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Además, el oficio del caricaturista se basa en resumir y hacer digerible lo que mucha
gente no entiende fácilmente, ya que la política es muy rebuscada y compleja.
Coincidieron que para ser un buen monero se necesita ser una persona muy
informada, además de contar con un sentido del humor muy fino y contar con la
capacidad para analizar con precisión la coyuntura política; posteriormente, la
misma precisión para plasmar ese análisis en un resumen que sólo puede otorgar
un trazo fino, ya que la labor de un caricaturista político es simplificar las ideas que
en algún momento podría tener un periodista, es decir, utilizar correctamente la ética
profesional para emitir una opinión y plasmarla. Además de estar muy consciente de
que su trabajo siempre estará bajo la lupa del espectador, por lo que el talento, la
dedicación y esfuerzo de cada trazo va a plasmarse también.
Explicaron que para ser monero se debe tener una formación de largo alcance, esto
es, ejercitar la labor crítica a través de la caricatura en todo momento, ya que por lo
general cuando apenas alguien se da a conocer en algún medio es porque ya lleva
una trayectoria de más de 10 años “rayando”. ¿Por qué? Porque la práctica del
dibujo es el vehículo del discurso y la necesidad de información es importante para
alimentar el conocimiento.
Es así que a través de la disciplina se puede llegar a aparecer en una primera plana,
claro que no hay que dejar de lado el poco espacio que actualmente existe para las
mujeres, ya que aún se considera que el análisis político es solo para hombres y los
medios de comunicación tradicionales ofrecen pocas o nulas posibilidades para las
moneras.
Por último, los artistas acotaron que a pesar de que las noticias tienen fecha de
caducidad, un buen cartón trasciende y permanece vigente hasta nuestros días, de
ahí la importancia de hacer un buen trabajo y no uno mediocre.
Sobre la diferencia entre los memes y los cartones políticos, los expertos
mencionaron que el meme es un producto mucho más inmediato, pero por ende
raya en lo obvio, en cambio, el cartón es mucho mejor pensado. Además de que el
meme es anónimo y el cartón no.
En mi opinión fue una buena charla, muy amena, descriptiva y que permite conocer
el mundo de la caricatura política, pero sobre todo, conocer la formación de cada
uno de los artistas, que como bien lo dicen, no es un trabajo fácil, ya que requiere
mucha lectura, preparación, capacidad de síntesis y tener mucho talento para lograr
plasmar con sentido del humor un tema álgido y coyuntural.