Palenque 

es un término con diversos usos. Procedente de la lengua catalana

(palenc), se trata de un cerco o barrera que se emplea para delimitar
una superficie o con fines defensivos. El palenque, por lo tanto, es un área
delimitada en la que se desarrollan diferentes actividades.
En este sentido tenemos que decir que palenque es además un camino de tablas
que se pone en pie con el claro objetivo de servir a que los actores de una obra de
teatro puedan acceder cómodamente a lo que es el escenario.
En Sevilla, años atrás, existió lo que se conocía como El Palenque. Este fue un
recinto acondicionado de la mejor manera posible para acoger todo tipo de
espectáculos culturales. Su singularidad residía en que fue uno de los lugares más
significativos de la Expo 92. Contaba con butacas para 1.500 espectadores, se
identificaba por su cúpula de conos y había sido realizado por el arquitecto José
Miguel de la Prada Poole.
Un palenque también puede ser un tipo de vivienda o refugio. Dicha acepción se
emplea en Nicaragua, Costa Rica y Cuba para referirse a distintas clases de
residencias o moradas.
Así, por ejemplo, en el caso de Cuba palenque viene a ser un lugar alejado del
resto de ciudadanos y al que se accedía de manera difícil, que estaba morado
antiguamente por los esclavos negros que se habían dado a la fuga.
En México, Palenque es el nombre que recibe una ciudad de Chiapas. Fue
fundada en 1567 y tiene más de 42.000 habitantes. Dentro de dicho municipio,
existe una antigua ciudad maya que, enmarcada en un parque nacional, forma
parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La zona arqueológica de Palenque aún debe explorarse, ya que las estructuras
están ocultas por la selva. Las ruinas detectadas permiten apreciar los restos de
templos, un palacio, un acueducto y otras estructuras prehispánicas.