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aed ea LECELLe LO) la nacion Iberoameérica. Siglo xIx PN eur CopeN Lite) Francois-Xavier Guerra (coordinadores) Deere [eer Antonio Annino y FrancoisXavier Guerra (coordinadores) DP ae Peer er ieee ee Pir ees meee tee ‘una forma ideal einédita de organizacion social, un nuevo modo de existir al cual Par ee a en ‘ste prisma, la nacion moderna ex una realidad nueva que irrumpe en Ta historia Crt een ad La apariciin de la nacion moderna en Tberoamérica es muy peculiar, puesto que, como los Estados Unidos, los Estados latinoamericans —que muchos ‘ain consideran como rates muevos— precede como Estados, ‘como ‘naciones soberanas”, a la mayoria de los Estados exrojeos —incluidas ‘alia y Alemania— 0 etraeuropeos. También se cuenta entre los primeros que, mnie eee ane ete ea a Pe a “naciones” no estd precedida por movimientos que podrian ser ealficados Pe ene OE eae Pa ae ee eee eR a pie mantle nn eee ree ee unidad cultural. En fin, su precos nacimiento revela, con una particular acwidad, Pap ann ie see ee Pan nie ey eee ee ‘con nm imaginario comin compartido por todas sus habitantes. De ahi que Ta nacion sea en los passes latinoamericanos a la vez un punto de partida ‘yun proyecto en parte tedavia inacabado. La obra que el lector tiene en sus manos sigue paso a paso este largo y multiforme perenne arate ac as Iatinoamericana contempordnea tanto ex la América hispaniea como en el Brasil. nent mer ae ce ent ee or ea ‘studios de casos sobre aspects fundamentales de la contraccion de la nacién, ‘de los problemas que esta planteaba y de los comproisos ue muchas veces renee seri See eae a a omogencidad de sus problematicas, sn que ello quiera decir queen lo politico ann re re aren eee Brot ad ANTON0 ANNINO es profesor en la Universidad de Florencia Ra ee rare a Carn ea ek a ee Sa de estos temas en Europa, los Estados Unidos y América Latina. 3 eet OR ken nee eon) j ' i i F i INVENTANDO LA NACION Iberoamérica siglo xix ANTONIO ANNINO Francors-Xavirr GUERRA (coordinadores) ‘SBD-FFLCH-USP. ini FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO DEDALUS - Acervo- FFLCH COAL 20900017296 al aor el main, section # sd inet consentiniento px eer Coneoarn y agerenc: horefocmn ‘Commas near egy warwlodaentaracensen con vums Keanoonen 14200 Mésies, DF ISBN 968-16 6956-8 npr om Meier Printed ta Mesto INTRODUCCION Prancors-Xavipr Guniewa Universidad de Paris 1 La figura de la nacién domina toda Ia historia contempordnea. Admi- rada 0 criticada, la nacién es la referencia obligada de todas las cons- trucciones politieas modernas. lla fue, y eontinia siendo aun donde se intenta superaria, la just suprema de a existencia de estados in- dependientes. La soberania de la nacién es el primer axioma de toda lgitimidad politica maderna. A pesar de las miitiples eritcas de que ha sido objeto y de ls rauchos confictos provoeados por ella, no existe ain tun modelo aliernativa al ideal del Bstado-nacién que nos Tegaran kas re- volucionos de finales del siglo xvi Reflexionar sobre ella es salir en busea do una Sgura aTa vez omni- presente y proteiforme en la histarin de los dos ultimos siglos. Desde finales del sigio xvi, nos la envontramos presidiendo ol nacimiento de los Estados Unidos, triunfante y soberana en la Revolucisn francesa, amenazando ya alo que con cls Tamaremas desde entoncos el Antiguo Regimen... lla es quien justifiea Ia constitucion de los nuevos esindos indopendicates en la América Latina en el primer toreio dal xocy Ta unt fieacién italiana y alemana pocos lustros después. A ella apelan Tos mo- vimientos de las nacionalidados on cl siglo xtxy los estado quo huehan cen la primera Guerra Mundial, Kn ella se funda la disolueién de los im- perios austre-hiingaro y otomano y es moviniientos de deseoloniaacion después de la segunda Guerra Mundial, Por ella, al final del siglo 8%, 60 desi greg la que fae la URSS, se combatieron Tos pueblos de la ex Yu soslavin ya menudo, reivindiean o xe afrontan. adn las msinorias “ni cea en Aiea, Asia y América Pero la nacién na sélo esta presente en el aambito internacional, sino también en ln vida interna de los Bstados: en lo poitien, insoparable- ‘mente tunica Ia progresidn de una modernidad que leva tanto a resime- hos representatives como a otres, autoritarios; en la politiea con movi Inientos y partidos —nacionalistas”— que dieen netusr en su nombre en su dof; en lo cultural como motor de empresas de elahoracién y do difasion de identidades, unas vooes intogradoras y muchas obras disolventos part los Kistados, en lo eeandmico y en To social, como afirma- 1 5 INPRODUCCION cid de los derechos de la eoleet extranjeros La simple enumeracién de su omnipresencia en momentos y eampos tan diferentes muestra bien eusn dificil es estudiarla, come si se tratase de un ente con una existencia propia ¢ inrmutable. Tanto ol estudio seman- tico del término como el andlisis de casos particulares indiea, por el contrario, que la “nacidn” remite a signifieaciones muy diferentes sogtin Jas épocas y los paises. Para ovitar, pues, anseronismos 0 generaliza- ciones poco fundadas es preeiso prevenir tanto Ia esoneializaeién que hace de las “naciones” contemporsineas realidades atemporsles, eomo considerarlas solo una pura invencién 9 artefacto, ‘La mejor manera do evitar estos escollas es, a nuestro modo de ver, considerar la nacién moderna como una nueva manera de concebit tuna colectividad, como una forma ideal e inédita de organizacién social, ‘como un nuevo mode de existir al eual pueden sspirar grupos humanos de naturaleza muy diferente, La nacién aparece asé como un nuevo modelo de comunidad politica, sintesis de divorsos ateibutos ligados en- tue si; como una combinatoria inédita de ideas, imaginarios, valores ¥, por ende, de eomportamientos, que coneiernen la naturaleza de la 80° ciedad, la manora de coneebir una colectividad humana: su estructura intima, el vineulo social, ol fundamento de la obligatoriedad politica, su relacion con la historia, sus derechos... Considerada bajo este prisms, la nacidn moderna es una realidad nueva que irrumpe en la historia a par- tir de finales de! siglo xvi Por eso, cuando hace ya varios anos nos reunimos y publieamos uuna primera versién de este libro, nuestro propéisito fue doble," Por una, parte, aplicar a la América ibérica los nuevos enfoques sobre Ia nacion ‘que estaban surgiendo en Europa y, por otro, eriticarlos y enriqueeer- los al poner de manifiesto In originalidad latinoamerieana, En efecto, Ia amplitud de esta rea goograiica y la preeseidad y In diversidad de sus “naciones” permiten estudiar —en un tiempo largo la aparieién y el desarrollo de los diversos atributos que la conformnan, ba singularidad de la nacidn moderna en Iberoamtries, en efecto, es considerable, puesto que, como los Estados Unidos, Jos estados lating- americanos que muchos ain consideran paises nuevos— proceden com estados, como “naciones soberanas”, a lt mayoria de los estades ‘europeos —incluidas Italia y Alemania—,o extracuropeos, También 80 euentan entre los primeros que, para fundar au existeneia, apelaron @ In soberania de la nacién, es decir a la voluntad de sus habitantes. Por iad contra intereses particulares 0 5 GfA. Anning 1 Casto Lava, K-X, Gora own) De fey imprioe las actors Ioraaménee, Saragoate, beri 199, INTRODUECION ° folra parte, la aparicién de estas nuevas “naciones” no esta precedida por movimientos gue porlvian ser callfieados de “na. rosulla de la desintegracién de dos eonstruceiones politicas originales la Monarquia hispsnica y el Imperio luso-brasileio— dotadas tanto dle una gran hetergeneidiad étnica como de una extraordinaria unidad, ‘cultural, Bn fin, su precez nacimiento revela, con una particular acui- lad, la distancia que separa la nacién como comunidad politica sobera- tna de la naeién eomo una asoeincién dle individuos-eiudadanos y de la na- cidn como identidad eolectiva, eon un imaginario comin compartido por todos sus habitantes, De ahi que la nacién sea en los paises latino- famerieanos a la vex un punto de partida y un proyecto todavia en parte inacabado. Por 650 en este libro hemos queride seguir paso a paso este largo y ltiforme proceso que es uno de los principales hilos conductores de la historia latinoamericana contemporaine. No se trata obviamente de tuna historia continua y general, sino de una serie de estudios de caso sobre aspectos fundamentalos dela eanstraceién de In naeién, de los pro- blemas que ésta planteaba y de los compromisos que muehas vocos el prayecto tuvo que coneluir con la realidad, Nos hemos limitado en este li hiro al siglo xrx por In homogeneidad de sus problematicas, sin que ello ‘qniera decir que la construccidn de la nacién.en lo polities, en le social ‘yen To cultural osté ya acabada al final del siglo xx. Emperaremos oste reeorrido por un examen de las earacteristicas propias de las monarqufas espaiiola y portuguesa, en las cuales exta- han incluidas las Américas ibérieas. Estos conjuntos politicos no son creaciones recientes, Su origen se remonta al siglo xvt y fueron eonstrui- dos siguiendo planes diferentes. ls, pues, necesario examinar el tipo de sociédad que edificaron y sus respectivas estructura politicas. Bn His panoamérica particularmente sera necesario, sobre todo, eaplar cuida- dosamente su ostructura plural —en reinos—, el papel de las ciudades, 1 ideal “paetista” en Jas rolaciones entre el roy y los reinos, y las bases de su unidad, entre las euales el provideneialismo roligioso jugo un papel proponderante. . Necesario es también considerar ol surgimiento de las identidades rogionales, estudiar sus origenes, analizar los niveles y las manitesta~ ciones eulturales del patriotismo, sin olvidar, por supuesto, las modifi caciones del pacto imperial —y el imaginario que eontlevan— que, a lo Jrgo del xvi, por desoo de eGieacia y de unifurmidad, amenazan viejos derechos y nuevas aspiraciones. [La Independencia aparece as{ monos como una “emancipacién na- cional" largamente anuneiada que como una 6pocu de erisis polities o INTRODUCEION provocada por la invasién de la Peninsula Ihériea por Napolesn. Le eri sis va a llevar a uma revolucidn que afveta a todo el mundo ibérieo, a Es- paia y a la América hispénica primero, a Portugal y « Brasil después y con ello a la ruptura de los dos imperios. ls la époea de} nacimiento de Ja politica moderna can Ia aparicién de una nueva lewitimidad, la de la nacién, que sirve de base a Ia formueién de nuevos estados soberanos. Pero de qué nacién se trata? Bl término se prosta én esa época a ‘una exaltaeidn no exenta de ambigiiedad, pues remite tanto a una comu- nidad humana singular como a un suovo tipo de comunidad politica, a un pueblo de individuos-ciudadanos, In esa época ninygano de los sen tidos del término puede prodicar con certeza las realidades latinoame- ricanas, dernadores fueron ineapaces dle mantener y equiparar en un nivel ade- ‘euado Jas fuerzus frontorizas y usaron los Subsidios enviados por Lima para ol entiquecimiento de sus séquitos, El resultado de dicha eorrup- i6n, infiltrada por doguier, fue ¢] abandono de los soldados veteranos, " Busoaventura ds Salinas y Conlovs, Memorial de las historias dot Nuevo stand, Pird, sis B.Veletrel y Watson 1, Cook (comps, Lima, HI67, pp. 86-89, 162, 245, ari, LA MONARQUIA CATOLICA a mientras que mereaderes y abogados recibian (oda elase de favores. La obleza ericlla —“arrinconados y abatidos’—, demasiado pobre para comprar cargos, se veia mortificada al observar e6mo los mereaderes ‘emploaban su rigueza en adquirir puestos de rogidores y alealdes para foprimir y robar més a los pobres. En Chile fueron los gobernadores \Venidas de Eazopa los que organizaron las desastrosas expodiciones que provocaroa la rebelién general de los indios en 1653, que estuvo a pun- to de redueir los poblamientos espanoles a los suburbios de Santiago. Pineda pordié por ello su encomienda y su estancia. En tan extrema circanstancia, y 26lo a causa de la gravedad del momento, el gobernador se vio obligado a acudir a los soldados eriollos, hombres de gran expe- rriencia en la vida de la frontera, para salvar la situacién.!* El bisnieto de Bernal Diaz del Castillo eseribia a finales del siglo xvr ‘que era entonces difieil encontrar en Guatemala hombres eapaves de ser regidores. Hubo un tiempo en que los eiudadanos importantes se es- forzaban en embellever Ia ciudad y sus instituciones mediante donacio- nes, pero era tal el declinar de las fortunas que "hoy parece que todos ‘una la van conduciende y llevande a empellones al precipicio y ruina total". Francisco Antonio de Fuentes y Guzman descubrio, al compilar ‘ona lista de eonquistadores en su Recordacién florida (1695), que sélo un pufado de sus descendientes figuraban agin en los eabildos y ayunta- Inientos. La mayoria arrastraba una penosa subsistencia en vl eampo, sin poder ni comprarse la ropa que necesitaban para presentarse en puiblico, Pero para Fuentes y Guzmai ‘iamente a lo afirmado por Salinas y por Gémex de Cervantes, la causa del mal no habian sido los mereaderas inmigeantes, sino ol hecho de que muchos conquistadores no obtavieron encomiendas y que, por su parte, los eneomenderos no logra- ron conservarlas. Anddase # ello que los prosidentes de la audiencia {que gobernaba Guatemala iban acompaitados de funilias ofteiales muy ‘numerosai, «Ins que revompensaban con nombramientos de alealdes ‘mayores, privando ast a los eriolloy de) aceoso 2 esa lucrative funeién, La impresién de decadencia era tal que condujo a Fuentes y Guzman a afirmar: “en el mundo ne hay fijeza’, y afiadia: “grave dolencia de los pueblos, y aun incurable, es a mi yer, tener ol rey a gran distancia’. ‘6 Praucieen Ninos do Pinoy Bnseusién, “Cautiverio feliz y mai de las guerras ailttdas de Chiles en Coleeion ee Bistariadares de Chie olin, Deg Barres Arana (comp) Santi do Chile, 1869, pp 1. 18, 230-26, 410, 421-426, "Meancisce Antonia as Puen y Cuzmn, Reeordacn orca discarsa historia rolurls materinh, militar polities del reno de Geathewote, Corea Sens de Santa ‘Maria ap.) vols, Mae, 1969-1972, va, pp 150, 168178; von pp. 8, 1791955 vod ops 10 OL ty pp VOU LGS, 2702705 vl, yp. TET, 7, ODD, 20 ORIGENES INPERIALISS Las angustiadas protestas de los eronistas eriollos dan testimonio de la crisis econdmica de la que eran victimas muchas de las familias fnda- las por los eonquistadores y otros pobladeres de los primeres tiempos de la Colonia. No todos los conquistadores haban obtenido encomiendas; ademés, cl declinar de la poblacisn india hizo que su rendinniento eco- némico fuera bajo. Los mejores y mas emprendedores encomenderos de los primeros tiempos se sirvioron de Ia mano de obra indigena de que disponfan, coma de un trampolin econémieo para erear granias e invertir en la mineria, Los menos emprendedores vieron, no obstante, decaer su fortuna, « lo que periddieamente se anadia el temar de que Ja corona no extendiera sus privilegios a In siguiente generacidn, Fue su precaria situacion tla que los incito a solieitar la funeisn de magisteados ‘uotros cargos. Pero los virreyos se mostrahan a menudo reacios a apli= car las reales eédulas, que ordenaban dar preferencia a los descendien- tes de Ios conquistadores, eon el protexte de que muchos de ellos no es {aban capacitades para ejereer funeiones importantes. Después de todo, muchos de los aventureros Hogados a México y Pert eran de origen campesino, 0 pequerios artesanos, y sus hijos, mestizos o mukatos mui chas veces lo que los descalifieaba para ser mayistradess2 Bnfrentados un futuro de verdadera pobreza o de una oscura vida rural, la javen- tad criolla entraba numerusa en las érvdenes religiosas o en el sacordoeio guiados muchos por una auténtien devocidn y oles muchos por la perspectiva de aleanzar ahi una honrada subsistencia, Fue on las primeras décadas del siglo xvi cuando los mis distingaides de entre ellos llegaron a dominar las universidades y los cabildos velesidsticos, egando a veces a ocupar obispados aunque, generalmente, de didcosis pobres. Paralelamente, en easi todas las provineias de franeiseanos, dominicns, agustinos y mereedarios, se desoneadenaron dsperos con. iictos, pues los religiosos erillos protendian repartisse el poder, cuando tno haverse del gobierno completo do sus érdones. Como Bernard Lava- Ué ha demostrado, este conilicto en los elaustros fue, en gran parte, la ‘causa de La acerba oxprosién del patriotismo eriollo de Ja époea, Y ello tanto mis cuanto que los nuevos frailes que Llegaban de la peninsula consideraban 2 menudo que sus primo amerieano® earosian de doten ‘de gobierno 2° ttrucions gue tn vrryes de Nueva Rupa denon a nb anceaores México, 1867, pp, 249-254-255. ° “ * “F Bemord Laval, Rechershes str Yupparition deta cometence ecole dans a LA MONARQUIA CATOLICA, on 1B] declinar social de los estratos eriollos menos prosperos no debe ocultar el surgimiento paralelo de una élite criolla poderosa y rica. Francois Chevalier, en una obra ya clasiea sobre Ia formacién de la propiedad rural en México, ha indicado eémo los lideres de los enco- ‘menderas, los funcionarios reales y los magistrados, los ganaderos y propietarias de plantaciones, asi eomo los mineros de Ia plata, competian tontre sf para obtener concesiones de ticrras en el contro y el norte de Mexico. Gracias « transaeciones especulativas ihan formando eus lati- Tundios. Bra un proceso que ofreeta grandes posibilidades de enrique- cimiento a quienes ocupaban cargos importantes. La numerosa familia dl segundo virrey, Luis de Velasco, obtuvo fincas que podian mante- ner dos titles de nobleza. Del mismo medo, mineres vaseos como Diego de Tarra y Francisco Urditiola se sirvieron de su fortuna para legar a sor gobernadores de Nueva Vizeaya y de Coahuila, y desde ahi incorpo- varon a su propiedad privada vastos (errenas de esas territorios, Legaron asi a sus herederos Is base de grandes fortunas en propiedad rural. A principios del siglo xvi, como ha demostrado José F. de la Pea, exis ian en Nueva Fspaiia unos 50 mayorazyos. Tales fortunas, de cardécter inalienable, eran el soporte de un jrupe de familias eriollas relacionadas entre af, propiotarios de muchas haeiendas, y que también acastumbrae an tener mansiones en In ciudad de Méxieo 0 en Ins capitales de pro- vineia importantes. Aunque poseemes menos informacidn de lo que sueedia en Por, a jugar par le eonsolidacidn de la gran propiedad rural cn Jos valles eosteros, evolueién bien comprobada a finales del siglo x, Ja situaeidn veniu a ser idénticn.** ‘Muchos de los alealdes mayores y corsegidores nombrados por Tos virreyes procedian de esa nobleza criolla. En Méxieo ol conde de San- tiago ocups los eargos de carregidor de México y do alealde mayor de Puebla,” Nica de Pineda y Fuentes y Guzen, eronistas que so que- Jahan de que los peninsulares oeupaban los altos puestos, obtavvieron ‘ambos nombramientos de alealdes mayores. En Int provincia fronteriza de Coahuila, el cargo de gobernador iba en principio asociado al del tie tular del marquesudo de San Miguel de Aguayo, que abareaba un tercio bie ronnnté ds Prous Pantagunisine hgpano-cende das les noe religiens, XViere [XVifome nel, toed dela, 2 vos tlle, 1982, passin 2" Francais Cheval, a formecion de fo randies eufuniios en Mexico México, 1966, Lr Blom, Francis ee Parra ane Nu Vizeato, Dushan, 192 ‘Vito lees fslen, Cethue'y Tesne en be dooca colonel, Mein, 1998. 148. Jone dela Pot, Oigarquin y prptedad in Nien Baa 1350-1624, México, 1983, pp. 218-288, tober G. Wei, Congest and Arian Change. ‘he me zene ofthe Hacienda Spxore om the eraolan Coast, Cabri, Boss, 1976, 1p. 105-18. “ot Fela Fein, Olzarg uty propia, pp 200-218. 2 OriGaNES mIPERIALES de exe territorio.** Entre la numerasa familia oficial que acompanaba a virreyes y gobernadores y las élites rurales hubo siempre competen- cin, Pero como los alealdes mayores, si se excluyen unos evantes pues: los bien dotados, cran nombrndos por les virreyes, no faltaban las oca- ssiones para usar de influencias e incluso para comprar algunos de e=0s cargos. Bernard Lavall6, on su entretenide relate agerea del tumultuo- so gobierno del Cuzco por el marqués de Valloumbroso, ha deserito cla- ramente hasta donde Ilegd el dominio de loeulidades entoras por los magnates criollos a comienzos del siglo xvu1.® Los funcionarios e inmi- grantes peninsulares corrian sus peligros al oponerse a ellos, Lo mismo en algunas érdones religiosas en las quo los criolles se servian, de lavos familiares para asegurarse los puestes de mando, sin vacilar en perseguir a los frailes venidos de Espafia que desafiaban su autori- «dad.2* En efeeto, en ese periodo de la vida colonial en el que declinaba cl poder de la corona, 1a nobleza eriolla, can titulos o sin ellos, tenia con frecuencia wn rango y desempenaba un papel en la sociedad similar al que goznban sus homélogos aristécratas en Buropa. Tal como Solérza- no y Palafox habian postulado, los monarcas espafioles gobernaban sus extensos y alejados dominios en alianza con la nobleza rural. En 1692, cuando Ins exhortaciones de los jesuitas y de otros frailes no Jograron sofvear In sedicién en In plaza mayor de la ciudad de México, fue el crillo conde de Santinge quien, al frente de sus parientes y em. pleados, dispersé a la multitud La difereneia entre las provineiass amerieunas y las de la peninsula residia en la extraordinaria riqueza y el ereciente prestigio social de Jos grandes mercaderes de las ciudades eoloniales importantes. Los beneficios procedian del eomercio trasatlantica con Europa y Asia on ol cual las colonias espafiolas intereambinban los lingotes de motalos preciosos por tejidos de lujo, hierro y mereurio, Las grandes casas impor- tadoras de las capitales virreinales distribuiae la mereaneia a enédito entre los comerciantes de provineias, en las que mantenian almaecnes {acilmente accesibles. Asimismo finaneinban las actividades de extrac- cidn y refinado de la plata y, frecuentomente, terminaban su carrera invirliendo en la propiedad rural, ¢ incluso, cuando la eompetencia de Ja corona aflyjaba, se encargaban de reeoger las aleabalas y ayudaban a los magistrados con la transmision al tesoro del dinero tribyutado, 2 Alessio Robles, Conley ean pp, 289-208, © Bernard Laval Ee Margate ef fe Marchanu: les fatten de pauenir au Cason 4700-1730, Pars 18 passin, Antonia Mubial Gazeta, Jaa monary cil. laprouiuia estina de Mésico en ef egto.s, Maia, 1900, pp 40-103, 1A MONARQUIA CATOLICS a nie ent tenes es fm * doa i, ligated» 24, Putra ge fn tire. davon, p. 258. . *i dase Mulder 0,9. Chuanlen Brom Zmpotence to Anthorty The Spans Crpun aed te Areriean Auelenets 1042-1808, Colorbin, Miss, 19TT, pp, 104-108; 187, ‘70.106 oo ont S IMPERIAL frondar la autentieidad de las decisiones y de los nombramientos virrei- nalos. Lo que no esta claro es la proporeién de cargos afectados por lat nuova praetica en la Real Hacienda, Si Ia venta de eargos favorecid el nombramiento de criollos en las altas esferas del poder judicial, traldindose de corregidores y alealdes mayores se promovis la introdueciéin de espafioles peninsalares. Un mvestrario de 15 corregim entos peruanas, entre los afios 1680 y 1778, indica que 90% de los magistrados exan espaiioles nombrades en Ma- dri, y que dos tercios de ellos eran militares. [La causa radieaba en el sis- toma de repartinientas de comercio, modo forzado de distribucién de tajidos y de mulus 2 los indios, Dieho sistema requeria una inversion, considerable de eupital que era, no obstante, muy rentable, y conyertia «os corregidores en agentes comerciales de los rieos morcadores limefios ‘que financiaban la eperacidn, Semejantes prieticas provoearian sean niimero de tumulios y revueltas de nativas 2 lo largo del siglo xvin.82 Bl mismo sistema prevalecid on la Nueva Espana, aunque eonfinade a ng zonas del centro y del sur del pais, en Tas que el coniereio de coehini- Nia de Oaxaea constituia el sector mis rentable. EL resentimiente pro- vocado por los magistrados importados de Espana no se limitaba a los sibditos indios, pues In nobleza eriolla vein bloquead si acceso a e508 puestos. In la memoria virreinal (1736) que compaso para el marqués de Castelfuerte el sabio eriollo Pedro de Peralta Barnuevo, se atribuys "la lastimosa decadencia de Ia nobleza peruana” a la abolicéa Final de la en: comienda, a Ia prolongada sequia que afeets a Ins baciendas eosteras, pero, sobre todo, a “la falta de la pravisiéin de Tos oficies que daban Ios vireyes".§ Peralta se lamentaba de ello pues los erolles, mis al corrien- te de los usos y derechos locales y en virtnd de su natural disposiciin, hubieran tratado mejor a ta poblaei6n nativa. ¥ eontinwaba advirtien: do a lu corona que “povos cultos so abren en altares que no dan favores; poco manda un imperie que es todo poder y nada heneficio”. Ain mls insistia en que Perti no era una simple enlonia o ineluso na provinela de Ja monarqufa, sino mds bien un imperio por propio derecho y que la rona deherit,, pues, considerar “si no come parte principal de su poser, ¥ si no como caheza de su govierna, como corazén de su riqueza”, Ad~ ‘vertencia esta «que los ministros de Madrid hubieran hecho bien en toner en cuenta antes de acometer la reforma de la administracién eolonial % Alfredo Moreno Cebriin, BE covresidar de indian yt economia porana del siglo so, los repr foroven de meron Moi 17 8-3), 16-108, "Bian R Mamet, lites an Trade in Seuthiora Mesicn 1750-1822, Cambie, 197 pp. 163 "Memes de fos virayes que han gobernade of Yor, Manuel A. Baontes (comp) ols, Lay 1859, wo p86, 196-129, 130-141 LA MONARQUIA CATOLICA, 6 Et, Nonve Estan0 noxnontco sa aeteieny mero as gtas perpen de Fn Se epee oo, oe Snah Ci, A New Diner of rd, Landes 140 pp 21 Fee ie Siri Etes tad, Monat Nan ee, Nova val p a 0 ont ES INPERIALES una importante clase formada por mestizos y mulatos, Campomsanes ad- mitid, sm embargo, la importancia de les observaciones del britinico sobre el costo del transporte maritimo y de las tasas adusneras. Ya en 1762 se pronuneié en favor de la abolicién de todo tipo de restriceién al libre comercio entre las puertos mas importantes de In peninsula y de América. Bl trilicn maritime espaol, argiia Campomanes, aumentaria eon Ia abolicién de los monopolios de que gozaban numerosas eompartias ¥con el abandono del sistema de flotas que comportaba muchas eorvi- dumbres. Los viejos galeones deberian ademas ser sustituidos por navios mis ligeros.** Aunque se pronuncié en favor del desarrollo de 1a agricultura colonial, defendié también la produceidn de metales precio- sos. Debfan éstos, sin embargo, ser considerados como meveanetas nor- males, exporladas libremente, pues su reteneién en sparta provoearia tuna subida de precios, Obsesionado eon la enorme tarea de restaurar el poder y la prosperi- dad de Espaia, y totalmente conseiente de su decadoneia a fines del siglo xvi, Campomanes deeidid sorvirse del ejemplo extraniero y adop- 16 una caneepeién del gobierno totalmente secular: La fuorza do una menarquia consiate en su poblacisn y en su eomercio, Pac ‘consexuir una y otro os nucosaria hacer Novecer In ageioultrs, ls artes y la nnaveguecidn... La naeidn que da li ley en el comereio la da en la mar también con las armas, porque se halla en el estade de sustontar fa guerra ‘con superioridad por més tiempo, Ahora sv entionide ol axioma: Domninus mais Dominus orbs, Bl abstaculo principal on el carsino de wn “renueimionto” habe sido, y Jo era todavia, el excesive nuimero de elérigos y su también exeosiva ri- ‘queza, en especial la do las drdenes religiosas.* Acudiendo a preceden medievales pretendia quo la eorona tenia el derecho de limita el na mero de sacerdotes y roligiosos ast como Ja expansisn de In propiedad eclesidstica, Celuso de toda institucién que pudiera hacerle sombra al poder del Estado escribid, en términos enérgieos, una declaracién en ln ‘que pedia la expulsidn do los jesuitas de los tervitorios de la monar- quia. “EI primer vieio” do la Compania de Jostis era six obediencia al Padre general, que aetuabut como *un monarca absaluuto”, Todo jesuita debra, en consecuencia, sor considerado como “enemigo de la Soberanta, depende de un gobierno despético residente en un pais extranjero" Peulro Rodrigues Camponanos, flees sobre ef comercinexpariol a Indios, ‘Viewnite Llombar Ka Cony.) Mac 188 py. 0254990 38) Pd pp. 45,231, 251, 152, 1A MONARQUIA CATOLICN 37 {Qué.ora ol Paraguay, se preguntaba Campomanes, sino un reino pro- pledad del Padre general? Del mismo modo, se sirvie de la teologia itolicana y del derecho eanGnico regalista para atacar los poderes del pupado en Io que concernia al nombramiento de obispos ¥ a sus prerro- Jrativas jurisdiesionales como corte de apelacién en asuntos eclesissti- fe. Citando las leyes medievales de Las Partidas, que declaraban que “yicarios de Dios son les reyes eada uno en su reyao”, defendia que to- los los privilegios de jurisdiceiéa y de propiedad de la Iglesia derivaban «lol pader soberano de lox monareas, que conservaban el derecho tanto de ‘abrogar como de eonfirmar esos derechos temporales de la Iglesia. Bn {illimo término,"Ja Iglesia ella misma esta dentro del Hstado”y el clero ho estaba exento de sus obligaciones como “wasallos de su Majestad y viudadanos*.<0 ‘Wn su teotado sobre Ia industvia popular, que tuvo una amplia difae sidn, Campomanes afirmaba claramente que el estado de la indust fora “el bardmetro mds sexuro por donde se debe regular la progresién o decadencia del Estado”, Defendia tambien Ia necesidad de eliminar todas las restrieciones que afectaban al libre ejercieio del eomercio, 1a _abolicién de todos los privilegios sremiales, asi com la prohibieién de las cofradias artesanales, EI mejor modo de fomentar el desarrollo de Ia in- dustria artesanal era la promocion de las Sociedades Eeonémieas de los Amigos del Pais, que reclutarian, asi lo esperaba, a “la nobleza de Ins provineias que, par Io comin, vive ociosa” para ayudar a obtener dates, econdmicos, Ta organizacién do la escuela y a la ensenanza del dibujo, Los hombres de letras reeibian, por su parte, una misién importante; su actividad en In sociedad era eamparada con el papel de los oficiales en ol ejéreito, pues eran llamados a eseribir sobre cosas préeticas y a ense= nar a los artesanos y agrieultoros el conocimiento elemental do Ins ma~ tematicas, las nuevas Léenicas y el dibujo. La invencidn de la aguja de cose, aseyuraba Campomanes, ha sido mucho més dil a la hamani- dad que toda In ldgiea de Arist6teles y la de sus innumerables comen- tadlores. En lus cieneias humanas las viejas abstraceiones exeoldstieas yy las de low sofistas debian ser remplazadas por “un buen raciacinio y el ‘orden yeométrico de eomparar las ideas?" Pero Rodriguex Canponsanen,Dietemen sel de expuleign de fou jesuitar de espa (2768-1760), dange Coad § Tosa Hetelo (corps), Madrid 1577, ep. 5, “78, 8198, 147, 155-181 evo Handiguee Campormrasy, See fpr, Madrid 1780, p.57-58, 08.95, 4, 380-256, 00008, Ti Pedy nigner Campomanes, Discs sabre of famento def industria popu, ATTA, Discurso sobre la eusucion poputur defo artesao ys foment (1778). 3oMn eds cone, Maes, 1975, pp 110-2, 15154, 109-177, 6.

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