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Un texto persuasivo, como acto comunicativo, no es, en su forma básica, más que
un enunciado en el que un emisor dirige a un receptor un argumento o razón para
hacerle admitir una conclusión. Por ejemplo: “Si quieres llegar a viejo, deja de
fumar”. Incluso en un ejemplo tan básico, se pueden encontrar en él dos funciones
comunicativas diferentes: una función referencial (seda una determinada
información: que el tabaco es malo) y una función conativa o apelativa, que es la
predominante (se pretende convencer al receptor de que deje de fumar).
Se intenta convencer al receptor del propio punto de vista, y para ello se dan
argumentos y se le intenta persuadir de que haga algo, confiando en la fuerza de
los argumentos aportados. Ello explica que apenas podamos encontrar textos
argumentativos puros: lo normal es que se combine exposición y argumentación,
puesto que, usualmente, se exponen ideas para después defenderlas.
https://lclcarmen1bac.wordpress.com/2020/04/14/el-discurso-persuasivo-definicion-y-
aspectos-pragmaticos/