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I.

MARCO TEÓRICO
- INTRODUCCIÓN

La COVID-19 es un transtorno infeccioso causado por el sindrome respiratorio


agudo severo SARS-Cov-2, ha afectado de distintas maneras a las personas a
nivel mundial desde el año 2019 en el que fue detectada por primera vez. La
mayoría de las personas que se contagian presentan síntomas de intensidad leve
o moderada, y se recuperan sin necesidad de hospitalización.
En los primeros estudios de COVID 19 se proporcionò evidencias de que los transtornos
1
electrolìticos tambièn pueden estar presentes en la presenctacion de los pacientes incluidas
las anomalias de sodio, potasio y cloruro y calcio. Otros han postulado que los pacientes
con COVID-19 más grave tienden a muestran una mayor proporción de hipopotasemia al
inicio en comparación con aquellos con formas menos graves de la enfermedad. Estos
trastornos electrolíticos tienen implicaciones importantes no solo para el manejo del
paciente sino también para identificar posibles mecanismos fisiopatológicos subyacentes a
la COVID-19, que podrían generar nuevas oportunidades terapéuticas. Sin embargo, los
tamaños de muestra limitados y la heterogeneidad en los informes de electrolitos tienen
interpretaciones limitadas hasta la fecha. Por lo tanto, nuestro objetivo fue proporcionar un
análisis combinado que comparara la concentración sérica de sodio, potasio, cloruro y
calcio entre pacientes con enfermedad grave versus aquellos con enfermedad menos grave,
para mejorar nuestra comprensión
The current COVID-19 pandemic has affected everyone but presents profound
consequences for patients with kidney disease, health care providers, and biomedical
researchers. In this Viewpoint, I will discuss a number of kidney-specific aspects of
COVID-19 infection, noting therapeutic and basic research opportunities.2

La OMS desarrolló una tabla para determinar la deshidratación del paciente con el fin
de formular así el plan de tratamiento de éste: si no hay signos obvios de
deshidratación, se dará el Plan A (alimentación usual y líquidos extra que contengan
almidones; en lactantes muy pequeños basta con la lactancia materna). Si hay signos
obvios de deshidratación, el Plan B (solución de rehidratación oral clásica o con
almidones o aminoácidos y a continuación alimentación usual). Y si la deshidratación
es muy grave, con signos de choque, se dará el Plan C (soluciones polielectrolíticas por
vía endovenosa administradas en pocas horas y a continuación Plan A). En ocasiones el
Plan B no puede aplicarse, y se debe recurrir al Plan C (vómito incoercible,
obnubilación por acción de los antieméticos, o falta de personal auxiliar). 6

La eliminación de agua se acompaña de pérdida de electrolitos, principalmente sodio,


potasio, cloro, bicarbonato, y en menor grado elementos menores como el zinc.

La pérdida de agua y electrolitos conduce a una reducción del volumen


intravascular.7 La pérdida del volumen intravascular disminuye el retorno venoso al
corazón, lo que a su vez produce un gasto cardiaco disminuido y caída de la presión
arterial, la cual es detectada por los barorreceptores en los senos carotídeos y en el
arco aórtico. Los impulsos disminuidos al sistema nervioso central (SNC) liberan al
sistema autonómico simpático para producir más catecolaminas, principalmente
epinefrina. Esta actividad es reforzada por los estímulos a los quimiorreceptores
sensibles a la hipoxia y a la acidemia. Las catecolaminas aumentan la frecuencia y la
fuerza de contracción cardiacas.4

Una vez se decide que el paciente tiene indicación para el uso de estos medicamentos, se
sugiere la realización de una lista de chequeo previo a su inicio que incluye: a. Medición
del QTc. b. Medición de los electrolitos séricos basales. c. Interrupción de otros
medicamentos con capacidad de prolongar el QT que no sean necesarios. d. Identificación
de factores de riesgo asociados con prolongación del QT (Tabla5

Five studies with a total sample size of 1415 COVID-19 patients. Sodium was significantly
lower in patients with severe COVID-19 (WMD: –0.91 mmol/L [95% CI: –1.33 to –0.50
mmol/L]). Similarly, potassium was also significantly lower in COVID-19 patients with
severe disease (WMD: –0.12 mmol/L [95% CI: –0.18 to –0.07 mmol/L], I 2 ¼33%). For
chloride, no statistical differences were observed between patients with severe and non-
severe COVID-19 (WMD: 0.30 mmol/L [95% CI: –0.41 to 1.01 mmol/L]). For calcium, a
statistically significant lower concentration was noted in patients with severe COVID-19
(WMD: –0.20 mmol/L [95% CI: –0.25 to –0.20 mmol/L]).1

Se consideró como valores normales, sodio ≥135 y ≤144 mEq/l; potasio


≥3,5 y ≤5,49 mEq/l; cloro ≥96 y ≤110 mEq/l; calcio ≥8,5 y ≤10,5
mg/dl; fósforo ≥2,5 y≤4,5 mg/dl, y magnesio ≥1,7 y ≤2,2 mg/dl. 3

Palabras clave: Sodium, potassium, chloride, calcium, coronavirus, SARS-


CoV-2, COVID-19

1. Lippi, Giuseppe, Andrew M. South, and Brandon Michael Henry. "Electrolyte imbalances in
patients with severe coronavirus disease 2019 (COVID-19)." Annals of clinical
biochemistry 57.3 (2020): 262-265.
2. Rabb, Hamid. "Kidney diseases in the time of COVID-19: major challenges to patient
care." The Journal of clinical investigation 130.6 (2020): 2749-2751.
3. Cieza Zevallos, Javier Antonio, and Christian Bryan Orihuela Jesús. "Características de los
electrolitos de pacientes adultos que acuden por emergencia médica a un hospital general
de Lima, Perú." Revista Medica Herediana 29.3 (2018): 158-167.
4. Pizarro-Torres, Daniel. "Alteraciones hidroelectrolíticas y ácido-base más frecuentes en el
paciente con diarrea." Boletín médico del Hospital Infantil de México 62.1 (2005): 57-68.
5. Asensio, Enrique, et al. "Recomendaciones para la medición del intervalo QT durante el
uso de medicamentos para el tratamiento de infección por COVID-19." Sociedad
Latinoamericana de ritmo cardiaco (LAHRS) (2020).
6.

- PALABRAS CLAVES
- PALABRAS NUEVAS
II.

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