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La estereopsis (<< en griego: στερεά [stereá] ‘sólida’ + ὄψις [ópsis], ‘visión’) es el fenómeno dentro de la

percepción visual por el cual, a partir de dos imágenes ligeramente diferentes del mundo físico proyectadas
en la retina de cada ojo, el cerebro es capaz de recomponer una tridimensional.[1] A esta diferencia en las
dos imágenes retinianas se la llama disparidad horizontal, disparidad retiniana o disparidad binocular, y se
origina por la diferente posición de ambos ojos en la cabeza. La estereopsis es una de las vías binoculares
para la percepción de la profundidad junto con otras de carácter monocular.

Euclides y Leonardo da Vinci ya observaron y estudiaron el fenómeno de la visión binocular. También el


astrónomo Johannes Kepler dejó unos estudios que comentaban los principios de la misma.[cita requerida]

Posteriormente, en 1838, el físico Sir Charles Wheatstone construyó el primer aparato que permitía percibir
la tridimensionalidad partiendo de dos imágenes (visor estereoscópico). Este hecho curiosamente sucedió
antes del descubrimiento de la fotografía.[cita requerida]

En 1849, Sir David Brewster diseñó y construyó la primera cámara estereoscópica. La cámara disponía de
un visor que permitía ver las imágenes tomadas por las lentes. Algunos años más tarde, Oliver Wendell
Holmes construyó lo que sería el estereoscopio de mano más popular del siglo XIX.[cita requerida]

En los años 1930 resurgió la estereofotografía con la aparición de las cámaras 3D, como Realist o el
ViewMaster. Actualmente son aparatos obsoletos.[cita requerida]

A mediados de siglo hubo diferentes intentos de impulsar las películas 3D sin demasiado éxito, puesto que
las técnicas utilizadas provocaban problemas de visión. No fue hasta los años 80 cuando surgen películas
de alta resolución, como IMAX 3D, que no se ha popularizado.[cita requerida

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