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Mauricio Bruno Debido al elevado prestigio social y al jioder politico que posefa la corporacién militar wel Uruguay del siglo XIX y comienzos del siglo WX, el registro de actividades y personas vincula- das al ejército fue uno de los usos de la fotografia nds extendidos durante aquellos arias. Ya en la década de 1840 se comercia- lizaban retratos de autoridades politicas y mili- tares realizados a través de diferentes técnicas Iconograficas, y este uso para las fotografias pue- de verificarse a partir de comienzos de la década siguiente. En 1866, durante los primeros enfren- tamientos de la guerra del Paraguay ~también llamada de la Triple Alianza-, a empresa Bate y Ca, radicada en Montevideo realiz6 el primer reportaje fotogréfico bélico de América del. Sur. fste trabajo hizo caudal de experiencias anterio- res a nivel internacional, como la del britanico Roger Fenton durante la guerra de Crimea (1855) y la del equipo del estadounidense Mathew Brady durante la guerra de secesién de los EEUU (1861- 1865).! También fue una continuacién del registra de las consecuencias del bombardeo de Paysanda, Uevado a cabo por la misma empresa en enero de 11865, y una respuesta a la demanda de imagenes fotograficas de la guerra realizada por algunos militares y medios de prensa, Como en otras partes del mundo, las fotografias sustituyeron paulatinamente a otras formas de representacién iconogratica en La tarea de elaborar imagenes militares. Su amplia divul- sgacién, 2 partir de la década de 1860, y su ca- pacidad para representar la realidad material en luna forma mucho mas “verosimit” que técnicas anteriores, sirvi6 para la extension del discurso politico del Estado. Durante los afios siguientes los fotdgra- fos continuaron registrando las actividades y las a eta ene oP Ceol ees Sees rene! personas vinculadas a la comporacién castrense. El auge de la retratistica comercial a partir de la dé- cada de 1860 coincidi6 con la amplia produccién de retratos militares, que se extendié durante las siguientes décadas. Hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX los usos se diversificaron. Los fotdarafos registzaron las expediciones realizadas Por destacamentos del Ejército a través el interior del pats y las actividades formativas de la oficia- lidad, También los levantamientos de las fuerzas de Aparicio Saravia producidos en 1897 y 1904 y las consecuencias del motin militar contra el go- bbierno de Juan Lindolfo Cuestas, en julio de 1898, Este capitulo trabajaré en base a una do- ble dimensién de la fotografia militar. Por un lado se enfoca en las imagenes de frentes de batalla, campaiias y campamentos militares, y consecuen- cias de enfrentamientos bélicos. Ellas muestran la vida material en esos ambientes -la conformacién de los campamentos, los tipos de armamentos y uniformes utitizados- y la extraccién social de los Participantes en los combates. Ademas exponen la adaptacién de los fotégrafos y las técnicas fotogréticas para trabajar en contextos dificiles, ast como los usos politicos y comerciales de esas rv ec retreat Soe. Se eee in imagenes fueron publica (eee nes en vi oe 5 rea ens eee era? ee ous eter eer ee ‘imagenes, Por otto lado, este capitulo estudia el uso de la fotografia militar como elemento con- memorativo, ya fuera de un imaginario nacional fen construccion, 0 simplemente de identidades especificas como las partidarias, las familiares y las corporativas. El reportaje bélico. Empresa comercial, politica e informativa En mayo de 1866 la empresa Bate y Ca, solicit6 al gobierno uruguayo autorizacién para trasladarse al Paraguay. Un allo antes, los gobier- Nos de Argentina, Brasil y Uruguay habfan firma- do el Tratado de la Triple Alianza, por el cual se habian comprometido a derrocar al gobierno de Francisco Solano L6pez en aquel pats. Si bien en América del Sur no existfan antecedentes de reportajes fotogrificos de guerra antes del de Bote y Co., si habia un vinculo en- tre la fotografia y los eventos militares, El primer daguerrotipo realizado en Brasil, en 1840, es una ‘imagen de un regimiento de caballerialigera frente al Palacio Imperial de Rio de Janeiro. También en Argentina se habian realizado fotografias -retratos Tan ere eee eee ete ener! Coser ees Doe ey eee Een ett Suet een Brea ot eae ae ra ete See vere aTees 5. fotoce muirae xy vistas de las tropas movilizadas- durante los en- frentamientos entre el Estado de Buenos Aires y la Confederacién Argentina, en la década de 1850." La guerre por nueve pesos. La cade de Paysandd y {a guerra del Poraguay Para la década de 1860, la circulacién de {mgenes referentes a los eventos militares de ac- tualidad era algo conocido por la sociedad mon- tevideana. Durante los anos de la Guerra Grande diferentes establecimientos comerciales de Monte- video vendian litografias que representaban com- bates navales.’ Esta circulacion de imagenes sefia- laba un potencial uso de la fotografia. Una vez que el desarrollo tecnolégico lo hizo posible, de lo que se trataba era de dar un paso adelante y de abordar los mismos asuntos a través de una técnica capaz de presentar imagenes més fidedignas. La primera experiencia fotografica que registré eventos bélicos en Uruguay se produjo a comienzos de 1865, tras el sitio y bombardeo de la ciudad de Paysanda por parte de las fuerzas del General Venancio Flores y las del Imperio det Brasil. Previo a la finalizacion del sitio algunos medios de prensa expresaron cierta preocupacion por contar con fotografias que ilustraran el con- Ricto. El Mercantil Espaiol, el 24 de diciembre de 1864, hablaba del “éxito que tendria el fotdgrafo que tomara la vista de Paysanddi bombardeado”.* £19 de enero Bate y Co. envid a uno de sus operadores a cubrir las consecuencias del episodio y pocos dias después aparecieron en la prensa avisos referentes a la venta de fotografias “mostrando los horribles estragos cousados por el bombardeo, sacadas por Bote y Cia., se venden en su Galeria colle 25 de Mayo nimero 369, y en la 2, Preaumiblemente cadSveres de personas fallocas durant o sitio @Paysand, enero de 1865. En 1923 Pablo A. Dugids, marino de origen Fancés que serv en la escuadra brasileta ‘durante el sti de Paysand,afirmd en entrevista con el periodista Romulo Rossi haber visto los codiveres de Leandio Gomez, Juan Maria Braga, Eduviges Acuna y Federico Femander ~ rmaxinas autordades militares de la poblacién- inmadiatamente después do su fusilamiento: "Penetramos a foal -52 referta ala casa de Maximilano Ribere, desde donde habia oft aispars-y old en el jardin, frente a va pared que mvcbo hacia el oaste,estoban tenes ten el suelo, sin sus rapes exteriores, los cociveres. La desrincion de la escena coincide en Uineas generates con esta imagen, aunque en a fotografia pueden distinguirse claramerte dos y tal vez un tercer cuerpo, pero no custo, Tampoco parecen estar despojades de sus ropas. ho abstante est, Ross! asegura que se Urata de los cuatio cadaveres mencionados. Sin embargo, comp sefiala Susan Sontag hay que tener en cuenta que para los primeros Totegraos de queria “fotogiafar era componer (poner sujetos vives, posar)". No era exsaio {que acomodaran los cadveres en et pea sega la composicion deveada,o que hiciran posar 4 personas vivas camo si fueran cadéveres. Es probable que esta fotografia se trate de uno de estos casos, es decir de una escenifcacion del fusilamient, Libreria de Lastartia”# Estas imégenes eran vistas frontales de estructuras ecilicias y fortificaciones militares parcialmente derruidas debido al efecto de las balas de cation. Las noticias de la toma de Paysandii tras- cendieron el Ambito local. La revista Le Monde llustré de Paris reprodujo algunas de ellas a tra- vvés de litografias, en una composicién especial 4 FOTOGRAFIA EM URUGUAY. HISTORIA ¥_UsOS SOCIALES. ESsR IIIS: 43. Lafortfcacon miitar denominada el Balvarte do a ley, desputs del bombardeo de ls ciudad, Faysandi, enero de 1865. que presentaba cinco de esas imagenes rodeando una ilustracién “heroica” de Leandro Gomez.’ EL comandante militar de Paysandd aparecta rodeado de lamas y retratado ostensiblemente mas joven de lo que era, con gesto desafiante y atravesando a punta de espada una pared cuyos bloques se esparcian por el suelo. La revista intervino el contenido de las imagenes. En solo dos de las fotografias origina- les de Bate y Ca, se nota la presencia de personas posando junto a las ruinas. Sin embargo en las 1e- producciones de Le Monde Ilustré fue acentuada la presencia humana a través del montaje de hombres y mujeres en actitud de estar paseando junto a las tuinas y observando atentamente la destruccién. Lo que la fotografia no era capaz de captar—en esa época la presencia humana solo podria registrarse ‘através de poses prolongadas- era agregado me- diante el dibujo, con el objeto de dar una imagen mas vivida de la destruccién de la ciudad. La demanda de las fotografias de Bate y Ca. en Montevideo fue muy elevada. Incluso otros studios fotograficos las repradujeron y vendie- ron sin su autorizacién.® El éxito de las fotos de Paysandd sin duda incidi6 en el proyecto empren- dido inmediatamente despues en Paraguay. Indu- dablemente la fotografia se habia instalado en la sociedad como un medio de comunicacién y re presentacion de lo real tan televante como otros, caso de la pintura historica y el dibujo. Durante la guerra de la Triple Alianza el Coronel de las fuerzas orientales Leén de Palleja llevaba un diario, que se publicaba @ modo de ‘corresponsalia en Ei Pueblo de Montevideo. En noviembre de 1865 sefial6 que “habiendo tanto {fotdgrafo hoy aia en fa capital de Montevideo y ‘en Buenos Aires, admira como no se ha anima- do olgune a sequit (os efércitos aliedos y (evantar vistas, que de seguro hubieran sido buscades por su mérito y por el interés que toman en nuestros trabajos y gloras los parientes y amigos de los que componen el ejército atiado; hasta por los extrofios hhubieran sido procuradas. La gente na se contenta con ofr solamente lo que les refieren los periddicos; quiere ver, méxime aquellas escenas principales en ‘que se solva una dificultad 0 se sustenta un com bate. Creo que, cunque tarde, no dejariaa de hacer ‘un buen negocio con ellas”.’ En la misma linea, y haciéndose eco de las palabras de Palleje, el 20 de diciembre de ese afo el periédico El Pue- blo propuso “que pasara a acompaiiar al ejército ‘alguno de los artistas, pora sacor las interesantes vistas que se les ofiecen. No foltard alguro de sux {ficiente resolucién especulativa, que se preste a ‘concurtir a ta mayor expansién del conocimiento a. ForoGR arta MILITAR de aquellos lugares inhabitados y los pueblos 0 acontecimientos que han de tener lugar hasta a Asuncién. Buen negocio aria” ® Esta avider por el consumo de imagenes ‘expresaba su importancia como medio de comu cacion para la sociedad de época. El analfabetis- mo de la mayor parte de poblaci6n determinaba la importancia de la comunicacion visual y oral, y por ello Palleja hablaba de “oir” y no de “leer” cuando se referfa al contenido de los periédicos. Teniendo en cuenta esto, asi como los antece- dentes de las fotografias de Paysand, no resulta extrafio el envi de un fotégrafo a Paraguay. Ade- ‘mas, debe considerarse que la guerra de la Triple Alianza represents para los uruguayos de la épo- a una continuidad inmediata de la guerra civil que se habia desarrollado en su territorio.” Los enfrentamientos militares que se sucedieron pri- mero en territorio argentino, y luego paraguayo, eran seguidos en Uruguay con el mismo interés que le metectan los asuntos locales. La iniciati- va de enviar un fotdgrafo al Paraguay representé para Bote y Ca. la oportunidad de profundizar una linea de trabajo que ya venia desarrollando. En ‘efecto, ademés de las mencionadas fotografias de Paysandd, durante el segundo semestre de 1865 ‘este estudio habia comercializado fotos y reatiza~ do otras actividades vinculadas al conflicto béli- co, por ejemplo la verita de retratos de algunos militares célebres que participaban de la guerra 0 la exposicion de éleos relativos a las batallas.”” Llegado el momento decidié redoblar la apuesta ¥y producir sus propias imagenes de la contienda. EL5 de mayo de 1866 la empresa solicit6 al gobierno uruguayo permiso para trasladarse al campo de operaciones de las fuerzas aliadas en Paraguay. Ofreci6 dos series de todas las fotogra- TT LS 4, Las fotgatis de ta destccén de Payand egaron a Franca La revista Le Mone Tusté las reprodujo ltogricament, itervio el contenido de ls imagenes para acertuar la presencia humana fias que se obtuvieran para que fueran conserva- das en los archivos piblicos, al tiempo que pidié el traslado gratuito del fotagrafo de la firma y la garantia de que el Estado no permitiria que se realizaran copias de dichas imagenes sin su auto- rizaci6n expresa, por lo menos hasta seis meses después de que terminara la guerra. La fundamentacién del pedido tocé va- ios puntos interesantes acerca de las inten- ciones del estudio fotografico.”" Por un lado, hizo referencia a “las repetidas insinuaciones de los corresponsales del ejército aliado y las pa- tidticas indicaciones de varias personas de esta capital”, lo cual expresé la receptividad de las. palabras de Leén de Palleja citadas mas arriba y de cierta exigencia de la sociedad montevidea- nna por contar con imagenes de las actividades del ejército. 5, Durante la quer det Paraguay el fotsgrafo Savier Lopez empleo negativos de vidrio recubiertos de colodién hhumeda, Esto tecnica lo dibligaba a prepara las placas inmediatamente ie realizar ae tomas y a revelaras Inmediatamente desputs, antes de que el colodion se secata, Por ella debia tperar en las cereanias, de su arpa, que hac las veces de labortoro 76 Mencion6 también el tipo de fotografias que se pretendia realizar. El “artista acreditado [..-] siguiendo at efcito en todas sus operaciones sacard vistas de todos los pueblos, los combates, tos ros y as personas que mds atencién merezcan”. EL enfoque combinaba una preocupacién por dar a conocer la geografia de un lugar -poblaciones, rios, vegetacién- exético para los potenciales consumidores de las imagenes, con la intencién de registrar los combates y las personas impor- tantes. El propio estudio fotogréfico resumia asi lo que era la querra: lugares, combates y sujetos relevantes, lo que equivaldria a decir escenarios, acciones y actores. Tal vez por ello, en la propia fundamentacion del pedido, se definié el frente de batalla como el “teatro de la guerra’ Es fac- tible pensar en las imagenes producidas como un intento consciente de organizar un relato sobre la guerra, es decir, como la voluntad de contar una historia, que ademas tenia prefiguradas algu- nas lineas argumentales, por ejemplo la partici- pacién del ejército oriental, el “més grande [...] que hasta hoy ha existido en lo América de habla espaiiola”. El estudio fotografico expresaba su in- tencion de producir imagenes que olorificaran al ejército, lo cual explica la recepcion fa- vorable que el Estado hizo de la oferta, y habilita a pensar en la extension de una con- Ciencia acerca del valor de la fotografia como herramienta de propaganda entre algunos adiministradores estatales, Por otro lado, el petitorio de Bate y Ca, también manifesté cul era el piblico objetivo de sus Jmagenes, lo cual toca le cuestién de las funcio- nes que adjudicaban a los registros fotograficos. Se apuntaba a la circulaci6n de las fotografies en “esta capital y los periédicos ilustrados de Euro- pa”, espacios que representaban “el mundo civi- fizado”. Las fotografias servirian para prestigiar ante el Uruguay y el mundo la obra civilizadora del gobierno de Venancio Flores. Pero también ttendrfa otra funcién, la de llevar “a fas numero- sss familias de aquellos vatientes -se referia a los integrantes del ejército- un taiismén querido de sus trabajos y sus glorias”. La solicitud finatizaba recalcando los “crecidos gastos y trabajos sin com- ppensacién” que la importante misién significaria en caso de que las imagenes fueran reproducidas sin su consentimiento por otros estudios fotogra- ficos, lo cual era una referencia indudable lo que habia ocurrido con las de Paysandi Esto ademas explica la solicitud del traslado gratuito del fo- tégrafo al campo de batalla y la garantfa de pro- piedad de las fotograffas. El gobierno, a través de tun comunicado del Ministro de Guerra y Marina, Lorenzo Batlle, acept6 la soficitud en todos los ‘términos expuestos por la empresa." EL fotégrafo comisionado, Javier Lopez, partio hacia territorio paraguayo en los primeros dias de junio de 1866, y regres6 al Uruguay el 31 de julio de ese afo. Su actividad fotografica puede datarse entre el 14 de junio, durante los bombardeos de la artilleria paraguaya al ejército aliado, y la batalla del Sauce 0 Boquerén, el 18 de julio. A mediados de setiembre de 1866 L6- pez volvié a viajar al Paraguay, regresando a fines de octubre, Durante ese period, el ejercito de la Triple Alianza estaba acampado en Tuyuti, fronte- ra sur de Paraguay con la provincia argentina de Cotrientes."* 6, Portada de un album com realizadas por Bote y Co. durante la querta del Paraguay. Ao 1866 esto con las fotografia En lof dias inmediatamente posteriores al regreso de Javier Lopez de sus dos viajes, Bate ¥y Ca. puso a la venta respectivas colecciones de fotografias. Las imagenes mostraban a los sol- dados en las trincheras, realizando ejercicios de tiro, en formacion militar, asistienda a misao du- rante su tiempo libre, los campamentos y algunas estructuras editicias, el armamento utilizado por las fuerzas aliadas, los jefes militares, las pobla- iones indigenas, asi como los prisioneros y los cadéveres paraguayos.”” EL trabajo en el frente de batalla presen- taba varias difcultades. Ademas de la exposicion alos peligros de la guerra, el fotdgrafo debfa ope- raren condiciones climaticas cambiantes y dispo- ner el traslado de equipos pesados. Se precisaba de una carreta para trasladar la cémara, las placas de vidrio en las que se realizaban los negativos y los frascos con los productos quimicos. Lopez portaba una catpa con la inscripeién de Bate y Ca. que le servia a la vez de dormitorio y de labo- ratorio fotogréfico. Utilizaba negativos de vidrio inept ie | recubiertos de colodién himedo. El trabajo con placas de este material era un procedimiento to- talmente artesanal, que le exigta sensibilizarlas ‘inmediatamente antes de hacer las tomas —La pla- «a de vidrio perdia su sensibilidad a la luz cuando el colodién se secaba- y revelarlas inmediata- mente después. Por ello debia fotografiar en las cercanias de su carpa. Estas dificultades ademas lo obligaban a trabajar con ayudantes, que en el segundo viaje lo acompafaron desde Uruguay."* Los diarios més cercanos al_ gobierno Uuruguayo utitizaron las fotografias para la elabo- racién de un discurso acerca de la guerra y la par- ticipacion del ejército, Su Lectura de las imagenes Circul6 junto a las propias fotografies y represen- ta un elemento imposible de desestimar a la hora de calibrar la forma en que fueron recibidas por la sociedad. En esta lectura, las fotografias de Bate y Ca, posefan un doble carécter: el de presentarse como registros objetivos y, a su vez, como una narracion didéctica de la guerra. Por un lado se Las Fotografias dela ‘quera del Paraguay fueron empleadas por los arias, ‘ns anes al gobierno de Venancio lores para elaborar un discus politic acerca de las guerra, Imigenes feomo el “Cuartel General de Verancio Flores” y ta Muerte del Coronel Pale” siriveran para construir un épica de la participacin oriental 7B planteaba que conservaban “fielmente mil esce- nas de la sangrienta guerra” y al mismo tiempo que equivalian “a una historia comprensible para todos, llena de animacisn y de variedad”.!* El 13 de setiembre de 1866 el diario Fl Siglo sostuvo que pese a la circulacion de “mi- ares de ejemplares de tas vistas sacadas por el St. Lépez [-~.] no todos comprenden el mérito de ‘esas obras”. Porto tanto, con ol objetivo de fact- litar esa comprension ofrecié lo que definié como “una prolija descripcién de cada una de ellas”. Esta descripci6n expresamente pretendié natu- ralizar y objetivar una interpretacion particular de las fotografias, sefialando que “tas ideas que de ellas brotan, son un compendio histérico de a actuatided” 2° La fotografia niimero siete -Cvartel Ge- rneral de Flores-Tayutt [imagen 8)- era definida en los siguientes términos: “El aspecto sombrfo del Cuartel General de Flores en Tuyuty, en momen- So tos que las granadas llueven sobre los naranjales, caquella soleded indica bien que all estuvo su car ‘pa, deshecha tres veces por las bombas, sin ofer- dere. Sin ser visionario, zquién no vé alli como en il otros petigros de que se ha salvado el General Flores, un designio Providencial, semejante al que ssalv6 la Patria de sus cinco tradicionales conquis- tadores? St, a la existencia del General Flores, esté ‘mds unida de lo que parece, la suerte de ta gene- 1acion oriental”.#* Yenancio Flores, segtin testimonios del coronel Le6n de Palleja de junio de 1866, esta- ba expuesto en el frente de batalla a los mismos peligros que el resto de los soldados y acampaba a la vista de las fuerzas enemigas.” Por lo me- nos cuatro veces durante ese mes su carpa habria sido blanco de la artilleria paraguaya, salvando su vida “de milagro”, En ese contexto informa- tivo, el registro y la difusin de la imagen de su campamento oficiaban como ls prueba grifica a. FOTOGRAFIA KILITAR de la valentia y sacrifcio del General oriental, asf como de la proteccién que le dispensara la “providencia divina’, Sin ese discurso, no era mas que la vista de un espacio casi vacio, “adomnado” por unas pequerias carpas y piezas de artilleri La “Muerte del coronel Palleja” [véase ‘imagen 9] es probablemente la mas conocida de las fotos de Bate y Ca, Le6n de Palleja murié durante la batalla del 18 de julio de 1866. Sus restos llegaron al Uruguay el 31 de julio, y al dia siguiente aparecié un breve pero importan- te comentario sobre la foto, al sefialarse que “esta triste escena fue reproducida por orden del General Flores": Esto hablaba claramente de ta fuerte influeneia de la autoridad potitica en la produccién de las imagenes de Bate y Ca Por otra parte, no era cualquier ima- gen. fra la imagen de un héroe, como lo defi- ni6 expresamente El Siglo, que incluso habia sido ascendido al generalato post mortem. La fotografia de Bate y Co. fue un medio para la extension del discurso heroico sobre la partici- pacion oriental en la guerra, materializado en la figura de Palleja. Este discurso se apoyé en otras iniciativas graficas, por ejemplo la pin- tura del “general Palleja a caballo”, de Juan Manuel Blanes, que ademas fue reproducida fo- tograficamente y de ésa manera divulgada por Bate y Co." La imagen del cadaver de Palleja es interesante por otra cuestién, la de la repre- sentacién de la muerte. La escena evidencia haber sido cuidadosamente compuesta para mostrar el cardcter heroico del jefe militar que ‘ocupa el centro de la imagen y aparece rodeado y reverenciado por sus subalternos, arropado ademés por una bandera uruguaya. La muer- te se presenta como una instancia de méxima solemnidad y respeto, pero este enfoque no puede generalizarse al conjunto del trabajo de Bate y Ca. 0 atribuirse a la sensibilidad de la época. Mas bien debe considerarse a la luz de quién era Palleja y, sobre todo, qué representa ba para el gobierno uruguayo, al cual la foto- graffa buscaba complacer. La muerte también es la protagonista de otras dos imagenes y es interesante constatar el tratamiento radical- mente diferente del asunto cuando la persona fallecida era el enemigo. Estas fotografias eran definidas como “montones de cadaveres para- guayos”, titulo que expresaba bien la indife- Tencia que provacaba su situacion, Los muertos aqui carecian de individualidad, de identidad, y de cualquier rastro cel tratamiento de dignifi- cacion que caracterizaba a la imagen de Palle- ja. Constitufan una masa anonima de cadaveres “amontonados”, al parecer en avanzado esta- do de descomposicién que apenas se podrian distinguir de un deposito de animales muertos [véase imagen 10]. Las imagenes fueron vendias en las principales librerfas de Montevideo, asi como ‘en Brasil y Europa. El estudio fotografico ensa- yO estrategias de comercializacion que busca~ ron sacarle el mayor rédito posible al limitado indmero de fotografias, como poner a la ven- ta “colecciones especiales” compuestas de las “mds interesantes” que se habian publicado 0 editar colecciones con precios rebajados.:” Fsto logré acercar el conflicto bélico 2 los uruguayos. A juzgar por las palabras de El Siglo, el fenémeno de la guerra se mantensa pre~ sente gracias a las imagenes: “Afortunadamente do iprimie las image Peptic ee cla tric eee ee Serre re: Pea! ee ee ars en Pree te ieee 80 LA BUERRA CON 13, Oetavy monton de edveres para 10. el teatro de la sangriento lucha no ha perdido su interés para los que miran de lejos sus grandiosas y teribles representaciones. El arte se ha encargodo cde mantener viva la curiosidad”. Ese acercamiento era una aproximacién en clave de espectaculo. Las imagenes eran algo asf como el boleto para entrar al “teatro de la guerra”, y as poder a ver al “Gene- ral Mitre rodeado de su Estado Mayor consultando el reloj que debe marcar ta hora de (a victoria; at caién que envia sus mortiferos saludos; a la muerte sentada sobre los montones de cadléveres paragua- ‘yos, [...] En realidad, es mucho mds bello ser espec- tador alo distancia de aquel dram que ha legado «@ cautivar la atencién de las principales potencias europeas, que desemperar en él un rol cualquiera af 0 (Potrero de Pics.) otcance de los proyectiles, Sinestros lectores estan conformes con esa preferencia [...] refigiense en la verdad del arte contemplando las vistas que nos oftece ta popular fotografia de Bate y Ca.”.* Ese espectaculo era una épica de los ejércitos aliados, y del oriental en especial. Por ello, los medios oficialistas saludaron las iniciati- vas de reducir el precio de las colecciones “para que estando al alcance de todas las clases de la poblacién, puedan todes estudiar en la Historia lustrada que nas presentan los sefores Bate y Ca, 10s fastos gloriosos de esa no menos gloriosa epopeya, ton fecunda en heroisme y sacrficios”. Ademés, reclamaron al gobierno que fomentara la circulacion de las fotografias, adquiriendo varias a. FOTOGRAFLA MiLITA copias de ambas colecciones para remitirlas “a los estoblecimientos piiblices de la nacién”, tanto de la capital como de la campafia.® De esa manera se buscaba extender a los sectores mas amplios de la poblacién un discurso politico especifico acerca de la guerra, que glorificaba al gobierno de Venancio Flores. Como las calificé La Tribuna, las fotografias eran objetos “de gusto e instructivo”, pues reunian la posibilidad de brindar entreteni miento y de educar a los uruguayos acerca de la obra civitizadora del gobierno.” A fines setiembre de 1866 la mayor par- te del ejército oriental, con Verancio Flores a la cabeza, abandoné el frente de batalla y se embar- 6 hacia Montevideo. Esa fue una de las razones de la finalizacion de la empresa fotografica. Bote ¥y Ca, anuncié su cierte a comienzos de 1867. Su lote de negatives de la guerra del Paraguay y de las consecuencias del sitio de Paysandd fue ad- (aie aie et ee ene a eae quirido por el estudio fotografico de Maurel, que inmediatamente puso a la venta nuevas coleccio- rnes2* Las fotografias siguieron su propio periplo, multipticando sus usos y apropiaciones a lo largo de los afos, incluso hasta llegar a interpretarse ‘como registros objetivos de la guerra o argumen- tos antibelicos. La fotografia bélica en el cambio de siglo Con excepcién de tos mencionados re- portajes bélicos, hasta fines del siglo XIX no hay datos de que se hubieran producido otros en Uru: quay, si bien se conservan Fotografias aisladas de algumos de los protagonistas de los movimientos armados del dltimo tercio del siglo.” EL registro de las guerras civiles de 1897 y 1904 modifica esta situacién. También de esas fechas, aunque con una entidad desde el punto de vista bélico eee een renee ace ter Pereorere Ese reas erie rena guerra de Pa ae a ill SUL io coe Menara S Pereyrnee os lees c (rene erie tet ate eae cee ee Se an eer EE een nent a yet Tiempo ea eae eee ree eee i tuadto dl general Palla, sirvieron para reproduc rs : Perret ea rent después ae eee een eat etn! 12, Timoteo Aparicio, afo 3870 (aprox. Durante la *Revoluelon de las lanzas fate y Ca. vend retcatos dal caudilo blanco Timateo Aparicio. Ademés realiz6 composiciones mantando su rosto sobre otras Fotografias, y agregando mediante dibujo algunos de (os elementos de la imagen, por ejemplo la lanza ‘mucho menor, data el motin del 4 de julio de 1898 contra el gobierno de Juan Lindolfo Cuestas, del cual también se conservan imégenes. Anivel mundial, hacia los dltimos afios del siglo XIX los reportajes de guerra ganaron tn lugar cada vez mas importante en las publi- caciones. Los semanarios y revistas comenzaron a dedicar més espacio a las Fotografias tomadas en al frente de batalla, y también a publicar re- portajes. Uno de los factores que influyé en este fenémeno fue el desarrollo tecnolégico de las cémaras y los procedimientos fotograficos ocu- trido en las décadas de 1880 y 1890, caso de la extension del uso de las placas de gelatina sobre vidrio y de las cémaras de fuelle, faciles de transportar y capaces de realizar fotografias con una velocidad de obturacién superior.” Esto facilito el trabajo de los teporteros gréficos.* En el Uruguay, para las coberturas de las querras civiles de 1897 y 1904, este proceso puede verifcarse en el nimero de fot6grafos que trabajaron siguiendo a las tropas, que auments considerablemente en comparacién 2 lo que ha- bia sucedito durante la guerra del Paraguay. Entre ‘otros puede mencionarse a los hermanos Chabal- goity y Santini, a Victoriano Pérez, Jesis Cubela, Federico Brunel, al estudio Schickendantz, John Fitz Patrick y Angel Adami.” La difusién y circulacion de estas imé- genes varié en cada levantamiento, Durante la contienda de 1897 las revistas ilustradas que se publicaban o llegaban al Uruguay no mostraron ‘imagenes del conflicto, aunque circularon en for- mato lbum. las imagenes de John Fitz Patrick se centran en los movimientos de tropas, los cam pamentos, la vida cotidiana de los soldados y los retratos de los principales jefes militares. También enfocan eventos vinculados a la guerra aunque no militares, como las actividades de la Cruz Roja 0 el registro de monumentos convo- cando a la paz y a la culminacién de las guerras civiles. Algunas de las imagenes que componian los albumes eran acompafiadas de textos expli- cativos. Asi, se ofrecia una informacién contex- tual que les daba sentido, Existen registros de algunos de los lugares en donde se produjeron los principales enfrentamientos, como el “Campo de batalla en (os Tres Arboles”. Pese ano mostrar la guerra propiamente dicha, imagenes de este tipo funcionaban a modo de iconos que ilustra- ban los relatos que la referfan. La batalla de Tres Arboles era uno de los hitos mas importantes, y debia relatarse junto a imagenes que, justa- mente, ayudaran a imaginarla. Si no se habian realizado fotografias durante la propia batalla, buen sustituto era fotografiar el escenario y na- rrar con palabras lo que la foto no podia mostrar. EL pie que acompafiada 2 esta imagen informaba: 13, Campo dela batalla de Tres Arboles, Rio Negi, ano 1897. a. FOTOGRAFIA MILITAR 4 Ala taquteda el cuartol deta plaza Artola actual plaza de las Trelntay Tes rlentales- con el Batallin de Arista de Plaza arincherad, 4 Ala derecha un edifcioparcialmente derruido. Montevideo, 4 de julio 1898. ‘Aunque fue rapidamente reprimido, el motin del 4 de julio de 1898 produ vatios muertos y ochenta y un heridos. Se conservan dos fotogratis de John Fitz Patric que eftejan ese episodio. EL registro -que e valde pensar contd con més imagenes fue realizado en cardcter de f:bgrafoofcal del gobierno, titulo que ostent Fitz Patrick entre los alos 1896 y 1899. Las fotografia formaron parte de un Album, to ‘ual dala pauta de que de alguna manera se retendiéfijar en la memaria los eventos del 4 de juli, “Picada donde fue muerto el capitén Montautti al atravesar el arroyo, cruzado por el tronco de un sauce cafdo (Véase a la figura sentada.) ~ Vista tomada desde el campo revotucionario”.* EL papel de estas fotografias como ele- mentos constructores del relato puede apreciarse también en la circulacin que adquirieron en las revistas ilustradas durante los afios siguientes. A modo de ejemplo puede citarse la seccién “Ecos de la Revolucién” de La Alborada, revista afin al Partido Nacional que las pubticaba como recorda- torio y homenaje permanente a los protagonistas de los dltimos eventos militares.” En cambio durante el. levantamiento saravista de 1904 es indudable una amplia cir- culacién de fotografias del confticto a través de la prensa, La revista Caras y Caretas, que se edi- taba en Buenos Aires pero que legaba también a Montevideo, informs cotidianamente sobre el desarrollo de la guerra, a través de reportajes se- manales que ocupaban de dos a tres paginas y que nunca contenian menos de cinco fotografias, en ocasiones bastante més. Al pie de las notas solia aparecer una referencia sintética de quienes habian sido los fotdgrafos, aunque nunca se aclaraba la autoria ‘individual de las imagenes. Las firmas de “Adam, Odin, Casterdn, Becco, Mas, Pi”, entre ottos, eran acompatiadas de la de Caras y Caretas, lo cual prueba que la revista distingufa las imagenes Durante fas gueras de 1897 y 1904 varios fotbgrafessigulewon a is tropas,retratando sue marchas, Compamentos y hasta Sus improvisados hospitales aportadas por colaboradores ocasionales de las de los fotdgrafos contratados.® La variedad de corresponsales permitia a la revista mostrar eventos sucedidos en localidades distantes dentro de un mismo reportaj Las fotoarafias de Coras y Caretas pro- porcionaban una vision compleja de la guerra, FL hecho de estar destinadas a su publicacion cotidiana en una revista “de noticias” impticaba ‘que su visién del enfrentamiento no se redujera a los retratos de los oficiales, a las formaciones de soldados y a las vistas generales del movimiento de tropas 0 su tiempo libre, sino que incor porase el contexto social y politico en que esa guerra se estaba desarrollanco. Y alli aparectan los trabajos de la Cruz Roja, la clausure por parte del gobiemo de los érganos de prensa vinculados con los revolucionarios, los consulados extranje~ tos desbordados de personas que procuraban su pase para salir del pats, entre otros asuntos. Ello oftecfa elementos para contextualizar la querta pero también, inintencionadamente, configuraba un retrato de otros aspects de la sociedad uru- quaya, por ejemplo la imagen de un Montevideo “convulsionado”.” Mas allé de esto, la mayoria de las ima- genes si referia a eventos militares. Figureban re- tratos de varias de los jefes de las fuerzas guber- nistas, de los rebeldes, y de las quardias naciona~ les, También habia planos abiertos en los que se mostraba a los combatientes, vistas de batallo- nes, de la destruccién edilicia y de infraestructura ‘ocasionada por la guerra, e incluso espacios para dastacar el rol de las mujeres en las tareas de pacificacion y la participacién bélica de los nifios. Todas las fotografias estaban acompafiadas de un escueto pie de foto que generalmente se vincula~ ba con la informacién escrita.” a. ForaGRAFIA MiLITAR Las crénicas de esta revista, para la cual las fotografias eran un apoyo grafico, transmi- tian un mensaje de tono pacifista que resaltaba el dolor generado por la guerra y abogaba por el final del enfrentamiento “de hermanos contra hermanos”.*! Durante el mes de marzo se comen- 16 la batalla del paso del Parque del Dayman, a la que se describié como “una de (as més crueles xy encarnizadas que se hayan librado iltimamente en esta parte de América”. Las imagenes mostra- ban a las tropas a punto de entrar en combate, el movimiento de las fuerzas gubernistas tras los revolucionarios, varios heridos siendo atendidos luego del enfrentamiento y militares gubernistas liberados de su captura tras haber sido presos de los revolucionarios. El horror de la guerra se ‘expresaba también en la participacién femenina. Ejemplo de ello es la fotografia de una “china” del 6° de caballeria “que tomé una parte activa en las cavanzedas el dia del combate, sustituyendo en la pelea al marido que fue muerto en el primer en- cuentro”. Finalmente, se inctiuian fotografias de cadéveres desnudos, tapados apenas en su zona genital, acompafiadas de lacénicos pies de foto: “Como quedan los muertos después de una bata- ta” y “Un degoltado”. La crénica escrita sefialaba ‘que las imagenes eran una prueba irrefutable del carécter inhumano de la guerra, y de este com- bate en especial: “a ‘nuestro enviado especial, St. Angel S. Adami que ha seguido paso a paso el grueso del ejército gubernista, tocéle encontrar- seen el desarrollo de la trégica escena y lo que con el lente fotogrdfico copié fielmente, nos de- ‘muestra cudn tristes resultados acarrean hombres [que] otvidan todo sentimiento humanitario’? Sin embargo este enfoque “pacifista” no significaba que el semanario no tuviera una posicisn favorable a alguno de los contendientes en pugna. La crénica equiparaba la pacificacién a la derrota “del caudillo revolucionario Aparicio Saravia", y calificaba de “amigas de (a paz” a to~ dos aquellos que la esperaban. Al mismo tiempo, hhaciéndose eco de la prensa montevideana, infor- maba que durante la batalla de San Marcos habian sido degollados una gran cantidad de combatien- ‘es, “salvajismo” y “barbarie” que podia atribuir- se “a la gente de Mariano Saravia, compuesta en su totalidad, dicen, de negros indios procedentes de (a frontera, que hablan casi todos portugués, guerreros de oficio que tomaron parte en cuantas campoiias se desarrollaron de ésta como de ta otra parte del limite con Ro Grande”, y se reproducian supuestos didlogos de estos “maievos” en que se Fingel Adami fotografi a los muertos y os hides durante la revolucion de 1904, buscando sensibilizar alos ‘uuguays sobre et horror dol enfrentamiento etre “hemmanas”, vanagloriaban de haber degollado “salvajes gu- bernistas”.* Si bien las imagenes se presentaban como registros objetivos, y sus pies de foto ca- fecian de consideraciones valorativas acerca de lo que estaban mostrando, se encuadraban en un discurso definido acerca de la guerra que identifi- caba culpables e inocentes. En ese sentido la sola imagen de, por ejemplo, “Un degollado”, adquiria un sentido politico especifico. (Otro mojén importante en lo referente a la difusion de Fotografias sobre la guerra civil de 1906 fue el libro libro Sangre de hermanos. EL proyecto probablemente fuera una extension de las crénicas de Caras y Caretas -tanto el autor de los textos, Samuel Blixen, como el fot6grafo, ‘Angel Adami, eran colaboradotes de esa revista-, yy varias de las imagenes que se publicaron alli fueron luego reproducidas en el libro, Se trata de un trabajo de casi quinientas paginas, editado por uno de los talleres gréficos mas importantes de la época: la librerfa Barreiro y Ramos. ‘Al se narraban los principales aconteci- mmientos politices y militares desarrollados duran- te el levantamiento de 1904, El relato escrito era acompaiado de imagenes que ilustraban la narra ion. Ademas de las de Adami, el libro se comple- ‘mentaba con otras fotografias, por ejemplo del es- ‘tdi fillat, EL rol que jugaban las imagenes es muy similar al que se les adjudicaba en los reportajes de Caras y Caretas, aunque tal vez con un énfasis mayor en el enfoque antibélico -las referencias a las batallas estén acompafiadas, habitualmente, de fotografias de personas heridas-, al cual se le agre- gaba una vision conciliatoria que se aclaraba desde el titulo. La crénica se planteaba como un racconto ‘objetivo, sin valoraciones, de los “hechos” suce- didos desde el 1° de enero de 1904 hasta la paz de Acegué, en donde nadie poctia encontrar una interpretacin. “Otros, con ms tiempo y mds pre- poracisn, abordaran eso ardua tarea”* EL libro se insertaba en ol contexto de una gran preocupacién acerca del futuro del pats. Su cieulacién inmediatamente posterior al final del conficto puede ser interpretada como parte de un lamado a la “reconcitiacién nacio- ral”. La guerra habia terminado y el “cauillo revolucionario” estaba muerto. Lo que restaba era consolidar la idea de que blancos y colorados eran “hermanos”, y que la sangre derramada entre ellos era uno de los maximos crimenes que podian cometer los uruguayos. El uso politico de estas imgenes cifiere del realizado a partir de las fotos de Bate y Ca Si en el caso anterior se trataba de glorificar al ército, aqut el proyecto fotografi se inscribfa fen una tinea que buscaba poner fina las guerras vies. Sin embargo los temas abordados y a es- tética de ambos trabajos no eran sustancialmen- te diferentes. En el reportaje de Adami la guerra continuaba siendo un teatro. Las fotografias es- cenificaban la contienda en poses preestablecidas que mostraban el antes y el despues pero no el durante, Hara fata un salto tecnalégico para que esto Gltimo fuera posible, El uso conmemorativo de la fotografia militar La mayoria de los hitos que se mencio- ran como parte del proceso de construccién de la nacionalidad durante fines del siglo XIX y comien- 208 del siglo XX estan asociados a figuras y suce- sos castrenses. No es extrafio encontrar ratratos u otro tipo de imagenes referentes a estas figuras con anotaciones al dorso que resalten sus virtu- des, algunos eventos de su vida, o las circunstan- cias en que “heroicamente” murieron. EL uso de la imagen en este sentido se verifica desde los primeros aftos de la fotografia. Durante la Guerra Grande se vendieron en Mon- tevideo retratos de sus autoridades politicas y militares. El Nacional promocioné en febrero de 1845 el “retrato del General de las ejércitos de la Republica D. Fructuoso Rivera, copia del me- jor original, el cual saldrd impreso en buen papel para los sefiores suscriptores”.*” Sin dudas este era un potencial uso de las imagenes fotografi- as, que puede comprobarse para la década de 1850, por ejemplo en la venta de retratos “del ilustre General. URQUIZA y del benemérito Ge- eral GARZON, litografiados en Paris de retratos tomados al daguerrotipa en 1850 por los Sres. Fredricks, Masoni y Penabert”.** Las imagenes de estas autoridades circulaban socialmente y con tribufan a su jerarquizacién como sujetos cons- tructores de la historia.* A partir de la década de 1860, junto a la popularizacién del retrato fotografico y la ex- tension de otros usos se verifica el empleo de la fotografia como instrumento de construccién de la memoria en torno a la figura del “martir’. Luego de la caida de Paysandti en enero de 1865 fue elevada la demanda de retratos de los militares fusilados. En agosto de ese aio, cuando Montevideo ya esta- ba en poder de las fuerzas de Venancio Flores, se vendieron ali mosaicos de retratos de los “mértires de Quinteros”®, y circularon mosaicos del mismo tipo referentes a los muertos de Paysandé..* Se ofrecian en un formato, el de tarjeta de visita, que ta de costo reducido y pensado para la amplia di- Vulgacién, lo cual muestra el interés de la sociedad 21, dusto José de Urquiza, década de 1840 22, Eugenio Garzbn, década de 1840 por contar con imagenes de los héroes que iden- tificaban a las facciones politicas, y de estas por dlisputar el lugar del martir. EL movimiento revolucionario de 1897 ali- ment6 una interesante produccién de imagenes de este tipo en torno a Diego Lamas, Jefe del Estado Mayor del Ejército nacionalista muerto en mayo de 1898, que tras la paz de setiembre se habia trans- formado en una figura muy importante dentro del 23, Leandro Gémer, Salto, diciembre de 1854 (aprox) La cirealacin de retratos te militares célebres contribuyé a fa reacién de un martiroligia ve pata la formacion idades particaias. politic, fe las ide 88 Partido Nacional Mas all de la abundante retra- tistica, se destacan otras fotografias cuyo content do solo se explica teniendo en cuenta la avidez del pilblico por acercarse a la figura del lider a través de las imagenes relativas a su vida.” La revista La Alborada desarrollé una tinea de fotografia conmemorativa a partir del afio 1898. Inicialmente bajo el titulo de Album Revolucionario se publicaron retratos de jefes militares nacionalistas que habian_participado del levantamiento de 1897, acompafiados de un pie con su nombre y el cargo militar que habian desemperiado.% Al afto siguiente, el trtulo de las portadas vari6 por el de Desfile de Veterans, y las fotografias fueron acompafiadas por textos en las paginas interiores que daban cuenta de su vida Ctros ejemplos de esta linea fueron el apartado Retrotos viejos, que presentaba imagenes de re- ferentes historicos de la tradicion blanca, 0 sec- ciones especiales dedicadas, por ejemplo, a los Defensores de Paysandi."* La fotografia también sirvié para con- memorar las luchas por la independencia del Uruguay, Esto se lograba a través de retratos de algunos de sus protagonistas, o de imagenes que denunciaban sus penosas condiciones de existen- cia luego de una vida de servicios. Esta linea conmemorativa tena un cos- tado politico evidente. Las imagenes que servian para recordar también eran las de figuras identifi- RAFIA NELITAR se eect eae ccadas con bandos y tradiciones politicas espectfi- cas. Un hecho concreto aunque relevante como la finalizacién de una guerra, por ejemplo, podia ser ‘dentificado con algin referente politico a partir de la circulacion de su retrato y su inscripcién en el marco de un discurso mas amplio acerca de ese evento, Ejemplos claros de esto son las tarjetas postales con retratos fotograficos de autoridades ‘Gubernamentales que circularon tras la guetra vil de 1904, acompafiados de la inscripcién “Viva a paz institucional’. También circularon postales Fecordatorias de la muerte de Aparicio Saravia.”” Su intencién original probablemente fuera pro- pagandistica, No obstante, su conservacién por parte de las personas y su referencia especifica a la colebracién del final de la guerra o a la muerte el caudillo maximo del Partido Nacional las tras forman en herramientas de conmemoracién. ap aia Ce pied elk a a ment Pe nee | Lehi fa 26. Fste uso fue mas alla de las image- nes de los “mértires” y de las “autoridades”. Una variante de esto puede apreciarse en las fotografias de militares anénimos. Durante los enfrentamientos armados de 1897 y 1904 hubo una profusion de retratos ~individuales © grupales- de soldados y oficiales cuyo fin era ser conservados como recuerdo por los propios protagonistas, 0 por sus familiares. Los comba- tientes saravistas, por ejemplo, se retrataban ataviados con sus armas y divisas. En ocasio- nes sus fotografias posefan inscripciones que recordaban la gesta revolucionaria.®* Un rol si- milar jugaron las imagenes efectuadas con pos- terioridad a la guerra, pero que expresamente pretendian fijar la memoria en torno a lugares, hechos y participantes, otorgandoles un senti- do espectfico [véase imagen 32]. La muerte del gener nacionalsta Diego Lamas en 1698 motivé la producesén ide numerosas Fotografias a mado de homenaje. Las revistasilustradas publcaron imigenes rolativas a su vida por ejempo la casa donde habia nacido y el cabato que habia utitzado durente al levantaniento armado de 43697- y algunas personas que lo conecieron se retataron con objetos obsequiados por Lamas, a fin de destaca cercania con tier politico Fallecido. 27. "Carmelo Coiman, soldodo del Escuaceén “Dragones Libertadores; y ino de los 33 orentales ‘qe inclron ta gran revoluciin de 1825". Esta fotografia del ato 1862 coincide con un proceso {e afrmacién nacional ‘ue procuraba romper fon el "estigma® dela independencia declarada 0 oneedida por las entonces Provincas Unidas del io ela Pata y el Tmpetio de Braden la Convencion Preliminar de Paz de 1828, y proponiaresltar la ‘oluntad independentsta de los arentales. Entre cotras medidas, una ley de feviados de 1860 estableci 1.25 de agosto como “to ‘gan faa” Gea Repabica fe la Declaratora de Independencia y 6 celedraciones en toro al 419 oe abi, coincidente ‘con el "“desenbarca de los 33 Orientals’, ambos ‘eisadios ocuridos en 1825, antes de la Incorporacion de etonces Provincia Oriental las Provineias Unidas. 90 a EL valor conmemorativo adjudicado pos- teriormente a la produccion de las fotograftas puede verificarse, por ejemplo, en los retratos pu- blicados en Le Alboroda comentados mas arriba, ppeto también en el rol jugado por coleccionistas y ottos propietarios de las fotografias que se con- servan en (os archivos. Muchas de estas imégenes poseen anotaciones al dorso proverientes de sus propietarios, usualmente adjetivos encomiasti- cos. De esta forma, la funcion inscripta por et propietario suele impregnarseles fuertemente, y en ocasiones ello ha determinado la adjudicacién de un sentido conmemorativo innegable.”” Servir a la Patria, Las fotografias del entrenamiento militar Otro de los ambitos militares que cuenta con registros fotograficos es el de las activida- 28, “Ese etrato con un clarin en (a mano representa at Soldedo de la Independencia Marcelino Cardaza, cin vivo, de 89 eos, quien ha serrido desde oss fecha, en todas fas quer cles que hon tendo lugr en este Pots he la de 1897, sivdndose de ese intrumento que obtwv0 en la Guero Grande. Le fotogaffa de su hoger que ven juntamente con él simboliza la desesperante pobreza en que vive, sn goce de ninguna pension” des de servicio o entrenamiento, Este fendmeno debe entenderse en el marco del proceso de con- solidacién de las instituciones estatales acurrido durante el dltimo cuarto del siglo XIX, cuando el Ejercito fue entendido desde los sectores gober- antes como una de las instituciones més adecua- das para la extension social de valores y virtudes asociadas al proyecto estatal como le disciplina, el patriotismo, la buena salud y la entereza fisi- ca.” La construccién de esta ciudadanta virtuosa a pattir del servicio y el entrenamiento militar fue visibilizada a través de las fotografias. Esta concepcién tenia varios puntos de contacto con el proyecto disciplinante de la educa cién primaria universal. Tal vez por ello a fines del siglo XIX se elaboraron proyectos que propontan la creacién de batallones infantiles con el objeto de proveer a los nifios de valores de ciudadania y, al Estado, de sujetos capaces de servirle militarmente 29, “Este retato representa al Sergento 1° de Independencia, Juan Francisco Genzdlez,fllecio ef 12 de gosto de 1900, ls noventay cuoto aos de eed. La {foroarafia desu hogar simboliz la pobreza en que deja a su tsporay un hi aun nia”. a. FOTecRAFEA MILITA ke 30. Aparicio Saravia en su lecho de muerte, aio 1904. evel futuro. En algunos casos estos proyectos fue- ton levados a la prictica, por ejemplo en la expe- riencia de un batallén de huérfanos formado en el asilo Dimaso Antonio Larrafiaga." Es probable que estas imagenes fueran utitizadas para promocionar la formacién ciudadana proporcionada por las ins- tituciones educativas, como era el caso al aslo. Asi, se mostraba a los nifios en pose de estar mar- cchando prontos para el combate ~aunque varios de ellos tomaban el arma con dificultad, evidenciando falta de preparacién real-o formando la guardia en actos péblicos, probablemente en fechas conme- orativas de la nacionalidad.** Esta finalidad propagandistica de las magenes puede deducirse de las lecturas que al- {unos medios prensa hicieron de ellas, celebrando {in participacton de los nifios en el entrenamiento Iniitar. En octubre de 1899 La Alborada publics dos fotografias de cuatro nifios en formacién cas- nse titulada “Los futuros soldados”: “El arma al 20, correctamente formados, se educan ya esos juefios orientales para las luchas armadas, Ojala dos hicieran lo mismo en batallones civicos for- dos por sorteo, y desaparecieran para siempre arta 31, Pablo Galarza, ano 1904, el servicio forzado y el desprestigio moral de nues- tro ejércitol... He ahi a los chiquillos déndonos et ejemplo". Las tareas de entrenamiento del ejército uuruguayo, al igual que algunos detalles de su infraestructura -sus armamentos e instalacio- nes edilicias- también fueron documentadas por los fot6grafos. La visibilizacién de estos planos contribufa a realzar la fuerza de las instituciones militares y el Estado. En setiembre de 1899 La Alborada publicé tres Fotografias del Regimiento de Artilleria de Campaiia, que mostraban “los no- visimos cafiones Blange-Piffard, de 75 mitimetros de calibre y de un montaje espléndido, y las mas importantes maniobras de esta arma; en bata- Ue, en columna piezo por pieza y en baterta, Al mismo tiempo, estas vistas nos hacen conocer en su casi totalidad el cémodo edifcio que ocupa ef botalién de Artileria de Campatia, pues han sido tomadas en él mismo, que ofrece facitidades para los ejercicios militares”. Estas fotos debian “dar idea del estado de disciplina y perfeccién a que hha llegado nuestro ejército” y provocar el inte- rés natural que “debe despertar una instituciéa 22, Teniante C. Cineppa y Sus subalternos, Frente al ‘onumento con memoratvo de a batalla de Tres Arboles. 17 de mara de 1899, Cineppa recordaba ‘que en esa [batalla] no me cencantré, pera he tanido el ‘honor de hacer la guard et 23, Montevideo, 1959, ROSA RODRIGUES, Rogerio Rosa. “A morte no ‘fot: epresentagies da guera na foto- safle, en Anais Eletontcos do VLE En ant Tntemocional da ANPHLAL,Vitria = 2008, ROTH, Mitchel. Historical detonary of war jour asim, London, Greenwood Fress, 1997. ROUILLE, André, “La exploracin fotogrica el mundo en el so XIX, en LEMAGHY, Jean-Claude y ROLILLE, Antré (Girecto- res), Historia del fotogafa, Bacetona Ediciones Nartiner Roca 5, A. 1988. SALLES, Ricard, Guzra co Parogual. Memoria e ‘imager, Rio do Tarsiro, Edioes Bibtio- ‘eca Nacional, 2003 SSCHULEEN, Fernando. Sitados, Lo epapey de Poysandi. 1854-1865, Young, Coleccién Loz suros do la Patria, 2000. VARESE, Juan Antari. Historia dela oografa ‘en el Uruguay. Fotigrafes de Montevideo, Montevideo, Ediciones ¢e la Bands Ort ‘nts, 2007. Notas 1 Esto no quiere dely que ayan sido las Gris, Los relatos de quer pioneros provienen de da geetrotlpas ralzados durante ef enfentamiento entre los gobieros de EEUU y Médico, en 1865- 1648, Helena Pérez Gallardo, “EL eportae gré= fico", en Marie-Loup Souguez (coor), Historia genera de a fotografie, Madi, Catea, 2006, 1. 374, De igial forma, previo al dscubrimiento de [a fotografia, ls querra fue repesentada por ‘trot medios icnogréfens. Un antecedent del reporaje fotngricn bélco puede encontarse on La sari de grabados al aguafuerts Los desos- ties de a quo, ck epatol Fancisco de Goys, realizados ente 1810 y 1815. Ibidom p, 370, 2 Adler Homero Fonseca de Casto. "A fotourafa de Guan Gutierrez na Revlta ds Arvada: um (6- ‘igo a ser desctado’, Reve de Memeria Viewat ‘rasta, 2006, Disponible en: htp:/Zbndiital, ‘bn br/resememora/gutierezamada,ht, Ace 0: 243-2014; André Toa, Tmogens er desor- diem: a iconografia da Guera do Paraguot, Sio Paulos Humanitas, 2001, p. 85. 4 En setiembre de 1866 &l Nacionel aruncié la venta de una Stografia titulada “Apresomiento el begantin Josefina y goleta Juanita, por pate de (a ESCUADRILLA NACONAL al marco dl co- ronel Ganbadi’ “Utograia, #1 Wacional, Monte video, 9 de setombre de 1846. Al da siguiente avis6 de Ia comercializacion de una nueva lam ‘na, que formaba parte de [a misma caleccin, y ‘ostrava el combate “Sostenide entre uos BA: LLBVERAS de (a Fscuadrila Oriental y a esac tacina del salad Rosas. Por la Litogrfia det Estodo." "Combate Naval Ala vista del puerto e Montevideo", Ei Nacional, Montevideo, 10 de setiebe de 18¢4, Ven febrom del sho sigvien- ‘eel mismo macio sald la proxina aparicion de tuna liming que rpresentaria “lacie soo de esta escuadila, en fa qe puso en redo 3 le escuosra orgeatina™ “EL tlégrao det iea”, EL Nacionl, Montevideo, 1 de febrero de 1845. ‘4 rRerate, Elserconti Sportal, Montavides, 24 Bo FDrocksrin mitiras le diciembre de 1864 5 istas de as runas”, El lata, Montevide, 21 ile enero de 2865, No solo Bate y Ca. fotograté Ia toma de Faysands, Tambien el fotogafo fran (G6 Eriio Lahore estivo = comienzos de enero fe bsa clad con of mismo fi. Posterioomente, Wonderia sus fotograias on Argentina. Fetnar io Sculkin, Sitados. La epopeya de Paysaa. 1864-1665, Young, Coleccién Los Mures de fa Patria, 2000, p. 91. Se conservan copies de fo- gratis de las “uinas de Paysand” on la Bi toca Nacional y el Museo Historico Nacional Montevideo, HINA, caja 71, fotos 20 y 4b; MHC, caia flo 13 vale aclarar que en el Museo Hist Nacional, ajo esta numeracin, se encuen- fan do: Fotogafiaey que soto da una de elas, la ue esta montada sobre a oj de wn album, po= oomos la certezs de que fue produclda por Bato (n= y NHN/CI, caja 246, foto 11. & soporte ecandari de ls dos erimeras Fotografias tone fia del estudio fetograico de Mauro, o cual suponer que se tata de reproduclonesrea- ads 207 este estutio posteriomente a mateo fe 1067, cuardo adquiré al lote de negatives le quere del Paraguay y la caida de Paysandé liad por ate y Co. Ls dltina de estas foto- las os una regroduccign posterir de a oig- de ote y Co. Se conserva ura qunts imagen Mla misma tematica-se trata de la fotografi. sido producia por Bote y Co. 9 tombién un juadie de ela -MHN/CT, caja 169, foto 16-. Jneresante seater que todas estas fotoma i fieron publicadas en un libro de, perodista ilo Rass, editado an la década de 1620, en ue reconstuye el sitio de Paysandd a través festinonio ds algunos de sus protagonists. lo F Rosi, Esooios historicos. Bombareo de Paysand. Crazed lbertadoro, Monte- bo, Imp, Peia Hermanos, 1923, Mis als de fotografia, en el iro na hay ninguna wt ental sitio de Paysandé, ALi de la composicion, que puede verse en endo Schulkn, ep. ct, p. 88, se aclarabe ‘ue habien sido impresas 2 parti de Fotografias te Bate y Ga, 8 “Las vistos de Payzandi que se vender en vo ris casas en tarjeta sin nomor, son copiadas de estes originals escogios,y el pb juzgard 1 pueden compararse con fs que se venden con rest rane, que son ls ongincles verade. ras, socodas en Poysando el 9 dal conente, Las Vistas de estereescopo que se encuentran en as ‘misma casas, sin nombre, no son estereoscop- «2%, pues siondo copies no tienen ni puode tenar el rave necesaro, como calquita ver porier- ols eo estareoccpio Tees ins que svenden on el nombre de nuestra casa, tanta vistas, como retralas de notoilidades, son originales, y no co las *No compren copias", La Reforma Poco, Montevideo, 25 de enero de 1865. 9 L290 de Palisa, Dario de fo compart de las fuerza aos contra el Paraguey, Toro 1, Mon- video, Cento Militar 1984, pp, 294-295, 10 "vio a los otdgrafos", Fl Pueblo, Montovi. eo, 20 ce diciembre ce 1864, 13 E> octubre de 1864 al tertoro del Uruguay. fue invadido por el ejército brasieho. Como re: presalis, yen apoyo al gobierno uruguay que 7 su alado regional, Los pareguayos tomeron Mato Goss. Asti nico la guerra de Paraguay con Brasil. Mientras tanto en Uruguay, las Tuer 225 de Vorancio Foes apayadas nore efrcto Draslelo se hiceron del gobierno. La alanza Lruguayo-brasileha se eomplet6 con el apoyo argentina y en marzo de 1865 los gobiernos de 2505 tes paises entraron en guera contra Pa raauay. 32 E17 de octubre de 1065 Bate y Ca, anuncis la venta de retyats “on tarieta de este Jefe Por u0yo [quel se verden dnicament en ls breros de Lastaria Moricot, en lo tenda oe Bousquet yen lo galeria de Bote y Ca. 360ole 25 de ‘mayo-362" “stigaribia", El Silo, Montevideo, 27 de octubre de 1865, p. 3, También “Retatos en tarjeta dol comandante Banos se vende en la galeria de Bate y Ce." El Siglo, Monteieo, 5 de abil de 1866; “Retatos en tarjeta del co- Imandante Bars y del encorazadoTamardaé. Se ‘vende en le aeleria de Bate Ca”, El Soto, Mon- tev, & de abil do 1868, p. 3: "Bxposcion, a alida de a escundia, Silo, Montevideo, 3 do abl de 1056, 13 €L texto completo de la slictud, rao por “Bote y Gi, Jovier Liner", en “Seecibn oficial, F1Siglo, Montevideu 23 de mayo de 1865. 44 La expres era comin para afro al fran tede batalla, Fue utilizada tambien enelcontex- to ce ioprtajesbélicos posterior, por eermple of levamtamiento armado de Aparicio Saravia en 1804 ("La revlucion wraguaya’, Cras y Cres, Buenos Ales, 8 de marzo de 1904). 15 “Sectibn ofa”, Siglo, Montevideo, 23 de mayo de 1866, 46 Alberto Dol Pino Menek, “Saver Lapa, fot rato te Bate y ia en (a Guerra del Paraguay’, Boletn Histrco del frit, Nos 294.297, Won ‘teviden, 1997, p. 37. “Han Legado las vistas de {a Gugra contra al Paraguay. 2° coleccion’, EL Sigio, Montevideo, 4 de noviembre de 186. 27 La primers colezion fue puesta en venta & partir del 1° de agosto de 18b9,y a segunda et 4 6 noviembre de ese mismo afo. Fi? ce agosto 1 Sigo anuncio una “nuevo econ” de as fo- togiatias col “teatro de guara!: “El tatre do la ue, FLSile, 7 de agosto de 1866.5i bien del contenido del anuncio-na ee daduce que se tata ‘a do fotografias nuevas sino de un nueva tiaje 4e Las ya editadas, los invesigatores Alberto del Pino Menck y Jean Antoni Varese coincden ‘0 fefilar que s= treté de ura nueva serie de la primera coleccon. De esta forma, Le primera ‘leccién pouria estar comps de dos svis, 18 “Interior. Guetra det Paraguay’, Sata, Won tevideo, 13 ce setiembre de 1066. 419 “Le empresa sigue adelante’ Silo, Nonte- Video, 4de noviembre de 1866. 20 “Interior. Guerra del Paraguay’, £1 Solo, Mon- ‘evideo, 13 de setiembre de 1866. 21 Ibidem, 22 “lo ha habe modo devencerla perf dl Go. eral de petrranecer ahi acompodo en et foro de los tras de a artileria enemiga” Len de Falla, Diario dela capa dels fuerzas aliadas contra el Paraguy, Tomo Te, Monteviceo, Cento Hitay, 41984, p, 319, 19 de junio de 1866, 23 "Visas del teabo de a quera”,£1Siglo, Mon: ‘tideo, £° de agosto de 1860, 24 "El cornol Pale”, El Siglo, Nortevideo, 1° e agosto de 2665. “Rodendo de sus sodados ue fe loran, tendo en Locomia, véose a el erp lide, enveto en la bandera onental. Es 1 andere que le hizo ercioar después ce Ya- ‘ty, cundo see destinaron al (Batalea} Fria 40 prsionoras: Pobre de mi Bondra confade a somejontes gents! i nemosa bandera cubien do con sus ondos a estos poroguayos suds que pestan como cedos!|..] El autor de fa nueva ‘tities milter, ef biosrafo ee lo gueva que tae In cada de loss |, est allo» et vtimo grade de su Vd sca. De su veo intelcrual quedan ‘or fortuna bastante recuerdos anos de serie de guies las gresentes y veneros” “Interior Guerra del Paracuay’, Siglo, Montevideo, 13 de setiembre de 1856, Decret frmado por "idal” Batlle” 3 de agosto de 1866, Archivo General. fe (a Naclbn, Fondo Ministerio de Guero y Man ra, Secretaria del Ministerio, Lio Deter 3 de marzo de 1865 a & de diciembre de 1874, Tome 1, libro 3703. 25 "oy ales la ur" El Sol, Nortevideo, 14 Ge saps de 1866, 26 Seqin an testimonio recog por Juan 8 vetina, estos “montones’ eran realzedes para facltarsu queria, yasi educirlosresgos de ls propagacibn de enfermedades: “Otrs pies (os ‘Pormabenos con tea y cues himanos, clo- ‘nas en caps supenwestas,contenlando cela tna de 200 2 300 cavers, 0 ios que tego ro @ibames con fetosere o algun y is dibamos fuego caronte a ache. ta incinerocin, por le ‘comin, no se verfeaba por camolets,qusdade ‘muchos cvemes 0 medio carvorieay,secindase or lo occién del fueyo y quedando reducios al ‘estodo de verdaderss mamies eipces. io: so dos pariguayes 90 se rendion nol juego!” Juan, Beverna, Lz quer del Paraguay, Tomo 6°, Buenos Atos, Istablecimlento Grieo Ferar Hes, 1991, p. 17, ctado en Alberto del Pine enc, “Gilera de escenas dea Guetra del Para. ‘guy’, Alert del Pino Monch, Alla Femandez Lnbeque, Graciela Gargiulo, Oscar Jowge Wa, Le guerre del Paraguay en fotografia, Montevideo, ‘ibioteca Nacional, 2008, p. 160. Muy probable. rente las dos imagenes de fate y Co, hayan sido torradas posteiomnente a estas quemas 27 “El teatro de la guera”, El Siglo, Monto eo, 7 de agosto de 1856, °50.000 ce los visas te Bate y Co. se calcio que von a vendese, v todovio necesitan NAS Pata andar @ Ro de a= neta en fos vopores BRASILEROS!™ “50 mil rs brasiers", Fl Siglo, Montevideo, 5 de agosto de 1856."Las primeras [fotoqratas] que se 1e- bien fueron vendidas 4 centnares en estas ‘Replicas, en el Basi. 6 enviades a Europa. tas que hoy se encuentran ofecen guizd mayor in- fevés 5 han de merecer idénven acaide sin mds ecomendacién que lade sv propio méto" “Han tlecade las vistas de la Guera contra al Para- ‘quay. 2° claccion’, El Siglo, Montevideo, & de noviembre de 1866, “on ef objeto de poner estas vistos ol akance de todos, Femos hecho una com lection especial de DIEZ, de tas mets interscotes, al muy médico precio de 9 pesos la coleciin”. “La guera en el Paraguay, ists ftoariics de Bate y Ca. £1 Siglo, Honteviteo, 8 denovienbre tie 1866. Diez pesos!” FI Selo, 19 de agosto ie 1856, 26 “Gacetila, La Guerra del Paraguay", £1 Sip, 20 de noviembre de 1965, 29 Bilen, 430 bifen, 31 Alberto Del Pino Nenck, op. cit. 2.68. “Fo- togiaia Mawel. (Calle 18 de julo N? 220)", EL Siglo, Montevideo, 3 de marzo de 1867. También hbo, hacia Fines del siglo XIX reproticciones de estas inagenes realizaas por el ett Flot (H/C, cafe 69, foto 15), to cual da cuenta de su exterdita ciculacin en el tiempo, 432 For ejemplo retatos cel cai blanco TI- motzo Aparicia, conerlizatos por Bate y Go, durante ("Revolucion de las Lanaas", que se desaiol6 ente 1870 y 1872. BN, carseta 5597 5629, foto 562s, 33 Nercapihio 4 534 Helera Paez Glla, op. cit, yp. 376, 405. 35 Juan Anton's Varese, Historia de le fotografia. an el Unsguay. Fotogafos de Montavitea, Won tevideo, ticones de la Banda Oriental, 2007, p.266, 36 RHN/CH cae 72, foto 14, 7 “De la ciudad de San José nas lego to adun- taviste de a esalto que tuvo durant i atino Fevcluién la divisién Son Jos, al mando det co Imondente Destonice”, “os de (a revolurién’, ta Alborada, Monteviceo, 21 de junio 1903, Varies fotografie de John Fitz Parck se publica ron en La Alborade curante el ato 1201, también a mado de “ofeérdes” de a revolcion “Elemé- Fides ureguayas’, La Albreda, Montevideo, 17 de marzo de 1901, 3B "Le revolucion uruguaya", Cos y Cares, Buenos Aires, 13 de febrero de 1904; "La revolu- con urugueye", Cores y Cres, Buenos Aires, 27 de Febrera de 1904, 39 “El ospecto olege que ofrece la clidd es esconocido, 10 tangulla soledad de sus calles desalentay el obandono de sus anna plo ys, pone de manifesto lo tistaza que enbaroa ‘al peetlo oriental ye abotiniento quo gfe Glos hobitntes del copia, done se evela pores partes e! doler que oravaca to sangria Lucho que se desainola en la campo’ "Ls revolucion raga, Cores y Covetas, Buenos Aes, 13 de febrero de 1904, "La revolucin oriental”, Corasy Cartas, Bue= "is Aires, 16 de endho de 1906; Toler, 30 de enero de 1004; Them, 27 de febrea de 1904; Tide, 5 ce marzo de 1904, 41 Tbe, 16 Ge ener de 1904, 42 Idler, 19 de marzo de 1904, 42 Td, 13 ce forera da 2004, 44 Samuel Blsen, Ange Adumi, Sangre de her anes. Cronica de fos sucosos toes y potas desorellads durante la revolcign de 1964, Mon- tevideo, Editar Bareiro y Ramos, (1005) $5 Iblcen, 9.5. 46 £9 190% el lara Lo Truna Popular eonva- 6 un eonicatso de ensayos eo a tematlca del “problema nacion!”. De all sugiron una serie de flletos que reflesionaron en esa tines. Ver José Eepalter, Sore el prablema nacinel, Mor “eviceo, Imp. La Tibuna Popstar, 1905. 47 "8 telograo eta Linea”, EL Veconal, Monte ‘ideo, 24 de febre de 2845, «48 “Retrates", El Comercio dol Pot, 24 de snera e 1852. Ver capitulo 2, 49 Ver capitulo 2 5p ‘Mossicn de retratos Ge las martes de Quin- {oros.Fotogrta arstice de Jouant Hermanos", FLSilo, Nortevideo, 9 de agosto da 1865, Coma Ios “nerves de Quinteras" se conocié aun gru- po de militares fasiacs en 1858 por ol gobieino el presente Gabriol Perera tas un levanta © tents falide, wivindieados coma hiroes por los coloratos, de ta misms forma que Leandro Gomez y oto: fuslados de Paysand to fueron por los blancs. 51 Bl, carpeta 276, c00, foto 393, Be José Norio Fernandez Saldana, Deconano Uiuguave de bogrfis. 1810-1965, Nontevide, Futorel ameringis, 1945, p. 595, 53 NAW/CL, caja 90, foto 7: ‘Notas de la ce fian2", le Alborada, Morteddeo, 12 ce agosto 4 "Coronet Enrigie Yara. Jofe Inerno det Ex “ado mayor del ‘Hersto Nacional”, Lo Alboraca, Montevideo, 3 de jute de 2398, 5 ‘Retratos viejo. Coronel Glonisio Coronet. randarte en jofe de la division Cerro-Largo 1806", La Alborava, Montevideo, 23 Uo 6. miro de 1900; “Befersores de Payson’, Lo 1 Montevideo, 1° de enero de 1901, BN, carpeta 801_925, foto 910; BN, carpeta 1925, foto 913, WP NHN/CL, aja 101, foto 24a, Wease ba fotografia MHN/CL caja 90, fot 32, Inscripen al dorso expectcabs (os nom 5 de un grupo de cinco capitanes y subte- fntes que aparecan en Wa foto, y se ttulaba uertorevlucienao” Ela colecsisn Femndez Saldaia, la visén Tas fotouaias “histricas* como elementos fle construction de la memoria nacional pue- {aprecase, por ejemplo, en un retrato formae larota de vista de Fortunate Castro, capitan yante del Batallon Voluntarios de la Liber- idol Ejército oriental durante fa Guera oe Wguay, que habia flleiéo “olorosomente” batalla de Tuyuty 24 de marzo de 1886 IN, carpeta 2201 2225, foto 2218). (ailes Real de Azia, “Scio y Politica en et inns", Fl Milcrismo, Cuaderos de Warcha N° 23, Montevideo, 1959: Lila Ana Berton, Po eta, cesmopalits ynacinobistas 1a construc or de a nacional argentina a fines ob siglo ADK Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémico, an, 61 Algunes de estos proyectos se detallan on Arladna Iss, Le gn patrotico oe enseionca, ‘Une historia sabre cudodano, orden socal ede ‘ancién evel Liuauay, Morteviteo, Banda Orien- ‘a 2009, p. 191, ‘82 MAN/C, cela 234, foto 8; MHN/CL, caja 6, fotos 22y 23 163 "Los hututossoldados’, La Albovada, Mancevi- do, 22 de octubre de 1899, (64 “Naniobras cel reaimiento de arileria de campat’, In Aborada, Montevideo, 17 de se- tiembie de 1899, Ete uso dela fotografia pute vorfcarse on otos paises. En 1857 el empers- dor francés Napolebn III conision® a Gustave Le Gray ue documentase la frauguracion de un ‘ampparento de entrenamiento gaa et erito, fn Chilons. La intecion de este encarga era ‘mostrar la fuera militar francesa, l emperador, ademés, pidib que se confecionaran albumes con las fotogatas, y que estos furan regalados 8 todes los gereales del ofecita. Helena Riez Gallardo, op. ct. p. 391, 65 BN, carptas 751775 y 775800. No conta tos con auches datos acerca de este otzgiao, Seberos que posta ol estuslo “Fotografia ants tira italiana” en ls calle Macalanes nimieo 134 4 comienzas del sila XX sein gure en a Guia Nacional de la Replica Oriental det Ueguay de ‘fo 1903. En 1904 se desempenaba como fti- ‘af de a Policia. Otros elementos os permiten suponer que tuve una larga viculacion con et Ministero de Guera y Marna. Gr enero de 1895, obsequé a lz bande de misica del Batalion de Cazadores N* & “una fotonrafia que revesenta toda ts banda”, en homenaje al primer premio ‘ue ests habia obtenide el ao anterior en un torneo musical. Tamlén hers ubieadoforogra- fas suas realizadas pare la Inspecci6n Gereral ie Telegiafia sin los -institucion dependiente del Ministerio de Guera y Marina: en febrero de 112, Una de elias mucstea a an grupo de per sonas trabajando en las oftcinas de “ecenctin y Aespacho de odio tlegramas",y la ota les apa- fatos de tansmsion telegaica mantados sobre lu carro militar ftegrafa titlada: “Fitacién iio rodente”. Estas fotogratas, que daban cuenta de los ayances teenolagices prodcidos ten el teneno de Ls comunicaian mia, pueden ‘nsribise en la finea de imiganes que mostra ban la modemizacion de las Fuermas Armatas, ‘an Antoni Varese, op. cit, p. 418. "Laton tao - Les dlgendas de ayer - La fotogrtiapo- lial, OF, 14 de agosta de 1906, “Recuerdo ‘de un toineo", Lo Ttuna Populr, 12 de enewo le 1895, MHN/CI, ca 116, foto 11, MHN/CL, ala 116, foto 4 456 Dotalles acerca de las actividades caliatas or ts competizs 1, 2 3 y 4 de Satalion de Ca- lores N° 4, ent maye y nia de 2888 varias tie las cuales estan reistradas en las fotogtatias tle Spétola, y de sus parcipantes, puaden en- contraise en ia rvista Bl Atilere, “Del Batallon He Cazadores N® 4, 1 compat, Dsseacamento Departamerto ce Paysandi, Elio, Nonte- video, julio 31 ee 1888; “Del Ratalon de Cazedo- fes N° 4 2 Compatia ~ Destacamento Depart- mento de Salto", El Artler, Montevideo, agesto 15 de 1888; “Del Batalln de Cazadores N® 4, 3 Compatia - Destacanento Departamento ce Paysanda’,ElAriler, Monteviceo, aqasto 3: co 1888; "Dal Batalln de Cazadores N° 4, 4 Con pata ~ Destacamento Departamento de Salto", £1 Arilero, Montoigeo, setembre 15 de 1388, 57 BN, carpeta 901_925, foto 905. En la eojec- clon del fotbgrafo Johy Fta Patrik se concervan sels reproducciones de estas fotografas, en ne= sgativos de gelatia y pata sobre video (ANI/ ‘SODRE, coleccion John Fitz Plrick, caja 95-123, fotos 118-123) Esto no quiere decir que tanga- mos la certeza ce que ls reproduccones de fitz Patrick fueron hechas a partir de las copias de Spatola que se conseran, Si puede asequrase, no obstarte, que is reproduceiones fueron res liadas a party de is mismos albumes er que se editor la imgones de Spatol, €s interesants sefiala, aderas, que una de esas reproducciones Colncide con & imager de la tarjeta postal see lads (Imagen 47].

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