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El dominio del peatón en un aplaza con fuerte desnivel, creando terrazas sucesivas que posibilita la

regeneración de los pequeños espacios abiertos al eliminar la presencia del coche totalmente de la
Plaza
Su forma rectangular y alargada se debe a su origen, como espacio de esparcimiento de la vía pecuaria
en el punto de encuentro con la antigua ciudad, generada alrededor del Castillo. En ella se ubicaron
las principales edificaciones religiosas y administrativas de la ciudad.
Su topografía está marcada por doble pendiente, de Oeste a Este y de Norte a Sur. Esto ha generado
problemas de accesibilidad, que aparentemente, se han ido resolviendo parcialmente, sin planificación
global, lo que ha llevado a una pérdida de uniformidad del espacio de la Plaza, así como a la pérdida
en la percepción de la envolvente y la relación entre las edificaciones singulares existentes y el
espacio de la Plaza.
La nueva geometría propuesta se origina desde los tres principales elementos de la Plaza: la Iglesia y
su campanario al Sur; la Fuente al Oeste y Ayuntamiento, con fachada al Este. Frente a ellos se
extienden nuevas superficies horizontales, en cuyos límites, mediante elementos de mobiliario
construido, escaleras, graderíos y rampas en diagonal, buscando la máxima longitud para reducir la
pendiente, se absorben las diferencias de nivel con la pendiente general del espacio, descendente de
Norte a Sur

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