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Las nuevas reglas del método sociologico Critica positiva de las sociologias interpretativas Anthony Giddens Amorrortu editores Buenos Aires 25 26 28 2» 20 M 2 cia, Estas se abordan en forma mAs directa en mi andliss del positivismo en Giddens, 1977 ‘Wilson, 1970; Barnes, 1974; cf. también Easlea, 1973; y para un andlisis en parte coavergente, aunque mas orientado hacia ia sociologia norteamericana fctodoxa, Philips, 1973. Partee, 1972, En verdad, esto fue bien expuesto por Winch (1970) en una referencia 2 sus primeros ecritos: wNunca Begué, desde Iues0, que las practcas de brujesia {de los azande comprenden apelaciones a lo que nosolros podemos entender como patrones de racionalidad. Tales apelaciones también involucran una fondusta que podemosidentificar como "el reconocimiento de una contra diccion™. Lo que yo destacaba, sin embargo, era que debiamios ser cautelosoe fen cuantoa nuestra manera de discern la contradiccion, que podta no ser 10 fue parece cuando se la aborda con preconceptos“cienlificos"». Esto cierta- ‘mente esclarece las concepciones de Winch en relacion con aquellos criticos suyos que se han mostrado desconcertados pore reltivismo que en aparien- cia contenen sus obras anteriores. Schon, 1963; ef tambien Carloye, 1972; Burke, 1965, pig. 95 y sigs.; Hesse, 1966; Achinstein, 1964 y 1968 Schutz, 1967, vol. 1, ple. 44. Winch, 1970, pag. 89 Pitkin, 1972, pg. 256, Schutz, 1967, vol. 1, pig. 44 Cf, Winter 1966, pig-9 sigs. Una obra de Wiliam Dray, (1957) ha provoea- do wna serie de intercambiosrexpesto de lo que llama el amodelo dels ley ‘envolvente> en la explicacion hstorica. CF. Hook, 1963) ‘Asi, Gadamer (1971) apunta, a criticar @ Habermas, que una relaci6n tera- Déutica entre el analistay el anelizando ya presupone justamente Io que falta fen la sociedad en su conjunto: la disposicion mutua a entrar en un proceso dialogico de autorrelexion (Gadamer, 1971). ‘Citado en Lichtman, 1967, Puede hallarse también un andliss pertinente en MoKay, 1960. 158 Conclusiones: Algunas nuevas reglas del método socioldgico Ahora pasaré a recapitular algunos de los temas de este breve estudio, tratando de reunir algunos hilos. Las escuelas de la «so ciologia interpretativan que he considerado en el capitulo | hi- cieron algunas contribuciones esenciales al esclarecimiento de ‘a logica y del metodo de las ciencias sociales. En forma resumiida, son las siguientes: El mundo social, a diferencia del mundo de la naturaleza, hd de ser captado como una realizacién diestra de sujetos humanos activos; la constitucién de este mundo en cuan- {0 usignificativo», «explicable» 0 «inteligibley depende del len- guaje, considerado, empero, no simplemente como un sistema de signos o simbolos, sino como un medio de actividad practica; el cientifico social necesariamente recurre a los mismos tipos de destreza que los de aquellos cuya conducta procura analizar con el fin de describirla; el generar descripciones de la conducta s0- cial depende de la tarea hermenéutica de penetrar en los marcos de significado a lo que recurren los mismos actores legos al cons- tituir y reconstituir el mundo social Estas ideas derivan, sin embargo, de escuclas de pensamiento {que estan cerca del idealismo filos6fico, y manifiestan las insufi- Ciencias tradicionales de esa filosofia cuando son trasferidas al campo del analisis social: una preocupacién por el «significado, ‘con exclusién de las implicaciones practicas de la vida humana ena actividad material (porque si bien es cierto gue los seres hu- ‘manos no producen el mundo de la naturaleza, producen, sin embargo, desde él, y trasforman activamente las condiciones de su propia existencia al hacerlo); una tendencia a tratat de expli- car toda la conducta humana en funcién de los ideales motiva- dores, a expensas de las condiciones causales de la accion; y una incapacidad para examinar las normas sociales en relacién con las asimetrias del poder y las divisiones de intereses en la socie~ dad. Estas deficiencias no pueden rectificarse dentro de las tradi ciones de pensamiento en las que se originaron, pero las contri buciones positivas con las que marchan unidas tampoco pueden ser acomodadas prestamente dentro de esquemtas tedricos anta- gonicos, que tradujeron la actividad humana a ua determinismo social, y que conservaron fuertes asociaciones con el positivismo: en filosofia. He sostenido esencialmente que tres 6rdenes entre- lazados de problemas deben ser resueltos para hallarse en condi- 159 ciones de trascender las limitaciones de las sociotogias interpre- {ativas, en relacién con: el esclarecimiento del concepto de ac- cién y las nociones correlacionadas de intencién, razén y moti- vo; la conexién de la teoria de la accién con el analisis de las pro- Piedades de las estructuras institucionales; y las dificultades epis- temoldgicas que afronta todo intento de dilucidar la légica del método cientifico-sozial. El fracaso de la filosofia anglonorteamericana de la accién en cuanto a desarrollar una preocupacién por el analisis institu. cional se refleja en su excesiva concentracién en la conducta i tencional. De este modo, muchos autores se han inclinado a as milar la «aceién» con la waccién intentada», y el «acto significa tivo» con el «resultado intentadon; y no se mostraron muy inte- resados en el analisis tedrico de los origenes de los propésitos que los actores se esfuerzan por realizar, propésitos que se asu- men como dados, o de las consecuencias no intentadas a cuya manifestacion contribuyen los cursos de la accién intencional. El hecho de liberar el concepto de la accidn como tal, y la identi cacién del significado de los actos, de toda conexidn necesaria con las intenciones, aleja a las tareas hermenéuticas de las cien- cias sociales del subjetivismo, y hace posible esclarecer la natura- leza de las condiciones causales de la accion, como también I doble hermenéutica en la cual las ciencias sociales se ven inevi- lablemente involucradas. He sostenido que «intencin», «razén» y «motivo» son térmi- nos potencialmente engaitosos, en el sentido de que ya presupo- nen un «corte» trasversal dentro de Ia continuidad de la accion, ¥ que son convenientemente tratados si se les considera como expresando un control reflexivo permanente de la conducta, que se espera que mantengan los actores competentes como parte ru- tinaria de su vida cotidiana. El control reflexivo de la conducta s6lo se convierte en la declaracién de intenciones, 0 la presenta cidn de razones, cuando los actores realizan indagaciones retros- pectivas en su propia conducta, 0, mas habitualmente, cuando otros indagan sobre su proceder. La racionalizacién de la accion esta estrechamente vinculada con las evaluaciones morales de la «responsabilidad» que los actores hacen en forma reciproca de su conducta, y por consiguiente con las normas morales y las sanciones a que estan sujetos quienes las contravienen; de este modo, las esferas de «competencia» se definen en derecho como lo que «se espera que sepa al respecton y tome en cuenta cada ciudadano al controlar su avcién El funcionalismo ortodoxo, tal como esta representado de la manera mas prominente por Durkheim y posteriormente por Parsons, encarna un intento de establecer conexiones tedricas entre la aceién intencional y el analisis institucional, siguiendo el teorema de que los valores morales sobre los que reposa la soli- daridad social también reaparecén como elementos motivadores en la personalidad. Este punto de vista, segiin he procurado de- mostrar, sirve slo para remplazar la noci6n de accion por la te- sis de que las propiedades de los sistemas sociales y de la perso- nalidad tienen que ser examinados en conjuncion reciproca: el miembro de la sociedad no figura aqui como un agente experi mentado, creador, capaz de controlar reflexivamente su conduc ta (iy en principio capaz de hacerlo a la luz de algo que creeria que puede aprender segiin las teorias de Parsons!). Por otro la- do, el punto de partida parsonsiano en el llamado «preblema hobbesiano del orden» tiene como consecuencia que el esquema tedtico de Parsons sea capaz de tratar adecuadamente las asi- metrias del poder y las divisiones de intereses en la sociedad que las diversas tradiciones de la «sociologia interpyetativan que he analizado. Expuse, pues, un punto de vista alternativo, que por cierto se puede desarrollar con mas detalle, pero cuyos lin. mientos deben quedar claros. La produccién de la sociedad es resultado de las destrezas constituyentes activas de sus miembros, pero utiliza recursos y depende de condiciones de los cuales los miembros no tienen nocién, o perciben s6lo confusa- mente. Se pueden distinguir tres aspectos de la produccion de la interaccién: los de la constitucién del significado, de la morali- dad y de las relaciones de poder. Los medios por los cuales estos se coneretan pueden ser considerados también como modalida- des de la reproducci6n de las estructuras: la idea de la dualidad de la estructura ocupa aqui una posicién central, puesto que las estructuras aparecen a la vez como condicién y consecuencia de la produccién de la interaccion, Todas las organizaciones 0 co- lectividades «constan de» sistemas de interaccion, y pueden ser analizadas como estructuras: pero como sistenias, su existencia depende de los modos de estructuracién por los cuales son repro- ducidos. La reproduccion de las estructuras de dominacion —es preciso destacarlo— expresa asimetrias en las formas del signifi- cado y la moralidad que se hacen «pesar» en la interaccion, atandolas asia divisiones de intereses que sirven para orientar luchas sobre interpretaciones divergentes de los marcos de sig ficado y las normas morales. La produccién de la interacci6n con un caracter «significati- vo», segiin he planteado, puede ser analizada utilmente en su- bordinacién al «conocimiento mutuo» al que recurren los parti- cipantes como esquemias interpretativos para comprender mu- tuamente lo que dicen 0 hacen. El conocimiento mutuo no es Corresible para el observador sociol6gico, que debe recurrir a él exactamente como lo hacen los actores legos para generar descripciones de su conducta; sin embargo, en cuanto tal «cono- cimiento» puede ser representado como «sentido comin», como una serie de creencias facticas, esta en principio abierto a ser 161 t confirmado 0 no a la luz del analisis cientifico. He sostenido que desarrollos recientes en la filosofia de la ciencia son importantes. para dilucidar ta situacion légica de las pretensiones de conoci ‘miento formuladas en las ciencias sociales. Pero su relevancia es- {4 limitada por caracteristicas de estas que no tienen un paralelo en las ciencias naturales; y en todo caso, tales desarrollos en si deben ser sometidos al examen critica. El uso de Kuhn del térmi- no «paradigma» coniparte importantes elenientos en comiin con otras versiones de la nocidn de lo que he llamado «marco de sig- nificado», y tal come Kuhn lo aplica para analizar la historia de la ciencia también plantea dificultades similares a estas ver- siones. Asi, por ejemplo, Kuhn exagera la unidad interna de los “«paradigmas», como lo hace Winch con las «formas de vida», y «en consecuencia no reconoce que el problema de la mediacion de diferentes marcos de significado tiene que ser tratado como el punto de partida del analisis. Cuando esto se une con una insis- tencia en la distincién entre sentido y referencia, nos permite captar la significacién del reconocimiento hermenéutico sobre la autenticidad de los marcos de significado sin deslizarnos hacia un relativismo que cierra la posibilidad de toda evaluacion ra- cional de los mismos, La mediacién de los paradigmas 0 de es- quemas tedricos ampliamente divergentes en la ciencia es una cuestion hermenéutica tal como la involucrada en los contactos centre otros tipos de marcos de significado. Pero la sociologia, a diferencia de las ciencias naturales, se ocupa de un mundo prein- lerpretado, donde la creacién y reproduccién de los marcos de significado es la condicién misma de lo que procura analizar, 0 sea la conducta social humana: es por esto, lo repito, que hay tuna doble hermenéutica en las ciencias sociales que plantea co- mo dificultad especifica lo que Schutz, siguiendo a Weber, llama el «postulado de adecuacién». He sugerido que la formulacion de Schutz de esta idea, basada en Ia tesis de que los conceptos técnicos de las ciencias sociales tienen que ser capaces en cierto sentido de quedar reducidas a nociones seculares de la accion diaria, no es valida. De hecho debe ser invertida: antes que, en cierto sentido, los conceptos de la sociologia tengan que estar abiertos a ser traducidos en términos de los conceptos legos, es el caso que el observador cientifico social tiene que ser capaz pr riero de captar esos conceptos legos, 0 sea penetrar hermenéut camente en la forma de vida cuyas caracteristicas quiere anal © explicar. La relacién entre los vocabularios téenicos de las ciencias so- ciales y los conceptos legos, sin embargo, es cambiante: asi como los cientificos sociales adoptan conceptos corrientes —«signifi- cadon, «poder, «motivon, ete.— y los usan en sentidos espe- cializados, también los actores legos tienden a apoderarse de conceptos y teorias de las ciencias sociales y encarnarlos como r 162 elementos constitutives en la racionalizacién de su propia con- ducta. La significacién de este hecho sélo es reconocida margi- nalmente en la sociologia ortodoxa, en la forma de profecias que se cumplen a si mismas» o «que se niegan a si mismas», y que son consideradas simplemente como estorbos que inhiben la prediccién exacta. Pero aunque las generalizaciones causales de las ciencias sociales pueden asemejarse en algunos aspectos a las leyes de las ciencias naturales, son distintas de estas en un aspec- to esencial, puesto que dependen de alineamientos reproducidos de consecuencias no intencionales: en cuanto se las anuncia co- mo generalizaciones y son recogidas como tales por aquellos. a cuya conducta se aplican, su forma se alter, Esto nos reine uria vez mas con el tema de la reflexividad, central en este estudio, y nos conduce inevitablemente a una serie entera de otras cues- tiones, referentes a las tareas de las ciencias sociales como teoria critica. Seguiré tratando estos temas en otro trabajo. Pero es ini- portante destacar que las ciencias sociales estan en una situacion de tensién con su «materia», como instrumento potencial para expandir la autonomia racional de la accion, pero igualmente como un insirumento de dominacién potencial. En conclusion, y en forma resumida, presento aqui algunas nuevas «reglas del método sociolégico». Esta altima frase tiene solo una intencién irénica. No pretendo que los presupuestos que siguen sean «reglas» en el sentido en que he sugerido que ese término debe usarse mas apropiadamente en las ciencias so- ciales. Mas bien son una exposicién a grandes rasgos de algunos de los temas del estudio en su conjunto, y estén meramente desti- nados a ejemiplificar sus diferencias respecto del famoso mani- fiesto sociolégico que Durkheim emitio hace ochenta anos. Esta exposicién no constituye en si y por si un «progranta» para la in- vestigacion sociologica, aunque la considero un elemento in- tegral de tal programa, La subclasificacion que se ofrece a conti- nuacién establece aproximadamente lo que sigue: la seccidn A se refiere a la «materia de la sociologian: la produccién y reproduc- cidn de la sociedad; la Seccién B, a los limites de la actividad y a Jos modos en que los procesos de produccién y reproduccién pueden ser examinados; la Seccién C, a los modos en que se «ob- servay la vida social y se establece la caracterizacibn de su activi- dad; la Seccién D, a la formulacién de conceptos dentro de los do de la ciencia social como metalenguajes. A UNO: La sociologia no se ocupa de un universo upre-dado» de objetos, sino de uno que esid constituido 0 es producido por los 163 EI procederes activos de los sujetos. Los seres humanos trasforman a la naturaleza socialmente, y al chumanizarla» se trasforman a si mismos; pero, por supuesto, no producen ef mundo natural, que est constuido como un mundo-objeto independientemente de su existencia, Si al trasformar ese mundo crean la historia, y por consiguiente viven en la historia, lo hacen porque la produc- cién y reproduccion de la sociedad no esta cbiologicamente, programadan, como ocurre con los animales inferiores. (Las teorias que los hombres desarrollan pueden afectar a través de sus aplicaciones tecnolégicas, a la naturaleza, pero no pueden Hegar a constituir caracteristicas de! mundo natural, como lo ha cen en el caso del mundo social.) Dos: Por consiguiente, /a produccién y reproduccién de la so- ciedad ha de ser considerada como una realizacién diestra de parte de sus miembros, no como una mera serie mecdnica de procesos. Sin embargo, destacar esto no significa, decididamen- {e, que los actores tengan plena conciencia de lo que estas destre- zas son, 0 de como se las arreglan para ejercerlas; 0 que las for- mas de la vida social deban entenderse adecuadamente como los resultados intencionales de la accién. B UNO: El dominio de la actividad humana es limitado. Los hombres producen la sociedad, pero lo hacen como actores his- toricamente situados, no en condiciones de su propia eleccién Hay un margen inestable, empero, entre la conducta que puede ser analizada como accién intencional y la conducta que ha de ser analizada nomologicamente como un conjunto de «sucesos». En lo que respecta a la sociologia, la tarea crucial del analisis no- molégico ha de hallarse en la explicacién de las propiedades de Jas estructuras. Dos: Las estructuras no deben conceptualizarse simplemente co- ‘mo imponiendo coerciones a la actividad humana, sino en el sen- tido de permitirla, Esto es lo que llamo la dualidad de la estruc- tura. Las estructuras pueden en principio ser examiinadas siempre en funci6n de su estructuracién como una serie de prac- ticas reproducidas. Indagar en la estructuracién de las practicas sociales es tratar de explicar cémo son constituidas las estructu- ras mediante la accién, y de modo reciproco, cémo la accion es constituida estructuralmente, TRES: Los procesos de estructuraci6n implican una interrelacién 164 de significados, normas y poder. Estos tres conceptos son anall- ‘icamente equivalentes, como los términos «primitivos» de la ciencia social, y desde un punto de vista légico estan implicitos @ la vez en la nacién de accién intencional y en la de estructura: to- do orden cognoscitivo y moral es al mismo tiempo un sistema de poder, que involucra un «horizonte de legitimidad», c UNO: El observador sociolégico no puede tornar asequible la da social como un «fendmenon para la observacién, indepen dientemente de utilizar su conocimiento sobre la misma a modo de un recurso mediante el cual la constituye como un «tema de investigaciom». En este sentido, su posicién no es diferente de la de cualquier otro miembro de la sociedad; el «conocimiento mu- tuo» no es una serie de items corregibles, sino que representa los esquemas interpretativos que tanto los socidlogos como los legos anilizan, y deben utilizar, para «entender» la actividad social, 0 sea, para generar caracterizaciones «reconocibles» de esta. 0s: La inmersién en una forma de vida es el medio tinico y ne- cesario por el cual un observador puede generar tales caracteri- ‘zaciones. Sin embargo, aqui, «inmersion» (p. ¢j., en relacién con una cultura ajena) no significa ni puede significar «conver- tirse en un miembro cabal» de la comunidad. «Llegar a cono- cerm una forma de vida ajena es saber cémo orientarse en ella, ser capaz de participar en ella como un conjunto de practicas Pero para el observador sociolégico este es un modo de generar descripciones que tienen que ser mediadas, 0 sea, trasformadas en categorias del discurso cientifico-social. D UNO: De tal manera, /as conceptos sociolégicos obedecen a lo que llamo una doble hermenéutica: 1) Todo esquemia tebrico ge- neralizado de las ciencias naturales 0 sociales es en cierto sentido, una forma de vida en si mismo, cuyos conceptos tienen que ser dominados, como un modo de actividad practica, generando ti- pos especificos de descripciones. Que esto ya es una tarea herme- néutica esté demostrado claramente en la «novisima filosofia de la ciencia» de Kuhn y otros. 2) La sociologia no obstante, se ocu- pa de un universo que ya esta constituide dentro de marcos de significado por los actores sociales mismos, y los reimterpreta dentro de sus propios esquemas tedricos, mediando el lenguaje corriente y técnico, Esta doble hermenéutica es de una conside- rable complejidad, puesto que su conexién no es meramente uni voca (como Schutz parece sugerit); hay un continuo «desliza- miento» de los conceptos construidos en sociologia, mediante el cual se apropian de ellos los individuos para el andlisis de cuya conducta fueron originalmente acufiados, y por consiguiente tienden a convertirse en rasgos integrales de esa conducta (modi ficando potencialmente, de este modo, su empleo original dentro del vocabulario téenico de la ciencia social). os: En resumen, las tareas primarias del andlisis socioldgico son las siguientes: 1) La explicacién y mediacién hermenéuticas de formas de vida divergentes dentro de los metalenguajes descriptivos de las ciencias sociales. 2) La explicacién de la pro- duccién y reproduccién de la sociedad como el resultado logrado por la actividad humana. 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