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OBJETO: APELO. CONTESTO AGRAVIOS.

SRES. JUECES DE CAMARA

SALA EN TURNO:

Mercedes del Valle Stephen, por mis


derechos, designando como nuevo patrocinante letrado a la
DRA. ANDREA FABIANA ALBERTO, M.P. 2533 y
constituyendo domicilio procesal a los fines de la Alzada en
calle Pedro Pardo Nº360 de la ciudad de Salta, en los autos
caratulados AGÜERO ENRIQUE MANUEL c/Stephen
Mercedes del Valle s/LABORAL ORDINARIO– EXPTE. N°
8341/13, a V.S. respetuosamente digo:

______ a.- OBJETO: 1) APELO.- 2) CONTESTO AGRAVIOS:


Que en tiempo y forma y de acuerdo a lo establecido en los
art. 59 y 61 de la ley de rito vengo a incoar en contra de la
sentencia de fs. 319/334 formal recurso de apelación.
Asimismo y respondiendo al traslado conferido por S.S. a fs.
343, vengo a contestar los agravios que formulara la actora en
su presentación de fs. 371/372.-

Por razones de orden expositivo en primer lugar se


transcribirán los argumentos que sustentan la Apelación incoada y
luego los que hacen a la Contestación de Agravios.

1) APELO: EXPRESA AGRAVIOS:


_______ PRIMER AGRAVIO: La sentencia recurrida causa
gravamen a mi parte en cuanto el A quo ha resuelto en el
APARTADO II°) punto A) “…Como corolario de lo expuesto
tendré como fecha de ingreso del actor el día 15 de abril de
1994”.

Se afirma que al arribar a tal conclusión el Sentenciante


ha hecho una valoración de la prueba incorporada sobre el
particular parcializada. Puntualmente ha omitido otorgar el
valor probatorio que se impone al Acta Única Policial de
fecha 04 de Diciembre de 2012 de Seccional 21 (UR-2) de
Pichanal, aportada por el propio actor, y que si bien fue
objeto de desconocimiento por ésta parte, no debe perderse de
vista el “alcance con que tal desconocimiento fue realizado”.

Así, del conteste de demanda surge que a fs. 145 Primer


párrafo la suscripta negó que sean ciertos los hechos
denunciados por el actor como realizados por mi marido
(falsedad de la imputación en el ACTA UNICA POLICIAL de
fecha 04/12/12), y eso únicamente, tan es así que no fue
redargüido de falso por esta parte.

Luego y siguiendo con el razonamiento formulado por el


Sentenciante este manifiesta que “a dicho instrumento público
sólo puede atribuirse el carácter de una presunción simple”, y
valiéndose principalmente de las declaraciones testimoniales
vertidas en el proceso desvirtúa “la manifestación hecha por
el PROPIO ACTOR, BAJO PROMESA DE DECIR VERDAD ,
en un instrumento que no es cualquier instrumento, sino que
se trata de una denuncia efectuada por ante la policía,
libremente y según sus dichos “PARA DAR PARTE DE LO
QUE SUCEDE…”, por lo que en tren de suposiciones, como
las que formula el PROVEYENTE recurrido habríamos de
concluir que lo manifestado libremente al formular la
denuncia, al menos respecto de su antigüedad, ERA VERAZ,
pues qué sentido tendría pensar que si pudo mentir en
aquel momento respecto del contenido de la denuncia (como
lo hizo respecto de las imputaciones que le formula al esposo
de la suscripta) ¡¡¿ no lo haría respecto de su fecha de
ingreso???. Como bien lo señala en la parte final del Acta
recibió las instrucciones de su abogado para denunciar
pero no lo instruyeron sobre la fecha de ingreso que debía
dar, con lo cual se cercenaba asimismo aunque sin saberlo
la posibilidad de acceder a una jugosa indemnización.

Yerra también y ME AGRAVIA cuando expresa en el


subpunto 5) del punto A) del apartado II) de la Resolución
bajo análisis, que “…de la circunstancia de que la
Municipalidad de Pichanal informe que el negocio se
encuentra funcionando desde el 01 de enero de 1994 (es decir
tres meses antes que ingrese el actor “según sus dichos en la
demanda”), y de que esta parte “no haya denunciado ni
producido ninguna prueba que acredite que antes que el actor
existía otro empleado… se demuestra (o ÉL deduce), que (“ésta
parte” la aclaración me pertenece ), no tenía parámetros
válidos para demostrar fehacientemente sus dichos”.

Tal interpretación de los hechos es caprichosa a mi


entender y sólo se funda en meras suposiciones formuladas
por el Sr. Juez, que con el criterio señalado en el
RESOLUTORIO en crisis también podría haber dicho, que
desde el 01 de Enero fecha de la habilitación ( de la que da
cuenta el aludido informe municipal ), el negocio “permaneció
cerrado” hasta que ingresó a trabajar el actor, PUES LA
SUSCRIPTA NUNCA DIJO QUE HUBO OTRO EMPLEADO O
QUE ATENDIO EL NEGOCIO PERSONALMENTE.

Claramente sólo se tratan de conjeturas infundadas del


Señor Juez de Grado, no argumentadas ni por el actor ni por
esta parte.

Concluyendo, el ACTA ÚNICA POLICÍA Nº /12 de


Comisaría Seccional 21 (UR-2) de fecha 04.12.12 da cuenta
de que el actor instruido sobre los alcances de la falsa
denuncia, hace promesa de decir verdad de todo lo que
supiere o le fuere preguntado, en forma voluntaria y
espontánea confiesa que: “... que trabaja para el acusado
desde hace 17 años ...” (Sic.) .-

Cabe detenernos ahora en la calidad que debemos


reconocerle al acta policial, y en éste orden diremos que es
“el documento que la autoridad competente extiende a través
de un escrito cuando hay un motivo fundado donde se presume
que se ha cometido un hecho punible a los fines de iniciar las
investigaciones pertinentes”. El instrumento que la contiene
expresa el tiempo, modo y forma en que ocurrió el hecho. Es
un documento que hace fe pública en que se deja plasmado un
hecho ocurrido. El acta policial como documento tiene
carácter público por el hecho de ser realizado por un
funcionario público debidamente autorizado por la ley para
otorgarlo. En síntesis es la narración de un hecho, de un
procedimiento, de una entrevista o de un suceso que ha
presenciado el funcionario o un hecho en el cual ha
participado en forma directa. Es el respaldo legal de la
actuación policial que avalará el procedimiento ante la
sociedad, superioridad, el ministerio público y los tribunales
y por ello es innegable que resulta ser un instrumento
público.-

La doctrina es pacifica a este respecto "... cabe


recordar que el carácter de documento público -en el derecho
penal- está determinado por la esfera en la cual se produce y
por el sujeto u órgano del cual emana (Creus, Carlos, Derecho
Penal -Parte especial- tomo 2, p. 418)."

Es decir, que a la confesión realizada por el actor en el


ACTA PÓLICIAL, el A quo le asigna el valor probatorio de
“una presunción simple” y con ello ME AGRAVIA, pues le
niega el valor probatorio que el instrumento público labrado
por el oficial público tiene per sé, olvidando además que
dicho instrumento fue ofrecido en prueba por el propio actor,
por lo que es posible afirmar que el APELADO contraria en
su fallo el principio de congruencia del art. 55 inc. del CPL y
34 del CPCCC y lo señalado por el viejo adagio “a confesión
de parte relevo de prueba” (parafraseando al propio
Sentenciante a fs. 324 primer párrafo).

En el sentido expresado la Corte Suprema de Justicia de


la Nación ha señalado la imposibilidad de mantener conductas
contradictorias, mediante el “venire contra factum”, del que
surge que nadie puede ponerse en contradicción con sus
propios actos, ejercitando una conducta incompatible con la
anterior, deliberada, jurídicamente relevante y plenamente
eficaz. (fallos, 1994, 294:220).

En general, se sostiene que son presupuestos o


requisitos que deben concurrir para la aplicación de la
doctrina de los actos propios, los siguientes:

a) Una conducta anterior relevante, inequívoca y eficaz, lla
mada conducta vinculante", es decir capaz de producir efectos
jurídicos.  La conducta vinculante debe ser válida, jurídicamente
eficaz, es decir, no debe estar viciada .

Como dice Moisset de Espanés "el acto previo debe ser


válido, es decir, debe reunir los atributos propios de los actos
voluntarios, discernimiento, intención y libertad. Por lo ta n t o , s i
el acto propio o la conducta vinculante es ineficaz o inválida,
puede ser impugnadas sin que ello atente contra la doctrina de los
actos propios. ¿Cuándo entramos al ámbito de los actos propios o
la regla del "venire"?: cuando la conducta del sujeto tiene relevancia
jurídica y es contradictoria con una c o n d u c t a a n t e r i o r d e l a m i s m a
persona. Por eso, las meras opiniones o ideas sin trascendencia
j u r í d i c a n o t i e n e n cabida en esta regla. La conducta debe haber sido
manifestada en forma precisa, y h a b r á q u e a n a l i z a r l a e n c a d a c a s o e n
particular.

La jurisprudencia nacional ha recogido en disputas


laborales los principios y valores generales que protegen la buena
fe y la doctrina de los actos propios en particular, como puede
apreciarse en casos en que la voluntad se comporta de
determinada manera y fija su posición jurídica. Así, por ejemplo,
la Corte Suprema ha resuelto que "la Teoría de los Actos Propios,
basada en la noción de que a nadie es lícito ir contra sus propios
a c t o s anteriores que expresan la  voluntad del sujeto y definen su posición
jurídica en una materia determinada y que se funda, en último término en el
principio general de la buena fe la que, ciertamente, tiene plena cabida en
el á m b i t o d e q u e s e t r a t a "

También la jurisprudencia de la Corte Suprema concede


espacio a la regla del "venire contra factum propium" cuando se
presentan situaciones fácticas como las descritas en la que,
invocando la buena fe y la doctrina de los actos propios,
desestima pretensiones de existencia de relación laboral
resolviendo que: "tal como lo ha hecho esta Corte en casos
similares, los principios de la doctrina llamada "de los actos
propios", que asigna efectos ineludibles a determinadas conductas
previas y cuyo origen y objetivo se explica precisamente en la
primacía del principio de la buena fe, del cual se encuentra
imbuido no sólo la legislación laboral, sino que todo nuestro
ordenamiento jurídico" (entre otros, C. Suprema, 25/10/06, Rol Nº
771-2005; 20/12/2006, Rol Nº2.450-2005 y 25/01/2007, Rol Nº
5.316-2005, este último publicado en Gaceta Jurídica Nº 319,
Enero, año2007, p. 314).

Finalmente, el Sentenciante no ha valorado la


circunstancia de que el ACTOR dos veces convalido su
antigüedad con su proceder, así lo hizo cuando la pone de
manifiesto libremente en sede policial y cuando luego presenta
dicha acta como prueba de su parte en el expediente laboral en
trámite, SU ANTIGÜEDAD ES ESA, LA QUE SURGE DE SUS
PROPIOS DICHOS y de la prueba por el acompañada y no la
que fabrica su abogado luego en su demanda para tratar de
asirse de la indemnización prevista por el Art. 1 de la Ley
25323.-
___________ Por lo dicho, y consecuentemente ME AGRAVIA
también el A quo cuando en el APARTADO III) del Auto
Resolutorio en crisis, resuelve a fs.332 vta. Segundo párrafo y
bajo el Epígrafe INDEMNIZACION ART.1 DE LA LEY 25323 que
“…resulta viable el reclamo…” al haberse determinado que la
demandada no registro el vínculo laboral en examen con la
verdadera fecha de ingreso. Desde luego, el gravamen que me
causa se deriva del injusto patrimonial que significa tener que
abonar tamaña injusta indemnización al actor.

_______ SEGUNDO AGRAVIO: Me agravia el Sentenciante


cuando a fs. 327, en el APARTADO III) al analizar la
procedencia de la INDEMNIZACION POR DESPIDO , resuelve
“… hacer lugar al reclamo formulado por el actor…”, atento a
que según su interpretación mi parte “… no acreditó los
hechos en que fundó el despido ya que la ausencia del
trabajador de su domicilio al momento de la constatación no
era de suficiente gravedad como para disponer el distracto
con justa causa...”.

Sostiene en tal sentido el Proveyente apelado que todo


lo manifestado por la parte demandada al contestar la
demanda no puede integrar el examen de la causal invocada
para despedir al trabajador, porque de hacerlo estaría
violando lo expresamente establecido por el art. 243 de la
LCT…SIENDO ASÍ cabe señalar que la única prueba que
produjo el demandado para acreditar los hechos expuestos
por su parte es el acta notarial que fuera confeccionada por
la Escribana …que es la que transcribió en su TC de
despido…Sin perjuicio de lo expuesto considero necesario
dejar aclarado que el acta de referencia, como instrumento
público que es, hace plena fe de su contenido, hasta que sea
redargüido de falsedad y declarado así mediante acción civil
o criminal…lo que no obsta a que por los defectos que
pudiera tener o por otras razones puntuales no sirva para
acreditar determinados hechos como ocurre en el caso de
autos…en síntesis en el caso de autos EL INSTRUMENTO ES
PLENAMENTE VALIDO PERO NO RESULTA EFICAZ COMO
PRUEBA PARA ACREDITAR LOS HECHOS QUE DEBIA
PROBAR LA PARTE DEMANDADA”

Del análisis de los argumentos vertidos por el JUEZ de


grado para llegar a tal conclusión se puede apreciar con
meridiana claridad que viola el principio de CONGRUENCIA
como así también el de CONTRADICCION, ya que si bien dice
que el Acta de Constatación Notarial pasada en Escritura
Nro. 34 de fecha 13 de Diciembre de 2012 Escribanía a cargo
de la Escribana Silvia E. Serrano, citada en el TC de despido
ES UN INSTRUMENTO PLENAMENTE VALIDO, toma en la
Resolución en crisis sólo aquella parte que conviene al
criterio asumido, fraccionando el instrumento.

Es decir, que en referencia al Acta Notarial de fecha


13.12.12 orientada a acreditar si el actor se encontraba o no en su
domicilio haciendo reposo como lo prescribiera su médico el Dr.
Aramayo; Resulta que el Aquo solo otorga credibilidad a esta
primera parte, que da cuenta que el actor no se encontraba en su
domicilio, hecho verificado por la notaria y la Dra. Corbalán
medico de la patronal comisionado al efecto, y en cambio LE
NIEGA ARBITRARIAMENTE valor a todo el resto del
instrumento, del que surge que el actor ni había ido a ver al Lic.
Cano ni tampoco fue a ver al Dr. Mateo, siendo que esos eran los
destinos del actor según lo manifestado por la esposa de Agüero a
la notaria.-

La sentencia en crisis desconoce la validez de las actas


referidas como medio probatorio, sin redargüirlas de falsa.
Lisa y llanamente las ignora, por lo que se afirma que el A
quo ha incurrido en un defecto grave de motivación, por
presentarse lo que se ha dado en llamar absurdo notorio, lo
que constituye un vicio in procedendo, y ello ocurre no solo
cuando la omisión de motivación aparece como una carencia
estructural del fallo, sino también cuando existe una
expresión de razones pero ellas son insuficientes para
justificar la decisión.

Al comenzar con el tratamiento concreto del agravio


referido al vicio in procedendo que es motivo de este recurso,
es menester efectuar algunas precisiones sobre el carácter
que revisten las acta tanto notariales como la policial,
instrumentos que en autos no encuentran cuestionado por la
actora, sobre todo en lo atinente a su valor probatorio.-

Instrumento público es aquel especial documento al


cual la misma la ley le reconoce autenticidad, de manera que
prueba por sí solo la verdad de su contenido. Las condiciones
de validez de los instrumentos públicos se refieren, en primer
término, a la intervención del oficial público o quien se halle
autorizado para actuar como tal; la capacidad del oficial
público; la competencia de éste por razón de la materia, del
territorio y de las personas y, finalmente, la observancia de
un rito jurídico, esto es, de las solemnidades legales o de las
formas prescriptas por las leyes (arts. 290 CC.)

Es oportuno recordar que para Carnelutti la


importancia de la consideración del autor del documento
resulta elemental, porque el documento merece la fe que goce
su autor, en tal sentido una de las fuentes principales de la
autoridad del documento es la autoridad de quien lo forma.
De allí la importancia de la distinción entre documento
público y privado, que se funda no tanto en la cualidad
cuanto en la posición del documentador respecto al
documento mismo; sólo cuando esté formado en el ejercicio
de una actividad pública pertenece a la categoría de los
documentos públicos (Francisco Carnelutti, "Sistema de
Derecho Procesal Civil", t. 2, Bs. As., 1944, p. 415).

A su vez González Palomino sostiene que "el valor


probatorio del documento no depende sólo ni tanto de las
virtudes representativas cuanto de la credibilidad del autor.
De quien sea el autor y de su crédito depende que tenga más
o menos credibilidad y fuerza probatoria. La del instrumento
público, por el carácter de público autenticador de que el
notario y funcionarios públicos en sus funciones están
investidos, es plena en cuanto a las afirmaciones que el
notario o funcionario público consigne de hechos realizados
en su presencia o de actos realizados por él mismo en
funciones de su cargo" (José González Palomino, "Negocio
jurídico y documento", Valencia, 1951, p. 112, cit. por Carlos
A. Pelosi en "El documento notarial", Bs. As., 1987, p. 99).
En el amplio espectro de los que integran la prueba
documental se hallan incluidos los instrumentos públicos,
cuya eficacia probatoria dependerá, como se dijo, de su
autenticidad y de la veracidad de las manifestaciones en él
contenidas y harán plena fe de la "existencia material de los
hechos" que el oficial público exprese que él mismo ha
cumplido o que han sido cumplidos en su presencia, hasta que
sean argüidos de falsos por acción civil o criminal (art.296
CC).

Por su parte nuestro régimen procesal establece en su


Art. 395 del CPCCS, de aplicación supletoria al fuero,
conforme art. 90 del CPL, establece: “Redargución de
falsedad. La redargución de falsedad de un instrumento
público tramitará por incidente, que deberá promoverse
dentro del plazo de diez días de efectuada la impugnación,
bajo apercibimiento de tener a quien la formulare por
desistido. Será parte el oficial público interviniente.
Promovida la redargución de falsedad, se suspenderá el
pronunciamiento definitivo para resolver el incidente
conjuntamente con la sentencia.”

Carnelutti define el acta como "el acto redactado por


un oficial público para hacer fe de las operaciones llevadas a
cabo o de las declaraciones recibidas por él; es entonces el
Acta notarial un instrumento público y en consecuencia tiene
su valor probatorio conforme los artículos 310, 311 y312 del
Código Civil.-
Para comprender el valor probatorio del instrumento
público debemos distinguir: a) al Instrumento en sí mismo y
b) al Contenido del mismo.- A.- Instrumento en sí mismo:
Goza de la presunción de autenticidad que merece la
actuación del oficial público interviniente, abonada por su
firma y sello. Se prueba por sí mismo. En tanto que desde el
punto d vista de su contenido el Art. 312 del CC establece el
valor probatorio de las Actas extendidas por los Escribanos
Publicos en la órbita de sus facultades, disponiendo que:
“El valor probatorio de las actas se circunscribe a los
hechos que el notario tiene a la vista, a la verificación de su
existencia y su estado. En cuanto a las personas se
circunscribe a su identificación si existe, y debe dejarse
constancia de las declaraciones y juicios que emiten. Las
declaraciones deben referirse como mero hecho y no como
contenido negocial.”

Las Manifestaciones así consignadas son la únicas que


gozan de fe pública.- En consecuencia gozan de una presunción de
autenticidad calificada que solo puede impugnarse por un proceso
especial de redargución de falsedad, por acción civil o criminal.-
Esto es así porque se refieren a los hechos cumplidos por el
propio oficial público o que han tenido lugar en su presencia, los
que por lo tanto han sido percibidos por él "propriis sensibus de
visu aut de auditus", o por cualquiera de sus otros tres sentidos.-

En el caso subexamine las Actas contienen precisamente


manifestaciones autenticas, es decir, lo que las escribanas
constataron personalmente en diferentes oportunidades,
además de la que dio motivo al despido, y como tales HACEN
PLENA PRUEBA, máxime si se considera que no fueron objeto
de redargución de falsedad ni siquiera fueron negadas por la
actora.-

LAROMBIERE y CARNELUTTI enseñaban la


importancia que en materia documental reviste el autor del
documento, es decir, que la fe que tiene el mismo, es la que
merece su autor.- Entonces es justamente en virtud de la autoridad
de su autor que el instrumento público tiene carácter de
indubitable hasta que el mismo sea impugnado por redargución de
falsedad, por acción civil o criminal y por vía ordinaria o de
incidente, de la existencia material de los hechos que el oficial
público hubiere percibido por sus sentidos por haber pasado en su
presencia ó los que ha realizado el mismo.-

Lo cierto es que en el sublite el Sentenciante niega


enfáticamente valor probatorio a las connotaciones de la
escribana de que el actor no concurrió a ninguno de los
consultorios médicos referidos por la esposa, en base a que no
existen constancias de que la demandada le hubiera
encomendado tales constataciones.-

La falta de petición escrita no enerva el valor del acta, ya


que la actora en todo momento acompaño a la escribana y ello
surge de las manifestaciones de la escribana transcriptas por el A
que “nos quedamos a esperar hasta que el Sr. Agüero se
presentara, junto con la REQUIRENTE y la Dra. Corbalán”

Nótese que la escribana constato la inconcurrencia del


actor ambos consultorios in situ, según se desprende del acta
referida y que el A quo, sin mediar reproche alguno de la
actora, ni negativa a este respecto, niega su valor probatorio y
en evidente parcialidad afirma que “... lo que de ninguna
manera implica que no lo pudo atender en otro consultorio que
podía tener en Oran”, circunstancia esta totalmente ocurrente
y caprichosa de parte del Sentenciante que en orden a imaginar
cosas o situaciones a favor del actor pudiera haber imaginado
también que se fue a Cuba??

Lo burdo de la justificación esgrimida por el actor para


definir el alcance del concepto “REPOSO”, que le fuera
supuestamente prescripto por el Galeno que lo atendiera y las
“forzadas explicaciones o argumentaciones supuestas” por el
JUEZ Sentenciante me eximen de mayores comentarios.

Las manifestaciones auténticas vertidas por la escribana en


el acta no pueden desmembrarse, constituyen un todo y debe
interpretarse en su conjunto, no parcializadamente como lo hace
el A quo. En tal sentido, resulta importante recordar que la
percepción del hecho material por parte del oficial público, con
cualquiera de los cinco sentidos, goza de fe pública. No hay
escalafón.- En las actas notariales consiste en cualquier hecho
material que pueda ser tocado y/o palpado; olido y/u olfateado;
gustado y/o catado y/o saboreado por el escribano actuante.-

Son estos los agravios, la inobservancia y/o errónea


aplicación de la ley sustantiva, concretamente los arts. 296, 312 y
ccdtes. De Código Civil, con el consiguiente quebrantamiento al
art. 385 CPCCS, lo que hace que la Sentencia impugnada carezca
de fundamentación legítima determinando por tanto su nulidad.-

Ha quedado debidamente demostrada su idoneidad, y su


valoración probatoria deberá ser analizada a la luz de la sana
crítica racional y en conjunción con las demás acreditaciones
agregadas en la causa, ya que es fácil advertir que ha sido
desechada por el A quo como elemento de prueba sin valedero
motivo el acta notarial agregada a fs. 87/88.-

Si bien es cierto que los jueces y los tribunales de mérito


tienen poderes discrecionales en cuanto a la selección y
valoración de la prueba para formar convicción, y que los
argumentos que ellos desarrollan para afirmar su certeza no
pueden, en principio, ser censurados en apelación (aunque pueda
como ocurre en éste caso, discreparse con los mismos), no lo es
menos que esa libertad no debe ser arbitrariamente utilizada,
como se afirma se verifica en el sublite al valorar
caprichosamente la prueba que constata que el empleado procedió
de mala fe, argumentando una enfermedad “inexistente”, cobrando
sin trabajar, burlando las facultades de control que el art. 210 de
la LCT otorgaba a esta parte, a fin de verificar su estado de salud
por especialista de confianza y en su caso y de constatarse alguna
patología coadyuvar en su recuperación.

________ Consecuentemente con lo que se viene analizando diré


que Me AGRAVIA también el Sentenciante cuando al analizar la
proporcionalidad de la sanción con la falta cometida por el actor,
señala a fs. 330 vta. subpunto J) que “de lo manifestado por la
patronal en el TC por el que despidió al actor surge que el hecho
de que el mismo no se encontraba en su domicilio al momento de
la constatación no era una causa grave para extinguir el vínculo
laboral…”

Sobre tales afirmaciones cabe señalar que es opinión


unánime y sostenida de la Doctrina y Jurisprudencia de nuestros
Tribunales que "la falta cometida debe ser ponderada a luz de
las circunstancias personales, tomando especialmente en
consideración las funciones que desarrollaba el empleado dentro
de la empresa y la conducta que le era requerible, de acuerdo con
la índole de las tareas a su cargo".

Y en tales circunstancias cobran absoluta relevancia los


antecedentes consignados en las Actas de Constatación Notarial
Nro. 174 de fecha 22 de Junio de 2012 Escribanía a cargo de la
Escribana María S. Salvatierra y Nro. 18 de fecha 31 de Agosto de
2012 Escribanía a cargo de la Escribana Silvia E. Serrano, como
así también las Actuaciones Administrativas en la que consta la
ejecución de la JUNTA MEDICA (fs. 29 del Expediente
Administrativo) efectuada sobre la persona del actor de la que
surge que no estuvo enfermo, las cuales constituyen instrumentos
público en los términos previstos en los arts. 289 incs. 1y 2 del
CC. de los que se deriva la plena fe de su contenido y que el A
Quo desconoce por una incorrecta interpretación de la norma.-

Luego, no puede pasar desapercibido que con la conducta


asumida por el actor durante más de diez meses, falto a los
deberes que la buena fe le imponía, no prestó servicio o tarea
alguna, impidió a la suscripta ejercer sus facultades de control
médico, también y lógicamente las de organización, pues es
fácilmente deducible la circunstancia de que nunca se sabia si
volvía a trabajar o no, no se podía tomar otro personal por lo
irregular de su conducta, y en definitiva causo un GRAVE
PERJUICIO MORAL Y ECONOMICO.

Tampoco puede permitirse DUDAR DE LA BUENA FE de


ésta parte, pues en cada telegrama que se le curso “ SE LE HIZO
AL ACTOR UN LLAMADO A LA REFLEXION SOBRE SU
CONDUCTA”, haciendo lamentablemente caso omiso a cada uno
de ellos.
En este contexto, resulta innegable que todos estos
elementos resultan determinantes y deben ser valorados a la
hora de determinar la existencia de justa causa del despido".

Mas allá de lo señalado, no se ve cual es la razón por la que


el JUEZ DE GRADO minimiza la gravedad de la falta cometida
por el actor y que motiva su despido, s iendo que es a buena
Doctrina “que el empleado está obligado a someterse al control
médico (art. 210 LCT.), la conducta del dependiente se encuentra
reñida con los principios de conservación del contrato de trabajo
(art. 10 LCT), y de buena fe (art. 63 LCT.), pues no se encontraba
en su domicilio para recibir al médico laboral”.

Recientemente la Sala VI de la Cámara Nacional de


Apelaciones del Trabajo ha resuelto que “Corresponde
confirmar la improcedencia del despido indirecto puesto que
las actitudes contradictorias tomadas por el actor, -vinculadas
a la existencia de controles médicos y la ausencia de su hogar
en tal momento-, se contradicen abiertamente con el principio
de buena fe previsto en el art. 63 de la LCT., ya que era él
quien debía facilitar la realización del control del art. 210
LCT. y debía además, excluir todo acto que lo imposibilite”.
(Gallardo Roberto Ezequiel c/ COTO C.I.C.S.A. s/ despido,
01/04/2013)

Luego, una vez más es conteste la Doctrina y


JURISPRUDENCIA laboralista en el sentido de que “El art.
210 prevé que el trabajador ineludiblemente debe someterse al
control médico por parte de la patronal” y que la conducta
adoptada por el trabajador que no se encuentra a disposición
de la patronal para ejercitar dichos controles, se encuentra
reñida con el principio de conservación del contrato dispuesto
en el art. 10 de la L.C.T., colocándose en situación de despido.
( LUIS A. RAFFAGHELLI - JUAN CARLOS FERNANDEZ MADRID, Bs. As.
17/04/13, M J - J U - M - 7 9 3 8 5 - A R | M J J 7 9 3 8 5 | M J J 7 9 3 8 5 )

En el sublite puede afirmarse que la omisión de valorar


pruebas dirimentes en que incurre el Proveyente constituye un
caso típico de selección arbitraria del material probatorio,
afectando el principio de razón suficiente, aspecto que no puede
escapar al control del superior.

En este sentido sostiene De la Rúa, sustraer al control de la


casación el empleo por parte del juez de premisas falsas o
inmotivadas, dejaría el camino librado a la arbitrariedad (De la
Rúa, "El Recurso de Casación", Bs. As., 1986, p. 186).-

Concluyendo, la motivación de la sentencia surge como un


ligamen psicológico de extraordinaria importancia, donde el juez
debe valorar todos los elementos de prueba jurídicamente
relevantes, y que apuntan a las distintas soluciones posibles,
inclinándose en definitiva por aquellos que mejor se compadezcan
con la valoración efectuada.

La interpretación que del derecho sustantivo se hizo en la


sentencia impugnada es inapropiada, ya que a fin de alcanzar ese
desenlace, parcializa la interpretación de las normas,
seleccionado aquéllas pruebas que mejor contribuyan a su
conclusión, omitiendo asignarle el valor adecuado a pruebas de
significativa entidad como son el acta policial y notarial
evidenciando una total carencia de logicidad y falta de
fundamentación de la sentencia que viola la norma del art. Art. 55
del CPLaboral.- Sentencia. La sentencia definitiva de primera
instancia se dictará por escrito, y contendrá: a)....b) Los
fundamentos donde se analizarán las cuestiones litigiosas que se
juzguen indispensables.-

El A quo parte de premisas que no son válidas, negando


validez al acta policial y notarial, a la que califica prácticamente
como diligencia estrictamente privada, y esta inadecuada
interpretación de las normas legales, resta sustento a la
resolución atacada la que surge manifiestamente inmotivada,
presentándose de tal forma la ausencia de una ligazón racional
entre las pruebas y las conclusiones tenidas por ciertas, por lo
que se impone anular la resolución en crisis por faltarle
motivación por selección arbitraria de la prueba.-

La búsqueda de la verdad jurídica objetiva es deber


primordial de un adecuado servicio de justicia, de manera que no
corresponde hacer primar un rígido cumplimiento de ritos no
exigidos expresamente pues se incurre en exceso ritual
manifiesto, o excesivo rigor formal.

__________ Desde luego, y dicho sea de paso ME AGRAVIA el A


quo cuando resuelve hacer lugar a los reclamos por FALTA DE
PREAVISO e INTEGRACION DEL MES DE DESPIDO, pues
conforme a lo analizado el DESPIDO fue causado por la conducta
del propio ACTOR. Por lo que siendo una derivación de la
“injusta condena”, SOLICITO oportunamente se dejen sin efecto.

Por todas las razones expuestas, solicito se revoque la


sentencia en crisis, declarando que la antigüedad real del
empleado es de 17 años y se rechace la demanda en todas sus
partes en merito a la legítima causal de despido dispuesta por la
suscripta oportunamente (imposibilidad motivada en la conducta
del dependiente de realizar los controles médicos previstos por el
art. 210 LCT).-

2) CONTESTO AGRAVIOS:

A).- Respecto de los agravios expresados por la Actora


respecto al S.A.C. sobre las indemnizaciones por despido e
indemnización prevista en el art. 2 de la Ley 25.323 y art. 80 son
notoriamente improcedentes e infundados.-

En referencia a la denegatoria de las indemnizaciones


previstas en el art. 2 in fine de la Ley 25323 la norma es clara
cuando dispone: “Si hubieran existido causas que justificaren la
conducta del empleador, los jueces, mediante resolución fundada,
podrán reducir prudencialmente el incremento indemnizatorio
dispuesto por el presente artículo hasta la eximición de su pago.”

El Aquo estima que la conducta de la demanda era


atendible, de allí el rechazo de la pretensión esgrimida por el
actor en éste rubro.

Sin perjuicio de ello y siendo que la sentencia también fue


recurrida por mi parte a fin de que se revoque la misma en todas
sus partes, resulta que de acogerse favorablemente la misma, los
agravios del actor devendrán abstractos.

B).- Respecto a la indemnización del art. 80 LCT, la misma


no corresponde en merito a que a fs. 81/82 corre agregada la
certificación de servicios entregada al actor.-

De todas formas, es digno de destacar los fundamentos del


A quo para denegar estos rubros, pareciera que lo hace a
propósito con el fin de que el actor apele para engrosar los
honorarios, ya que sus fundamentos resultan también
inentendibles y por lo tanto dificultan el ejercicio de la debida
defensa en juicio, pues pone a la parte en situación de tratar de
adivinar lo que quiso decir.-
_______ b.- PETITUM. Por las razones expuestas a la Excma.
Cámara pido: Tenga por presentada, por designado nuevo
patrocinio letrado, por constituido domicilio procesal en
ALZADA, por Planteado Recurso de Apelación; Por contestada la
apelación, Oportunamente Haga lugar a la Apelación planteada
por mi parte y en consecuencia RECHACE LA DEMANDA en
todas sus partes y Rechace la Apelación formulada por el actor,
con Costas.

J U S T I C I A

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