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Desarrollo

De la sociedad disciplinaria a la sociedad de normalización

“La disciplina, desde luego,


analiza, descompone a los individuos,
los lugares, los tiempos,
los gestos, los actos, las operaciones.”

Michael Foucault, “Seguridad, Territorio y Población”

Para describir la sociedad disciplinaria, Michel Foucault se remite a la teoría


clásica de la soberanía, en la cual el soberano tiene derecho sobre el súbdito para
hacerlo morir o dejarlo vivir. Este poder soberano es ejercido directamente sobre
el cuerpo, sobre la posibilidad que tiene el súbdito de morir o de vivir. Estas
cuestiones abarcan la política, las normas jurídicas y los derechos, pero a
Foucault lo que realmente le interesa son las prácticas y las técnicas que se
ejercen sobre el cuerpo en la sociedad disciplinaria y sobre “cómo comienza a
problematizarse la cuestión de la vida en el campo del pensamiento político” .1

Este conjunto de técnicas disciplinarias que se dirigen hacia el cuerpo con el


fin de manterlo bajo vigilancia, organizándolo de manera que esté sujetado a
determinado control, reproducen dicho poder soberano. El período que “encierran”
las técnicas propias de la sociedad disciplinaria, se desarrolla a fines del siglo XVII
y durante el siglo XVIII. Es en este tiempo como esta serie de dispositivos
centrados en el cuerpo, permiten la distribución y disposición de los mismos. En
palabras de Foucault, la disciplina es la que “fija los procedimientos de
adiestramiento progresivo y control permanente y (…) distingue entre quienes
serán calificados como ineptos e incapaces y los demás, (…) hace una partición
entre lo normal y lo anormal”. 2 Un ejemplo claro es el surgimiento del encierro en
las cárceles como pena por cierto delito cometido, allí se situaban los cuerpos

1
Foucault, M.: “Clase del 17 de marzo de 1976” en Defender la sociedad, Buenos
Aires, FCE, 2000, Pág. 195.
2
Foucault, M.: “Clase del 25 de enero de 1978” en Seguridad, Territorio y
Población, Buenos Aires, FCE, 2006, Pág. 75.

1
confinados con el fin de no presentar peligro alguno para el resto de la sociedad, y
se mantenían bajo observación, guardia y control constantes.

A partir de estas primeras tecnologías de poder que menciona Foucault


surgen otras, que ya no estarían centradas en el cuerpo sino en la agrupación de
los mismos, en todos los procesos esenciales de la población. El cuerpo sigue
siendo controlado y dirigido por las técnicas disciplinarias, pero esta nueva técnica
de poder que surge a mediados del siglo XIX abarca aún más al individuo, que ya
no sólo encarna un cuerpo al que hay que dominar, sino que forma parte de
procesos más globales que constituyen a la población. “A diferencia de la
disciplina que inviste el cuerpo, la nueva técnica de poder disciplinario se aplica a
la vida de los hombres, o mejor, no inviste al hombre-cuerpo, sino al hombre
viviente.”3

No se suprime el poder disciplinario, sino que pasa a formar parte de otro tipo
de poder, una nueva forma de poder centrado en la vida, que es ejercido por
medio de un conjunto de técnicas a las que denominará “Bio-política”, que no
está del lado de la muerte como lo estaba el poder soberano, sino que está
centralizada en la vida, en el hacer vivir y dejar morir. La vida dentro de la
sociedad de normalización, estará regulada por el bio-poder, y de esta forma la
población entera será “una masa global, afectada por procesos de conjunto que
son propios de la vida, como el nacimiento, la muerte, la producción, la
enfermedad, etcétera.”4

Es entonces como a mediados del siglo XIX la sociedad será de


normalización, englobando a su vez a la sociedad disciplinaria. Esto quiere decir
que no se producirá un quiebre en una y otra sino que, emergerá un nuevo
“elemento que va a circular de lo disciplinario a lo regularizador, que va a aplicarse
del mismo modo al cuerpo y a la población, que permite a la vez controlar el orden
disciplinario del cuerpo y los acontecimientos aleatorios de una multiplicidad

3
Foucault, M.: Op. Cit., Pág. 195
4
Foucault, M.: Op. Cit., Pág. 194

2
biológica, será la norma.” 5 A través de la norma será posible controlar y dominar
tanto a un cuerpo disciplinado, como a una población uniformada.

Para hacer mas clara la continuidad de este trabajo, es muy es importante


mencionar dos cosas: cuál es el concepto que Foucault tiene de poder, y cual es
la forma en que “hace historia”. Primero, el poder no es algo que pueda tomar una
persona, un Estado o una organización, no se toma, ni se posee. El poder
solamente circula y se distribuye, en los mecanismos y las técnicas de poder, en
palabras del mismo Foucault: […] “Es un conjunto de mecanismos y
procedimientos, cuya función y tema, aún cuando no lo logren, consisten
precisamente en asegurar el poder.” 6 Segundo, lo que es importante tener en
cuenta es que, Foucault era un historiador de las ideas, y se centró en hacer una
política de la verdad, lo que hizo necesariamente para completar esta labor, fue
una historia crítica. Una historia diferente a la tradicional, que enmarcaba ciertos
sucesos como hitos para describir diferentes acontecimientos “importantes”. Lo
que Foucault recalca es la discontinuidad de la historia y se aboca al […] “Análisis
de los mecanismos de poder, que tiene, el papel de mostrar cuales son los efectos
de saber que se producen en nuestra sociedad por obra de las luchas, los
enfrentamientos, los combates que se libran en ella, así como por las tácticas de
poder que son los elementos de esa lucha.” 7

Del control institucional al control por parte del Estado

Las instituciones plasman las relaciones humanas, y son a través de ellas


como el discurso va dando “forma” a la subjetividad de los individuos. A partir de
este modo intransigente de distribución de los cuerpos individuales, el poder
disciplinario circula en las instituciones; algunas como lugar de encierro, otras
como asilos, otras como lugares de aprendizaje, otras como lugares de trabajo,

5
Foucault, M.: Op. Cit., Pág. 204
6
Foucault, M. Op. Cit., Pág
7
Foucault, M.: “Clase del 11 de enero de 1978” en Seguridad, Territorio y
Población, Buenos Aires, FCE, 2006, Pág. 17

3
etc. En las cárceles, manicomios, escuelas, hospitales y fábricas el hombre está
atravesado por los discursos de poder, y allí es donde el cuerpo está preso de
estos discursos y controlado la mayor parte del tiempo. De esta forma es como se
produce un ajuste de los mecanismos de poder al cuerpo individual, con
educación, instrucción, guardia, orden, disciplina y formación. “Se trató (…) de la
adaptación más fácil, la más cómoda de realizar. Por eso fue la más temprana -en
el siglo XVII y principios del XVIII- en un nivel local, en forma empírica, fraccionaria
y en el marco limitado de la escuela, el hospital, el cuartel, la fábrica” .8

A mediados del siglo XIX aparece otro tipo de poder, en otro nivel, que es
más complejo. El cual se va a articular con el viejo poder, pero a través de ciertos
procesos que forman parte tanto de las sociedades disciplinarias, como de las
sociedades regularizadoras. Destacando lo mencionado anteriormente, no se
produce una transformación de una a otra, ni se cambia un poder por otro, sino
que existen procesos dentro de los mecanismos de poder que afectan tanto al
cuerpo individual como al hombre especie. Es el mismo M. Foucault que hace
hincapié en este punto: “No quiero asignar un carácter absoluto a esta oposición
entre Estado e institución, porque las disciplinas siempre tienden, de hecho, a
desbordar el marco institucional y local donde están contenidas”. 9

La medicina como saber y como práctica, es una ciencia de la que parten


inmensa cantidad de discursos, uno de los cuales concierne a la sexualidad. La
cual es analizada como discurso, pero también como proceso biológico que
involucra tanto al cuerpo individual, como al hombre especie, lo que indica que
concierne tanto a la sociedad disciplinaria, como a la sociedad de normalización.
Este punto de “encuentro” hace que la vida del hombre pueda ser controlada y
regulada, y es el bio-poder el que se ejerce a través de diferentes tácticas, y
estrategias sobre la sexualidad como fuente de enfermedades degenerativas y
como índice estadístico de nacimientos. “La sexualidad se inscribe y adquiere
eficacia en ambos procesos biológicos que no conciernen al cuerpo del individuo,

8
Foucault, M. Op. Cit., Pág. 202
9
Foucault, M. Op. Cit., Pág. 202

4
sino a aquella unidad múltiple constituida por la población. Por lo tanto depende
de la disciplina, pero también de la regulación.” 10

La medicina como praxis (término que implica tanto la teoría, al saber y a la


práctica) comienza a formar parte de los mecanismos de poder que regulan a la
población, y esto se llevará a cabo por la figura del Estado Moderno. Una
característica destacable de esta medicina del siglo XVIII, es la incorporación a
sus prácticas y a su saber médico de todo lo que concierne a la población, mas
allá de solo atender a sus enfermedades. De esta manera es como el Estado
constituye al Bio-poder como forma de dominio y control sobre la conducta de los
sujetos, mediante mecanismos de regulación.

Medicina para el Estado: nacimiento de una Somatocracia.

“El conjunto constituido por medicina e higiene,


será en el siglo XIX un elemento (…)
de una trascendencia considerable
por el nexo que establece entre (…)
la población y el cuerpo.”

Michel Foucault, Clase 17 de marzo,


Defender la Sociedad.

Etimológicamente la palabra poder, término que se ubica de manera central a


lo largo de toda la obra foucaultiana, se deriva del griego “krátos”, el mismo que se
utiliza para nombrar a la “teocracia” (forma de gobierno en nombre de Dios
predominante en la Edad Media), así como la democracia es el gobierno del
pueblo, se podría aseverar, según Foucault el surgimiento en el siglo XVIII de una
“somatocracia”, la cual se define como: “un régimen en que una de las finalidades
de la intervención estatal es el cuidado del cuerpo, la salud corporal, la relación
entre las enfermedades y la salud”. 11 De esta manera podría establecerse una
posible definición de salud como análogo al bienestar que asegura el Estado a la
población.

10
Foucault, M. Op. Cit., Pág. 203
11
Foucault, M.: Ibíd. Pág. 70.

5
Si bien el poder no se limita solamente al Estado, como indiqué
anteriormente, es éste quién debe hacerse cargo del hombre. Y en este “hacerse
cargo” se incluye la necesidad de conocer al hombre en su totalidad. El Estado es
el que asegura a la población su bienestar, y para poder realizar su función, debe
poder intervenir justamente en las prácticas, mecanismos e instituciones, que son
asimismo coyuntura entre el organismo-individual y la población.

Es indispensable a su vez tener una población sana para que pueda


desplegar su fuerza de trabajo y ser parte de los sistemas de producción. En este
marco del modelo capitalista en pleno desarrollo, el Estado comienza a estar
emparentado con la salud y una población “saludable, fuerte y trabajadora”
comienza a ser su objetivo. Noción descrita por Foucault en su obra “La vida de
los hombres infames”: […] “Creo que hasta mediados del siglo XIX la función de
garantizar la salud de los individuos significaba para el Estado, esencialmente,
asegurar la fuerza física nacional, garantizar su capacidad de trabajo y de
producción”.12 Sin embargo, en la constitución del Estado Moderno, hubo diversos
enfrentamientos y diferencias, las cuales corresponden a las relaciones de poder
que se gestaron dentro del mismo. Conjuntamente con el comienzo de la
burocracia, que remite a una estructura administrativa, con división de tareas y
responsabilidades, establecimiento de jerarquías y procedimientos de control. Lo
cual implica necesariamente una organización de individuos en perfecto estado,
que cumplan con los requerimientos del cuerpo administrativo. El Estado para ser
fuerte, no puede sostenerse mediante cuerpo débiles. “Por eso la medicina debe
perfeccionar y desarrollar esa fuerza estatal. Esta preocupación de la medicina del
Estado encierra cierta solidaridad económico-política”.

Foucault, M.: Cap. 6: La crisis de la medicina, o a la crisis de la antimedicina en


12

La vida de los hombres infames.., Pág. 67.

6
Despegue de la medicina. De la ignorancia al saber
Riesgo médico para el hombre.

La medicina es un saber/poder que se aplica,


a la vez, sobre el cuerpo y sobre la población,
(…) que va a tener, en consecuencia,
efectos disciplinarios y regularizadores.

Michel Foucault, Clase del 17 de marzo de 1976,


Defender la Sociedad

El común denominador de todo lo referente a las cuestiones de poder, tiende


a ubicarse de manera despectiva y adquiere características de connotación
negativa. El poder no siempre estará del lado lo negativo, dice Foucault, ni de lo
que al hombre no le conviene, sino que para penetrar dentro de la sociedad, el
poder se inserta desde lo positivo del hombre, y hasta encarna una posibilidad
que tiene el hombre de elegir y de convierte en un ser libre. No se trata en
absoluto de estar a favor o en contra del poder, a favor o en contra de la medicina,
sino de poder analizar bajo que elementos y dispositivos, se desplegó la medicina
como ciencia aplicada y ligada al poder.

Como lo describe Foucault “el problema no debe ser el de si se requiere


una medicina individual o social, sino el del modelo de desarrollo de la medicina a
partir del siglo XVIII, cuando se produjo lo que podríamos denominar su
"despegue".13 De esta manera se observa cómo lo que antes eran cuestiones
naturales, como cualquier proceso biológico, ahora se convierten en “problemas
médicos”. Además de que la medicina irrumpió en otra escena, que ya no es la del
hombre enfermo, sino la del hombre en su vida cotidiana, que puede por ejemplo
subsanar cualquier situación “anormal” de su vida cotidiana con la simple ingesta
de un medicamento.

Una de las características de este “despegue” de la medicina, se relaciona


justamente con el auge de los medicamentos. Los cuales van a alterar la
estructura natural del ser humano, lo que da como consecuencia una especie de
“desnaturalización” de la vida que se vuelve artificial y se cosifica. Observando
13

7
cómo se prescriben “medicinas” ante cualquier problema de salud, que antes
podría considerarse como natural. “De manera más general se puede afirmar que
por el propio efecto de los medicamentos -efectos positivo y terapéutico- se
produjo una perturbación, por no decir una destrucción, del ecosistema no sólo del
individuo sino de la propia especie humana.” 14

El ámbito del quehacer propio de la medicina ha traspasado sus barreras y


parece no tener límites. De esta manera la vida cotidiana se nos inunda por estos
procesos propios de una medicina, que como mencioné precedentemente, ya no
estaría abocada solo a curar enfermedades, sino además dedica gran parte de su
tarea al pleno fortalecimiento de la salud. Los controles periódicos de salud, el
ejercicio físico, los hábitos alimenticios, la incorporación de vitaminas, la
necesidad de un diagnóstico certero, la ingesta de medicamentos, entre otras
cosas; son inherentes al “progreso” de una nueva medicina. Tal como ocurría en
las sociedades disciplinarias, el cuerpo se verá afectado y disciplinado, pero de
una manera nueva. Revelando un cuerpo que se encontraría “anesteciado” y en
su conjunto conforma una población más fácil de controlar. “El control de la
sociedad sobre los individuos (…) se ejerce en el cuerpo, con el cuerpo. (…) El
cuerpo es una realidad biopolítica; la medicina es una estrategia biopolítica.” 15

La medicina como ciencia y como saber, a lo largo de la historia no ha


podido responder ante ciertas enfermedades, y se ha visto limitada por su
“atraso”, generando un mayor porcentaje de morbilidad. La falta de conocimiento
hizo que mucha gente se muriera por ejemplo al sufrir una infección al ser
operada, y esto por el solo hecho de no tener conocimiento de la técnica aséptica.
No obstante, el avance de la medicina si bien acarrea grandes beneficios, ha
logrado salirse de su ámbito medico, penetrar en la vida misma, y constituir un
saber que aunque suene paradójico sería perjudicial para el hombre. Es
importante recordar que todo saber implica una forma de poder, y en la vida
cotidiana si el hombre le adjudica a cualquier inconveniente un carácter médico,
estaría sometido a estas categorizaciones, y la solución más acertada sería la de
recurrir cada vez más al saber y a la práctica médica. “El no saber ya ha dejado de

14
Foucault, M.: Ibíd. Pág. 73
15

8
ser peligroso y el peligro radica en el propio saber. El saber es peligroso, no sólo
por sus consecuencias inmediatas para el individuo o para un grupo de individuos,
sino para la propia historia.” 16 Sería entonces riesgoso que debido a la imposición
de la medicina, de su autoridad, sea la propia historia del hombre la que se vea
modificada.

Planes sociales de salud: ¿médicos o económicos?

Los planes sociales de salud se introducen en este marco de los


mecanismos de poder sobre la población, por varias razones. Una de ellas se
relaciona con la inequidad que existe entre los que pueden acceder a los servicios
de salud de acuerdo al plan que le corresponda. Si bien el Estado a partir del siglo
XVIII es el que asegura la protección y salud de la población, es también
responsable de los sectores que no pueden acceder a este sistema. De esta
manera la morbilidad, proceso regulado por el bio-poder, estará siempre del lado
de los menos favorecidos. Algo que muestra la desigualdad tiene que ver con la
desnutrición en nuestro país, un fenómeno que implica cuestiones de salud, pero
también cuestiones sociales y económicas.

Si el soberano ejercía el derecho de matar, ahora será el bio-poder el que


ejerza el mismo derecho, pero de otra manera menos visible: haciendo vivir por
medio de la asistencia médica, pero dejando morir a los sectores que están por
fuera. Lo cual es esperable si se considera que los sistemas de salud, están
vinculados fuertemente a intereses económicos. “En la actualidad la medicina
entronca con la economía (…). No simplemente porque es capaz de reproducir la
fuerza de trabajo sino porque puede producir directamente riqueza en la medida
en que la salud constituye un deseo para unos y un lucro para otros.” 17 Por otra
parte al medicalizarse la vida de los individuos, estos deben mantener una vida
saludable mediante el cuidado del cuerpo y así poder llegar dignamente hacia una
“muerte saludable”.

16

17
Foucault, M.: Op. Cit. Pág 81.

9
Es paradójico que la medicina haya invadido la esfera de la vida cotidiana,
y que a nivel poblacional no exista una relación consecuente entre el consumo
médico y las manifestaciones auténticas y positivas del lado de la salud. A pesar
del crecimiento en los cuidados médicos y el consumo de medicamentos, no se
evidencia una mejor calidad de vida, y pareciera que el crecimiento está más del
lado de la utilidad de los laboratorios. La cual genera un vuelco al mercado para
mayor consumo y dependencia.

Las grandes campañas de vacunación en el ámbito medico, encarnan al


mismo tiempo ciertos mecanismos de poder, ya que se basan en una población
inmune, fuerte y liberada de cualquier enfermedad. De esta manera se consolida
cierta responsabilidad por parte del Estado de mantener una sociedad sana, la
cual le delega a éste su bienestar. Una figura que aparece también como
responsable de la salud es la figura del médico, el cual se “hace cargo” del
bienestar de los sujetos, estableciendo una estrecha relación con el “paciente”.
Término que transmite cierta concepción de sujeto asociada a la pasividad e
inactividad, y asume una posición asimétrica respecto del médico. Quién se
presenta como autoridad ligada a un saber sobre la veracidad de la salud del
paciente.

Poder pastoral Medico-paciente Confesión


Se relaciona el tema de la confesión con el cuestionamiento que implica
ingresas a un plan se seguro social privado.
regulando los procesos no sólo biológicos, sino de higiene y medicalización
sobre la población

Cierre

10
A lo largo de este trabajo se intentó mostrar cómo las técnicas de poder propias
de las sociedades disciplinarias y de normalización, y específicamente el
dispositivo médico, “examinan” al cuerpo individual, al mismo tiempo que
normalizan los procesos propios de la población. Existe un discurso sobre el
cuidado del cuerpo y de la prevalencia de la salud, que plantea un interrogante:
¿Cómo se establece la diferencia entre salud y enfermedad, de qué manera
redesarrolla un modelo médico asociado a planes sociales de salud en una
sociedad
¿??????????
“En efecto, nada es más material, más físico, más corporal que el ejercicio del
poder”.

En el cierre se espera que integre las preguntas


que formuló en la introducción con respuestas parciales (si las
hay) sintetizando el recorrido,lo cual no significa hacer un
resúmen o comentar todo el trabajo.

_ Retomar las preguntas de la introducción señalando qué ha


respondido (o no) y por qué (o cómo)
_ Mostrar al lector el recorrido hecho o su importancia
_ Abrir nuevos interrogantes señalando qué pasos se podrían
dar para resolverlos.

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