Está en la página 1de 6

ORANDO EN MEDIO DE LA CRÍSIS

Daniel 9
INTRODUCCIÓN
Hoy quiero terminar el tema de la oración en estos mensajes, porque la oración es algo que no debe terminar en
nuestras vidas, pero hoy con este mensaje quiero concluir por esta ocasión el tema de la oración, en el llamado de
nuestras vidas a la integridad.

Hemos dicho que la integridad en un aspecto de sus definiciones es una vida completa, es tener una vida cabal. Y ya
he venido diciendo que la vida del xno no puede ser completa sin la oración, Dios nos dio ese medio de gracia para
poder comunicarnos con él, por ello la Biblia lo encomienda, y Xto, lo ordena, toda la Biblia nos enseña sobre este
hábito tan importante en la vida de todo creyente: La oración

¿Cuándo fue la última vez que usted clamó a Dios por algo que no fuera un problema personal? A menudo estamos tan
involucrados en nuestras vidas, que no somos capaces de ver las crisis que enfrentan otros.
Estoy hablando de situaciones que no afectan a su familia directamente -—problemas políticos de otras naciones o
desastres naturales —¿acaso no siente como si tales asuntos fueran demasiado grandes para que su oración pudiera
tener alguna influencia?
Pues bien, no es así. El enemigo quiere que demos por sentado que la mayoría de los problemas son demasiado
grandes para nuestras oraciones. Pero la Biblia nos asegura que Stg. 5:16. Y el v.17 nos da un ejemplo grandioso…
Dios todopoderoso tiene el poder de sanar, dar paz y cambiar las circunstancias. Él permite que sus hijos tengan parte
en esto por medio de la oración. Él nos dice que hablemos con Él

Hoy veremos de la vida de Daniel, el cómo orar en medio de una crisis, y vaya que en nuestros días se requiere de la
oración en un tiempo en que hay crisis en el gobierno, los valores, la economía, el matrimonio, la familia, en fin.

Daniel en su libro, nos deja ver que una de las cosas que manifestaron su integridad es que era un hombre de oración,
de modo que con su vida nos enseña que una apropiada respuesta a la profecía, a lo que Dios ha declarado que va a
suceder (como las profecías que se han declarado para los tiempos que hoy vivimos), bueno pues la respuesta a la
profecía es la oración constante y como la semana repasábamos, junto con el ayuno, se nos revelan como
instrumentos para preparar nuestras vidas a lo que ha de venir y no desestimar el ayuno y la oración como una simple
práctica ascética supersticiosa.

Para el momento histórico en que estamos en la vida de Daniel, él ya era un hombre viejo, así que veamos el pasaje de
hoy en cuestión Dn.9:1-19 (NTV)

Orar en medio de las crisis requiere:


1. ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS v.1-2
Una verdad de la vida es que Dios siempre da el primer paso, la Biblia dice que le amamos porque él nos amó primeo,
aún en el dar, la Biblia dice que le damos a él, porque él primero nos dio.
Así que la razón porque oramos, es porque él primero nos habla primero. Y si ciertamente el Señor nos habla por
medio de muchas circunstancias, para captar nuestra atención, pero la mejor manera que él tiene para hablarnos es Su
Palabra, y eso es lo que estaba haciendo Daniel v.1-2 (NTV)

Como ya dije para este tiempo Daniel ya tenía 90 años, y él estaba leyendo al profeta Jeremías, para este tiempo
Daniel ya había pasado tres administraciones, desde el día que siendo un jovencito fue llevado cautivo a Babilonia, y el
anhelo de su corazón al verse viejo era volver a su tierra natal antes de morir.
Así que al estar leyendo la Palabra, él se cerciora que el tiempo de la cautivada estaba llegando a su cumplimiento,
pero también sabe que luego de 70 años, el pueblo de Israel seguía igual, no se habían vuelto al Señor.
Así que el teme que el Señor los deje más tiempo en cautividad a causa de su duro corazón como pueblo.

Ahora fíjense en dos cosas que el v.2 dice…, “al estudiar la palabra”, “aprendí”.

Nunca podremos orar efectivamente, a menos que estudiemos la Palabra del Señor todos los días y la aprendamos.
Esta es la clave para las oraciones contestadas, si no conocemos la palabra no sabremos ¿cómo orar? ¿Por qué orar?,
ni ¿cuándo orar?
Eso es lo que dijo Xto: Jn15:7 (NTV)
Así que la próxima vez que ores y no recibas respuesta, lo primero a hacer no es dudar de Dios, sino asegurarte que
estas cumpliendo estas condiciones:
 Si tienes una buena relación con Dios o está dañada, si hay algo que tú y Dios saben que no está bien y que
debes arreglar primero. Porque de lo contrario tienes una relación interrumpida.
 Segundo, si la Palabra está no solo en tu mente, sino en tu corazón.
Así que debemos revisar estas condiciones.
Daniel pudo llegar a ser tan sabio y a seguir siendo promovido, porque durante su vida el aprendió a pasar tiempo con
Dios y Su palabra, tres veces al día. ¿Se imagina cómo sería nuestra vida si así lo hiciéramos?
Nuestras vidas serían menos estresadas, con más dirección, si buscáramos que el Señor nos hablara día a día.
Así que debemos aprender que la Palabra de Dios y la oración van juntas.
Así que estemos en medio de una crisis o no, debemos buscar que Dios nos hable cada día, antes de que nosotros le
hablemos a él.

¿Qué es lo que leyó Daniel en esos días? Jer.29:10-13 (NTV), nos encanta el v.11, pero ni siquiera sabemos lo que
dice el v.12
Así que Dios dice: yo tengo planes buenos para tu vida, pero ellos dependen de dos cosas dice el Señor:
 El tiempo de Dios
 Mis oraciones
Por ello es importante escuchar a Dios, permitir que él nos hable.

Orar en medio de las crisis requiere:


2. ENFOCAR MI ATENCIÓN EN DIOS v.3 (RV60)
Ya hemos dicho esto antes. Cuando oramos a Dios le encanta que le demos toda nuestra atención. Es por ello que
simplemente orar cuando vas manejando, o corriendo, en fin, haciendo otra actividad, no siempre es la mejor manera
de orar. Si vale, si tiene importancia, como cuando tus hijos te quieren comunicar algo, y les permites hablar mientras tu
estas trabajando, pero cuando se tratan de cosas importantes, tus hijos o tú mismo les pides que te vean a los ojos.
Orar requiere tiempos serios, conscientes de enfocarnos en Dios Jer.29:13 (NTV), la oración es la manera de
demostrarle al Señor o mejor dicho a nosotros mismos que buscamos en realidad a Dios, no solo queremos lo de él,
sino que lo queremos a él.
Así que en una crisis, no debemos buscar a Dios por la solución, sino buscarlo a él, porque él es lo más grande,
importante.
Así que es muy probable, que muchas de las crisis que enfrentamos en nuestras vidas, en nuestra familia, matrimonio,
economía, iglesia, comunidad, nación, es el resultado de que no hemos buscado en verdad al Señor.

Así que cada vez que cada vez que ignoramos a Dios, no pedimos su consejo, su dirección, su sabiduría, su permiso,
su ayuda. ¿Sabe lo que hace Dios? Él se hace a un lado y nos deja cosechar el fruto de nuestras decisiones.
Mira lo que el Señor le dijo a Israel Os.5:15-6:1 (NTV)
Esto describe lo que pasa en el mundo hoy, porque como sociedad, xnos, individuos no hemos buscado al Señor.
De modo que no cambiamos cuando vemos la luz, sino cuando sentimos el calor. ¿Qué cosas en tu vida necesitan ser
sanadas por las que necesitas buscar a Dios? De la depresión, de miedos ocultos, de la mala relación matrimonial o
familiar, de una adicción, de cualquier abuso en tu vida. Tus finanzas, tu matrimonio, tu nación.
Toda sanidad empieza al enfocarnos en Dios, en buscarlo en verdad.

Si hoy estas pagando las consecuencias de no buscar al Señor, vuélvete a él, volvámonos a él.

Orar en medio de las crisis requiere:


3. EXPRESAR MIS DESESO A DIOS CON EMOCIÓN v.3
Lamentablemente es fácil caer en la vida xna, a tener una relación con Dios fría y mecánica, de modo que incluso
oramos muy ostentosamente, pero aprende esto: a Dios no le importan más tus palabras como tu corazón.
Por ello el primer mandamiento dice: Mr.12:30 (NTV)
Así lo hizo Daniel v.3 (RV60), “ruego” es una súplica con emoción, de todo corazón. Dios escucha la súplica.
Es como Jacob diciéndole al Señor: “no te dejaré hasta que me bendigas”

¿Cuándo son los momentos en que oramos así? Cuando hemos estado en medio del dolor.
¿Cuál fue el clamor de Daniel? Por favor Dios, quiero regresar a mi país, quiero morir en mi país de origen
Y fue sobre eso que profetizó Jeremías, Jer.50:4-5 (NTV), muchas veces estamos tan alejados de Dios que
necesitamos orar para saber cómo volver a casa.
Tenemos que orar: Dios me he alejado tanto de ti que no sé cómo volver a casa, no sé cómo volver a ti, pero necesito
regresar.
¿Hay cosas en el mundo que te parten el corazón? ¿Hay cosas de nuestro país, en la política que te parten el corazón?
En tu vida, tu familia, tu matrimonio. Si no es así, eso muestra cuánto te has alejado del Señor.

Orar en medio de las crisis requiere:


4. DEMOSTRAR MI SERIEDAD EN ORACIÓN v.3
Pese a que se muestra acciones que eran parte de la cultura en ese tiempo que denotaban su seriedad con Dios,
ponerse ropas ásperas y arrojarse ceniza en la cara, era su manera cultural para demostrar la seriedad, dolor de algo.
Nosotros comúnmente nos vestimos de negro cuando estamos de luto.
Esa es la parte cultural, pero aparte de eso está la parte espiritual, el hábito espiritual del “ayuno”
No tomare mucho tiempo en esto ya hablamos de esto la semana pasada, pero solo diré: el ayuno nos permite tener
más tiempo para orar, el tiempo que tomas en preparar tus alimentos y comerlos, es usado para poder orar a Dios.
A veces estamos en la vida demasiado ocupados para orar, de modo que debemos aprender a hacer pausas
intencionales para orar, el ayuno es una de ellas, pero tu tiempo devocional es otro, las reuniones semanales de
oración, son otra forma, las oraciones mensuales, etc. Todo ello está diseñado para que intencionalmente apartes
tiempo para un hábito tan vital en nuestras vidas, de lo que hemos estamos hablando: poder ORAR

Orar en medio de las crisis requiere:


5. AGRADECER A DIOS POR SUS PROMESAS v.4
La única razón por la que dios contesta nuestras oraciones, se llama: GRACIA. Por ello no me cansaré de decirte:
ayunar y orar no es, ni será jamás, la manera de torcerle la mano a Dios para que lo forcemos a hacer algo que
nosotros queremos.

Mire cómo oro Daniel v.4 (NTV), esta es la actitud de gracias, con la que el Salmo 100 nos invita a entrar a la presencia
de Dios: “Dios te agradezco que me responderás porque me amas”
No oramos a Dios: “Pues a ver si quieres responderme” ¡No! Tampoco oramos: “Señor respóndeme porque he sido
muy bueno, soy tu consen” ¡Tampoco!
Daniel aún oro v.9 (NTV), así que rogamos basados en esto.
Daniel se aferraba a estas grandes promesas y las convertía en oraciones de fe.
De ahí que he aprendido que siempre es mejor orar la Biblia, que orar solo con nuestra mente.

Orar en medio de las crisis requiere:


6. CONFESAR MIS PECADOS CON HUMILDAD v.5
Dios no escucha quejas llenas de orgullo, pero si escucha confesiones humildes. Dios responde ante la humildad.
Muchas veces nosotros razonamos absurdamente que no debemos confesar a Dios, dado que él conoce todos
nuestros pecados, ahora es verdad que él los conoce, pero quiere que lo hagamos para nuestra humildad.
Y cuando lo hacemos Dios responde con perdón, con misericordia y con gracia.
1 P.5:6 (NTV), no debemos temer confesar a Dios, creyendo que él nos aplastará, todo lo contrario, lo que nos tirara al
suelo y nos aplastara es el orgullo, pero la confesión permite que Dios pueda levantarnos, sacarnos adelante.

Daniel ora así v.5-8, 10, 13-14, 16 (NVI) ¿Hay algo de esto que te suene familiar? ¿No es así como vive hoy día la
humanidad, y no solo eso la cristiandad?
Así que Daniel confiesa reconoce la maldad del pueblo y sabe que no merecen regresar a casa, pero él sigue orando
v.17-19 (NVI) ¡Wow! Que tremenda oración de confesión.
No es una oración: Señor si en algo te he ofendido. El Señor diría: ¿En algo?
Esta oración no intenta ocultar nada, no intenta justificar nada, solo reconocer lo que Dios sabe y dice sobre nuestras
vidas

Daniel clamó por misericordia, no por ayuda, porque sabía que su pueblo merecía la ira y el castigo Dios. Dios envía Su
ayuda, no porque la merezcamos, sino porque quiere mostrar su gran misericordia cuando lo necesitamos. Si Dios no
nos ayuda debido a nuestro pecado, ¿de qué nos quejamos? Sin embargo, si envía ayuda a pesar de nuestro pecado,
¿cómo podemos contener nuestra alabanza?

Entonces ¿cómo responde Dios? v.20 (PDT), lo que nos muestra que Daniel había hecho esta oración una y otra vez.
Sigue v.21 (PDT), en la Biblia solo se mencionan tres arcángeles: Lucifer, Miguel y Gabriel, eso habla de cuán en serio
tomo Dios también la oración de Daniel.
Así que sigue v.22-23 (PDT), ahora, escucha bien esto, Dios no necesita enviarme a Gabriel, Dios no necesita enviarte
a Gabriel, porque tú y yo tenemos el nuevo Pacto, a Jesucristo que nos dice que nos ama.

Los judíos cautivos se habían rebelado contra Dios. Sus pecados los habían llevado al destierro.
Pero Dios es misericordioso incluso con los rebeldes, si confiesan sus pecados y regresan a Dios.
No permita que la desobediencia pasada le impida regresar a Dios. Él lo está esperando con los brazos abiertos.

A Daniel le preocupaba Jerusalén y el monte santo. ¿Sería restaurada la ciudad? ¿Sería reconstruido el templo?
¿Sería la nación alguna vez redimida del pecado y reinaría algún día la justicia en la tierra? Gabriel tenía todas las
respuestas para Daniel

De modo que cuando pasemos por una crisis en la vida, debemos recordar que Dios tiene todas las respuestas para
nuestras vidas, pero debemos acudir a él en oración.
La letra de un himno antiguo dice: ¿Vives débil y cansado, de paz gozo y santo amor? Esto es porque no llevamos todo
a Dios en oración

DESAFÍO
Dios contestó la oración de Daniel, y puede contestar también las nuestras.
Un tiempo con Dios en oración, nos hará creyentes más fuertes contra nuestros enemigos: el mundo, nuestra carne y
el diablo.
Pero el diablo peleará con todo para que no tengamos un tiempo con Dios, y si sucumbimos seremos creyentes
débiles, a los que el enemigo puede derribar fácilmente, y nos dejaremos dominar por nuestro estado de ánimo, por las
críticas, por la aprobación de los demás, tendrás miedo y ansiedades en tu vida.
Pero si luchamos en el Señor por un tiempo con Dios cada día, podremos experimentar la verdad de Dios que le Señor
somos más que vencedores.

Pero debemos venir a él en oración

Mi temor es que hablemos tanto sobre la oración que nos convenceremos de que estamos orando cuando en realidad
no lo estamos haciendo.
Piénsalo de esta manera: Entras a la casa de alguien, y notas que la puerta rechina, la pintura se está cayendo, las
patas de las sillas están rotas, y las ventanas están rajadas y colgando de las bisagras. Después entras al garaje y ves
que está lleno de herramientas de vanguardia, todas relucientes, recién sacadas de las cajas. Pero por el estado
general de la casa sabes que estas maravillosas herramientas jamás han sido usadas. Las herramientas solo sirven si
son utilizadas.

Así mismo, nosotros tenemos esta herramienta increíblemente poderosa llamada oración. Pero no nos servirá de nada
si sabemos que está ahí pero la almacenamos, sin sacarla ni aplicarla en nuestros problemas, nuestras
preocupaciones, nuestras relaciones, nuestras responsabilidades. La oración es la herramienta que nos ha dado Dios
para utilizar sobre todo el deterioro en nuestras vidas, en nuestra Iglesia, en nuestra comunidad, en nuestro país. Los
incito a utilizar la experiencia de orar para restaurar el enfoque, deleitarse con Dios, y revivir el poder de la oración en
sus vidas.

¿Cómo? Comprometiéndonos a conscientemente apartar tiempo para orar con Dios


 Todos los días en un tiempo devocional (leyendo y orando)
 Cada semana en la reunión de oración de mi iglesia
 Cada semana en un día de ayuno en oración
 Cada mes en el matutino de oración

¿Cuántos responderán al llamado?

Quiero escuchar tu voz en oración Señor, al orar quiero enfocarme en tu persona, ayúdame a orar con pasión, a
demostrar la seriedad de mi vida de oración, apartando conscientemente tiempo para orar: cada día en la mañana, una
vez a la semana en mí iglesia, una vez a la semana en ayuno y una vez al mes, con mi iglesia, quiero orar con gratitud
aferrado a tus promesas, y confesando con humildad mis pecados, clamando por tú misericordia sobre mi vida, mi
familia, mi iglesia y mi país. Oro en el Nombre de Jesús, Amén.

También podría gustarte