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LINEAS PARA UN NUEVO PROYECTO PARA MÉXICO

Por Miguel Moctezuma L.

Con esta breve reflexión pretendo convocar a tomar distancia de dos modelos de economía
para México que hoy en día están en competencia, pero, que deben de ser cuestionados,
cada uno por sus inconsistencias y resultados.
Joseph Eugene Stiglitz, Premio Novel de Economía en 2001 fue el primero en afirmar que
el neoliberalismo es un fracaso. En México el pensamiento simplista que supone que la
economía se rige por leyes y no por tendencias en las que intervienen los agentes sociales y
sus luchas, creyó erróneamente que ese modelo de crecimiento de los países occidentales,
al agotarse, sería sustituido por sus propias leyes, por otro más justo.
Osvaldo Sunkel, uno de los principales expositores de las ideas de la escuela estructuralista
de la CEPAL, en una conferencia que ofreció en 2009 en nuestro Programa de Doctorado
en Estudios del Desarrollo dijo, que, a pesar de que el neoliberalismo está en crisis, como lo
expresara ocho años antes Stiglitz, no por ello el neoliberalismo va a desaparecer. El
neoliberalismo es una estrategia del capitalismo que a pesar de su crisis se reproduce si no
surge un proyecto alternativo y una fuerza social capaz de derrumbarlo.
En marzo de 2010 tuve la oportunidad de conversar ampliamente con Enrique Iglesias
quien acababa de renunciar como Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. En
esa charla estuvo de acuerdo en al idea de que el neoliberalismo es un proyecto sin futuro,
como lo había planteado Stiglitz, pero a diferencia del pensamiento estructuralista,
manifestó que había que pensar nuevamente el desarrollo de nuestros países
distanciándonos de los modelos de capitalismo privado y capitalismo de estado. Esa vez
dijo, que había que leer con pinzas a Anthony Giddens, particularmente intitulado la
Tercera Vía.
En Febrero de 2013, Rolando Cordera expresó en una conferencia que la globalización no
es realmente global sino mundial; es decir, que abarca al mundo entero, pero que, al mismo
tiempo existen otros modelos de desarrollo distintos. Con esto hizo hincapié en que aún
sobreviven muchas formaciones sociales en nuestros países que dan cuenta de una gran
diversidad de relaciones sociales y de formas de producción. Esto lo subrayó para llamar la
atención a no buscar homogeneidad en las explicaciones sociales de nuestros países.En ese
terreno expresó que la búsqueda de un nuevo proyecto para México pasa por pensar la
economía globalmente, porque en la actualidad ninguna economía “nacional” encontrará
una estrategia viable si se sujeta de manera estricta al nacionalismo. Y es que las
exportaciones y las importaciones de un país juegan un rol diferente si el modelo de
crecimiento económico favorece el empleo, la distribución del ingreso y la innovación.
Para quienes erróneamente creen que el Estado ha dejado de intervenir en la economía, hay
que recordarles que el modelo económico neoliberal ha requerido de una activa
participación del Estado. La visión errónea se alimenta de la tesis de que el neoliberalismo
es un proyecto en el que el Estado ha dejado de intervenir en la economía; pero como lo
expresa correctamente Saskia Sassen, la intervención del Estado sigue siendo nacional,
pero esa misma intervención ha servido para apuntalar el modelo global, como sucede con
la reforma a ciertas leyes que favorecen la inversión internacional, la inversión en
infraestructura, etc.
En efecto, es posible para México una globalización que no sea neoliberal, pero, se requiere
formular una estrategia que avance en ese sentido. En efecto, hoy en día no es posible
pensar el desarrollo de México sin considerar los avances tecnológicos y de innovación que
se suceden en el mundo. A propósito, es imperativo no menospreciar el impacto que ya
tienen.

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