¿Cómo es que, a pesar de nuestra inteligencia, de nuestra conducta
culturalmente determinada, y de los adelantos científicos y tecnológicos, todavía continuamos tan primitivos, haciendo las mismas cosas destructivas que hacen los considerados “animales inferiores”, sobre todo actuando como los reptiles y como los cuadrúpedos?
1ro. Porque en nuestra estructura cerebral existen las mismas bases
anatómicas de los reptiles instintivos y los cuadrúpedos emocionales reactivos. El sistema educativo actual que se basa en premios, castigos, amenazas e infundir temores por condicionamiento mental, hasta el momento no enseña a coordinar y trascender estos impulsos y reacciones para la sabia aplicación de la corteza prefrontal.
2do. Porque el sistema de aprendizaje hasta el momento impartido a los
niños, adolescentes y adultos tienden a alimentar más las tendencias destructivas, por medio de los temores a la pérdida de la existencia o muerte, al condicionamiento del sufrimiento y buscar la fuente de su seguridad o felicidad en factores externos: “La letra entra con sangre o castigo”; “No eres digno, no te lo mereces”; “Eres insuficiente”.
3ro. Los educadores en la calidad de padres, hermanos mayores u otros
familiares, maestros, pares o superiores, hasta el momento no están conscientes de la prioridad de conocer la importancia de la neurociencia, para aplicar con sabiduría las funciones ejecutivas de la corteza prefrontal en la formación integral de sus hijos o alumnos, a fin de que se ocupen, efectivamente, de gerenciar con sabiduría su vida, para gozar de salud, prosperidad y felicidad.
La causa principal de las confusiones que provocan sufrimientos a la
humanidad, se encuentra en la manera en que los seres humanos hasta el momento han sido educados o condicionados durante los primeros 7 años a nivel del hogar por los padres y los maestros de las escuelas en su formación básica.
Dr. Henry Barrios-Cisneros. Neurociencias Para vivir con sabiduría. 2020