El racismo en Bolivia se mantiene como cuestión pendiente pese a los esfuerzos estatales por dotar al país con un marco normativo para combatirlo e inclusive declarar un día especifico para reprochar consignas contrarias a una discriminación de larga data.
"No es un día de celebración" sino "para reivindicar nuestro origen y no permitir
nunca más que las personas sean agredidas, humilladas y sometidas por su origen", en Sucre, la capital de Bolivia, donde se conmemoró el Día Contra la Discriminación y el Racismo.
ANTECEDENTES DE LA JORNADA
La declaración de un día destinado a la lucha contra el racismo y la
discriminación se remonta a las tensiones sociales que emergieron durante la Asamblea Constituyente en 2008 que se desarrollaba en Sucre.
Justamente un 24 de mayo se produjo un suceso en el que un grupo de
campesinos, señalados de ser del Movimiento al Socialismo (MAS), fue obligado a marchar casi desnudos, arrodillarse y hacer juramentos contrarios a su voluntad y besar la bandera de Chuquisaca.
Ese suceso derivó en procesos penales e investigaciones contra los acusados,
entre ellos varios de los líderes del movimiento cívico del departamento de Chuquisaca.
Un año después, el Gobierno del entonces presidente Evo Morales dictó un
decreto que declaró el 24 de mayo como el Día contra la Discriminación y el Racismo, que luego se convirtió en ley y en 2010 una norma con la que se tipifica y se sancionan esas prácticas.