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UNIVERSIDAD YACAMBÚ

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO


INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRÍA EN GERENCIA EDUCACIONAL

Algunas notas sobre la Planificación como proceso


administrativo y su importancia en el ámbito Educativo

Autora: Profesora Mary Cedeño Hernández

Conceptualización y Contextualización

La planificación es un proceso sistemático que parte de una necesidad producto de


un diagnóstico; y en consecuencia, se desarrolla el mejor curso de acciones para
enfrentarse a ella, identificando las prioridades y determinar los principios funcionales.
Planificar significa pensar en el futuro, anticipar, preparar algo previamente; de tal
manera que, se pueda actuar de inmediato sobre una realidad o necesidad
diagnosticada.
Esto no quiere decir que, todo vaya a surgir según el plan establecido; de
hecho, no será así con toda probabilidad, pero si se ha planificado correctamente, la
posibilidad de realizar ajustes, sin comprometer las metas globales, resultará mucho
más apropiada. De acuerdo con esto, Hampton (1989), expone a la planeación
referida a reflexionar sobre la naturaleza fundamental de toda organización y decidir
cómo conviene posicionarla en un ambiente (con otras organizaciones similares),
cómo desarrollarla, aprovechar sus fortalezas, afrontar los riesgos y oportunidades
del entorno. A corto plazo, traducir esto en objetivos claros, medibles, partiendo
de las intenciones básicas comunes (misión); y a largo plazo (visión), determinar los
métodos de realización.
Aun cuando la fuente data de más de 30 años, se mantiene vigente en tanto refiere
un proceso gerencial, administrativo, que implica la anticipación del logro de
objetivos para el desarrollo organizacional, para satisfacer necesidades del usuario
o consumidor, para situarse como entidad competitiva y por ende con calidad, en un
entorno rodeado con otros sistemas semejantes ( se dedican a lo mismo).
Así, Baltodano y Badilla (2009), señalan que la práctica gerencial está
íntimamente ligada con la forma en que el gerente dirige e involucra a las personas
que tiene a su alrededor. Por supuesto, todas estas prácticas están dentro de lo que se
conoce como el proceso administrativo de: planear, organizar, integrar al personal;
es decir, todo lo relacionado con la contratación y la administración de los
recursos humanos, o sea, dirigir y controlar las actividades dentro de la
organización.
Estos autores completan su argumento al exponer que, la planeación es la función
encargada de hacer que la misión y la visión se cumplan; establece los objetivos
estratégicos y las acciones para lograrlos; además, toma las decisiones que guiarán
el rumbo de mediano y largo plazo de la entidad. De acuerdo con esto, Chiavenato
(2002), plantea que ésta define objetivos y decide sobre los recursos y tareas
necesarios para alcanzarlos adecuada, efectiva y eficazmente; esto se manifiesta
en las directrices que sirven de guía para alcanzar las metas dentro del sistema
organizacional.
Pues bien, en Educación esto sucede de igual forma, según Ander-Egg
(2005), la planificación en el contexto educativo, es la acción que consiste en
utilizar una serie de procedimientos mediante los cuales se introduce una mayor
racionalidad y organización de un conjunto de actividades y acciones articuladas
entre sí que, previstas anticipadamente, tiene el propósito de influir en el curso de
determinados acontecimientos, con el fin de alcanzar una (s) situación (es) elegida
(s) como deseable (s), mediante el uso eficiente de medios y recursos escasos o
limitados, tanto en el ámbito institucional, como en el caso del docente en el
aula.
En este sentido, para Requeijo (2000), la planificación educativa no debe
quedarse en un mero ejercicio analítico, intelectual o de diagnóstico de la
realidad, sino que debe tener un carácter eminentemente práctico y, en última
instancia, a la transformación de la realidad en un futuro más o menos inmediato.
Aunque en el ámbito de la planificación y la gestión se dispone de un conjunto
contrastado de técnicas, herramientas e instrumentos de apoyo (de diagnóstico,
de priorización, entre otros) y un itinerario más o menos estandarizado de los
pasos a dar en un proceso de esta naturaleza, éstas no deben concebirse como un
conjunto de soluciones universales para todo tipo de situaciones, es particular a
cada caso y cada organización.
La planificación educativa constituye una de las funciones más importantes
del docente en el aula, y del directivo en la gestión institucional. Se
puede afirmar, que el éxito o el fracaso del director en la institución educativa y
del profesor en el salón de clases, radica en su capacidad para concebir planes que se
ajusten a los requerimientos de los objetivos que se ha trazado. Se fundamenta en
dos aspectos claves: la racionalidad y la previsión, esto implica el empleo de juicio
y discusión a objeto de poder determinar cuáles acciones serán las más apropiadas
para una situación determinada, como reducir riesgo y evitar el azar o la
improvisación. Cabe mencionar que es un proceso mediante el cual se determinan
las metas y se establecen los requisitos para lograrlas de la manera más eficiente y
eficaz posible.
En ese proceso se trata de racionalizar la acción en una pauta temporal, en
función del logro de fines bien definidos que se consideran valiosos. Por otra
parte, ser estructural, porque es un todo organizado en el que cada una de sus partes
cumple una función específica e interactúa y se complementa con las otras, ha de
tener suficiente flexibilidad para admitir las modificaciones que fueren necesarias,
esto permite el proceso de mejora, como otro aspecto que ha aparecido con reiterada
insistencia.
Parece demostrada la necesidad de establecer una planificación ratificada por
todos, flexible y detallada del proceso de cambio que ha de vivir e l centro
educacional, o el aula, en el caso del enseñante, para lograr sus objetivos, según
la secuencia comúnmente aceptada (diagnóstico, selección del área de mejora,
planificación, desarrollo, evaluación e institucionalización).
Principios de la Planificación

Para que la planificación y en especial en el contexto educativo, pueda tener


éxito se debe tomar en cuenta una serie de principios que orientan el proceso de
elaboración de la misma. En este orden de ideas, la planificación como proceso
sistemático, flexible, que está determinado por el ambiente, pero a la vez tiene la
capacidad de intervenirlo a través de las acciones y recursos pertinentes. Al
respecto Melinkoff (2004), en la función de planeación deben darse los
siguientes principios: flexibilidad, compromiso, racionalidad, continuidad,
inherencia y simplificación- estandarización, como se muestran a continuación:

Flexibilidad
La flexibilidad abre espacios para el cambio de acciones, estrategias o recursos
si surgen imprevistos durante el desarrollo de la planificación. Al respecto, según
Melinkoff (ob. cit.), en la institución los planes deben confeccionarse de tal
manera que permitan su adaptabilidad a cualquier cambio que se de en el
transcurso de la ejecución de las actividades a desarrollar. Esto permite que los
planes se orienten de manera situacional para ampliar la oportunidad de
monitorear acciones y decisiones.
Asimismo, para el Ministerio del Poder Popular para la Educación de
Venezuela (2000) la planificación es flexible, cuando su construcción implica
un trabajo cooperativo de los actores sociales comprometidos e involucrados en el
proceso educativo centrada en la valoración sistémica de la práctica de acuerdo a
la pertinencia de los contextos socio-culturales.
De allí, que todo plan o programa debe ser flexible; ante cualquier eventualidad
que se presente en la ejecución del mismo, debe preverse mecanismos de ajustes
y de adaptación o cambios en las condiciones sociales, económicas o de otra
naturaleza. Asimismo, Requeijo ( ob. cit.) plantea que las características de la
planificación como proceso flexible son: integrar y potenciar los aportes de los
docentes y especialistas en un proceso de mejoramiento permanente y progresivo;
considerar las características y necesidades de la comunidad y las condiciones
reales en las que va a desarrollarse el proceso educativo; la flexibilidad debe dotar
a la planificación de alternativas que garanticen la culminación y logros de los
objetivos propuestos, y por ende, que permitan su adaptabilidad a cualquier
cambio que se susciten en el transcurso de su ejecución y más aun tratándose de
planes relacionados con el sistema educativo.

Compromiso
El compromiso significa implicar a las personas en el proceso de
planificación, hacer que todos intervengan; está relacionado con la
responsabilidad que tiene el planificador con todos los actores del hecho
educativo: alumnos, padres, docente e institución. No obstante, este principio
está relacionado con la responsabilidad para que el esfuerzo no recaiga solamente
sobre quienes planifican, sino que es un compromiso compartido coordinado de
acciones, como una función fundamental en el proceso de dirección dentro de un
proyecto de aula.
El director como gerente tiene el compromiso de sincronizar y armonizar el
esfuerzo de cada uno de los individuos que trabajan en la organización para el
logro de objetivos deseados. Sobre esto, Melinkoff (ob. cit.) sostiene que la
coordinación consiste en un proceso integrador y armonizador, ocupado de la
sincronización de labores, con atributos de monto, tiempo y dirección”. En este
sentido, la coordinación es un proceso eminentemente dinámico de gran
importancia y necesidad en la organización de acciones pedagógicas. Las
diferencias individuales en cuanto a las características, necesidades y objetivos
de cada cual, induce a diferentes puntos de vista acerca de cómo deben hacerse las
cosas del trabajo y qué tiempo y recursos se gastarán.
En el mismo orden, Münch y García (2002), plantean que la coordinación de
esfuerzos es la sincronización de los recursos y los esfuerzos de un grupo social,
con el fin de lograr oportunidad, unidad, armonía y rapidez, en el desarrollo y la
comunicación de los objetivos. Cada cual suele interpretar, según sus intereses,
la forma de ejecutar su labor, la importancia de la coordinación de los grupos de
trabajo que lleguen a sincronizar el trabajo de todos sus subordinados
reconciliando las diferencias de opiniones. De esta manera, se evita la dispersión
de los elementos, la duplicidad de esfuerzos, el paralelismo de funciones y el
gasto innecesario de recursos, para que la coordinación asegure así, el éxito de la
acción gerencial.

Racionalidad
La racionalidad está referida a los propósitos que conlleva el plan, primordialmente a la
solución de necesidades reales y a las consideraciones que se hacen sobre viabilidad y
fiabilidad. Así entendida, Chiavenato (2004), señala que es la capacidad de ser exacto, de
hacer conexiones precisas ordenándolas en un proceso secuencial, en el que las razones
substancian cada aspecto del procedimiento, penetra el efecto de cualquier situación
analizando las causas de una manera más profunda y específica, relacionando la causa con su
efecto inmediato, hacer conexiones de tipo secuenciales hasta cerrar y concluir.
Por su parte, Münch y García (ob. cit.), complementan cuando señalan que las estrategias
son cursos de acción general o alternativas que muestran la dirección y el empleo general de
los recursos y esfuerzos, para lograr los objetivos en las condiciones más ventajosas. En este
contexto, se pone en juego los recursos humanos y materiales frente a los problemas y riesgos
que plantea el mundo exterior. De allí, que la idea central de la planificación es la
racionalidad; es decir, que dada una serie de posibilidades de acción, es necesario elegir
racionalmente qué alternativas son mejores para la realización de los valores finales que se
sustentan, por lo cual se requiere el establecimiento de objetivos claros y precisos
encuadrados en el contexto de la realidad. En las instituciones educativas, significa la
utilización de los recursos para alcanzar la eficiencia de los objetivos.
Continuidad
Los planes, al responder a una situación específica por resolver deben tener
prosecución a fin de lograr todos los objetivos propuestos. Melinkoff (ob. cit.)
considera que las metas jamás deben ser abandonadas; cumplidas unas, se
perseguirán otras, de lo contrario se iría en contra de los principios de
racionalidad, eficiencia y de la planificación misma.
Asimismo, Gento (2000) considera que para garantizar la calidad de una
institución es imprescindible que la misma tenga asegurada una cierta continuidad
institucional; así, es posible mantener proyectos de innovación para la calidad,
que requieren un determinado tiempo para su consolidación. En caso contrario, no
es posible pensar en una planificación, sin ubicar a los miembros del plantel como
centro del proceso.
En consecuencia, sólo se puede reconocer a una institución educativa como de
calidad sin perder en su acomodación a los criterios por los que se le otorga tal
reconocimiento. Resulta obvio, por tanto, que la continuidad de la planificación,
requiere un razonable grado de estabilidad en los equipos directivos, en el
docente y el resto del personal del plantel escolar, los cuales son necesarios para
la consolidación de una trayectoria de calidad.

Unidad
La unidad consiste en intensificar, unir esfuerzos y recursos en beneficios de
obtener los mejores resultados. Al respecto, Carranza (2001) plantea que la
unidad de todos los entes involucrados en el momento de establecer los
objetivos permite controlar cualquier eventualidad que se presente en el tiempo
requerido, en este caso, se identifica cualquier desviación importante y se toman
las acciones correctivas necesarias. Sin la unidad en la planificación no había
ninguna forma de controlar.
Las acciones deben integrarse a uno general y dirigirse al logro de los propósitos
y objetivos generales, de tal manera que sean consistentes en cuanto a su enfoque
y armónicos con relación al equilibrio e interrelación que debe existir entre
estos.
En las instituciones educativas, la unidad va de la mano con la utilidad, las
cuales forman una integración orgánica, armónica y coherente a objeto de obviar
la duplicidad de esfuerzo y el malgasto de los recursos. Esto significa que todos
deben obrar para que la planificación ocurra de acuerdo con los cursos de
acción establecidos, derivados de las intenciones prescritas.

Inherencia
La inherencia, está referida a no perder el norte; es decir, se debe visualizar el
plan con objetividad, con la finalidad de atacar una problemática observada y no
otras situaciones emergentes. La planificación es inherente al sistema
educativo, se hace necesaria para alcanzar los fines, objetivos y metas de la
educación. Según Melinkoff (ob. cit.), una buena planificación es pertinente con
el contexto, permite el incremento de la calidad y la eficiencia en la educación,
desviando, definitivamente del camino del empirismo y la improvisación.

Simplificación - Estandarización
La simplificación- estandarización, es considerada como la facilitación de los
procesos necesarios para resolver las problemáticas detectadas. Al respecto,
Carranza (ob. cit.) plantea que establecer los objetivos permite definir estándares
para controlar cualquier eventualidad que se presente en el tiempo requerido,
en este caso, se identifica cualquier desviación importante y se toman las
acciones correctivas necesarias, que sin la planificación no había ninguna forma
de controlar.
Según el autor, se entiende, que la planificación es un recurso valioso e
importante que debe permanecer en cada organización en este caso en las
instituciones educativas, y que de los gerentes va a depender el éxito o falla de
ellas. De allí, la necesidad de determinar los estándares de logro de lo que se
planifica. De igual manera, Stoner, Freeman y Gilbert (2001), señalan que los
conflictos funcionales y disfuncionales tienen que ver con el desarrollo en una
organización, pues los primeros colaboran con las metas propuestas y mejoran
su rendimiento y los segundos, impiden el rendimiento de un grupo.
Los estándares permiten enfocar los esfuerzos, y en las instituciones
escolares, los directivos cumplen un importante rol, pues debe coordinar las
acciones de muchas personas. Por otro lado, los autores (ob. cit.), señalan que en la
planificación y la determinación de estándares son como el sueño de cada realidad
del individuo, en este mismo sentido se asume y ratifica que éstos deben
proporcionarse al gerente, y luego en equipos seguirlos a pasos firmes.
Los estándares proporcionan un sentido de dirección. Cuando no existe estándar, las
personas y sus organizaciones suelen avanzar confundidas. Al establecer estándares las
personas se sienten motivadas y responden a cualquier obstáculo que se presente. Un estándar
definido con claridad, permite a los gerentes y a los empleados evaluar los avances logrados.
En el caso de que se realicen algunas desviaciones por cualquier contingencia encontrada,
se pueden tomar medidas correctivas. Según Chiavenato (ob. cit.) los estándares representan
el desempeño deseado. Los criterios representan las normas alrededor de las cuales giran la
toma de las decisiones. Son disposiciones proporcionadas por los medios para establecer lo
que deberá hacerse y cuál es el desempeño o resultado aceptado como normal. En
consideración, los estándares o criterios representan los límites establecidos para el logro de
lo pautado, lo que deberá mantenerse o asegurarse, expresados en tiempo, costo, calidad,
unidades físicas e inversión.
Al respecto, Koontz y Weihrich (2002) plantean, el establecimiento de
estándares, como los puntos de referencia con respecto a los cuales los
administradores establecen los controles, el primer paso lógico en el proceso de
control sería elaborar planes. Sin embargo, debido a que éstos varían en detalle y
complejidad, y puesto que los administradores por lo general no pueden vigilarlo
todo, se fijan estándares especiales y ajustados a cada realidad organizacional.
Puede que, en otros textos, artículos, documentos se describan principios de
planificación de modo similar, incorporando otros o con distintas perspectivas:
Es allí que entra en juego la investigación y la reflexión para adquirir
aprendizajes significativos al respecto. Por ello los invito a seguir estudiando
sobre este tópico para profundizar y complementar esta descripción y resumen.
Elementos de la Planificación

Objetivos específicos. Constituyen los resultados esperados, representan la


base para enfocar la planificación, se suelen definir en las primeras etapas de la
planificación. Se refieren al ¿para qué planificar?

Alcance. Todo aquello necesario para dar por finalizada la planeación; todos
los requisitos marcados para cerrarla, constituye el objetivo principal de la
misma, sus aportes, beneficios; se especifica de manera clara, medible, realista
y bajo un tiempo estimado.

Responsables. Es decir, todas aquellas personas, personal de apoyo, que


tienen un rol relevante en la concreción de la planificación, ya sea de actividad,
sub- tarea, programas, proyectos. Pueden ser personas externas a la
organización, que tienen una relación de responsabilidad, cuyo desempeño
coadyuvan en la ejecución; o internas al equipo organizacional de ejecución.
Se ajustan al ¿con quiénes ejecutar?

Equipo. El conjunto de personas interesada en el buen desarrollo de la


planeación; son los responsables de actividades o recursos, o no; constituyen
una parte fundamental de los elementos de la planificación. La gestión del
equipo de trabajo es, además, de las cosas más difíciles para cualquier director
de proyecto. Significa, ¿con quiénes contar?
Metodología: estrategias, actividades, tareas, sub-tareas. Consisten en el
patrón de acciones a ejecutar; según los tipos de planificación que mejor se
ajusten, debe seleccionarse la metodología adecuada. La tendencia es seguir
métodos ágiles, capaces de adaptarse a los cambios, con revisiones y re-
planificaciones periódicas. Y es que cada vez es todo más complejo y
versátil. Por eso, la planificación debe ser flexible, pero siempre siendo
previsores del impacto de cada modificación. En esto se consideran las
unidades de trabajo planificadas en el calendario, bajo una duración y fecha.
Cada actividad, tarea y sub tarea, tiene características concretas como
responsables, equipo de trabajo, recursos, relaciones entre otras actividades,
sub- tareas; pueden adaptarse de acuerdo con el desarrollo de la planificación.
Responden al ¿cómo ejecutar la planificación?

Tiempo, calendario, prioridades. Esto hace referencia a los lapsos de


tiempo necesarios para ejecutar la planificación, cada actividad, tarea y sub
tarea; las cuales están planificadas siguiendo una priorización concreta, ya
sea por el grado de importancia o de urgencia. Se pueden concretar unas fechas
fijas, si se está seguro de que una determinada actividad debe comenzar en un
día concreto, esto conduce a la elaboración de una Carta o diagrama de Gantt,
para situar las actividades de manera muy sencilla en las fechas seleccionados.

Relaciones entre las actividades. La priorización de las actividades, con la que


finalmente se obtendrá una ruta de trabajo del proyecto, también se puede
establecer a partir de las relaciones entre las tareas. Hasta que una de ellas no
esté finalizada, no se debe comenzar otra. Esta dependencia entre actividades
genera flujos optimizados de trabajo para que la organización y planificación
de tareas aproveche el tiempo y recursos. Muchas aplicaciones online,
generan estas rutas de trabajo en la planificación de manera automática.
Recursos. En toda planificación de una organización es clave la gestión de
recursos optimizada, aprovechando cada uno, para reducir coste a la mínima
expresión. Todo esto, resulta básico plasmarlo en la planificación y llevar
un riguroso control. Los recursos, tanto materiales, como de equipos y o
insumos deben identificarse de forma prioritaria para evitar dificultades en la
ejecución de la planificación. Hacen alusión a ¿con qué?

Sistemas de evaluación y control. Al planificar deben tenerse en cuenta un sistema que


permita monitorear, evaluar y controlar la ejecución a tiempo real, desde las primeras
etapas, hasta el final. De esta manera, se realiza seguimiento de logras, deficiencias,
fallas, reajustes y las decisiones serán rápidas y efectivas.
Esta esquematización de los elementos de la planificación no es estática, existen textos
especializados que incluyen los mismos componentes antes descritos, pero también puede que
se revisen otros factores de acuerdo a la complejidad que se le asigne al proceso de
planificación. De modo que, no pueden tomarse de manera rígida porque todo depende de las
realidades organizacionales. Por esto, los motivo a que investiguen y profundicen al
respecto.
Fases de la Planificación (se aplican también en Educación)

Ander-Egg (ob. cit.), manifiesta que las fases o momentos de la planificación se


formulan más o menos simultáneamente en un diseño operacional que nunca
termina. De ahí que, no deban concebirse como momento de una secuencia lineal y
rígida. Por otra parte, al tener que operar en escenarios diversos, el plan se va
reformulando y reajustando permanentemente en operaciones cambiantes según las
circunstancias. Ningún plan se hace de una vez para siempre por un espacio de
aproximaciones sucesivas, según vayan cambiando el contexto y los escenarios en
que se aplica, el plan va incorporando lo nuevo y lo incierto, las posibilidades y
los conflictos de la coyuntura.
La planificación tiene en sí misma unos pasos a seguir. Después de ver qué
elementos deben tenerse en cuenta para realizar una planificación organizacional
flexible y adaptada al mundo actual que rodea a la humanidad y las organizaciones,
es importante saber cómo hacer una planificación eficiente. Existen fases universales
a seguir para alcanzar una planificación eficiente, efectiva, congruente y que genere
los resultados esperados: Diagnóstico, Delimitación, Selección, Ejecución
propiamente dicha, Evaluación, las cuales contemplan, a la vez, una serie de pasos y
procedimientos. En este orden de ideas, existen literaturas especializadas que las
agrupan en momentos, entendidos como forma de organización en donde se pueden
observar diferentes escenarios de la planificación educativa, como se muestra a
continuación:
Momento Analítico
Este momento está asociado a un diagnóstico que permita al
planificador detectar fortalezas y debilidades al interior del sistema
(organización, institución educativa, aula), además de oportunidades y
amenazas externas al sistema, a objeto de conocer las características del
grupo al que va dirigida la planificación, capacidades, fallas; así como
situaciones o factores no propios pero que pueden afectar el desarrollo del
sistema, entiéndase aula, institución educativa u organización.
De igual forma, pueden conocerse las situaciones o fenómenos que
caracterizan la situación a resolver mediante la planificación. Tal diagnóstico
puede realizarse con diferentes técnicas y medios, lluvia de ideas, asamblea de
ciudadanos, cuestionarios, análisis FODA ( fortaleza, oportunidades,
debilidades y amenazas) que constituye una gran herramienta para análisis
estratégico, muy valorada actualmente. En este sentido, dos tareas
fundamentales a realizar son: Investigar, indagar los resultados que se desean
alcanzar con la planificación. Decidir qué se planificará mediante estrategias
de diagnóstico organizacional. Y el Estudio del alcance; analizar todos los
objetivos que se aspiran conseguir cuando se termine lo planificado.

Momento normativo
Después de analizar el momento anterior el sujeto planificador valorará la
situación y el probable futuro del objeto representado en dicho momento
conforme al resultado de la valoración realizada, el sujeto planificador
decidirá acerca del futuro del objeto y el mismo será expuesto en el
momento normativo que le permitirá seleccionar las estrategias a aplicar y
los medios a utilizar para lograr la situación futura deseada.
En tal sentido, Segura (ob. cit.) afirma que éste es el momento del deber ser de
la realidad en el futuro, en contraste con la situación gerencial. Ya que es un
constructo en el cual el sujeto planificador expresa el futuro a lograr en el objeto y
donde se hará diferentes preguntas como lo qué queremos, cómo lo lograremos, con
qué lo lograremos, y en cuánto tiempo se logrará lo propuesto, pero las mismas
encontrarán respuestas en la formulación del futuro u objetivos propuestos para el
objeto; en las estrategias a aplicar, en los medios a utilizar, el lugar en que se
aplicará la acción; y el tiempo necesario para lograr el futuro propuesto.
En este momento de selección lo que se requiere es de una gran capacidad
creadora, científica y técnica, una amplia cultura general y una buena formación
ideológica del sujeto planificador, y en particular en su instancia política. También
se puede destacar la capacidad heurística de las personas encargadas de esta labor,
donde la capacidad creadora permitirá encontrar las mejores soluciones a la
problemática confrontada y facilitará la resolución acertada de la correspondencia
entre objetivos, medios, estrategias y el tiempo de aplicación necesaria.
Las tareas a cubrir en esta fase son: Análisis de recursos. ¿Cuál es el
presupuesto de la planificación? ¿Se cuenta con un mínimo de personas en el
equipo? ¿Un plazo determinado? ¿Ingresos o subvenciones? ¿Qué se necesita?
Identificación de equipo e interesados. Establece un sistema concreto de
comunicación con todos ellos, y realiza una primera reunión para seleccionar,
ajustar y acordar lo necesario.

Momento estratégico
Matus (citado en Ander-Egg, ob. cit.) plantea que, en el corazón del
momento estratégico, lo que se busca es “lograr un programa direccional que
no solo sea eficaz para alcanzar la situación objetivo, sino además viable, en lo
político, económico, social, cultural, ecológico, ético y también en lo
institucional organizativo” ( p. 98). Lo que expresa el autor en este momento es
hacia dónde se pretende ir, con la finalidad de trasformar la situación inicial
de acuerdo a los cambios que hay que realizar para llegar a la situación del
objetivo que se intenta alcanzar y de esta forma superar los obstáculos y
restricciones que dificultan la realización de las operaciones y actividades propuestas.
Por otra parte, Ander-Egg (ob. cit.) plantea que el momento estratégico es
un conjunto de acciones que se dan en el sistema social, en un “juego incierto
de interfecto-acciones” (p. 95). En este sentido lo que expresa el autor, es que
en este momento se debe tomar en cuenta la situación inicial; es decir, el
momento analítico–explicativo y así tener en cuenta la situación del objetivo.
Y de esta manera se puede llegar a la cuestión fundamental de la eficacia
direccional que conducen a la situación del objetivo. Es de hacer notar, que la
dirección constituye la función impulsadora del proceso administrativo,
porque a través de ella se logra el cumplimiento de las tareas asignadas a los
diferentes actores que intervienen en el proceso. Es evidente, que la eficacia de
un grupo de personas para conseguir sus metas depende de la eficacia con que
el grupo es dirigido; por tal razón, la orientación, la información, motivación
y el liderazgo, están hoy íntimamente ligadas al proceso de dirección en las
escuelas básicas.
Dos de las acciones fundamentales a lograr en este momento son:
Definición de actividades. ¿Qué actividades se necesitan para la realización
de la planificación, según plazos y recursos? ¿Cuáles son las dependencias de
cada actividad? Normalmente, se suele contar con el asesoramiento de una
persona técnica que guíe la planeación. Estimación de tiempos. Duración de
cada actividad, así como fechas clave o hitos de la planificación.

Momento Operativo
Este se deriva directamente del normativo en él se expresan con
detalles las líneas de acción a realizar, los medios necesarios, y agentes
ejecutores. Al respecto, Segura (ob. cit.) lo define como el conocimiento y la
acción, sustancia del hacer. Este momento responde al proceso mismo de
ejecución de lo planificado. El trabajo en equipo y la adquisición de recursos
disponibles se logran con éxito los objetivos propuestos, de ahí que resulte
necesario que la persona asuma su rol dentro de la institución donde se
desempeña. Llevar a cabo las acciones, actividades, tareas, y sub tareas
definidas, delimitadas y acordadas.
Del mismo modo, se debe realizar la Formulación y aplicación de
sistemas de evaluación y control. Esto debe realizarse en todas las etapas
de la planificación para realizar los ajustes a que haya lugar. Es clave saber
cómo controlar y evaluar que se van cumpliendo plazos, presupuestos,
objetivos. Para ello, hay aplicaciones online que disponen de métricas las
cuales dicen si se está obrando bien o se debe atender más a ciertas
actividades, según lo planificado.
Estas fases fueron descritas y esquematizadas producto de la
indagación de la tutora; no obstante, el participante debe seguir leyendo
para complementar y/o profundizar al respecto. Ello, le permitirá afianzar
los conocimientos y reforzar aprendizajes. Además, la lectura de otros
textos y documentos le posibilitará la participación en el curso.

La planificación es un proceso clave para alcanzar el éxito de una organización, con ésta
se prevé el curso de acciones que orientaran su desarrollo; todos los involucrados deben
participar en este proceso en tanto son corresponsable dentro del sistema organizacional.
La planificación es una especie de bitácora de navegación que marca el rumbo a seguir.
REFERENCIAS

Ander-Egg, E. (200). Introducción a la Planificación. Buenos Aires: Buenos Aires

Baltodano V. y Badilla, A. (2009). Aportes de la administración moderna en


Gerencia Educativa. [ Artículo en Línea]. Red de Revistas Científicas de
América Latina, el Caribe, España y Portugal . Disponible en: http://www.
redalyc. org/pdf/ 1941/194114401012. pdf. [ Consulta: 2014, Junio 29]

Carranza, C. (2001). Movimiento Pedagógico para transformar Instituciones Educativas


para la Calidad Total. Venezuela: Gento

Hampton, D. (1989). Concepto de Planeación. Ciudad de México: Mexicana

Koontz, H. y Weihrich, H. (2002). Administración una perspectiva global.


México: McGraw- Hill

Melinkoff, R. (2004). Los procesos Administrativos. Caracas: Panapo

Münch, L. y García. (2002). Fundamentos Administrativos. México: Trillas

Requeijo, D. (2000). Administración Escolar. México: Uthea

Segura, A. (2001). Planificación y Evaluación Educativa. Venezuela:


Publicación de Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Stoner, J., Freeman, R. y Gilbert, D. (2001). Administración. México: Prentice


Hall

Prohibida su reproducción total o parcial. Derechos de autor.


Última actualización 2022

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