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Definicion Epilepsia
Definicion Epilepsia
DE CHIMBORAZO
CARRERA DE MEDICINA
GRUPO #3
INTEGRANTES:
JOSELYN ACOSTA
JULIO CALDERÓN
ALEXANDER GUAGCHA
CINTHYA PASPUEZÁN
CHRISTIAN SANTOS
ANDY VACA
TEMA: EPILEPSIA
FEBRERO 2022
1. INTRODUCCIÓN
La epilepsia es una enfermedad crónica del sistema nervioso central (SNC) que
afecta a individuos de todas las edades, con una distribución mundial. Se caracteriza
por una predisposición persistente a generar crisis epilépticas producidas por
actividad neuronal cerebral anormal, excesiva y sincronizada, trastorno
caracterizado por la recurrencia de crisis epilépticas, estas a su vez, son el resultado
de descargas excesivas y desordenadas de neuronas cerebrales. Las crisis epilépticas
pueden ser convulsivas y no convulsivas, las primeras son aquellas en las cuales hay
movimiento por ejemplo las Crisis parciales motoras, o crisis tónico-clónicas
generalizadas. En las no convulsivas, no hay movimiento, pero se presentan
igualmente descargas anormales, responsables del fenómeno observado por ejemplo
las crisis parciales, sensitivas o las crisis parciales con componente psíquico. Dentro
de los tipos de crisis que existen están presentes la Crisis parcial que son aquellas
que se generan en un área específica del cerebro por ejemplo el lóbulo frontal
izquierdo también encontramos la Crisis Generalizada que son aquellas en las
cuales hay compromiso simultáneo de ambos hemisferios cerebrales y el Síndrome
epiléptico que se define por la asociación de diferentes crisis epilépticas, el estado
neurológico intercrítico del paciente y las características electroencefalográficas
ictales e interictales. (Sánchez L. , 1999)
2. DATOS ESTADÍSTICOS
A nivel mundial
Alrededor de 2.4 millones de personas son diagnosticadas con epilepsia cada año.
En la actualidad, la proporción estimada de la población con epilepsia activa
(convulsiones continuas o necesidad de tratamiento) está entre 4 y 10 por cada 1000
personas. Sin embargo, algunos estudios en países de ingresos bajos y medios
sugieren que la proporción es mucho mayor, entre 7 y 14 por cada 1000 personas.
La epilepsia representa un 0,75% de la carga global de enfermedad, una medida
basada en el tiempo que combina años de vida perdidos por mortalidad prematura y
el tiempo vivido con menor salud que la deseada. En 2010, a nivel mundial, la
epilepsia causó aproximadamente 17.4 millones de años de vida ajustados por
discapacidad (AVAD) y se ubicó en el vigésimo lugar como causa de años vividos
con discapacidad. La epilepsia tiene implicaciones económicas significativas en
términos de necesidades de atención de salud, muertes prematuras y perdidas en la
productividad del trabajo.
Dos millones de nuevos casos ocurren en el mundo cada año. La incidencia anual de
crisis epilépticas no provocadas es 33-198 por 100 000 hab/año, y la incidencia de
la epilepsia es de 23 a 190 por 100 000 hab/año (Bender del Busto, 2018).
La prevalencia global de la epilepsia activa (una persona con epilepsia que ha tenido
al menos un ataque de epilepsia en los 5 años anteriores, independientemente del
tratamiento antiepiléptico), varía desde 2,7 hasta 41 por cada 1 000 habitantes,
aunque en la mayoría de los informes la tasa de epilepsia activa está en la variación
de 4-8 por 1 000 habitantes (Bender del Busto, 2018).
En Latinoamérica
De los 50 millones de personas que padecen epilepsia cerca de 5 millones viven en
Latinoamérica y el Caribe. La prevalencia es mayor que la existente en los países
desarrollados. Entre los factores que podrían influir podemos mencionar:
desnutrición, infecciones del sistema nervioso central, complicaciones del
embarazo, parto y accidentes. Por otra parte, la prevalencia varía de un país a otro e
incluso en distintas áreas de un mismo país. En 37 estudios realizados en
Latinoamérica y El Caribe, las tasas de epilepsia activa, sin ajuste por edad, varió
entre los 3,4 por 1.000 en Cuba, a los 57 por 1.000 en Panamá (Kestel., 2014)
En Ecuador
Se destaca el proyecto “Manejo Comunitario de la Epilepsia” (MCE) realizado por
Placencia y colaboradores en una población andina de 72.121 habitantes, mediante
la aplicación puerta-a-puerta de un instrumento debidamente validado, en el que se
reportó una prevalencia de epilepsia activa de 9 por 1000. cuyas cifras más elevadas
se hallan en los grupos comprendidos entre los 20 y 50 años. Este mismo estudio
reportó una incidencia de crisis recurrentes afebriles de 172 por 100.000 personas
(Carpio & Placencia, 2000)
De acuerdo con los datos de la Liga Ecuatoriana contra la Epilepsia, cerca de un 2%
de los ecuatorianos tiene epilepsia, es decir, más de 200 mil personas de nuestro
país padecen de ella, de este número solo la mitad es decir un 50%, tiene un
diagnóstico y tratamiento adecuado; el otro 50% continuará teniendo crisis,
empeorando su condición médica, psicológica y socio económico (Rosero &
Fernández, 2018).
Estudios en Provincias de Ecuador
Estudio relevante en Ecuador fue el publicado por Cruz et al en 1999. Es un estudio
poblacional puerta a puerta en otra zona rural ecuatoriana, San Pablo del Lago
(Imbabura), también endémica de cisticercosis, la prevalencia encontrada fue de
11,4 de cada 1.000 habitantes. En Paluguillo, una pequeña comunidad cercana a
Quito con 221 residentes, donde detectaron una prevalencia de 22,6 de cada 1.000
habitantes para epilepsia en todos los grupos de edad, a través de un estudio puerta-
puerta con diseño en dos fases. El grupo de Placencia llevó a cabo un estudio en los
Andes ecuatorianos. Se trata de un estudio poblacional con sistema de encuestas
puerta a puerta en la sierra norte de los Andes (en torno a 75.000 habitantes). La
tasa de prevalencia detectada osciló entre 12,2 y 19,5 de cada 1.000 habitantes, con
una tasa de prevalencia de epilepsia activa de 6,7-8 de cada 1.000 (Garcia &
Serrano, 2018).
Estudios recientes muestran una prevalencia de la enfermedad en la ciudad de
Cuenca entre 11.1 a 16.7/1,000hab. Por su parte, en el Hospital de Especialidades
José Carrasco Arteaga (HEJCA), un estudio realizado entre los años 2012-2013
muestra que el rango de edad más afectado fue entre los 15 a 49 años, con
predominio en el sexo masculino y de tipo generalizada; en el mismo estudio se
reconoce que la suspensión de la medicación fue la causa más importante de
recurrencia de crisis epilépticas (Ochoa Vera & Pacheco, 2020)
3. DESARROLLO
4.1. DEFINICIÓN
El término epilepsia deriva del griego “epilambaneim”, que significa “coger o tomar
por sorpresa”.
Es uno de los problemas más comunes del sistema nervioso que afecta a personas de
todas las edades, razas y origen étnico.
4.2. CONCEPTOS:
4.2.1. Epilepsia
Trastorno del sistema nervioso central (SNC) caracterizado por la repetición de dos
o más crisis epilépticas en ausencia de una causa inmediata aguda identificable que
la provoque. (Fuertes de Gilbert Rivera, López Gutiérrez, & Gil, 2006)
Las crisis epilépticas pueden ser convulsivas y no convulsivas. Las primeras son
aquellas en las cuales hay movimiento (ej. Crisis parciales motoras, o crisis tónico-
clónicas generalizadas). En las no convulsivas, no hay movimiento, pero se
presentan igualmente descargas anormales, responsables del fenómeno observado.
(Palacios S. L., 1999)
Son aquellas que tienen una etiología conocida. Entre el grupo sintomático, las
enfermedades infecciosas, las parasitarias, particularmente la neurocisticercosis, el
daño cerebral perinatal y el traumatismo de cráneo, son los desórdenes más
frecuentes que se han reportado como causa de epilepsia. (Organización
Panamericana de Salud, 2008)
Aquellas que por sus características clínicas son sospechosas de ser sintomáticas,
sin embargo no es posible demostrar la etiología.
1. Hereditarias y congénitas
Epilepsias genéticamente determinadas
Displasias o disgenesias cerebrales
Algunos tumores cerebrales
Lesiones intraútero
Malformaciones vasculares
Síndromes neurocutáneos (neurofibromatosis, Sturge Weber, esclerosis
tuberosa).
Anomalías cromosómicas
Trastornos congénitos del metabolismo (aminoacidurias, leucodistrofias)
Epilepsias mioclónicas progresivas
Malformaciones congénitas o alteraciones genéticas con malformaciones
cerebrales asociadas
2. Adquiridas
Traumatismos craneoencefálicos
Lesiones post-quirúrgicas
Lesiones post-infecciosas
Infarto y hemorragia cerebrales
Tumores cerebrales
Esclerosis del hipocampo (del lóbulo temporal)
Tóxicos (alcohol y otras drogas)
Enfermedades degenerativas (demencias)
Enfermedades metabólicas adquiridas.
Accidentes cerebrovasculares que limitan la llegada del oxígeno al cerebro.
Infecciones cerebrales como las meningitis y encefalitis o la
neurocisticercosis.
4.4. FISIOPATOLOGIA
4.4.3. Kindling:
4.5. CLASIFICACION
4.5.1.1. Convulsivas
Las crisis convulsivas son aquellas en las que hay movimientos como por ejemplo
en las crisis parciales motoras o en crisis tónico-clónicas generalizadas.
4.5.1.2. No Convulsivas
Podemos establecer que las crisis no convulsivas son aquellas en las que existe una
ausencia de movimiento pero se presenta de igual manera una descarga anómala
responsable de un fenómeno neuronal, como principales ejemplos tenemos las crisis
parciales las crisis sensitivas o las crisis parciales con componentes psíquicos.
Las crisis parciales son aquellas que involucran una sola parte del cerebro.
El síndrome epiléptico engloba estos dos tipos de crisis, se puede presentar como
sintomático y asintomático, por lo cual se define como el estado intercrítico de un
paciente qué tiene daño neurológico (Sánchez, EPILEPSIA, 1999).
Las convulsiones febriles son episodios convulsivos que pueden ocurrir cuando un niño
pequeño tiene una fiebre que supera los 38 °C. Se desconoce su causa exacta, pero hay
pruebas que sugieren que están relacionadas con determinados virus y con la forma en que
el cerebro del niño en proceso de desarrollo reacciona a la fiebre alta. Se presenta dos tipos
de convulsiones febriles; las convulsiones febriles simples son las más frecuentes, no
suelen durar más de unos pocos minutos, pero en casos excepcionales pueden durar hasta
15 minutos. En este tipo de convulsiones, un niño puede tener temblores, agitarse y retorcer
todo el cuerpo, poner los ojos en blanco, gemir o quejarse, perder la conciencia, vomitar u
orinar durante la convulsión. Mientras que las convulsiones febriles complejas duran más
de 10 minutos, ocurren más de una vez en 24 horas, y las sacudidas y retorcimientos
afectan solo a una parte del cuerpo o bien a una mitad del cuerpo (López , 2018).
Algunas personas con ciertos tipos de convulsiones pueden reducir o dejar de tomar por
completo su medicamento antiepiléptico después de que las convulsiones hayan cesado
durante varios años. Algunos tipos de epilepsia infantil desaparecen o entran en remisión
con la edad generalmente al final de la adolescencia o al comienzo de los veinte años. Para
algunas personas la epilepsia puede durar toda la vida. En estos casos se debe continuar con
la medicación anticonvulsiva (Palacios & Clavijo, Semiología de la crisis epiléptica: un
reto clínicoSemiology of epileptic seizures: A clinical challenge, 2016). Rara vez ha
ocurrido la muerte o daño cerebral permanente por convulsiones, pero puede ocurrir si las
convulsiones son de larga duración o si ocurren dos o más convulsiones en poco tiempo
(estado epiléptico) Se pueden producir lesiones graves si se produce una convulsión
mientras conduce o maneja equipo peligroso.
Las personas con epilepsia mal controlada no deben realizar actividades de riesgo.
4.9. TRATAMIENTO
MEDICAMENTOS
Es posible que estos medicamentos tengan algunos efectos secundarios. Algunos de los
efectos secundarios leves incluyen los siguientes:
Fatiga
Mareos
Aumento de peso
Pérdida de densidad ósea
Sarpullidos
Algunos de los efectos secundarios más graves, pero menos frecuentes, incluyen los
siguientes:
Depresión
Pensamientos y comportamientos suicidas
Sarpullido grave
Inflamación de determinados órganos, como el hígado
CIRUGÍA
Cuando la medicación no proporciona un control adecuado de las convulsiones la cirugía
puede ser una opción. En la cirugía de epilepsia el cirujano extrae la parte del cerero que
está causando las convulsiones.
Los médicos a menudo recurren a la cirugía cuando las pruebas muestran:
Las convulsiones se originan en una zona pequeña y bien definida del cerebro;
La zona del cerebro que se operará no interfiere con las funciones vitales, como el
habla, el lenguaje, la función motora, la visión o la audición.
En pocos casos, la cirugía para la epilepsia puede provocar complicaciones, como la
alteración permanente de las capacidades de razonamiento (cognitivas).
TERAPIAS
Estimulación del nervio vago. - Durante la estimulación del nervio vago los médicos
implantan un dispositivo llamado estimulador del nervio vago debajo de la piel del tórax
que es similar a un marcapasos. Los cales del estimulador están conectados al nervio vago
en el cuello (Mayo Clinic, 2021). El dispositivo alimentado por atería envía pulsos de
energía eléctrica a través del nervio vago al cerero. Aún no está claro cómo esto inhibe las
convulsiones, pero el dispositivo puede reducir las convulsiones en un 20-0%. La mayoría
de las personas deben continuar tomando su medicamento anticonvulsivo, aunque algunas
personas pueden reducir la dosis que toman. Puede haber efectos secundarios de la
estimulación del nervio vago como dolor de garganta ronquera dificultad para respirar o
tos.
Dieta cetogénica. - En esta dieta conocida como dieta cetogénica el cuerpo usa grasas en lugar de
carbohidratos para producir energía. Después de algunos años los niños pueden abandonar la dieta
cetogénica (ajo estrecha supervisión médica) y no tener convulsiones.
Los efectos secundarios de la dieta cetogénica pueden incluir deshidratación estreñimiento retraso
en el crecimiento debido a deficiencias nutricionales y una acumulación de ácido úrico en la sangre
que puede causar cálculos renales. Estos efectos secundarios son raros si la dieta es adecuada y bajo
la supervisión de un médico.
Estimulación cerebral profunda. - En la estimulación cerebral profunda los cirujanos implantan
electrodos en una parte específica del cerero por lo general el tálamo. Los electrodos están
conectados a un generador implantado en el tórax. El generador envía pulsos eléctricos constantes
al cerero en intervalos temporizados y puede reducir las convulsiones. La estimulación cerebral
profunda a menudo se usa en las personas a las que las convulsiones no les mejoran con
medicamentos.
Neuroestimulación receptiva. - Estos dispositivos implantables similares a marcapasos pueden
reducir significativamente la frecuencia de las convulsiones (Divisón para la salud de la población,
2018). Estos estimuladores sensibles analizan los patrones de actividad cerebral para detectar las
convulsiones a medida que comienzan y aplican una descarga eléctrica o un medicamento para
detener la convulsión antes de que cause daño. Las investigaciones muestran que este tratamiento
tiene menos efectos secundarios y puede proporcionar un alivio a largo plazo de las convulsiones.
5. CONCLUSIONES
Bender del Busto, J. E. (2018). La epilepsia, un problema de salud a escala mundial. Revista
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