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Material Grupo 3
Material Grupo 3
1414
Delgado Barón, «Las víctimas como sujetos políticos en el proceso de justicia y paz en Colombia».
1415
Entrevista 238-VI-00055. Funcionario público.
1416
Entrevista 115-VI-00024. Mujer, exfuncionaria.
1417
Entrevista 239-VI-00030. Mujer, víctima, Antioquia.
1418
Módulo de Catalogación Colaborativa 1000130-OIMB-6218383e26467b4d417d6bac, «Microhistoria
1. La ley de Justicia y Paz como un mecanismo de rendición de cuentas para integrantes de grupos
paramilitares desmovilizados».
1419
Fiscalía General de la Nación (FGN), «Sentencias Ley 975 de 2005».
1420
Fiscalía General de la Nación. Dirección de Justicia Transicional, «Consolidado de exhumaciones
al 30 de julio de 2021».
494 no matarás
los procesos de reincorporación1421. La CNRR se planteó como un organismo integral
que fortaleciera una apuesta de paz en el país y creara las condiciones para el impulso
de una futura Comisión de la Verdad1422.
Esto resultó paradójico dado que dependía del gobierno de Álvaro Uribe, quien
negaba la existencia de un conflicto armado en Colombia A su vez, tuvo que sortear las
críticas de opositores a la negociación con las AUC. La CNRR tuvo una composición
en la que destacaban académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil.
Esta paradoja estaba presente en las reflexiones de los miembros de la CNRR. Una
de sus integrantes lo ilustró a través de su testimonio ante la Comisión de la Verdad:
«Yo tuve un costo político altísimo por participar en la Comisión Nacional de
Reparación, pero no me arrepiento. Eso fue una gran experiencia. Se crea en un
gobierno muy complicado como el de Uribe; sin embargo, logró abrir un camino
importantísimo y puso los cimientos de la Ley de Víctimas; puso los cimientos de
la memoria, importantísimo [...], y esta es una crítica que yo hago muchas veces a
algunos sectores y algunas organizaciones: no es “blanco o negro”, ¡no! En Colombia
hay matices. No todos los órganos del Estado se han vinculado con la ilegalidad.
Entonces, en eso éramos como muy cuidadosos de no señalar todo... no, no todo lo
que es Estado es paramilitarismo»1423.
De la mano de la CNRR se creó el Grupo de Memoria Histórica (GMH) para
crear un relato colectivo sobre el conflicto colombiano. El Grupo priorizó unas líneas
de investigación y unos casos emblemáticos que brindaban una serie de datos y ele-
mentos analíticos para ejemplificar y construir una historia sobre el conflicto armado.
Este trabajo se materializó en la publicación de todo un compendio documental y
la base de datos más depurada del conflicto. El grupo se cerró con el informe ¡Basta
ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, y dio paso al CNMH y al Museo que
se construye para tal fin. O sea que en estos años se comenzó el largo recorrido de la
memoria del conflicto, de la reparación y de allanar el camino hacia la reconciliación.
En mayo de 2008, cuando el Gobierno ya había dado un salto en la guerra contra
las FARC-EP y tenía el poder y las armas para arrinconarlas en los confines del país,
sorpresivamente catorce de los más importantes exjefes paramilitares fueron extra-
ditados a Estados Unidos. Algunos de ellos venían contribuyendo efectivamente a
develar la trama política y económica detrás de sus estructuras. Esto ralentizó aún
1421
Congreso de la República, Ley 975 del 2005, «Por la cual se dictan disposiciones para la reincorpo-
ración de miembros de grupos armados organizados al margen de la ley, que contribuyan de manera
efectiva a la consecución de la paz nacional y se dictan otras disposiciones para acuerdos humanitarios».
1422
Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.
1423
Entrevista 410-PR-00733. Mujer, activista.
1424
Módulo de Catalogación Colaborativa 1000130-OIMB-6218383e26467b4d417d6bac, «Microhistoria
1. La ley de Justicia y Paz como un mecanismo de rendición de cuentas para integrantes de grupos
paramilitares desmovilizados», 9; Uprimny, Las leyes de Justicia y Paz, 19-20.
1425
Entrevista 001-VI-00044. CEV, Macroterritorial Internacional. Hombre, exmagistrado.
496 no matarás
79. La guerra tras la desmovilización
de las AUC
1426
Verdad Abierta, «Los ‘Gaitanistas’, un pulpo que creció en las narices del Estado», VerdadAbierta.com
1427
Entrevista 084-PR-00402. Actor armado, hombre, exintegrante de la disidencia del EPL,
excombatiente de las AUC Bloque Centauros y del Clan del Golfo.
1428
Entrevista 084-PR-00429. Actor armado, exmayor del Ejército.
1429
Entrevista 170-VI-00008. Mujer, víctima Norte de Santander.
1430
McDermott, «La victoria de los Urabeños», 3.
1431
Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos (MAPP-OEA), «Sexto
informe trimestral del Secretario general».
1432
Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos (MAPP-OEA,
«Noveno informe trimestral del Secretario General».
1433
Nussio, «Excombatants and violence in Colombia», 8.
498 no matarás
Contrainsurgencia Wayuu, el Frente Sur del Putumayo, las Autodefensas Campesinas
del Casanare, las Autodefensas del Meta y Vichada, y reductos de algunos bloques. En
segundo lugar, los rearmados, que eran conformados por desmovilizados que reinci-
dieron y se agruparon en nuevas estructuras como las Águilas Negras, los Rastrojos,
los Paisas y el Bloque Nevados. Finalmente, los emergentes, que coparon territorios
en los que hacían presencia las AUC, entre los que se encontraba el Ejército Popular
Anticomunista1434. Estas tres clases de grupos conforman lo que aquí se denominan
«organizaciones sucesoras del paramilitarismo», quienes mantendrían su actividad
militar y económica, fundamentalmente sobre el narcotráfico.
Grupos como los Rastrojos desarrollaron alianzas promiscuas con otros grupos
armados ilegales e incluso con las guerrillas del ELN o de las FARC-EP, como estrate-
gia de sobrevivencia en medio de las disputas violentas por el control de los territorios.
La Comisión de la Verdad conoció el caso del pacto de La Cordillera, una alianza
entre el ELN y los Rastrojos para combatir a las FARC-EP que ocurrió entre 2006 y
2010 con el objetivo de apoderarse del comercio de la coca en la zona de los muni-
cipios de Balboa, Patía, El Tambo y Argelia; tener el control de las zonas de acceso a
la costa Pacífica por Argelia y El Tambo, salida a Popayán por El Tambo y de la vía
Panamericana1435.
En torno al dominio de Urabá entraron en disputa dos organizaciones: las
Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) –o Clan del Golfo– y la Oficina de
Envigado. Estos dos grupos, sumados a los Rastrojos1436, constituyeron las tres estruc-
turas más importantes sucesoras del paramilitarismo. Las cruentas disputas entre fac-
ciones y pequeños grupos fueron dando lugar a la configuración de un menor número
de organizaciones, con mayor pie de fuerza y capacidad de fuego. Tal es el caso del
Clan del Golfo, el cual, a la fecha en que se escribe este informe, es el protagonista,
junto con disidencias de las FARC-EP y del ELN, de los conflictos armados regionales
que han persistido desde 2016.
El 15 de octubre de 2008, año en el que el gobierno de Uribe celebró los golpes
más importantes en contra de las FARC-EP, las AGC se dieron a conocer con un paro
armado en la zona bananera de Urabá. Y al año siguiente, las autoridades sabían que
hacían presencia en Chocó, Antioquia, Córdoba, Norte de Santander, Bolívar, Cesar
y La Guajira, y promovían una estrategia para entrar a ciudades como Medellín y
Santa Marta.
1434
Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), La Reintegración: logros en medio de
rearmes y dificultades no resueltas.
1435
Para profundizar, revisar Comisión de la Verdad, Entrevista 400-VI-00004. Víctima, periodista local.
Caso n.º 88. «Pacto de la Cordillera».
1436
Los Rastrojos nacen del Cartel del norte del Valle al mando de Wilber Varela, alias Jabón, y mantienen
una guerra con otro grupo conocido como los Machos, de Diego León Montoya, alias Don Diego.
500 no matarás
Respecto al narcotráfico, el IV Congreso mantuvo su prohibición como medio
de financiación1439. Un pronunciamiento que contrasta con la realidad. Para este
momento diferentes estructuras como las del Catatumbo, Cauca, Chocó y sur de
Bolívar empezaron a vincularse a diferentes márgenes de esta economía y habían
priorizado para sus finanzas la cooptación de los recursos provenientes del petróleo,
la minería ilegal y el secuestro.
En el Catatumbo, milicias del ELN dirigieron la colonización y regularon el cul-
tivo de coca; en la serranía de San Lucas, controlaron las explotaciones auríferas y la
coca; en Cauca y Nariño, emprendieron explotaciones auríferas e iniciaron el cobro
de gramaje a los cultivos de coca. Además, incursionaron en la explotación maderera
en Chocó. En este último caso, aunque trataron de influir en las comunidades cho-
coanas, estas se mantuvieron al margen y más bien vieron a la guerrilla con temor y
como un ejército de ocupación.
En la medida en que controlaba las economías ilegales de sus zonas de domi-
nio, el ELN entró en conflicto con otras organizaciones armadas ilegales, fueran las
FARC-EP o los grupos residuales de las AUC, que en algunas ocasiones terminaban
en alianzas. Esta lógica de confrontación y negociación varía en cada región. Es decir,
si el ELN tenía conflictos con las FARC-EP en Arauca, en otros lugares podía aliarse
para enfrentar a otras bandas.
Por su intensidad, el caso más emblemático de las confrontaciones locales entre
insurgencias ocurrió en Arauca (2005-2010). Las tensiones entre FARC-EP y ELN
aumentaron por los intentos de primera agrupación, con alias Grannobles a la cabeza,
de ampliar los cultivos de coca en el piedemonte araucano, domino histórico de los
elenos. A medida que la confrontación aumentaba, las FARC-EP señalaron al ELN
de aliarse con el Ejército y los paramilitares para combatirlas. Las posibles alianzas
fueron reveladas en una investigación de Revista Semana1440. Esta guerra al fin de
cuentas la ganó el ELN; no obstante, los grandes perdedores fueron los civiles dado
que la mayoría de los muertos eran líderes sociales asesinados a mansalva. Algo similar
ocurrió en Nariño y Cauca: las FARC-EP acusaron al ELN de aliarse con el Ejército
para golpearlos1441.
El escenario que se configuró luego de la desmovilización de las AUC fue el pri-
mer empujón hacia un nuevo ciclo de fragmentación local y regional del conflicto
armado. El segundo, que profundizó este fenómeno, fue la desmovilización de las
FARC-EP en 2016. En la guerra colombiana, cada vez que una estructura armada
ligada al narcotráfico (como las AUC) deja de existir, rápidamente es reemplazada por
1439
ELN, «Cuadernos del Militante n.º 2».
1440
Semana, «Cómo el Ejército se alió con el ELN en Arauca», Semana.com
1441
Ministerio de Defensa, respuesta a solicitud de información de la Comisión de la Verdad, en el marco
del Convenio n.º 19/002. Comunicado del Bloque Caribe de las FARC «La volteada del ELN», 7 de
febrero de 2007.
Se ha dicho que las bacrim son nuevos paramilitares. No lo son, porque la palabra
«paramilitar» se escogió para denominar bandas criminales privadas creadas para
combatir a las guerrillas. No existen diferencias entre las Bacrim y las guerrillas.
Ambas son aliadas en el narcotráfico y tienen relativa jerarquía criminal1443.
1442
Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Humanitario, ed. Impacto de la política de Seguridad
Democrática sobre la confrontación armada, el narcotráfico y los derechos humanos, 62.
1443
Uribe Vélez, «Las Bacrim», El Colombiano.
502 no matarás
Desde 2006 y dado que la persistencia y emergencia de las organizaciones sucesores
del paramilitarismo ponía en juego el prestigio alcanzado por la política de seguridad
democrática, a partir del segundo periodo de 2006, el Ministerio de Defensa incluyó
a estas estructuras dentro de los objetivos militares y creó el Plan Operativo Contra
Bandas Criminales, que buscaba enfrentar este fenómeno mediante una acción coor-
dinada de Fuerzas Militares, DAS y Fiscalía.
Desde los primeros momentos en que emergieron o se consolidaron estos gru-
pos sucesores del paramilitarismo, uno de los principales desafíos que ha venido
enfrentando este problema es que no existe un consenso sobre cómo caracterizar este
fenómeno. Se suele construir una falsa dicotomía sobre si son eminentemente crimi-
nales o están movilizados por algunos intereses políticos. Como ha querido mostrar
el conjunto de este barrido histórico, esta falsa dicotomía es una de las principales
camisas de fuerza para solucionar el problema de los ejércitos privados del narcotráfico
en Colombia cuya existencia ya cumple más de 40 años1444.
Estas organizaciones, al igual que sus antecesoras, controlan territorios e intentan
influir en la vida social de las comunidades, incluso, antiguos actores que se bene-
ficiaron del proyecto paramilitar siguen apoyándose de estos aparatos armados para
mantener el poder y desplegar sus intereses.
Sin embargo, no es claro si los atributos clave que definen al paramilitarismo se
mantienen en estos nuevos grupos, es decir, una clara vocación contrainsurgente o un
estatus de semilegalidad dentro del Estado1445. Es evidente que hay rasgos que perma-
necen y se van transformando, tales como la presencia territorial, la financiación, los
mandos medios y altos de estas estructuras vienen del paramilitarismo1446. Esta es una
realidad que se debe afrontar para cerrar el nuevo ciclo de violencia que está en curso.
1444
Barrera, «¿Paramilitares o no...?», 170-171.
1445
En la actualidad, ya no existen normativas que promuevan los grupos de autodefensa o que permitan
a los civiles armarse, tal y como ocurrió en el pasado con los Decretos de 1965, o aquel que reglamentó
las Convivir en la administración de Gaviria.
1446
Ibíd.
1447
Unos años más adelante, Uribe sintetizó su alusión al Estado de opinión en palabras ofrecidas
durante la cena en honor de los príncipes de Asturias: «Diría que Colombia está en la fase superior
del Estado de derecho, que es el Estado de opinión. Aquí las leyes no las determina el presidente de
turno. Difícilmente las mayorías del Congreso. Todas son sometidas a un riguroso escrutinio popular,
y finalmente a un riguroso escrutinio constitucional». («Palabras del presidente Álvaro Uribe durante
la cena ofrecida en honor de los Príncipes de Asturias»).
1448
Congreso de la República, Acto Legislativo 2 de 2004, de 27 de diciembre, «Por el cual se reforman
algunos artículos de la Constitución Política de Colombia y se dictan otras disposiciones».
1449
«Sentencia de única instancia proceso no 29705».
1450
Ramsey, From El Billar to Operations Fenix and Jaque, 120-122.
504 no matarás
olvidar que en 2003 las FARC-EP habían capturado como rehenes a tres ciudadanos
de Estados Unidos, vinculados al Plan Colombia como contratistas.
Santos consideraba que se debía buscar una derrota estratégica de las FARC-EP que
consistía en debilitar a los guerrilleros psicológica y militarmente para llevarlos a la mesa
de negociación. Para eso, se requería mantener la presión militar y empezar a actuar
en dos frentes: inteligencia y legitimidad de las Fuerzas Armadas. La primera estaba
garantizada y, con ajustes que se hicieron de la mano de asesores de Israel y del Reino
Unido, se logró una infiltración extrema de los círculos de confianza de varios de los
dirigentes de las FARC-EP.
Estados Unidos aportó la utilización de inteligencia en tiempo real y las bombas
inteligentes1451. Estas últimas fueron un punto de quiebre para el Plan Patriota y en
general para la guerra del Estado contra las FARC-EP: «son capaces de matar a un
individuo en la selva de triple follaje si se puede determinar su ubicación exacta y
se programan las coordenadas geográficas en el pequeño cerebro informático de la
bomba»1452. Estas, sumadas a la información de inteligencia que estaban recopilando
en terreno las agencias del Gobierno, basadas en la infiltración y las deserciones, le
dieron la ventaja definitiva al Estado. Sin embargo, no podía usarlas a discreción.
La CIA tuvo la última palabra para la activación del kit de rastreo de los explosivos.
Como señala Dana Priest:
[...] para asegurarse de que los colombianos no harían un mal uso de las bombas,
los funcionarios estadounidenses idearon una solución novedosa:
1451
La inteligencia en tiempo real ha permitido capturar a los más importantes líderes de las FARC-EP, y
un kit guía GPS (de 30.000 dólares cada uno) ha transformado bombas poco precisas en lo que en la
jerga militar se conoce como «municiones de precisión guiada», o PGM (precision-guided munitions).
(Priest, «Covert action in Colombia», Washington Post).
1452
Ibíd.
1453
Ibíd.
1454
Robinson, The future of U.S. Special; Fernando Lujan, «Light Footprints».
1455
Entrevista 122-PR-00492. Compareciente de fuerza pública, operaciones con objetivos de alto valor,
inteligencia militar.
506 no matarás
A los cuatro meses de matar a Caballero, me capturan a mí y ya me habían matado al
segundo al mando, mío también, antes de cogerme, o sea que ya no había cabeza»1456.
La legitimidad, que era el centro de la estrategia, no estaba garantizada porque,
como se verá más adelante, mientras el Ejército asestaba golpes mortales al Secretariado
de la guerrilla, miembros de esa misma institución estaban ejecutando a civiles inermes
para inflar los resultados de la guerra, aplicando ya no la doctrina de Afganistán, con
operaciones de poca huella, sino la de Vietnam, del body count.
508 no matarás
a diferencia de las anteriores, los paramilitares estaban desarmados en su mayoría y
afrontaban la justicia transicional.
En poco tiempo la Corte Suprema logró identificar la trama del vínculo entre
políticos y paramilitares en el país. Se estableció, por ejemplo, que se hicieron pactos
como el de Ralito, liderado por Salvatore Mancuso y Jorge 40. También hubo acuerdos
regionales, como en el caso del Movimiento Político Regional por una Urabá Grande y
en Paz1458, liderado por Fredy Rendón Herrera, alias el Alemán, en el cual participaron
fuerzas políticas del Urabá chocoano y de varios municipios de Córdoba.
El pacto de Ralito se firmó el 23 de julio de 2001 en ese corregimiento de Tierralta,
Córdoba, y participaron cuatro senadores, siete representantes a la Cámara, dos gober-
nadores y cinco alcaldes de la costa Caribe que se comprometieron a «refundar la
patria»1459. Luego de la suscripción de este pacto, algunos de los políticos firmantes
accedieron a cargos de elección pública o recibieron el aval para sus campañas; mien-
tras que los paramilitares controlaron políticamente las zonas en las que delinquían,
expandieron su poder económico y militar, y se convirtieron en coadministradores
de los recursos públicos en la región Caribe1460.
Los grupos paramilitares tejieron una red de formas complejas de cooperación, con
las que lograron consolidar la presencia de las AUC en varias regiones, ganar poder y
visibilidad política, y apropiarse de importantes recursos públicos locales y regionales.
En las elecciones de 2001, fueron 47 los políticos involucrados en investigaciones
penales por parapolítica, entre funcionarios públicos, concejales, alcaldes, diputados
y gobernadores1461.
Para las elecciones de 2002, Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, como comandante
del Bloque Norte de las AUC, direccionó los acuerdos y pactos políticos entre distintos
partidos tradicionales y emergentes, ordenó la unificación de listados y candidatos
avalados para ser elegidos en las votaciones, dividió la región en zonas electorales en
las que definió por quiénes se debía votar, y ejecutó una estrategia de manipulación del
sistema electoral para asegurar las votaciones para que sus candidatos fueran elegidos.
Esto, de la mano de graves violaciones a derechos humanos, amenazas y asesinatos
selectivos contra políticos y líderes opositores, o ajenos al entramado.
1458
Al acto de lanzamiento del Movimiento Político Regional por una Urabá Grande y en Paz asistieron
reconocidos jefes paramilitares como Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, y José Ever Veloza
García, alias HH (en ese entonces comandante del Bloque Bananero), así como civiles, y líderes
políticos de la región. Acordaron presentar una lista única para las elecciones del 2002 a la Cámara
de Representantes rotando el cargo entre los renglones para así garantizar «representatividad» de los
diferentes sectores del movimiento. Centro Nacional de Memoria Histórica, Paramilitarismo. Balance
de la contribución del CNMH, 165.
1459
Semana, «Texto del “acuerdo de Ralito”», Semana.
1460
López Hernández y Sevillano Jaramillo, «Balance político de la parapolítica», 64.
1461
Centro Nacional de Memoria Histórica, Paramilitarismo. Balance de la contribución del CNMH, 156.
[...] En ese momento la ley fue que en esos talleres se sentaran rojos, azules, verdes,
anaranjados, y todos los colores que existen y representan partidos tradicionales
y partidos nuevos, y tenían que levantarse de esa mesa con acuerdos entre ellos,
acuerdos sobre objetivos ... Fue así como se dieron muchas dinámicas en la región,
en donde muchos encontraron por fin puntos de entendimiento que los pudiera
conducir a la victoria de luchas comunes1462.
1462
Declaración del 21 de mayo de 2007, retomada por Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Penal, n.º 26470, 1 de agosto de 2008.
1463
El Espectador, «Ernesto Báez dice que ayudó a llegar al Congreso a Carlos Clavijo», El Espectador.
1464
«Sentencia anticipada de Rocío Arias. Delito concierto para delinquir. Radicado: 2008-00010.
Declaración de Andrés de Jesús Vélez Franco.».
510 no matarás
nos llevó a eso, ya que nos tocó restablecer las funciones que el Estado debía
cumplir y nunca lo hizo1465.
Gráfica 31. Porcentaje de condenados por parapolítica, según cargo de elección popular
40,2 %
Cámara
Gobernación
Senado
43,9 %
15,9 %
1465
Indagatoria de Rodrigo Tovar Pupo, Jorge 40, ante la Fiscalía General de la Nación (citada en: Corte
Suprema de Justicia, Resolución de situación Jurídica, 15 de febrero de 2007).
1466
Caracol Radio, «Mancuso: “el 35 por ciento del Congreso fue elegido en zona de influencia de las
AUC”», Caracol Radio.
1467
En su mayoría, las sentencias fueron dictadas contra representantes a la Cámara (38), seguidas
por senadores (34) y gobernadores (15). Comisión de la Verdad, «Caso n.º 13. Partidos políticos y
paramilitarismo».
8,5 %
9,8 %
Antioquia
Bolívar
Magdalena
Santander
40,2 % 13,4 %
Sucre
Otros
9,8 %
18,3 %
Otra forma de parapolítica se ejerció con acuerdos entre paramilitares y élites polí-
ticas regionales que contaban con trayectoria electoral. El paramilitarismo consolidó
el poder de dichas élites a través de la «eliminación» de opositores, para así asegurar
el respaldo electoral de las poblaciones a través de actos intimidatorios.
Las AUC mataron a los competidores políticos de sus aliados o los amenazaron hasta
hacerlos renunciar. En otros casos, les prohibieron hacer política en las regiones. Ejemplo
1468
Comisión de la Verdad, «Caso Nº 13. Partidos políticos y paramilitarismo», 3.
1469
«Sentencia condenatoria contra Luis Eduardo Vives Lacouture, de 1 de agosto de 2008, Radicado
26470».
1470
Entrevista 001-VI-00049. Abogado, exfiscal en el exilio.
1471
Comisión de la Verdad «Caso No. 113. Búsquedas de Justicia».
512 no matarás
de ello es el caso de Eudaldo León Díaz, alcalde de El Roble, Sucre, quien denunció al
gobernador Salvador Arana por actos de corrupción en un consejo comunitario presidido
por Álvaro Uribe. El 10 de abril de 2003 fue asesinado1472. Arana fue condenado por la
Corte Suprema por desaparición forzada agravada, homicidio agravado y por ser coautor
de concierto para promover grupos armados al margen de la ley1473.
Arana admitió ante la JEP y la Comisión de la Verdad que participó de acuerdos
entre políticos y paramilitares para saquear el sistema de salud y las regalías de Sucre y
Tolú. También reconoció su responsabilidad en el asesinato de Edualdo León Díaz1474.
Así habló a la Comisión de la Verdad sobre las «alianzas macabras» de ese entonces:
«[...] fueron los mismos políticos los que comenzaron a buscar a las autodefensas
para comenzar a hacer las famosas alianzas que yo llamo “alianzas macabras”. ¿Por
qué?, porque así les aseguraban a ellos ganar su curul, pero no vieron que las autode-
fensas ya estaban mirando otra parte de la alianza con los políticos y era manejar el
presupuesto de los municipios, manejar los recursos, porque se dieron cuenta de que
ganaban más plata en este lado que en el lado de los ganaderos»1475.
La relación entre política y paramilitarismo fue tan estrecha que, en ocasiones, los
paramilitares ejercieron como políticos y, en otras, los políticos fueron paramilitares.
Así, en la mayoría de los casos fallados por la Corte Suprema contra parapolíticos, no
se les ha condenado por fraude o delitos electorales, sino por paramilitarismo.
En el Magdalena Medio, el Bloque Central Bolívar (BCB) desplegó su pro-
yecto político a través de movimientos como el Partido Convergencia Ciudadana
y Convergencia Popular Cívica, en los cuales simpatizantes o miembros de grupos
paramilitares terminaron ocupando importantes posiciones1476 entre 2002 y 2010.
Un exponente de esta alianza fue Hugo Aguilar Naranjo, diputado (2001-2002) y
gobernador de Santander (2004-2007), condenado por aliarse con paramilitares1477,
quien le dijo a la Comisión de la Verdad que «en la política de Santander todos los
partidos prácticamente comulgaban con las Autodefensas», y explicó que, a cambio de
nombramientos como el del secretario de Educación, alias Ernesto Báez había dado
las siguientes instrucciones:
«Primero, que todo el que hiciera política tenía que pedir permiso; segundo, que no
iban a obligar a nadie a votar por candidatos, pero que en el caso de la Gobernación
1472
Despacho del Procurador General de la Nación, fallo de única instancia, contra Salvador Arana. (En
Luis Jorge Garay Salamanca, Eduardo Salcedo-Albarán, Isaac de León Beltrán y Bernardo Guerrero,
La Captura y Reconfiguración Cooptada del Estado en Colombia, 254.).
1473
«Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Penal no 32672 de 3 de Diciembre de 2009».
1474
Aristizábal Mora, «La confesión de Salvador Arana en la JEP sobre la parapolítica en Sucre», W Radio.
1475
Entrevista 057-PR-02267. Compareciente, político.
1476
«Sentencia de única instancia contra Luís Alberto Gil Castillo y Alfonso Riaño, de 18 de enero de
2012, proceso n.° 32764».
1477
«Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Penal no 37915 de 14 de Agosto de 2013».
1478
Entrevista 084-PR-02189. Actor armado, Tercero Civil, Agente del Estado.
1479
«Sentencia condenatoria contra Luis Eduardo Vives Lacouture, de 1 de agosto de 2008, Radicado
26470».
1480
Comisión de la Verdad «Caso No. 113. Búsquedas de Justicia», 132.
1481
Entrevista 001-VI-00044. CEV, Macroterritorial Internacional.. Hombre, exiliado.
514 no matarás
2009 volvieron a manos de la Corte Suprema. Para entonces esta había desacelerado
el proceso, al quitarle el respaldo al grupo investigador.
Para la Corte Suprema, aquellos que fungían como voceros políticos legalmente
reconocidos e inclusive escalaron posiciones dirigentes, realmente formaban parte de
la cúpula de los grupos paramilitares y como tal integraban el directorio de mando
que planificaba las acciones que debía desarrollar la empresa criminal1482.
El curso de las investigaciones también demostró que las alianzas construidas entre
paramilitares y política no eran tan estables como se pensaba. Tanto paramilitares rasos
como comandantes de mediano y alto rango, así como políticos investigados y otros
funcionarios involucrados, fueron lanzando acusaciones mutuas sobre su participación
en reuniones con la cúpula de las Autodefensas o con comandantes de alguno de sus
bloques o estructuras regionales.
Además de la manipulación de testigos, el proceso judicial se alteró por cuenta
de la extorsión de excombatientes paramilitares a otros miembros de esas mismas
estructuras, a quienes pedían dinero a cambio de no mencionar sus nombres en las
versiones ante la Justicia. La Comisión de la Verdad conoció casos de excombatientes
del Frente Juan Andrés Álvarez que también extorsionaron a empresarios y ganaderos
para no hablar de ellos ante la Justicia1483.
El escándalo de la parapolítica transcurría por los canales institucionales y resultaba
parte de la verdad que necesitaba el país1484. La prensa denunciaba, el Congreso fun-
cionaba y el poder judicial investigaba y juzgaba las conductas a pesar de los ataques
que recibía. No obstante, la Justicia fue infiltrada a través de la compra de fallos.
Hacia 2010 se constituyó lo que después se conoció como el Cartel de la Toga. Los
funcionarios involucrados desviaban investigaciones y dilataban procesos, conseguían
y utilizaban información privilegiada, retardaban trámites, alteraban evidencias y res-
taban credibilidad a testigos a través de medios de comunicación. Todo para favorecer
a quienes pagaban por estos «servicios», para obtener decisiones judiciales favorables
que aparentaban ser legales1485.
Ponerle precio a la Justicia generó un sistema perverso en el que se terminó judi-
cializando a quien no accedía a los pagos exigidos. Al respecto, un exjuez y testigo de
la operación del Cartel de la Toga explicó a la Comisión de la Verdad las dimensiones
de los pagos que exigían funcionarios corruptos:
«Esa gente no va a tranzarse con 10 ni 20 millones que eso yo los puedo conseguir,
pero 200, 300, 500 millones, como sucedió con el señor que le alcanzaron a quitar
alrededor de 1.100 millones, porque para una domiciliaria le quitaron 600, y no se
1482
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia, Condenado Ricardo Elcure Chacón,
Bogotá, 16 de septiembre de 2009,35.
1483
Entrevista 653-PR-03100. Empresario, ganadero.
1484
Uprimny Yepes, «La crisis de la parapolítica», Dejusticia.
1485
El Tiempo, «Cuatro claves para entender el caso del ‘cartel de la toga’», El Tiempo.
1486
Entrevista 582-VI-00068. Exjuez.
1487
Entrevista 237-VI-03006. Exsenador Álvaro Araujo Castro.
1488
Entrevista 123-PR-00478. Exsenador investigado por parapolítica.
1489
Entrevista 142-PR-00073. Mujer, política, Córdoba.
1490
Entrevista 001-VI-00044. CEV, Macroterritorial Internacional. Exmagistrado de la Corte Suprema
de Justicia, exiliado.
516 no matarás
las pruebas de que se estaba favoreciendo al narcotráfico. En segundo lugar, en el
computador de Édgar Ignacio Fierro había pruebas de que este organismo y las AUC
actuaban juntos en crímenes contra líderes sociales1491.
En particular, agentes del DAS entregaron listas de personas a los paramilitares para
que las asesinaran, como ocurrió con el profesor y filiado a la Asociación de Profesores
Universitarios (ASPU), Alfredo Correa de Andreis, quien fue asesinado junto con
su escolta el 14 de septiembre del 2004 en Barranquilla por el Bloque Norte de las
AUC. A través de este caso salió a la luz lo que se conoció como «las listas negras del
DAS», o «la lista negra de Noguera», que contenían por lo menos veinte nombres, en
su mayoría de sindicalistas, algunos dirigentes de izquierda y profesores.
La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló en
2012 que «otros directores del DAS, que ejercieron su cargo entre 2005 y 2008, y más de
40 funcionarios de la institución, así como otros altos funcionarios del primer gobierno de
Uribe1492 habían sido vinculados a procesos judiciales por abusos y actividades ilegales»1493.
Respecto al DAS, es importante mencionar que las víctimas de violaciones de
derechos humanos se encontraron frecuentemente ante un sistema de justicia infil-
trado, cuyos funcionarios les advertían: «mejor no diga nada»; «le recomiendo que no
vuelva por acá»; «mejor no se meta con esa gente»; «déjeme le doy un consejo, por su
bien y el de su familia...», lo que en muchas ocasiones las persuadió de denunciar1494.
Miembros activos de las AUC, entre ellos Jorge 40, interactuaron de manera directa
con funcionarios públicos en el interior del DAS, que tenían acceso a información
confidencial, y llegaron hasta el entonces director de la entidad, Jorge Noguera, lo
que impactó directamente sobre la confianza de la ciudadanía en el Estado1495. Así lo
relató un antiguo miembro del DAS a la Comisión de la Verdad:
«Alguna vez, en una reunión que hubo en la costa, en Santa Marta, nos reunieron
a directores de seccionales y jefes de inteligencia y [Noguera] llegó y dijo, textual-
mente: “De aquí en adelante no se persigue más a las autodefensas ni al paramilitarismo.
La única misión que tenemos es las FARC-EP. No quiero informes de paramilitares
para nada…”. Trajeron a una gente que había salido ya del DAS porque se habían
1491
Sala de Justicia y Paz Sentencia «n.o de radicado: 110016000253-200681366».
1492
Entre ellos, se imputaron cargos contra María del Pilar Hurtado, exdirectora del DAS, y Bernardo
Moreno, exsecretario General de la Presidencia de la República, acusándolos de haber cometido delitos
explicados contra magistrados de la Corte Suprema de Justicia, congresistas, abogados, periodistas y
otras personalidades.
1493
Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, «Informe de la
Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de Derechos
Humanos en Colombia durante el año 2011», párr. 24.
1494
Comisión de la Verdad «Caso No. 113. Búsquedas de Justicia».
1495
Garay Salamanca y Salcedo-Albarán, Redes Ilícitas y Reconfiguración de Estados.
1496
Entrevista 639-PR-02030. Exfuncionario del DAS.
1497
Comision Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), «CIDH expresa preocupación ante
operaciones de inteligencia sobre actividades de la Comisión Interamericana en Colombia».
1498
Entrevista 639-PR-02030. Exfuncionario del DAS.
1499
«Sentencia Proceso n.o 36107. Aprobado acta número 331».
1500
Semana, «Las “chuza-DAS”», Semana.
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