Título Curso de
\
CAPíTULO II
El mercado
.
A. LA DEMANDA
precio
o cantidad
demandada
Figura 1
~-
Así, ampliando nucstra antcrior dcfinición, podemos dccir,
de forma más general, que la demanda de una mercancía es la
cantidad de ella que los sujetos presentes en el sistema desean
adquirir, y que depende de sus gustos y preferencias, de su renta
y de todos los precios del mercado.
B. LA OFERTA
La competellcia y el equilibrio
.
A. LA COMPETENCIA PERFECTA
23. Planteemos de nuevo la hipótesis de que en el sistema
económico no varía nada más que el precio de una mercancía
y, como consecuencia de dIo, la demanda y la oferta de dicha
mercancía. Preguntémonos de qué forma se determina el pre-
cio de la mercancía cont;iderada bajo esta hipótesis.
Para tratar con suficiente rigor esta cuestión, hay que ex-
plicitar, aptes que nada, una hipótesis que nos ha guiado hasta
ahora, aunque sólo haya sido de forma implícita, en todos
nuestros razonamientos sobre la demanda y sobre la oferta.
De cuantu llevamos dicho se desprende de forma evidente
que, cualesquiera que sean los precios, ningún sujeto indivi-
dual puede.modificarlos con su comportamiento particular.
En otros términos, en nucstra hipótesis todos los sujetos
aceptan como dados, como no modificables, tanto los precios
de las lnercancías que compran como los precios de las mer-
cancías que venden. De esta forma, el precio de una mercan-
cía dependc, como veremos, de lo que hagan todos los que la
demandan y todos los que la ofrecen, pero suponemos que
cada uno de ellos demanda u ofrece en el mercado tan poco
con respecto a la demanda y la oferta global, que no puede
influir individualmente
, en los valores de los precios de las
mercanClas.
Cuando esto sucede, se dice que el mercado es de compe-
tencia perfecta. En las condiciones que plantea la hip¿tesis
existe, pues, competencia entre los compradores, precisamente
porque nadie puede comprar a un precio menor al que com-
pran los demás, ya que la posible retirada, del lnercado de su
demanda no tiene efectos apreciables sobre la cuantía de la
demanda glohal y, por lo tanto, en cuanto pretendiera pagar
un precio nlenor, la competencia de los otros compradores lo
ECONOMÍA POLÍTICA
CURSO DE
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competencia entre los vende- -
echarla del mercado; y existe
porque ninguno de enos puede vender a un
dores, precisamente
precio mayor del que venden los demás, dado que la posible
retirada del mercado de su oferta no tendrá efectos apreciables
sobre la cuantía de la oferta global y, por lo tanto, en cuanto
pretendiera Precisamente de por
obtener un precio mayor, la competencia los
demá~ vendedores lo sacaría del mercado. comprador
esto, todos los sujetos tienen que aceptar, como
o como vendedor, los precios existentes en el mercado.
Dicho esto, volvamos a nuestra cuestión Supongamos, pues,
de cómo se deter-
mercancía.
mina el precio de determinada
que exista en el mercado un precio cualqniera. Como que, por
las razones que acabamos de apuntar, todos compradores
tienen que ace~-unas
tarlo como dado, se formarán vendedores
en los sujetosunas ofertas de la
demandas Y en los sujetos
mercancía en cuestión que harán que para este precio existan
una demanda Y una oferta globales o de mercado. Para em- alto
pezar, imaginemos que el precio sea lo suficientcmente
para que la oferta sea mayor que la demanda. En consecuen-
cia, una parte de la oferta del mercado no se venderá. Está
claro que esta situación no puede durar, si observamos que los
productores, para no quedarse sin vender una mayor parte .le
su oferta, se verán obligados a bajar el p~ecio. Si recordamos
cómo se formaba la oferta, veremos que una-
productores, perobajapara
en ellosprecio
que
~\,rá soportable para unos
-- tengan los costes unitarios más altos no lo será. Por ello, la
oferta disminuirá como consecuencia de la salida del mercado
producto:res. Por ot:ra parte, la disminución
de estos últimos
del precio hará aumentar la demanda; ?or lo tanto, a la dis-
minución del precio corresponderá una disminución de la can-
tidad en que la cantidad ofrecida excedía de la cantidad
demandada. Es evidente que este disminución
proceso (el de
de lala diferencia
disminu-
ción del precio y la consiguiente continuará hasta que el precio
entre la oferta y la demanda)
haya tomado un valor para el cual la cantidad ofrecida y la
cantidad demandada sean iguales. bajo para hacer
Si el precio inicial es lo suficientemente
qu~ la demanda sea mayor que la oferta, tendrá lugar un pro-
ceso análogo. En este caso, los compradOl:es no conseguirán
adquirir toda la mercancia que d",¡,,,,,ian y por ello estarán
dispuestos a pagar un precio mayor q\1e el supuesto. El prccio
tenderá, pues, a aumentar; lo que pro.:ductore¡;;
hará que la producción
que no habían sea
conveniente para todos aquellos aumentará.
podido accptar el precio inicial; la- ¡'ferta, hecho
pues, disminuir la
Pero el aumento del n i
recio tambiéD:habrá
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. LA COMPETENCIA Y EL EQUILIBRIO 65
_demanda. Así pues, al aumento de precio seguirá una dismi-
nución de la cantidad en que la cantidad demandada exce-
día de la cantidad ofrecida. También aquí es evidente que
este proceso (el aumento del precio y la correspondiente dis-
minución de la diferencia entre la cantidad demandada y la
ofrecida) continuará hasta que el precio tome el valor para el
cual la cantidad demandada y la ofrecida sean iguales.
Por esto, este precio, al que se llega partiendo de precios
más altos, o bien de precios más bajos, es el precio de equilibrio
del mercado, y la cantidad de equilibrio es aquella cantidad,
demandada y ofrecida al mismo tiempo, que corresponde a este I
precio
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cantidad
Figura 4
precio
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O' cantidad
demandada
Figura 5
precio
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o B e cantidad
ofrecido
Figura 6
o
antes. En nuestro caso, la respuesta es afirmativáf.f,La situa-
ción de equilibrio general existe y, por lo tanto, nues,!ro modelo
tiene sentido; pero demostrarlo es precisamente¡t"lo que no
puede hacerse aquí.;~~
~'I
C. EL AHORRO Y LA INVERSIÓN. EL INTiRÉS
27. Antes de cerrar la discusión sobre el sistema +tipo arte-
sano-campesino, tenemos que realizar un último esf~rzo inten-
tando tener presente la posibilidad de que en él i{[~ den dos
fenómenos que hasta ahora hemos olvidado, y"gue son el
ahorro y la inversión. En todo lo que precede hemo.8,',supuesto,
de forma tácita, que ningún productor usaba facto!~s de pro-o
ducción duraderos ni acumulaba existencias; hem~~supuesto,
pues, que cada uno de ellos usaba sólo factores no~uraderos,
adquiriéndolos en momentos st\cesivos, durante el 'f'desarrollo
del proceso productivo. Está claro que, en el ámbito de esta
hipótesis, no se puede considerar el fenómeno de la 'inversión.
Pero, ¿podemos decir lo mismo del ahorro? Cuando, hablamos
por primera vez del ahorro y de la inversión re1.~cionamos
estrictamente estos dos fenómenos; parecería, pu~s, que se
podría decir que en una situación en que no hay idn " ersión no
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respecto
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