Está en la página 1de 3

El consumo de tabaco en los países en desarrollo constituye un problema de salud pública cuya

iniciación generalmente ocurre en la adolescencia, situación que culmina en el hecho que en la


adultez más de la mitad de sus componentes posee hábito tabáquico.

El tabaco es tan adictivo como la droga pura, ya que se trata de un producto psicoactivo que
afecta los procesos químicos del cerebro y del sistema nervioso. Además tiene reconocidos
efectos nocivos sobre el sistema respiratorio, dañando gravemente bronquios y pulmones,
llegando a producir bronquitis crónicas, enfisema y cáncer pulmonar.

Los fumadores, además de dañar su propia salud, perjudican a las personas que los rodean asi
como también al medio ambiente. Es notorio que lo que se ha denominado "tabaquismo
pasivo" es peligroso para quienes lo sufren, justificándose plenamente las medidas de
protección que se han adoptado en los diversos entornos en que se producen estas
situaciones.

7
¿Cómo afecta a las mujeres embarazadas?

Las sustancias que forman parte del tabaco tienen unos efectos muy nocivos para el feto
que se encuentra en desarrollo. La nicotina produce una mayor constricción de los vasos
sanguíneos, lo que ocasiona un menor aporte sanguíneo a la placenta. Además, el
monóxido de carbono se une a los glóbulos rojos y desplaza al oxígeno. Como
consecuencia de todo esto, se produce una insuficiencia placentaria: el oxígeno y los
nutrientes que llegan al feto para su crecimiento son menores.

Por otra parte, los bebés recién nacidos de madres que fuman durante el embarazo
presentan irritabilidad y temblores debido al síndrome de abstinencia. El parto
interrumpe la exposición continuada a la nicotina y, por tanto, estos síntomas aparecerán
en el bebé en las primeras 24 o 48 horas de vida.

También podría gustarte