J. M. Keynes: Posibilidades Económicas para Nuestros Nietos.

Actualmente estamos sufriendo un ataque de pesimismo económico, es común oír a la

gente decir que la época de enorme progreso económico termino.

En mi opinión esto es una interpretación errónea de lo que nos esta sucediendo.

Creo que estamos sufriendo los dolores del crecimiento, de los cambios rápidos, del
doloroso reajuste entre un periodo económico y otro.

El aumento de eficiencia técnica se ha dado tan rápido que hasta ahora hemos podido
lidiar con el problema de absorción de empleo, etc.
El mejoramiento de la calidad de vida ha sido algo tan rápido, la banca y el sistema
monetario del mundo han estado previniendo la caída de la tasa de interés tanto como el
equilibrio lo requiere.

La crisis actual, el desempleo un mundo lleno de necesidades, los desastrosos errores

que hemos cometido, nos ciega respecto a lo que pasa debajo de la superficie. (La
verdadera interpretación de los problemas)

En cuanto a los enfoques que buscan explicar la realidad económica actual, predigo que
el enfoque pesimista, el cual considera el balance socioeconómico como precario y el
enfoque radical, el cual propone que nada mejorara si no hay revolución. Ambos
enfoque con el tiempo serán demostrados erróneos.

Mi propósito en este ensayo es visionar los eventos a mediano y largo plazo, ¿Que
podríamos esperar entonces de la economía en 100 años? Además de ¿Cuales don son
posibilidades económicas para nuestros nietos?

Es importante mencionar que hay evidencia de que los cambios tecnológicos

(principalmente los que afectan la industria) se expandirán hacia otros sectores de la
economía.

Podríamos estar en la víspera de mejoras en la eficiencia de producción de comida, tan

buenos como aquellos llevados a cabo en la minería, manufactura, transporte, etc.

En algunos años seremos capaces de acelerar los procesos productivos en los distintos
sectores de la economía. Además de utilizar solo la cuarta parte de esfuerzo humano del
que se emplea actualmente.

Es por eso que la rapidez de algunos de estos cambios nos hiere y trae distintos
problemas.

Estamos sufriendo entonces de una nueva enfermedad nuca antes escuchada el

desempleo tecnológico. Esto quiere decir: Desempleo debido al descubrimiento de
formas de economizar trabajo, el cual en el ritmo al cual buscamos nuevos usos al
trabajo desplazado.

Es esta pues una temporada de ajuste, lo cual significa que en largo plazo la humanidad
resolverá su problema su problema económico.
Yo predeciría que el estándar de vida de las ciudades en 100 años será entre 4 a 8 veces
más alto del que es hoy.

Es cierto que las necesidades de los humanos son insaciables, pero estas caen en 2
clases: Aquellas que son absolutas en el sentido que no importa la situación de nuestros
semejantes, solo importa satisfacer estas necesidades.

Por otro lado están las necesidades relativas en el sentido de que su satisfacción nos
pone sobre los demás, nos hace sentir superiores.

Planteo la conclusión de que sin importar las guerras o los aumentos de población, el
problema económico podrá resolverse, o se a vistaria una solución al menos. Esto
significa que el problema económico no es el problema permanente de la raza humana.

Hemos sido dotados por la naturaleza con todos nuestros impulsos y profundos instintos
para ser capaces de resolver e problema económico. Sin el problema económico la
humanidad seria privada de su tradicional propósito.

Si la acumulación de riqueza no fuera importante, habría grandes cambios en nuestros

códigos morales. Así pues a pesar de los problemas sociales y morales que se pueden
generar por el amor al dinero (como bien que representa riqueza), nuestro sistema se
mantiene pues es útil para la acumulación de capital, aun sabiendo la manera de cómo
se distribuye la riqueza.

El ritmo al cual podemos alcanzar un destino económico feliz estará determinado por 4
cosas: Nuestro poder de controlar la sobrepoblación, evitar guerras y problemas
sociales, nuestra voluntad de encomendar a la ciencia la dirección de asuntos
enteramente de su incumbencia, y por ultimo fijar la tasa de acumulación del margen
entre producción y consumo (brecha producción – consumo).