ?
que no se pueden cam biar los modos de evaluación en su práctica educativa. Aunque eso ‘ Con el esbozo de la idea general no ha hecho más que empezar el proceso. Independiente-
podría estar contraindicado con un proceso de investigación-acción sobre el problema de mente de cómo se haya generado ésta, cuando se decide iniciar la investigación es reco-
la evaluación en su centro, el propio proceso podría llevarle a m atizar su convencimiento mendable recabar datos para ajustar la idea y tener claro el punto de arranque del plan de
e introducir modificaciones lo suficientemente relevantes para el cam bio de la situación acción. En ese recabar datos, según Elliott (1993), debe haber, al menos, dos aspectos dife-
inicial. ,
rentes. En primer lugar*, una descripción minuciosa de los hechos que se consideran relevantes
Pero volvamos a la historia de Gema Gómez Rubio. Como usted recordará, el informe en la formulación de la idea general. En dicha descripción se utilizarán diferentes técnicas de
llevaba un subtítulo muy sugerente: «Análisis, valoración y propuestas de mejora del mode- recogida de datos. En segundo lugar, se deben elaborar posibles explicaciones de esos
lo actual de organización y funcionamiento». Para Gema, el problema de las propuestas era hechos. Es decir, deben elaborarse las hipótesis que los pudieran explicar* y que, por tanto,
que se delegaba toda la capacidad de cambio en la administración. Su idea —la idea general, guiarán las acciones de mejora.
en términos de Lewin— era asumir alguna parte de iniciativa en las propuestas de cambio. En el ejemplo de los orientadores se decidió comenzar por la implicación de los equipos
Para ello se hacía fundamental repasar la lista de propuestas de mejora. Revisando el informe, educativos en la acción tutorial. Aunque en el documento elaborado (STMC, 1999) se seña-
presentó a sus compañeros la lista que aparece en la Tabla 5.1. laba la necesidad de la implicación como algo que era percibido por la práctica totalidad de
los profesionales componentes del equipo de trabajo, tras la propuesta de Gema se hizo nece-
TABLA 5.1. ASPECTOS MEJORABLES EN LA PRÁCTICA DE LOS sario recabar más información y con un nivel de detalle mayor. El grupo de trabajo de
DEPARTAMENTOS DE ORIENTACIÓN (DO) SEGÚN UN GRUPO orientadores madrileños, para recoger datos y revisar la idea general, decidió la realización
DE PROFESIONALES DE LA STMC (1999) de un análisis sistemático de las memorias de actividades de todos los DO en él representados
para establecer el grado en el que dicha sugerencia se lleva a cabo. Tras el análisis, se cons-
tató que en más de un 90 por 100 de los casos el equipo educativo se limitaba a trabajar los
aspectos relativos a la evaluación.
Como hipótesis para explicar ese estado de cosas se postularon cuatro unánimemente
admitidas: falta de interés por paite del profesorado, falta de tiempo por parte del profesora-
do, falta de interés por parte del DO y falta de tiempo por paite del DO. No se consideraron
excluyentes entre sí.

3. Estructuración del plan general y secuencia de pasos


Con la aclaración de la idea general y el planteamiento de las hipótesis, tenemos casi elabo-
rado el siguiente paso del proceso. Para estructurar el plan general se hace necesario elaborar
una secuencia de pasos ligados a la modificación de los aspectos que se han considerado
causa dentro de las hipótesis elaboradas. Elliott (1993) sigue siendo nuestra guía al respecto.
Muy claramente señala que el plan general debe contener: a) un enunciado revisado de la
idea general; b) un enunciado de los factores que se pretende cambiar y las acciones enca-
minadas a modificar cada uno de ellos; c) un enunciado de las negociaciones necesarias para
la implantación de tales acciones; d) una lista de recursos necesarios, y e) un enunciado de los
El modo de agruparlas viene determinado por los diferentes grupos de tareas que tienen
aspectos éticos relativos al acceso y comunicación de la información recabada.
asignados los DO. A partir de ahí, Gema lanzó la idea de elegir sólo cuatro de las propuestas
para iniciar un proceso de investigación-acción. Si el proceso se valoraba positivamente, se
pasaría a las siguientes hasta agotar la lista, pensando en que, para entonces, habría nuevos 2 En el contexto de la enseñanza secundaria, un equipo educativo está constituido por el conjunto de profe-
aspectos problemáticos que detectar y abordar. Las cuatro propuestas fueron: a) promoción sores que imparte enseñanza a un mismo grupo. Un profesor es miembro de tantos equipos educativos como gru-
pos imparta. Sólo puede ser tutor de uno de los grupos.
160 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. M etodologías cualitativas 161

El grupo de orientadores madrileños elaboró un plan general en el que se partía de ] estigación y fue que se hizo necesario adelantar el segundo paso para poder terminar la
constatación de que la mejora del grado de implicación de los equipos educativos en 1 |nV lantación del primero. Es decir, la búsqueda de tiempo para coordinarse con los profe-
labor de tutoría era, al menos en parte, un problema de organización interna de los IES. Entré' inaP n0 teru'a sentido si en paralelo ellos no liberaban tiempo para coordinarse con los DO.
los factores que se postulaban como posible causa de esta situación se señalaron la falta, dd c^h e la marcha se estableció la coordinación como adecuada si incluía el 70 por 100 de los
interés y/o la falta de tiempo tanto de los profesionales de los DO como de los del resto de losl ofesores en cada una de las reuniones previstas.
departamentos. Como secuencia de pasos se estableció: l.°) incrementar el tiempo disponiJ P Aun así, hubo varios orientadores que no pudieron llevar a cabo la tarea, y al no vislum-
ble en el DO para el diseño de la acción tutorial con los equipos educativos; 2.°) buscar tiemJ brar la posibilidad de hacerlo en el futuro, tuvieron que dejar sus centros fuera del proceso.
po para que los equipos educativos puedan llevar a cabo la coordinación de la acción tutorial' En resumen, en la mayor parte de los casos se implantaron casi simultáneamente los pasos
con el DO, y 3.°) incluir —y valorar— al menos otra actividad además de la evaluación en la* rimero y segundo con un nivel satisfactorio en cuanto al objetivo de obtener tiempo para la
acción tutorial coordinada. coordinación. Quedaba pendiente lo más sustancioso del proceso: mejorar su calidad median-
te la inclusión de tareas diferentes de la evaluación del rendimiento de los estudiantes.
4. Implantación del primer paso
6 Desarrollo de más ciclos (cada paso, un ciclo)
Aunque de algún modo el desglose de la acción en pasos pueda parecer arbitrario, es útil por-
Fruto de la evaluación del primer paso, se producirá un ajuste del plan general bien para san-
que aclara el curso de la acción que se desea emprender y permite una evaluación pormeno-
cionarlo, bien para ajustarlo. Si la implantación del primer paso ha supuesto un fracaso
rizada de los elementos de la misma. Así que, una vez establecida la secuencia de acciones en
el diseño del plan general, se comienza por la implantación del primer paso. total, se repetirá el ciclo implantación-evaluación-revisión. Si no, se pasará a la implantación
del segundo paso, iniciándose un nuevo ciclo de la espiral de la investigación-acción.
En este punto conviene señalar que los investigadores deberán tomar indicadores sepa-
¿Cuándo termina el proceso? Es difícil establecer reglas a priori. Como los demás planes
rados para la implantación de la acción y el impacto de la misma. Es decir, por un lado, hay
de investigación cualitativa, el diseño de la investigación-acción no es cerrado y, por tanto,
que asegurarse de que el paso ha sido bien desarrollado, y por otro, que tal paso ha sido efi-
serán las circunstancias de cada caso las que indiquen cuál es el momento de cerrar el proceso.
caz en la modificación de la situación que desencadenó el proceso de investigación-acción.
Cuando terminen de implantar el tercer paso, los orientadores madrileños tendrán que
En el caso de los orientadores convertidos en equipo de investigación-acción, la implantación
decidir si tienen ganas y recursos para abordar el siguiente de los temas que les propuso
del primer paso es lo que se percibe a priori como más sencillo, dado que implica sólo a los pro-
Gema Gómez, además de si el proceso resulta eficaz. Nosotros esperamos que se animen con
pios interesados. Sin embargo, la tarea resultó ser más complicada de lo que parecía. Se vio que
se hacía necesario homogeneizar criterios en la gestión del tiempo de todos los componentes del ello o con cualquier otro tema que les lleve a mejorar su práctica profesional.
En el Cuadro 5.8 le presentamos otro ejemplo de investigación-acción, en este caso en el
grupo respetando a la vez las peculiaridades de cada centro. Como técnica para llevar a cabo esa
ámbito de la evaluación de centros de enseñanza. En el epígrafe que sigue le presentamos otra
tarea se pusieron en común los horarios de todos y se hizo un análisis de los mismos. El resultado
fue bastante sorprendente, porque ni las tareas ni los modos de gestión del tiempo eran tan pare- variante de este tipo de investigación.
cidos como pensaron en un principio. Tampoco el número de equipos educativos con los que
coordinarse eran los mismos en cada caso. Se hizo una primera propuesta de dedicar una hora Investigación-acción participativa
semanal a la actividad con los equipos educativos trabajando mensualmente con cada uno de En la visión original de Kurt Lewin latía la necesidad de que la Psicología Social tuviera la
ellos y se decidió que cada orientador determinara por escrito las horas y días del primer mes. capacidad de transformar la vida cotidiana, pero en su propuesta se aprecia una visión tec-
nológica de la intervención social. Las versiones más recientes que se han desarrollado a par-
5. Evaluación y revisión
tir de su idea inicial han puesto mayor énfasis en el papel activo de las personas implicadas en
Si, como se recomienda, se han tomado indicadores diferentes acerca de la implantación y el cambio social o educativo, Elliott, por ejemplo, señala: «Podemos definir la investigación-
acerca del impacto, en el momento de la evaluación se podrá determinar si lo que hay que acción como el estudio de una situación social para tratar de mejorar la calidad de la acción
modificar es el modo de llevar a cabo las acciones propuestas o si hay que modificar las hipó- en la misma. Su objetivo consiste en proporcionar elementos que sirvan para facilitar el jui-
tesis que guiaban tales acciones. En términos de la Figura 5.1, la evaluación puede llevamos cio práctico en situaciones concretas y la validez [...] depende [...] de su utilidad para ayudar
a revisar la implantación del paso dado o a revisar la idea general y, por tanto, todo el plan de a las personas a actuar de modo más inteligente y acertado» (1993, p. 88).
actuación. En cualquier caso, será determinante que los indicadores elegidos cumplan unos Sin embargo, el trabajo en situaciones aplicadas dentro de contextos sociales o educativos
criterios de calidad que conviene establecer a priori. Sobre la naturaleza de esos criterios desfavorecidos ha llevado en muchos casos a los psicólogos y educadores a dar un paso más,
cuando se usan metodologías cualitativas encontrará usted información en el Apéndice A. Le a pasar de la aplicación a la implicación. Ese paso conlleva una cierta disolución del agente
podemos adelantar que cumplen el mismo papel que los conceptos de fiabilidad y validez que social como agente externo y experto. Más bien ocurre algo semejante a lo que acontece en
le hemos presentado en el Capítulo 2 de este libro. el trabajo etnográfico. El investigador pasa a ser un miembro más de la comunidad y es ésta
La evaluación del primer paso del proceso de investigación-acción iniciado por los la que investiga aprovechando, evidentemente, el conocimiento que aquél incorpora. Como
orientadores madrileños fue fácil dado que sólo establecía la liberación de tiempos. En rea- señala M. Montero (1998), el esquema de investigación cambia. Se pasa de investigar para la
lidad, para llevarlo a cabo, ocurrió algo que es muy común en este tipo de procesos de comunidad a investigar desde la comunidad.
jo n v e f t e ^ b ^ T o t a M m a ^ ^ o n v e r t e f^ ^ 2 ^ ¿ j2 2 £ ^ 5 L ^ á E £ !“ ™ ^ ^ í ™ £ í £ ““ S 2 í2 2 2

16 2 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. Metodologías cualitativas 163

CU AD RO 5.8. TERUEL EXISTE C U A D R O 5.9. PSICOLO GÍA CO MUNITARIA

■M
Aragón, con una superficie de 47.650 kilóm etros cuadrados y 1.179.000 habitantes, es l a l ; v Goddard (1998) señalan que la Psicología Comunitaria nace en Estados Unidos dentro de
segunda comunidad autónoma con menor densidad de población en España (24,7 habitantes por/| ovimientos reformistas promovidos en los años sesenta en relación con la lucha por los dere-
kilómetro cuadrado). Además, en su capital — Zaragoza— viven más de 600.000 personas. D e' ' civiles de las minorías. A unque se ha visto enriquecida por diferentes tradiciones teóricas,
las tres provincias que componen la región, Teruel, con 140.000 habitantes y 14.800 kilómetros I ore se ha caracterizado por ser una rama de la Psicología Social Aplicada con clara vocación
cuadrados, ha sido la más desfavorecida. A finales de los noventa se produjo una m ovilización^ ? Suave y claramente, M. M ontero (1984) lo expresa cuando afirma que la Psicología
popular de los turolenses bajo el lema que encabeza este cuadro: «Teruel existe». Entre otrasfí imitaría constituye «la rama de la Psicología cuyo objetivo es el estudio de los factores p,si-
cosas, se señalaba que era la única provincia española sin un solo kilómetro de autovía. Antes de I tíales que permite desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que ios individuos pue-
terminar el milenio se inauguraron algo m ás de veinte kilómetros que tienen la peculiaridad deg^ eiercer sobre su ambiente individual y social para solucionar problemas que les aquejan y
estartodos dentro de la provincia y no llevar a ninguna parte. ir cambios en esos ambientes y en la estructura social» (citada en M artín, 1998, p. 27).
En esta provincia se desarrolla nuestro ejemplo. Desde el centro de profesores de UtriIJas, \unque se le ha augurado un próximo final, parece que esta disciplina de la Psicología se
uno de los pueblos mineros de la zona central, se solicitó asesoría a la Universidad de Barcelo- tiene activa tal y como se refleja en la reciente com pilación que ha dirigido nuestro com-
na para iniciar un proceso de formación sobre evaluación de centros de enseñanza. Se contactó t o Antonio Martín González (M artín, 1998), en la que se han recogido aportaciones de
con Juana M aría Sancho, profesora del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la res de once países diferentes y en la que el lector interesado podrá revisar su relevancia
UCB. Ella planteó un plan de lorm ación proponiendo el inicio de un proceso de investigación^ al en lugares com o Estados U nidos (con capítulo especial para la m inoría hispana), Reino
acción en el que participarían los claustros de los centros implicados, los asesores del CEP, la
inspección educativa y los asesores universitarios. Había que encontrar un modo de trabajo que,
por un lado, permitiera la coordinación y, por otro, tuviera en cuenta la dispersión de los impli-
cados y las peculiaridades de cada centro. A lo largo de tres cursos académ icos, cinco de los
ocho centr os a los que se les propuso perseveraron en la tarea de detectar problemas en los cen-
tros, generar un plan de acción, para mejorarlos, implantar sus correspondientes pasos y evaluar
su impacto.
Sancho (1990) detalla la filosofía de su intervención y el resultado del proceso en cada uno ■tí Jo, Canadá, Portugal, Brasil, España y Am érica Latina. _
de los centros implicados. En un centro se detectaron y trabajaron problemas de coordinación Aunque, como hemos señalado, su origen está inicialmente ligado a la acción en el ámbito
interna; en otro, problem as de actitudes y participación de los padres en la actividad educativa.de nado de la Psicología Social, tam bién se ha desarrollado en los ámbitos clínico y educativo
la escuela; en el tercero, el desinterés hacia la escuela de los estudiantes del último ciclo de‘la a un fuerte com ponente crítico con los m odelos terapéuticos tradicionales de corte médico
antigua EGB; en el cuarto, se mejoró la coordinación y la calidad de las relaciones entre prole- tencial y en el ámbito de la educación de adultos y poblaciones desfavorecidas. En los paí-
sorado y padres; en el último, se mejoró la calidad de la biblioteca y su explotación educativa, ‘i te n o s favorecidos económicamente, la Psicología Comunitaria tiene un amplio componente
meipador, m ientras que en los países occidentales se orienta m ás al trabajo con grupos de
l ’fiesgo, como pueden ser m inorías étnicas, parados; poblaciones económ ica y socialraentc
La investigación-acción participativa es el proceso de investigación que desarrolla esta 1.'‘desfavorecidas,
Contacto conpersonas
la comunidad
con adicciones, enferm os por VIH, etc. Como señala M artín (1998),
idea de la investigación desde la comunidad. Como es una metodología desarrollada espe- !:se trata
Dentro de deesteadecuar
primerlapaso
Psicología, «eminentemente
englobamos teórica,que
los tres primeros teorizante,
enumeradesencarnada
M. Montero:y lades-
toma
cialmente en el ámbito de la Psicología Comunitaria, hemos elaborado el Cuadro 5.9 para | | Comprometida, hacia otra form a de entenderla, hacerla y practicarla m ás cercana
de contacto con (o selección de) una comunidad, la familiarización entre investigadores y a la realidad
P&’y más en consonancia con las demandas, las necesidades y las posibilidades de la población»
presentarle alguna información acerca de la naturaleza de dicha disciplina. A continuación comunidad mediante contactos informales e intercambio de documentos y el inicio formal del
vemos un ejemplo de este tipo de plan de investigación. g?,(p. 27).a través de reuniones con miembros de la comunidad o grupos organizados dentro de
proceso
La profesora venezolana que acabamos de citar (M. Montero, 1998) propone un esquema m
la misma. Se trata de establecer los contactos entre comunidad e investigadores para que el
para la investigación-acción participativa (IAP) en once pasos secuenciados. Hace la adver- proceso —que puede ser motivado tanto por la llamada de la comunidad como por el interés
tencia de que la secuencia que presenta tiene fines didácticos y que puede darse el caso de de los investigadores— se inicie en los términos que se recogen en la propia denominación
que algunos de los pasos se den a la vez o en un orden diferente. También por motivos didác- del plan: investigación, acción y participación. A este respecto, conviene indicar que el
ticos aquí vamos a presentar una versión resumida en cuatro fases: grado de participación de los diferentes miembros de la comunidad no tiene por qué ser el
mismo. En cada proceso se irá configurando el equipo investigador en el que siempre habrá
1) Contacto con la comunidad.
algunas personas de la comunidad y se establecerán las vías de participación para el resto.
2) Elaboración del plan de acción.
3) Implantación del curso de acción.
2. Elaboración del plan de acción
4) Evaluación.
En este paso se agrupan la identificación de necesidades, la jerarquización de su importancia,
Vemos cada uno de los cuatro describiendo sus características y comentando la relación la selección de un problema de entre las necesidades detectadas y el establecimiento de un
que guardan con el esquema que nos sirve de referencia. plan de acción. En este momento del proceso es importante que las relaciones entre comu-
164 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. Metodologías cualitativas 165

nidad y equipo de investigación estén claras y que las diferentes vías de participación sirvan para cambiar su habilidad para generar cambios por sus propios medios, lo
bien implantadas para que estos procesos de recogida de información y toma de decisión 3ilib ha denominaci
denorrmmuu 0 «potenciación» o «fortalecimiento» (empowerment).
~
sobre las necesidades y problemas y los modos de abordarlos sean lo más valiosos posible se u do de
SCmndo . ------«rimara narte en la aue hemos descri hemos descrito los planes de
de resumen
resuiu^iA de toda esta primerarparte — en la que *
este respecto, vienen bien las recomendaciones de M. Montero (1998): «Las relacio a- 111
A mu - utilizados
más . : dentro
i Af>Ilas
de qc mp.tndnlnpfas
metodologías cualitativas, presentamos la Tabla 5.2.
investigación mas uUJ,iaü 0 j
entre sujetos externos e internos a la comunidad deber ser dialógicas, horizontales. El iny| investigó10 . y «ir.nArt. on fnnrínn Hp. las características de cada uno de ellos incluyendo
EJresumen está organizado e n f u n d é 7 ~
tigador externo posee un saber especializado, los miembros de la comunidad poseen sabé JUdefinición, tipos, las discipUnasl í Ias Car^ r ís tíc a s de '
específicos. Ambas formas enriquecerán la acción a desarrollar y contribuirán a la produccf
de nuevas formas en ambos campos. Todos enseñan, todos aprenden. No hay “expertos
(p. 217).
Como habrá anticipado el lector, para llevar a cabo un proceso de búsqueda de infortn
ción y toma de decisiones en grupo habrá que trabajar con técnicas no estrictamente indiv TÉCNICAS CUALITATIVAS DE RECOGIDA DE DATOS
duales (véase León, 2001). Se pueden combinar reuniones grupales con asambleas y encué
tas. También se pueden llevar a cabo talleres de formación y toma de conciencia, así corril Hasta ahora hemos estado presentando las metodologías cualitativas desde la perspectiva de
acciones encaminadas a la m ejora de las habilidades comunitarias en el uso de estas estrl [os planes de investigación. Así, hemos descrito la Etnografía, el estudio de casos y la inves-
tegias. | tigación-acción. Sin embargo, como ya señalábamos al principio de este capítulo, el adjetivo
: «cualitativo» se presenta como calificador de otros aspectos del trabajo metodológico. Nos
3. Implantación del curso de acción *1 referimos a las técnicas de recogida de información y al análisis de los datos. Este apartado lo
1 dedicamos a presentar las técnicas y el próximo dará cuenta de los análisis.
Dentro de esta fase incluimos los pasos octavo y noveno de la propuesta de M. Montero: la ! Las técnicas que se han presentado en los capítulos anteriores hacían énfasis en la
acción comunitaria en continuo ajuste y el registro de la actividad desarrollada. En este pasq j estructuración del modo de recoger la información en aras de establecer regularidades dentro
es fundamental implicar al mayor número de participantes teniendo en cuenta el tipo detad del comportamiento o de las respuestas de las personas observadas o encuestadas. Es decir,
reas, el nivel de adiestramiento y el propio plan de intervención. También se hace necesario í eran técnicas encaminadas a detectar y medir aspectos que se consideran comunes en todos
establecer los indicadores mediante los cuales se van a registrar los diferentes aspectos de la \ los participantes en la investigación. Pues bien, las técnicas que ahora se presentan se sitúan
actividad en desarrollo y entrenar en su uso a los miembros de la comunidad encargados de l en el polo opuesto y tratan de recabar lo que de peculiar tienen cada una de las personas que
hacerlo. El proceso de aplicación debe estar en continua revisión para que la implantación sea • participan en el estudio. Por tanto, hacen una clara opción por no estructurar el modo en que
exitosa. Nuevamente se hace necesario dejar claro cuáles son los indicadores relativos a la l
se recoge la información, independientemente de cuál sea la estrategia elegida.
implantación del plan de acción y cuáles son los indicadores relativos al impacto del mismo, i Presentamos aquí un resumen de las características generales de este tipo de técnicas
Dado que la implicación de la comunidad que investiga es muy alta con relación al problema, i agrupadas en tres bloques: técnicas mediante observación, técnicas mediante entrevista y téc-
las expectativas desempeñarán un papel importante, papel que habrá que encauzar de un nicas subjetivas. Es una agrupación basada en la estrategia, pero como ya hemos señalado en
modo que no lleve a engaño sobre la posible eficacia de la IAP.
otras ocasiones, no pretendemos establecer «la clasificación». El lector en castellano intere-
sado en ampliar la información puede consultar las obras generales de Delgado y Gutiérrez
.-■.(fe*

4. Evaluación
(1994) o Cohén y Manion (1994). En el contexto general de la evaluación en Psicología, Fer-
En la última fase del proceso de IAP se lleva a cabo la evaluación del mismo: su implanta- nández-Ballesteros (1992a) presenta una relación exhaustiva de técnicas de recogida dé
ción, su impacto y la calidad del proceso. En un primer momento, es el equipo quien se hace ; información. Hernández (1996) hace una presentación de algunas de las técnicas que aquí
cargo del análisis utilizando todo tipo de estrategias, pero el proceso finaliza con la devolu- ■
. recogemos, pero dentro del ámbito específico de la evaluación de programas. En inglés, es
ción sistemática a la comunidad de la información y el conocimiento generado mediante el : imprescindible la referencia a la obra de Denzin y Lincoln (1994). Con un carácter mucho
mismo. En este sentido, se recomienda el uso de técnicas de comunicación y lenguaje que más introductorio, Mertens (1998) presenta una visión muy exhaustiva dentro de una apro-
!• - -------------------------------

hagan ese conocimiento accesible para todos. M. Montero menciona como ejemplos: «asam-
bleas, discusión en grupos, producción de periódicos de la comunidad, murales informativos,
uso de medios de comunicación, producción de folletos, historietas y publicaciones seme-
jantes» (p. 219). Técnicas mediante observación
En las propuestas de los defensores de la investigación-acción participativa late la crítica Recordando lo que recogíamos de Wolcott (1997), el etnógrafo de la educación, en este epígrafe
a las prácticas investigadoras en las que un grupo de expertos, habitualmente académicos, se vamos a referimos a las técnicas que se utilizan cuando se observa o cuando se examina dentro
acerca a un ámbito determinado a proponer una investigación que, por regla general, sólo de un plan de investigación de tipo cualitativo. La diferencia entre ambas actividades investi-
tiene impacto inmediato en el currículo de los investigadores. Desde esta visión de la inves- gadoras es sencilla. En el contexto de la metodología de investigación utilizamos el verbo o ser-
tigación aplicada en contextos como la Educación, la Psicología Social o la Psicología Clí- var para el registro del comportamiento manifiesto de seres animados, mientras que utiliza o
nica, no sólo se exige que los beneficios de la investigación recaigan sobre sus participantes, el verbo examinar para referimos al registro de características de objetos inanimados.
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166 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero


5. Metodologías cualitativas 167

Observación participante
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*0 t o « .«i C , je0 o el Capítulo 3 de este libro, usted ya sabe a qué nos referimos con observación par-
I 3 'O s , . te si no ha sido así, si llega usted directamente a este epígrafe, le recomendamos que
S I'S S - ^ l ! 1 antes el apartado titulado «Cómo observar. Diferentes modos de plantear la observación».
« 3 ’ü í fe a p 3 cd
cpf « C> > T«3 3B O ñü Allí señalábamos que lo que caracteriza a este modo de plantear la observación es el grado de
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13 0 -■e*d -2 / ■ licación del investigador con la situación que se observa. Cuando el investigador forma
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rte de lo observado, hablamos de observación participante. El caso de la Etnografía es el
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dejar constancia de lo observado sin hacer ningún tipo de traducción a códigos generados
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, , , , Análisis de tareas
\ 1Í Cuando existe un interés muy especial por la observación de la resolución de una tarea que
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8p «p | tiene un objetivo definido, hablamos de análisis de tareas. Muy habitualmente en estos
^ « ¡s e IIí casos, al investigador le interesa hacer explícitos aspectos del comportamiento de la persona
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observada que no son accesibles a la observación e iniciará, por tanto, un interrogatorio, más
ila s íia i u o menos estructurado, acerca de lo que se está haciendo en cada momento. Cuando esto es
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** -t "3 así, el material recogido tiene que ser analizado mediante la elaboración de sistemas de
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se dice. Los sistemas de codificación se elaboran a posteriori siguiendo los mismos pasos que
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Si 0 S 'S Sx-.í2 «« i2 ^ ^ r- 5 ’S 8
■r* .•• -s estudiamos para la elaboración de códigos arbitrarios de observación.
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En Psicología, los trabajos de Jean Piaget (1896-1980) son un buen ejemplo de este tipo
i$ *a tej kj o CoO w Jo a 3
de técnica de recogida de datos. En el apartado titulado «El método clínico», dentro del Capí-
‘Wc:s oO
j c x-
tulo 12, volveremos sobre la obra de este autor. En el Cuadro 5.10 presentamos una investi-
¿í' gj O 8h <d
gación en el terreno del análisis de decisiones que utiliza el análisis de tareas como técnica de
'
O0z) recogida de datos.
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5 £ yr Cuando el investigador se abstiene de intervenir en el proceso de resolución, el análisis de


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tareas se convierte en una observación estructurada. Tanto en este caso como en el anterior, la
*° g « %?#t-;I ”- 3 o^ tarea puede ser propuesta fuera de su ámbito natural de aparición con las ventajas e incon-
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Análisis de documentos
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-8 -9 En muchas situaciones de investigación dentro de las Ciencias Sociales y de la Educación, el
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5 ■§ í , 1 | I .«í s £5 dí . 5b
t ? 3 a  ¿é^ objetivo que se busca no pasa tanto por observar a las personas, sino a las cosas que producen
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o produjeron. Los documentos son un tipo de producción humana que puede tener diferentes
<N CTJ t í" 10 SO* P finalidades. Lincoln y Guba (1985) hicieron una distinción que ha sido ampliamente aceptada
y utilizada. Distinguen entre registros y documentos. Los primeros son los que se producen
con un carácter oficial, mientras que los segundos son producidos por decisión personal.
Entre los registros más habituales en la cultura occidental están las historias clínicas, los cer-
«S ' I 5 tificados de todo tipo, los movimientos bancarios, las actas de reuniones, etc. Dentro de los
.2 s
ua su o§ documentos, están los diarios, cartas, apuntes, publicaciones, etc. La distinción permite
S 8 -S anticipar’ diferentes estrategias de acceso a los materiales y ayuda a entender algunos de los
propósitos con los que están generados.
5. Metodologías cualitativas 169

f\ ■jiformaeión mediante entrevista. Aunque es perfectamente discutible su inclusión en éste y


CUADRO 5.10. ANÁLISIS DE TAREAS DE DECISIÓN Y COMPARACIÓN t '!

CUALITATIVA DE GRUPOS en alguno de los anteriores capítulos, la idea que guía nuestra decisión tiene que ver con la
frecuencia de uso. Las técnicas de entrevista que aparecen a continuación se usan de un modo
ixiás frecuente dentro de planes de investigación de tipo cualitativo.
hn el L'iuomii ild anulisis Je divisinnc li.ihimalnKnic ,c ivconvnditha i’xuniiiiav las alicrnauvl
oiiiK) pmni,i pasu para cMudutii'l piubk-ma de decisión. Sin emhaiyu, Keenes ( PJ8S I W j n]¡,|
le<> > defendió que era mejor comenzar examinando los ob¡envos que los decisores bule m í Entrevista en profundidad
resolver su problema. I .eón ( IOVOi se propuso eneonirar e\ idencia empírica que avalase o iech;i/n<¡ i
Tras este nombre —podríamos decir sensacionalista— se recoge la idea de que mediante este
la proiniesla de Keetiev. Para ello pidió, a dos grupos de divisores, formados al a/ar, que. cslmef,/
tipo de entrevista se va a llegar hasta el fondo del asunto que se esté investigando. Desde la
mían el misino piohlema: cómo decidir que asignaturas optativas elegir en el secundo cielo de los
estudios de Psicología. Cada guipo abordaba el problema de una de las dos formas en discusión, p perspectiva cualitativa, se pone mucho énfasis en descubrir y describir lo particular, lo pecu-
resollado de su estmciurauón luc un conjunto de objetivos expresados verbalmenie \ oigamzadode liar. No es de extrañar, por tanto, que se opte por llevar a cabo entrevistas en las que se sabe
orina jeraiquica. Cada grupo utilizó) su propio lenguaje. 1.1 resultado de la larca de decisión fue ans. dónde empiezan, pero no dónde acaban. Es decir, la entrevista en profundidad no es más que
bzado por el autor, como variable dependiente, de Iorina cualitativa siguiendo los siguientes pasoV- el nombre cualitativo de la entrevista no estructurada que, como recordará del Capítulo 4, es
un conjunto de preguntas abiertas cuyo número y temática no están predeterminadas. El
I. Generación de unas categorías verbales únicas paia los dos g.upos. fisto se hizo co„ Ia'
investigador sólo tiene preparadas un conjunto de ellas para arrancar y llevar la conversación
participación \ consenso de te.presentantes de los grupos. Recaliltcacióm de los dos Gru-
pos de objetivos con estos nuevos términos e _-el interrogatorio— hacia los temas de interés de la investigación, pero está dispuesto a Ile-
— ( iimpaiación en extensión del listado de los nuevos objetivos de cada grupo. gal* donde el propio desarrollo de la entrevista le lleve.
.v Generación de una tínica «estructura de objetivos re|iiesenianva-. para cada grupo Esto
se hizo atendiendo al carácter global o de detalle de los ohjetivos. secón el uso cute leí.' Entrevista grupal/Grupo de discusión
nahum d¡uio ios divisores. u 1
4. Comparación de las '.estructuras de objetivos representativas.. atendiendo al número de La entrevista en grupo, también conocida como «grupo de discusión», consiste en plantear la
objetivos globales v al númeio de objetivos de detalle anulados a los globales. entrevista a todo un grupo de personas elegido por su relevancia para el problema de inves-
■Y Evaluación, por jueces externos al investigadoi. de las dos "estrucUiras de objetivos ■ tigación. La entrevista es de tipo no estructurado y la composición del grupo suele ser hete-
represonl.iiivas.' en relación con unas cualidades que indicaban el valor de uso Je |, rogénea, pero controlando posibles efectos perniciosos de animadversiones o inhibiciones y
L‘Ninu-lur.i p an dccidn. 1;
bloqueos. Se recomienda que el tamaño del grupo sea manejable — entre cinco y diez per-
A naves de este análisis, se pudo nmptnur la piojm . iáti vcrhal ¡Ir ,/os g/u/an con dos sonas— y la duración sea de unos noventa minutos, nunca más de ciento veinte.
tijios de mstritcxtones d.lerentes y concluí, que la esltuemra del gruja, que j.enso primero en los' El grupo lo dirige el entrevistador, que se limita a plantear los temas —las preguntas
objeiiuíN en \ l v iíc en las aheinali\as fue: abiertas— y a supervisar la marcha de la reunión. Obviamente, para llevar a cabo este tipo de
wí Desde un punto de vista deseri|iti\o. más completa > más jerarijui/ada
reuniones se necesitan habilidades no ya de entrevistador, sino de dinamizador de grupos.
h) Desde el punto de vista de los usuarios, se juzgó que a\ uda a tener en cuenta mas alter- Después del planteamiento viene la fase de discusión propiamente dicha, en la que se trata de
nativas. buscar alternativas más novedosas v proveí mejor las consecuencias. Además.' potenciar al máximo la aparición del máximo de opiniones divergentes. La entrevista suele
como conjunto se considero mas operativa v más comprensible de cara a su uso. finalizar en una fase de conclusiones en las que el propio grupo hace un resumen de lo expre-
sado y discutido.

El modo de análisis de los documentos es muy parecido a la generación de un código Método Delphi
arbitrario de observación. La distinción más clara está en el primer paso. En el caso del aná-
ísis de documentos, hay que empezar definiendo lo que constituirá la unidad de análisis de la Esta técnica se utiliza para obtener la opinión más consensuada posible de un grupo de
investigación Por ejemplo, en el estudio de la producción de un autor para un análisis de su personas —que no se puede reunir— consideradas expertas en relación con el objetivo de la
apo ación a la historia de la Psicología, se debe determinar si un manuscrito sin publicar o investigación. Se usa mucho en evaluación de programas (Hernández, 1996), en toma de
parcialmente publicado va a ser tenido en cuenta o si un artículo de divulgación periodística decisiones (León, 2001) y otros contextos en los que es necesario «poner de acuerdo», en la
va a incluirse en el análisis. Una vez establecida la unidad de análisis, se procede siguiendo medida de lo posible, a las personas que participan en el proceso. Este consiste en la aplica-
los pasos ya presentados en el Capítulo 3 . ción y análisis de una secuencia de cuestionarios a un grupo de expertos (entre diez y trein-
ta) seleccionados a propósito.
La secuencia consta, al menos, de tres cuestionarios. El primero se compone de un con-
Técnicas mediante entrevista
junto de preguntas abiertas acerca del tema que se está investigando (evaluando, decidiendo).
Se trata de obtener la mayor diversidad posible de información para empezar a buscar el con-
La tercera actividad para la recogida de datos a la que aludía Wolcott (1997) era la actividad
senso. Tras el análisis de las respuestas obtenidas, éstas se convierten en afirmaciones acer-
de preguntar. En este epígrafe exponemos algunas de las técnicas cualitativas de obtención de
ca de las cuales se pide el grado de acuerdo mediante un segundo cuestionario. Este grado de
5, Metodologías cualitativas 171
170 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero

TABLA 5.3. RESUM EN DE LAS CA RACTER ÍSTICAS DE LAS DIFERENTES


acuerdo se puede establecer mediante una ordenación de la importancia de las afirmación^ TÉCN ICAS CUALITATIVAS DE RECO G IDA DE DATOS
o mediante la calificación en una escala* Además de establecer ese grado de acuerdo, se péjg
a los participantes que argumenten por escrito las razones que les llevan a contesta!' acerca TECÑÍGA DescripÉtátt
cada una de las afirmaciones presentadas. Tras el análisis de este segundo cuestionario, se •;.h

bora un tercero —muy habitualmente el último— en el que se informa a los participantes d


vador, W É Í Í l t í i S |® l # g S
las opiniones emitidas por el resto del grupo y se les vuelve a pedir que opinen sobre % v <
. . ! * .© *. V ; *' A ^ © . -o

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* ' v ' " *

mismo conjunto de afirmaciones, pero haciendo un esfuerzo para acercar posiciones con il
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'o e v a

parte integrante, x
9 9. i .* - U * V Í * v V '< *. X '
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:p a . ’V S e *> v x- i,» :

mayoría. Si se considera que el grado de consenso es adecuado, se para el proceso y se redáóií


v * ' a '' c > '

te

i:ite§i§á<
ismñmmrn A n álisisd é t t í r t ó ; Consiste en observáis y/o.interrogar a una
ta el informe final con la última ronda de respuestas. Si todavía hay mucha discrepancia,
W '

pueden hacer sucesivos intentos de acercamiento. Si se ve que el acuerdo dentro del grupo n¿| •^WIIIÉK persona mientras realiza una tarea inter^ .;
■cionalmente propuesta por el investiga- :■
mejora, se da por terminado el proceso. i gB
w , • S. ''i \ A AS >

dor por su relevancia para el problema


En Plans y León (2002) se aplica esta técnica, vía Internet, para elaborar el perfil del estut
de investigación;
diante de doctorado en Psicología partiendo de un cuestionario que se envía telemáticament e . i}.» ’ ' C-C.* ;:'
t e t e: •: .*.
i* j 'c v t *
s— ■W -

te a tutores de diferentes programas de ese tipo de estudios. ^


1*:
Análisis de dotüíriéritoé Se utiliza para exam inar documentos
i0?
r..

m m m m zt producidos dentro de un grupo o institu-


• < .. t e xl.

*> * .•v v : e ~ ~< . « ? c .' . i . •' ción de interés para el investigador. Con-
Técnicas subjetivas
.s J ; ,*V' .»sí «v V S c . .e .
♦ ♦ ♦ , < ' ' * ^ * i^ \ • Í A , > >* V s ^^ ^ SA * A? A • ' ' ¿ ^ ^ Y» > ó ^ > .* .
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'o £ p <e i vt .» A V f . » . .. 4
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o o <. o o • : .— a .
< 5 .< 9 >>;.' o '

Una de las características que mejor definen a las investigaciones de corte cualitativo es su
*<*0**9 !• O '0*0 > V ' ) *->*•■) 9**9 *.
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interés por analizar los componentes subjetivos de los fenómenos sociales3. Por eso hemos
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eal sxT C*? '. '1 .*. 0¿.*.**« ,** * c . 9 0 0 a *
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Entrevisté éii
0 O*. 9 a *.0 **a *

:® ntre^isíáh&
incluido este breve epígrafe mediante el que referimos a las denominadas técnicas subjetivas llegar W S B t iÉ j ^ s tóBgs;
(véase Femández-Ballesteros, 1992b). Las técnicas a las que se refiere esta autora dentro de
' Aj N r . < * a . * ,' * * *.*.<..*o '(¿o - - o o — '>.„* A o V . .*

Í S ••s ^ v
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;que.sé f o r n l ü i S t ' . -..


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esta etiqueta son: las listas de adjetivos, la técnica Q, el diferencial semántico y el test de reji- M • V . - V . v t e / ’* o - ' A H ,

Técnica de i ^ c o g i d é d ^ l ^ W l a que só
Entrevisté grupal/Qrupo
. k -i'

lla de G. Kelly. El uso de alguna de ellas dentro de un contexto de investigación cualitativa


í- v V íC ¿ t e > r - c « / * r *< í - *

de discusi^te,nte;">;:, lleva a cabo ^~no


en Psicología se presenta en Smith (1995) —el test de rejilla— y en Stainton (1995) —la téc-
' ■* *•'• *
1 : ' -f y : \ C ** - - * * ; *

estructvirada— á‘ un grupo de personas.


^ - * v

nica Q. as?^ relévantéá ;p t o ® á ( l l i H S t W t e ^ ': un


s> ^ r p KK \ <. ' ( C * "a -j te * c 4 te ♦ L a^; v * * tev '

En la Tabla 5.3 le presentamos un resumen de todas las técnicas cualitativas de recogida


í a
* > 'St*S£ ÍS* í Í J í Í í* / *

. AA-A determinado nroblerrm^>Lfe selección de,


de datos que hemos ido describiendo en este apartado.
Ví $¿ a . — *0 * 0 10 ' — .5 5 -

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ANÁLISIS CUALITATIVO DE DATOS * * ** ^ e • Í*a 9 " 9 » A . < ^ Í. ? ? . V O- * : • *- * s 9


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grupos.
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El adjetivo «cualitativo» calificando el análisis de los datos suele hacer referencia —aunque ^ - l * - * 9 9X 9- * i. * 0 9» A*9
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no siempre— al hecho de que se utiliza el lenguaje como modo de representación y proce- Delphi
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s. A ¿ <¡iV » V .í - V ft C . * .•
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grupo de expertos —dispersos geográfi-


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samiento de la información recabada en la investigación sin asignar números a los elementos v - te -

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que la configuran. En última instancia, el análisis cualitativo de datos se lleva a cabo sin rea-
el in V e B Ü g a fld tc tS ^ ^ ^ ^
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lizar medidas. ¿Es eso posible? Tenga en cuenta que todo el proceso de medida y análisis de
I t e !; '

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cu estio nario rep etidam ente dando a


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r ~ S x x < 9 * ‘t e - - ' ; - ^ * t .. . ..

.C a‘a ‘ Í S r t e í ¿ - t e í - ' x - - ' x - r ^ » = x _ 9

datos tradicional está encaminado a estandarizar la toma de decisiones con respecto a las pre-
^ rr * ^ * ? . -S Í 9 T . O X s O V ,I Ó 9 . 9 9 ^ 3 3 ^ * - ^ - - 9 *- V o r < 7 x O O. ' 's* i*.' ,*-
:r-SÍÓ369 É4 0 X *X*-T.'*‘.- <^.*^*i-* * . x v ' x 5 . ^; ' •
s .a a a a - a . ^ I ^ Í M i A í l í 9 . x r t 9 .f.' O * ' ' . •
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■-;eohocé’. a ; t b d í ^ |l ||j M ® l ; Í ^
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guntas y/o hipótesis de investigación. Los defensores de este tipo de análisis sostienen que es
O' O. * ' O ... 9'. ' , X9
‘ ^ v j f e c y S - x i ? y v o 'o í o**— N 9 -r -— . 9 < . . . . ,9 • . ‘; 9* < * •, , . 9 v * ‘ * 5 ' '* 9 * 0 *>a *9 '9 v 9 * ” < . * 0 o ' . ' < l5 , 0 * v v , 4 o W < X ” ' . ‘ .. : . ' . i . © ' < '* . < x ' ' í i " ' , V ' * i v ' > * '1 ' ' *
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posible tomar esas decisiones sin recurrir a los números.


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aunque las conclusiones de los análisis pueden ser replicables, las operaciones para obtenerlas
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sem ántico Clínica


méritos y estructuras peculiares de cada
individuo^
3 Como podrá comprobar cuando lea el Apéndice A, algunos investigadores incluso niegan la posibilidad de
estudiar de form a objetiva los fenómenos sociales.
172 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero
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Pero vayamos por partes. En este breve apartado sólo vamos a poder hacer una ne J M: 5. Metodologías cualitativas 1 73
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introducción a este tipo de análisis. Lo vamos a hacer siguiendo el trabajo de dos de lo


res con mayor prestigio en este ámbito. En el capítulo que escriben dentro del ya . nza aj tras la recogida de datos, sino que debe estar presente desde el principio de
do hbro de Denzin y Lincoln, Huberman y Miles (1998) hacen un resumen de su c o n o c í ? investigación. Es decir, que cuando el autor de una investigación se ubica dentro de un
exhaustiva obra Qualitative data analysis, que va ya por su segunda edición sin que na<f *'• ; afC0 conceptual, elige un conjunto de preguntas de investigación, selecciona unos partici-
ntes casos o documentos y utiliza determinadas técnicas de recogida de datos debe estar
“ ( V ilb ) (MÜ6S y HUbCrman’ 1994)' En CaStellan° ’ 86 pUCde COnsultar d tra b a d . ' nsando anticipando— cómo va a gestionar y analizar los datos que vaya generando. Lo
cual no quiere decir que parta de códigos predeterminados ni de modelos prefijados. Eso iría
en contra de la propia filosofía de su metodología.
i .

Gestión de los datos recogidos


Como en el análisis estadístico tradicional, las operaciones con los datos tienen un
i •••*

Teniendo en cuenta que este tipo de análisis mantiene el lenguaje natural como modo rL Ai- carácter más inductivo en los estudios de tipo descriptivo y exploratorio y un carácter más
registro de la información recabada, la cantidad de material con la que nos podemos encoj a deductivo cuando los objetivos se relacionan con el contraste de interpretaciones o hipótesis
ar a final de un trabajo etnográfico, por ejemplo, puede ser inmanejable. Huberman y M ili ya elaboradas. Muchas veces el proceso de la investigación entreteje ambos tipos de objeti-
citan a Kvale (1988) para ilustrar este problema. Dice este autor que un momento c r u c i a S vos, de tal modo que se realizan todo tipo de operaciones.
a investigación se produce cuando emerge la pregunta de «¿cómo encontraré un método nará Para ilustrar algunas de las operaciones que se hacen en el análisis cualitativo de datos
ana izar las mil paginas de transcripciones de entrevistas que he recogido?» (p 90) Hntw • vamos a recurrir a dos de los ejemplos que ya hemos presentado. El primero de ellos es el que
ha abierto este capítulo. Como recordará, el profesor Fernández Canque había decidido ini-
Z y™ 98> da" ,ÍS'a de ^ e^almacenaje y la
material bruto de una investigación que pretende hacer un análisis cualitativo de datos' ciar un estudio etnográfico. Dada su facilidad de acceso a los habitantes del poblado de Pachi-
orno los consejos son lo suficientemente claros hemos mantenido el formato original nara ca, empezó su trabajo haciendo algunas entrevistas en profundidad. También recordará usted
presentárselos en la Tabla 5.4. ^ para que su objetivo era poner de manifiesto que dentro de la cultura aymará se habían desarro-
llado metas diferentes a las implicadas en la motivación de logro. Por eso empezaba sus
TABLA 5.4. CONSEJOS SOBRE QUÉ ALMACENAR PARA OPTIMIZAR entrevistas de un modo muy general, para que las personas pudieran expresar con sus propias
_________________LA GESTIÓN DE DATOS palabras aquello que consideraban importante en sus vidas. Una de las preguntas con las que
comenzaba era «¿Qué es para ti la felicidad?». Algunos de los primeros datos recogidos los
I J-os dato-, brillos: not.is de t ampo, omia.s ,iudi«. \ video, documentos, ele ha presentado en el Segundo Symposium de Motivación y Emoción, celebrado recientemente
Y ' " |KllUal,llL'nte P'oeesados- anoueiones > luiiscnpcones. Lo ideal es j. guardando las en Salamanca (Montero, Fernández Canque y Zóttola, 2002). Concretamente, presentó el
di leí entes versiones del pros eso. r ,ds
3. I o- dalos codificados análisis de las respuestas de cinco estudiantes del equivalente español de l.° y 2 .° de la
4. El sistema de codificación en sus sucesivas versiones.
ESO (trece y catorce años de edad), de algunos de sus padres —seis, en total— y de dos de
5. Memo, jas parciales o mate, ¡ales semejantes, es un modo de regisirar el pmeeso de icilcMÓn
sus abuelos. Las respuestas originales, así como las categorías que elaboró para el análisis,
que lia Mesado el investigado! on están presentadas en la Tabla 5.5 en forma de matriz, en la que las filas son las categorías y
6. Registios de búsquedas y leeuperaeiones de datos |a información aum u de ue, upanuentos las columnas la generación a la que pertenece la persona entrevistada.
0 parres de ios dato, > las vmeuUieiones ent.e ellos también ilustran ese pioc^o re.lesivo Aunque las entrevistas son todavía pocas, del análisis de la distribución de las respuestas
1 te.sentaeione, de los datos, matrices, esquemas y mapas conceptuales utilizados para cabe hacer algunas consideraciones. En primer lugar, las respuestas de los estudiantes son
ves iT■mil ití co"1'1aCU q U e K:CU]V1‘l un un loin,;iU’ má-' elaborado según avanza el pto-
semejantes a las de sus padres y abuelos, a excepción de las alusiones a la espiritualidad, a la
i tradición y a la unión de la familia, que son más propias de los adultos. Esto implicaría una
8. Eases o episodios del análisis documentación aeeiea de los sucesivos pasos mediante los cierta cohesión intracultural en algunos de los valores de este grupo de aymarás. También
0 ;ili ‘ ' « '‘■■ula los datos con sus desci.pelones o mterpreiacione.s. iJ m pondría de manifiesto la discrepancia generacional respecto de los valores más tradicionales.
. Ll mto.rne: conviene guaula. los borradotes sucesivos en aras de ¡ItisUa. el proceso tal v %

como se lia recomendado paia oua, lases del mismo


En segundo lugar, de las seis categorías que aparecen, sólo dos podrían tener algo que ver con
10. Cronología de la iccognla de dato.s y pioteso de análisis la motivación de logro: trabajar y estudiar. En tercer lugar, sería necesario profundizar más en
11. I n índice de todo este material hasta ahora uiciic mundo. el contenido de esas expresiones para aclarar su posible relación con la motivación aludida.
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La exploración de esa posible relación excede el objetivo de este epígrafe, pero se haría
\ntu I ííiboLióo zi pai 111 do llulícinuii v Mik^ siguiendo un procedimiento parecido: clasificar las aclaraciones relativas a las metas que
satisfacen el trabajo y el estudio y evaluar subjetivamente su similitud o diferencia con las
Análisis de los datos implicadas en la motivación de logro.
En el segundo ejemplo, el incluido en el Cuadro 5.10, se ilustra la estrategia de compa-
ración entre grupos. Recordará que en esa investigación se trataba de comparar el resultado de
a prCSeiU‘" las acllv,,da* ' * análisis. La primera idea que los autores de la
Tabla 5.4 sugteren pon relacen al análisis -m u y sensata, a nuestro parecer- es que éste no dos modos de plantear un análisis de decisiones. Como cada grupo daba lugar a un conjunto
de objetivos formulados verbalmente con sus propias categorías, establecer una comparación
entre los mismos implicaba generar un sistema de clasificación que englobara las categorías
5. Metodologías cualitativas 175
1 74 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero
id ead as por cada grupo de participantes. Dicho sistema estaba compuesto por las dimen-
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176 Métodos de investigación en Psicología y Educación / León y Montero 5. Metodologías cualitativas 177
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GLOSARIO
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ductor. Persona de fácil acceso para el investigador que tiene contacto con los m iembros del
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acceso. Procedim iento m ediante el cual un investigador conecta con un grupo o comunidad al ctf runo objeto de la investigación y, por tanto, facilita los prim eros contactos entre éstos y aquél.
quiere investigar de m odo etnográfico. ,^ vestigac*®n "acc^ n p articipa tiva . Variante de la investigación-acción en la que todas las personas
análisis cualitativo de datos. Análisis de datos que se lleva a cabo sin utilizar números ni para co¿¡{ ^^im pjícad as en el problem a objeto de la m ism a participan en el proceso: detectan las necesidades,
ficar la inform ación ni para decidir sobre las hipótesis de investigación. . ,/ las jerarquizan, elaboran un plan de acción, lo implantan, lo evalúan, etc. Se usa mucho dentro del
análisis de documentos. Técnica de recogida de datos que se utiliza para exam inar documentos pr¿? enfoque de la Psicología Comunitaria.
ducidos dentro de un grupo o institución de interés para el investigador. Consiste en la elaboración vestigación -acción. Plan de investigación originalmente propuesto po r Kurt Lewin en el que se estu-
de un código de categorías m ediante el que se analizan los docum entos estudiados. ■ dia una situación social para m ejorar la calidad de la acción en la misma,
análisis de tareas. Técnica de recogida de datos consistente en observar y/o interrogar a una persona etodologías cu alitativas. Nom bre que se da a determ inados planes de investigación enfocados a la
mientras realiza una tarea intencionalm ente propuesta por el investigador por su relevancia para el descripción y análisis de la subjetividad humana en los diferentes ámbitos en los que ésta se mani-
problem a de investigación.
ñesta.
ciclo de investigación-acción. Dentro del método de la investigación-acción, se denomina ciclo al pro- muestra a prop ósito. M uestreo no probabilístico en el que las unidades son incluidas según el criterio
ceso de definición de la idea general, elaboración de u n plan de acción, im plantación del primer de un experto.
paso y su evaluación. observación p a rticip a n te. Plan de recogida de datos m ediante observación en la que el observador,
Delphi. Técnica de recogida de datos que se utiliza para poner de acuerdo a un grupo de expertos mediante registro narrativo, describe el fenóm eno del que él mismo es parte integrante,

— dispersos geográficam ente— sobre un tem a de interés para el investigador. Consiste en aplicar perspectiva ém ica. Perspectiva de análisis que se utiliza desde dentro del grupo cultural o desde el
un cuestionario repetidamente, dando a conocer a todos los expertos las respuestas de los demás en caso que se está investigando.
las aplicaciones anteriores e invitándoles a buscar el m áxim o consenso entre ellos. perspectiva ética. Perspectiva d e anáfisis que el investigador utiliza desde fuera de! grupo o desde el
entrevista en profundidad. Entrevista no estructurada que pretende llegar «hasta el fondo» de las caso que estudia.
cuestiones que se form ulan al entrevistado. plan general de acción. Secuencia jerarquizada de pasos que prioriza las diferentes actuaciones que se
entrevista grupal. También llam ada «grupo de discusión». Técnica de recogida de datos en la que se postulan como solución al problem a bajo estudio en la investigación-acción,
lleva a cabo una m ism a entrevista — no estructurada— a un grupo de personas relevantes para el potenciación (em pow erm ent). Proceso mediante el que la participación en el plan de investigación-
conocimiento de un determinado problema. La selección de los miembros del grupo se hace a pro- acción mejora los conocim ientos y recursos de la com unidad protagonista del mismo,
pósito tratando de incluir la m ayor divergencia de opiniones, pero sin crear incompatibilidades. técnicas cu alitativ as d e reco gida d e d a to s. Técnicas de recogida de datos caracterizadas p or su
Requiere que el entrevistador tenga habilidades com o dinam izador de grupos. ausencia de estructuración y que tienen el objetivo de facilitar la captación de los elem entos sub-
estudio de caso intrínseco. Estudio de casos que viene determinado por las circunstancias, es decir, el jetivos del problem a bajo investigación.
investigador no elige el caso, sino que viene dado (por ejem plo, la evaluación de un determinado técnicas su b jetivas. Técnicas de evaluación desarrolladas dentro d e la tradición de la Psicología C lí-
centro de enseñanza, el análisis de un determinado historial delictivo, etc.). nica que perm iten la recogida d e elementos y estructuras peculiares de cada individuo.
estudio de caso instrumental. Estudio de casos en el que el investigador elige con un propósito deter-
minado el análisis de un caso por su especial relevancia o su «ejem plaridad».
estudio de caso múltiple. Estudio de casos de tipo instrumental en el que el investigador elige varios
casos para ilustrar un determ inado problem a. El modo de elección es a propósito.
estudio de casos. Investigación, generalm ente descriptiva, que se lleva a cabo mediante el análisis de
una única unidad muestra!.
etnografía. Plan de investigación m ediante el que se pretende describir e interpretar el modo de
organización y com portam iento de un determinado grupo cultural, o social, sobre la base de la
identificación de las categorías de análisis del propio grupo. Para ello, el investigador necesita lle-
gar a ser un m iem bro del m ism o p ara poder llevar a cabo su investigación desde dentro,
examinar. Dentro del contexto de metodología de investigación, acción de registrar las características
de objetos inanim ados. N o confundir con observar, que hace referencia al registro del comporta-
miento de seres animados.
generalización naturalista. Proceso de generalización consistente en que el consum idor de una
determ inada investigación llegue a las mismas conclusiones que el investigador mediante una expe-
riencia subjetiva vicaria.
generalización proposicional. Proceso de generalización que se produce mediante la formulación de
las conclusiones del investigador como proposiciones — leyes— de aplicación general,
idea general. Punto d e partida de la investigación-acción. Consiste en la detección de un problema sus-
ceptible de ser resuelto m ediante un adecuado proceso de reflexión de sus causas y modificación
de las mismas.
informante. Persona que por su posición dentro del grupo, institución o situación bajo investigación es
elegida com o parte de la m uestra a propósito m ediante la que el investigador recaba información.

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